Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

PROMESA INQUEBRANTABLE

La paz había retornado a la Llanura del reino... al menos por ahora.

A pesar que la victoria estuvo de su lado, unos cuántos soldados resultaron heridos, por lo que la atención médica no tardó en llegar. Link se encontraba entre ellos con una moderada herida en el brazo.

- Muchacho, hiciste un excelente trabajo acabando tú solo con todos esos Moblin... pero te pasaste de temerario. – dijo el enfermero, preocupado.

Link solo lanzó una ligera sonrisa ante el comentario. Cuando luchaba no media las consecuencias, mucho menos si había personas inocentes que peligraban.

- La herida no es gran cosa... ya era hora que aplicara todos estos años de entrenamiento. – dijo Link.

- Regresaste de la Fortaleza de Akkala solo hace tres meses para ingresar como soldado del reino. Eres muy joven, toma las cosas con calma.

- Tres meses... – susurró el joven.

Tan rápido transcurrió el tiempo que el Link no se había dado cuenta. Solo hace tres meses había regresado al palacio de su largo entrenamiento en la Fortaleza de Akkala, a donde partió a prepararse como soldado a la edad de diez años, apoyado por su padre. Una vez que regresó descubrió que la vida era bastante diferente a como la recordaba... mucho más porque alguien en especial lo había pasado por alto.

El soldado siguió ensimismado en sus pensamientos, hasta que una voz lo interrumpió.

- Link, su Majestad te espera en el Bastión Central... quiere conversar contigo. – dijo el General de la guardia.

El Rey Rhoam quería verlo, aquello no lo predijo. Una vez que su brazo estuvo vendado, se dirigió a donde fue llamado. Así lo disimulara, los nervios lo invadían.

...

La elegancia del Bastión Central era digna de ser admirada, incluso para una persona tan callada como Link. Las escaleras laterales llevaban a los tronos reales, de los cuales solo uno estaba lleno, pues el otro... hace años que se mantenía vacío, sin que nada ni nadie lo haya llenado en ningún ámbito.

El Monarca del reino se encontraba sentado en su trono, mostrando orgullo y magnificencia en su cargo. Apenas Link estuvo a sus pies se arrodilló para saludarlo y honrarlo, con la mirada en el suelo como símbolo de humildad.

- Gracias por haber venido a mi llamado, muchacho. – dijo el Rey.

- Gracias a usted por honrarme con su llamado.

- ¿Cuál es tu nombre?

- Mi nombre es Link

El Monarca sintió que el corazón se le paralizó al escuchar el nombre del joven, causando en su alma el nacimiento de una duda. Se levantó de su trono y bajó las escaleras para posicionarse frente a él y verlo más de cerca.

- Levántate, por favor. – pidió serio.

El joven hizo caso y se puso de pie, mirando fijamente a los ojos del Rey. Disimulaba bien la intimidación y respeto que le causaba.

- Link... ¿el hijo de Demetrio? – preguntó, reduciendo su tono formal.

- Así es...

Su suposición resultó ser acercada. Frente a él se encontraba el hijo de quien fue uno de los soldados más prestigiosos del reino, el Caballero de la Corona... su mejor amigo desde la infancia. No pudo evitar colocar sus manos en los hombros del joven debido a su sorpresa.

- Te recuerdo, Link. ¿Tú me recuerdas? – preguntó curioso el Monarca.

- Era un niño, pero imposible no recordarlo. – respondió sonriendo.

- ¿Y por qué no dijiste nada?

- Porque como soldado a su merced lo correcto es dejar que usted hable primero.

Ante esa respuesta el Rey soltó una carcajada.

- Formal como tu padre... has crecido tanto desde la última vez que te vi, ahora eres tan fuerte y parecido a él. – dijo admirado.

- Favor que me hace con su reconocimiento.

- No puedo creer que el General no me haya comunicado que el hijo del desaparecido Caballero de la Corona había regresado de su larga preparación. Tomaré medidas al respecto.

- No lo tome a mal, seguramente no lo notó. – pidió Link.

- ¿Por qué... no te vi en el funeral de tu padre?

Ante esa pregunta, Link sintió una dolorosa punzada en el corazón, pero su férrea máscara de formalidad lo cubrió.

- Si estuve presente, su Majestad, pero cuando todos se retiraron... pues deseaba despedirme de mi padre íntimamente. Lo necesitaba, le pido disculpas. – respondió con pesar.

- No tienes que pedir disculpas, es más que entendible... tu sabes que desde siempre fuimos amigos y su muerte fue terrible para mí. Era tan leal, apoyándome en los mejores y peores momentos de mi vida... como sabrás.

Debido a dolorosos recuerdos, el soldado y el Rey se quedaron en silencio, hasta que el segundo retomó la palabra.

- Te he citado a esta audiencia extraordinaria porque se me informó que acabaste con unos Moblin tu solo. Te agradezco tan grande labor para con el reino. – dijo orgulloso.

- Solo cumplía con mi deber...

- El General me comentó que incluso eres superior a tus compañeros mayores en edad. Un superdotado.

- Con todo respeto, me dan cualidades que aún no poseo. Aun me falta mucho por aprender. – respondió apenado.

- En eso estamos de acuerdo. Y es por eso que tengo algo que proponerte para que sigas en ese crecimiento... pero antes quero saber. ¿viste a la Princesa... a mi hija?

- La vi hace unos momentos.

- ¿Y te dijo algo? – preguntó curioso el Rey.

- Solo me consultó los detalles de la batalla en la llanura y sobre el misterioso guardián que apareció.

- Ya veo... quizás es mejor así por ahora. – susurró para sí mismo.

- ¿Disculpe? – preguntó por no haber escuchado bien.

- Nada, muchacho... sobre mi hija, me gustaría que seas su escolta personal.

A pesar de su seriedad, los ojos de Link se desorbitaron ante semejante propuesta. Le tomó por total sorpresa.

- Como habrás escuchado por los rincones del castillo, mi hija, debido al sagrado legado de su sangre, es la encargada de despertar el poder capaz de acabar con Ganon, sin embargo, no ha logrado obtenerlo. Ella, aunque yo no esté del todo de acuerdo, viaja constantemente con Impa y Prunia a investigar sobre las reliquias Sheikah para poder enfrentar al Mal; así se siente útil; adicionalmente viaja a las distintas fuentes a meditar.

- Comprendo.

- Aunque Impa, como Consejera Real, también cuenta con preparación militar para resguardarla, no es su completa función, por lo que es necesario que alguien fuerte y valeroso como tú la proteja y la acompañe a todos lados. Quiero que seas la sombra de mi hija. ¿Aceptas?

Ante tal propuesta el corazón de Link se aceleró, pues era una responsabilidad enorme, la más importante que hasta ahora había portado... pero adicional a eso existía algo más que llenaba su alma de ansiedad y nervios con relación a la Princesa.

- Será un honor cumplir con su encomienda, Majestad.

- Perfecto. Hoy se lo comunicaré a mi hija... desde mañana puedes empezar.

- Como usted ordene.

- Eso sería todo, Link. Ha sido un gusto y honor volver a verte.

- Mucho más para mí, Rey Rhoam.

Link se retiró del Bastión Central, dejando al Rey absorto en sus pensamientos y preocupaciones, las que ahora se habían disipado un poco por el nuevo acompañante que tendría su hija.

- ¿Será otra evidencia del destino?

...

El sol se estaba ocultando, dando paso a los tornasoles colores del ocaso. Link regresaba de una larga caminata de reflexión de todo lo ocurrido en el día, sobre todo de su nuevo nombramiento.

- Escolta de la Prince... de Zelda.

Cualquiera que hubiera leído sus pensamientos le hubiera corregido por la manera informal con la que se refería a ella, sin embargo para él era diferente, pues, en el pasado, por mucho tiempo aquel nombre no dejaba de salir de su boca.

*.*.*.*.*

- ¡Zelda! ¡Zelda!

Las memorias de Link se trasladaron a la época más inocente de su existencia, aunque también la más dolorosa, pues recién había pasado un año de la pérdida de su madre. Ahora él y su padre se tenían el uno al otro... aunque también había alguien más.

El pequeño seguía llamando insistentemente a la Princesa, mientras en sus manos portaba sus flores favoritas, la que después de mucho tiempo pudo encontrar en la pradera. Corrió hasta el jardín central del castillo, donde sabía que la encontraría.

- Zelda, mira lo que encon...

Link selló su llamado al ver que la princesa se encontraba tomando el té junto con su madre, la Reina. Pensaba que la pequeña se encontraba sola.

- ¡Link! – llamó Zelda.

- Yo, lo siento no sabía que...

- Pequeño Link, ven. – pidió la Monarca.

- Pero...

La Reina, observando con ternura a Link, se levantó para tomarlo de la mano y llevarlo hasta la mesa. El pequeño aceptó con mucha timidez.

- Toma un poco de té con nosotras, Link. El pastel de frutas te va a...

La dama interrumpió sus palabras por una punzada de dolor que invadió su cabeza, fue intensa pero instantánea. Rápidamente se compuso.

- ¿Qué pasó, mamá? – preguntó Zelda, preocupada.

- Nada, mi pequeña, solo estoy cansada.

- Bueno... ¿qué tienes en las manos, Link?

Ante la pregunta de la niña, Link recordó lo que le llevaba, las flores Princesa de la Calma. Las dos que había encontrado pensaba dárselas a su amiga, pero luego decidió dividirlas para madre e hija.

- Link, muchas gracias. Está hermosa. – dijo la reina.

- Gracias, Link. Son mis favoritas. – dijo la Princesa.

- Solo pude encontrar esas dos... son bastante escasas.

- La Princesa de la Calma solo crece cuando y donde desea... es muy especial y caprichosa. – mencionó la reina.

Los pequeños se sintieron curiosos ante las palabras de la reina, no las comprendían del todo, pero sabían que algún significado debían tener, por lo que solo sonrieron. Poco después la Monarca se dirigió a Link.

- Escuche que pronto te irás a la Fortaleza de Akkala para tu preparación como soldado.

- Así es, ya tengo casi todo listo para irme.

- Estoy segura que te irá maravillosamente, pues eres valiente como tu padre.

- Muchas gracias, Reina.

- Yo no quiero que Link se vaya... – dijo Zelda.

La Princesa se sentía muy triste por la partida de Link, quien era el único amigo cercano a su edad, con el que jugaba y compartía sus alegrías, ilusiones y secretos. El niño, aunque lo disimulara delante de la Reina, también se sentía entristecido por alejarse de Zelda; por esa razón buscó incansablemente las flores para dejárselas de recuerdo hasta su regreso.

La Monarca notó la tristeza de los niños, por lo que decidió intervenir.

- Hija, Link se irá para hacerse más fuerte y proteger el reino. No importa la distancia que los separe, pues los recuerdos de todo lo que han vivido seguirá intacto, hasta que se vuelvan a ver. Por siempre serán amigos.

La regente tomó la mano de Link, causando que este se sonroje.

- Link...

- Di... Dígame, Majestad.

- ¿Vas a hacerte fuerte para cuidar al reino?... ¿para cuidar a Zelda?

El pequeño se sonrojó más ante la pregunta de la Reina, sin embargo se calmó al encontrar en los resquicios de su mirada una mezcla de súplica, como si su respuesta dependiera de su paz. Por otra parte, la Princesa estaba también embargada por la pena.

- Se lo prometo, Reina. Siempre cuidaré de mi amiga... de Zelda.

La dama soltó un suspiro de alegría, para después tomar la mano de su hija y colocarla encima de la de Link, causando en ellos aumento de sus emociones.

- Ambos deben cuidarse... por siempre.

Y ante las palabras de la Reina, los pequeños se miraron a los ojos y se sonrieron, tomando sus manos para sellar la promesa de siempre protegerse.

*.*.*.*.*

Por más años que habían transcurrido los recuerdos para Link seguían intactos, así fueran unilaterales.

...

Tal y como el Rey lo había dispuesto, Link se dirigió a la glorieta en búsqueda de la Princesa y comenzar sus labores. Al llegar la encontró sentada revisando la tableta Sheikah y con rostro desencajado. Al lado de ella estaba el misterioso guardián que lo acompañó en la batalla, y que desde la primera vez que lo vio lo llenó de una curiosa familiaridad.

- Buenos días, Princesa. – saludó con una reverencia.

Ante el saludo del joven, la Princesa se mostró seca y displicente.

- Buenos días, Soldado Link... mi padre me ha comunicado que a partir de hoy serás mi escolta.

- Así es, seré el encargado de su seguridad, sobre todo en sus viajes.

- Seré sincera. La decisión de mi padre no me convence en lo absoluto, pues a mí me gusta hacer mis meditaciones e investigaciones en completa soledad.

Zelda notó que Link no mostró ápice de malestar ante el desprecio que le hizo, por lo que se sintió incómoda.

- Ahora que conoces mi postura... ¿aun así deseas hacer esto?

Ante tal pregunta el caballero se silenció por varios segundos hasta que, mirándola a los ojos, le respondió.

- Sí, pues las promesas se cumplen....

FIN

...

Comentarios finales:

Hola a todos, espero que se encuentren bien a pesar del año difícil que hemos vivido, y que está próximo a terminar.

He traído para ustedes un oneshot dedicado al maravilloso juego recién estrenado Hyrule Warriors: Age of Calamity, y de la misma manera a Zelda Breath of the Wild. Hablando de AOC, lo completé hace poco, y solo les diré que es un juego maravilloso, y es por eso que decidí hacer este pequeño escrito para hacerle un homenaje.

Siempre he creído que la relación de Link y Zelda va más allá de lo que se ve en el juego, por muchos detalles mencionados en BOTW y AOC, y en esta historia he querido plasmarlo así. Todo lo leído es un pequeño prólogo de la historia que me gustaría publicar una vez finalice "Pasión entre las sombras". Como podrán darse cuenta, no necesariamente Link es el que deja de recordar vivencias, también la Princesa, y eso es por una razón que publicaré más adelante, aunque me gustaría escuchar teorías por parte de ustedes.

Muchas gracias por leerme, por sus lindos comentarios. También quiero mencionar que por otras de mis historias he recibido comentarios bastante desagradables, pero son aplastados totalmente por el gran apoyo que recibo por ustedes.

Quiero que todos tomen esta historia como un pequeño regalo de Navidad, sobre todo para mis queridas amigas del Gremio Gerudo, Fox McCloude y FranciniMartinez, que son los que siempre me apoyan para seguir con esta actividad que tanto amo.

Trataré de publicar el siguiente capítulo de mi historia en curso este mismo mes, sino... les deseo una Feliz Navidad y un buen inicio de año, a pesar de cualquier pena.

Bendiciones a todos y nos estamos leyendo.

Con cariño,

Artemiss ^^

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro