"Confesiones. Cazadora"
7
POV ELLIE
Desperté con un gran brazo al rededor de mi cintura que me sujetaba con posesividad, Derek tenia su cuerpo casi encima del mío y sinceramente no me incomodaba. Sonreí al recordar que dormí en sus brazos, pero todo esa felicidad se fue cuando recordé lo que paso hace algunas horas atrás en la casa de los Argent.
Soy una Argent y no una McCall, una parte de mi se entristece pero otra se siente extrañamente feliz. Lo que más me duele es que me engañaran toda mi vida creyendo que soy hija de Jonathan McCall y Susan Carter.
Veremos que pasa con el tiempo y lo que tenga que decirme mi tía Melissa. Miro hacia Derek que sigue durmiendo y sonrío al ver lo tranquilo que se ve así. Me encanta este hombre de todas sus formas. Llevo una mano a su mejilla y la acaricio mientras observo embobado su precioso rostro.
— Si quieres puedes sacarme una foto —la voz de Derek hace que me sobresalte y cierro mis ojos sin dejar que la sonrisa abandome mis ojos. Idiota—. Durán más.
Abro mis ojos y veo los suyos inmediatamente.
— Sería un honor —le beso la mejilla y me separo un poco de él dejando que nuestras narices rocen.
Miro sus preciosos ojos que me observan y luego Derek baja la vista hacia mis labios haciendo que yo haga lo mismo. Sus labios se ven muy apetecibles y siento un gran deseo de probarlos de una buena vez por todas. Había que aprovechar que estamos solos y ahora Scott no nos podrá interrumpir.
Me acerco más a el y roso mis labios con los suyos, haciendole una invitación a un mini juego. Derek lleva una mano hacia mi mejilla y la acaricio, luego lentamente dirijo su mano hacia mi nuca y acaricia mi pelo. Cierro los ojos disfrutando de la acaricia y ya no soporto no saborear sus labios, así que como puedo me subo encima de el y dejo mis piernas a cada lado de su cintura. Estar encima de él me enciende de todas las maneras, y eso que aún no lo probaba como correspondía. Derek me acaricia con ambas manos mi cadera, con movimientos lentos y suaves, causando que suelte un suspiro de satisfacción y mis caderas se mueven por inercia encima de él, logrando así sentir como algo duro me roza la entrepierna. Me acerco nuevamente a Derek y rozo mis labios con los suyos. Iba a besarlo pero un grito que provenía de abajo hace que me sobresalte al igual que Derek.
— ¡Derek!
Scott siempre tan oportuno.
— Por un demonio —maldigo frustrada — ¿Que querrá Scott? —le pregunte y él niega sin saber.
Me paro de la cama y el hace lo mismo, Derek se coloca rápidamente unos pantalones y yo me saco la polera para colocarme el vestido.
Derek me toma de la mano y juntos bajamos las escaleras. Vimos a Scott apoyado en la puerta principal, estaba cruzado de brazos serio y al vernos frunce el ceño.
— ¿Que haces aquí?-me pregunto Scott y yo bufe.
— Eso a ti no te importa —le espete con molestia, me jodio lo que pudo ser un increíble sexo.
— Claro que me importa —se acerco hasta llegar enfrente de mi—. Eres mi prima y hermana, ¿cómo no me va a importar lo que hagas o dejes de hacer?
Ay no. Acaba de abrirme una fea herida de manera Inconsciente Scott. De repente me entro una pena enorme al pensar que no somos familia.
—Tu no eres mi primo —decir eso fue difícil y lo peor fue ver la cara de dolor y confusión de Scott.
— ¿Cómo es eso de que no soy tu primo? Se que puedo ser molesto, pero lo hago con buenas intenciones.
— Soy adoptada, Scott —susurre muy bajo, pero supe que ambos lobos me escucharon—. Tú mamá me lo confirmo y es mejor que te enteres ahora. No soy una McCall.
Mis ojos se llenaron de lágrimas con pena al ver la carita de Scott recibir la impactante noticia.
— Mientes —dijo alterado y yo solté más lagrimas, es muy doloroso saber que las personas que más amo no son mi familia. Derek me acerca a el y yo agarro con firmeza su mano.
— Scott, sabes que no miento.
— Aún así sigues siendo mi hermana —me dijo con sinceridad—. Después hablaremos de esto, pero ahora dime que haces aquí.
¿Por qué insiste en eso? No soporto sus cambios.
— Eso no importa...
— ¿Te acostaste con el? —me suelta.
— No te incumbe —espete cansada con eso y frote mi cabeza con mi mano libre—. Tus cambios de humor me están dando migraña —suspiro—. Pero para tu tranquilidad, no lo he hecho.
Pero lo haré.
— Está bien, te creo —miro a Derek y luego a mi—¿Cómo te enteraste que eras adoptada?
Lo miro rendida.
— Por el papá de Allison —Derek y Scott me miraban sin entender—. Ayer cuando fui a cenar a la casa de los Argent, me entere cual es mi verdadero apellido.
Es increíble la paciencia que tiene Derek. A penas nos conocemos y está aguantando mis dramas lo más tranquilo.
— ¿Y cuál es? —me pregunto Derek.
— Argent —al decir ese apellido Derek se tensa soltando mi mano y Scott me mira con los ojos como platos—. Soy la hermana gemela de Allison, así que Scott —lo mire fijamente—. Vamos hacer cuñados —trate de sonar divertida pero veo que no funciono.
Derek se había alejado de mi y yo lo miro de forma extraña, preguntándome porque este cambio de humor repentino de él. Al parecer me equivoque, no soporta los dramas de una extraña.
— Eres una cazadora —dijo Scott pensativo y yo fruncí el ceño sin saber de que está hablando.
— ¿Qué? No lo soy y ¿por qué dices eso? ¿Qué es lo que no me has dicho McCall? - indague cruzandome de brazos. Se quedo callado y eso confirmo mis sospechas.
— La familia Argent es una familia de cazadores —comento Derek por Scott y yo lo mire sin entender nada.
— El que me disparo ayer en el bosque era Chris Argent —me quede muda sin saber que decir. Mierda, acabo captar todo. Provengo de una familia de cazadores que cazan hombres lobos y el chico que considero como mi hermano y al hombre que me gusta/quiero coger son hombres lobos.
Mil veces mierda. Que lío.
— ¿Allison es una cazadora? —le pregunte a Scott y el se encoge de hombros.
— No tengo idea —me confiesa.
— Deberían irse —dijo seco Derek y yo lo miro incrédula. Antes se porto tan cariñoso conmigo y ahora me trata así, creo seriamente que este hombre es bipolar.
Por una parte entiendo el porque me acaba de echar de su casa, ya que se acaba de enterar a que familia pertenezco. Pero por la otra me jode que sea así. A penas voy entrando a la familia Argent y ya me tacha como enemiga mortal.
— Voy por mis cosas y nos vamos —espete con claro enojo y subí las escaleras rápidamente hasta que llegue a la habitación.
Me coloco los zapatos y tomo mi bolso. Voy nuevamente hacía las escaleras y bajo de ellas no tan rápido ya que me puedo caer por las escaleras. Al llegar donde ellos ni me inmuto en mirar a Derek y tomo el brazo de Scott, abro la puerta y antes de salir miro a Derek.
— Gracias por lo de anoche —le agradecí intentando no sonar tan borde y luego cerré la puerta con un portazo. Quiero que le quede claro que estoy enojada con el y creo que hice una buena demostración. Scott me miraba divertido mientras yo le lanzaba miradas asesinas.
— ¿Pelea de pareja? -dijo Scott mientras reía un poco y yo le golpee el hombro mientras rodaba los ojos. Ahora nos trataba de pareja luego el show que me hizo, ¿quien lo entiende? Pobre Allison—. Bien, lo siento —alzo sus manos en modo de rendición y yo suspire intentando dejar pasar el mal rato.
— Menos mal que trajiste el auto de tú mama, porque si no de esta no te salvas —dije en broma y este rió.
—Lo sé, además pesas demasiado —lo mire ofendida.
— No estoy gorda —le doy un leve empujon y este soltó una carcajada—. Si sigues así me voy a vengar —amenace haciendo que dejara de reír.
— Lo siento —desbloqueo el auto y ambos nos subimos.
— Pues no te perdono —el ríe pero luego frunce el ceño— ¿Pasa algo? —le pregunte ya cansada por su cambio de humor.
— Nada.
Scott arranco el auto y nos fuimos hacia nuestra casa en un gran silencio.
[...]
Hace poco llegamos a la casa y estamos con mi tía Melissa sentados en el sillón esperando que ella nos cuente la verdad.
— Susan no podía tener hijos —empezó a contar—. Un día tu padre llego aquí con un una bebé recién nacida, él nos conto que te encontró en la carretera sola, abandonada —suspira como si estuviera recordando lo sucedido en esos años y vuelve hablar—. Él decidió adoptarte y tu madre estaba encantada con la idea, pero al pasar los años ella se puso celosa de ti porque para mi hermano tu eras su adoración. Aunque, también se debía porque ella no considero que cuidar de una bebé era dejar muchas cosas de lado y eso pospuso muchos sueños. Ellos después decidieron irse del pueblo porque a Susan la trasladaron de trabajo a Miami, pasaron los años y tu padre murió, desde ese momento Susan se mostró tal cual siempre fue. Ella te lastimaba, eso lo sabía y hace años que yo estaba tratando de convencerla de que tu te mudaras conmigo, pero ella se negaba, sinceramente no sé porque te quería tener cerca. Supongo porque para poder adoptarte y que el proceso fuera rápido tú padre y yo decidimos mantener el apellido del padre de Scott por ti. Era la única forma y lo hicimos encantados con tal de tenerte en nuestra familia. Creo que por tu padre intento mantenerte hasta ahora, por respeto a él —comento y yo la escuchaba con atención—. Pero al final la convencí y aquí estas, jamás supimos quienes eran tus padres. Yo junto con el sheriff estuvimos tratando de investigar quienes eran pero no tuvimos buenos resultados Ellie, lo único que venía contigo en ese día es esto —me paso un broche con mi nombre grabado en el —. Solo sabíamos tu nombre pero no tu apellido —me comento y yo asentí mientras observaba el broche pequeño. Pase mis dedos por mi nombre grabado en el sabiendo que aunque me negara a aceptar lo obvio, todo indicaba que era hija de los señores Argent—. Jamás te quisimos hacer daño y lamento que te enterarás de esta forma. Solo me queda decirte una ultima cosa —me miro con lagrimas en los ojos e inmediatamente los míos también—. Tú siempre vas hacer parte de la familia McCall —yo le sonreí con lagrimas en los ojos.
— Siempre —asentí con lágrimas cayendo por mis mejillas y Scott me acerca un trozo de confort para sonarme.
— ¿Quienes son tus padres Eli? —me pregunto mi tía.
— Los argent —ella asintió asiendo una pequeña mueca —. Ustedes siempre serán parte de mi familia —los abrace a los dos para que sintieran que mis palabras eran de verdad y porque en parte lo necesitaba.
— Yo siempre te considerare como mi hermana —me sonrió cariñoso Scott y me dio un beso en la frente.
— Y yo siempre seré tu tía pase lo que pase —los abrace a ambos aún mas fuerte sin querer soltarlos.
— Quiero que sepas que no estoy enojada contigo. Tal vez al principio un poco, pero ahora estoy mucho más relajada ya que pude procesar todo y teniendo todo claro siento que ya puedo seguir adelante — dije con sinceridad—. Te amo mucho tía y eso nunca va a cambiar.
— Y yo también te amo mucho mi niña —me reparte besos mientras acaricia mis mejillas y cabello.
— Y a mi no me amas —trato de hacerse el ofendido Scott y reí.
— También te amo bobo.
Sonreí con él.
— A igual que yo.
— Chicos, no quiero irme pero el deber llama —mi tía se para tomando su bolso, nos da un cariñoso beso en la mejilla a cada uno y luego se va.
— Yo tampoco me quiero ir pero tengo cosas que arreglar con la familia Argent —bese la mejilla de Scott, tome las llaves de mi auto junto con las de la casa y salgo de la casa.
—Cuídate —me dijo Scott antes de cerrar la puerta.
Entro en mi Camaro y enciendo el motor, arranco hacia la casa de los Argent y no me demore casi nada en llegar ya que maneje con un poco de exceso de velocidad producto de la ansiedad. Tengo suerte de no haberme topado con ningún policía.
Me bajo del coche y camino hacia la entrada, toco el timbre y la puerta se abre mostrando a mi verdadera progenitora, cuando ella me ve se sorprende claramente de que este aquí.
— Hola —sonreí un poco nerviosa sin saber como empezar. Tome un respiro y me arme dw valor para entregarme por completo a ellos a pesar de que sean cazadores. Ellos son mi familia y no quiero negarla— Mamá... —ella se llevo una mano a la boca evitando que le salga un sollozo y lamo mis labios sintiendo como repentinamente quiero volver a llorar. Sintiendo tan emotivo todo esto que me está pasando tan rápido.
— Hija —ella abrió sus brazos y yo la abrace con gusto—. Ven, pasa —al separarnos me toma de la mano y me conduce hasta adentro—. Me imagino que viniste a hablar, ya más preparada.
— Sí, me siento lista para aceptarlos. Quiero esto, siempre lo quise y necesito saber que es tener una familia completa. Quiero llamarte mamá y al papá. Lo necesito.
Se sentío raro nombrarlos así, pero no me desagrado para nada. Quiero sentirme aceptada por ellos de todas maneras, pero a la vez deseo poder cuidar de Scott. Ellos son cazadores y tengo claro que serán estrictos conmigo, pero la única forma de que todos salgamos ganando es que yo acepte de donde provengo y quien es mi familia.
Si tengo que ser como ellos, no me negare en lo absoluto.
— Ven. Tú padre está en el despacho —ambas caminamos hasta llegar una puerta y mi madre la abre. Escucho como le dice a mi progenitor que alguien quiere verlo y el de dice que lo haga pasar. Ella sale y me regala una sonrisa cálida. Entro en el despacho y veo que el esta sentado detrás de un escritorio mientras revisa unos papeles, cierro la puerta y el alza la vista.
— Hola... padre —lo saludo con una cálida sonrisa, me costo soltarlo, pero lo hice y el se para de su silla caminando rápidamente hacia mi para darme un cariñoso abrazo.
— Me alegra que hayas aceptado que somos tu familia —me dice al oído y yo sonreí un poco más relajada.
— Me siento muy agusto con ustedes —le confieso —. Además, la primera vez que los vi ya sentía un raro cariño hacia ustedes y por otro lado no podía negar que con ustedes pertenezco —él me sonrió—. ¿Como supiste que era tu hija? ¿El parecido con Allison o el nombre?
— Eres igual que Allison, tu eres la imagen viva de tú tía Kate, mi hermana —me confiesa—. Ambas, de hecho. Pero note que tu posees más su carácter, que Allison.
— Tal vez tengas razón —le comente y yo pienso en la forma de hacerle saber que se sobre la cacería—. Pero también quería comentarte de otras cosas.
— ¿Que cosas? —el se sentó en su silla y yo me senté en enfrente del escritorio intentando no mostrarme nerviosa, debía tener mucho cuidado con lo que decía para no involucrar a Scott.
— Sobre tú negocio familiar —el frunce el ceño mientras me observa—. Se que eres cazador y no uno cualquiera, cazas hombres lobos —le conté y el me mira con sorpresa.
Él se inclina apoyandose en su escritorio mientras me analizaba. Me estaba mostrando su total atención. Lucía calmado y mientras tanto yo estaba que casi temblaba.
— ¿Como sabes eso?
— En el bosque vi un lobo con unos ojos rojos. Había salido a dar una vuelta y me lo tope. No deje que me viera y me escabulli de allí. Fue bastante aterrador. Ni siquiera pude decirle nada a nadie, pero tenía curiosidad así que investigue y descubrí varias cosas —le sostengo la mirada mientras intento sostener bien mi mentira.
Me sudan las manos.
— Me alegra que ya sepas, hija. Así entras y puedas seguir con el legado.
— ¿Allison sabe de esto? —le pregunte curiosa y el negó.
— Ella no sabe y no quiero que se entere ¿de acuerdo? —asentí, mi progenitor estaba en lo correcto, es muy peligroso esto. Con todo lo que he vivido después de esa noche en el bosque, me puedo imaginar como le va a costar aceptarlo Allison—. Desde mañana te entrenare y te enseñare todo lo que se.
— De acuerdo —acepte y el sonrió.
— ¿Sabes ocupar un arma? —me pregunto y yo asentí.
-El arco-le conté.
Mi difunto padre le gustaba la cacería y el siempre utilizó el arco porque era el arma más silenciosa para matar, aunque igual tome clases en una de las tantas escuelas a las que asistí.
Es curiosa la vida, yo nunca me hubiera imaginado que iba a terminar cazando.
— Bien, veamos que tanto sabes utilizarlo —ambos salimos de la oficina y yo lo sigo en silencoo hasta el garaje.
Mi mirada quedo fijamente en un lugar donde habían muchos tipos de arma, arcos, flechas y balas. Mi progenitor se acerco a esta y de ella saco flechas y un arco negro muy bonito. Me los tendió y yo las tome.
— Vamos —ambos entramos en el auto y él manejo con dirección al bosque.
[...]
Estábamos en el bosque y mi padre me explicaba sobre como disparar y yo lo escuchaba con atención. Cada vez se me hacía más cómodo decirle papá y sentía en parte que traicionaba a Scott por aceptarlo, debido que el lo intento asesinar. Eso seguía siendo un conflicto para mi.
— ¿Lista? —me pregunto y yo saque una flecha mientras la posicionaba en el arco, luego me prepare para disparar a mi blanco que era un árbol que estaba a 15 metros de distancia de mi.
— Lista —respire mientras hacía respiraciones profundas. Me concentre en el árbol, dispare la flecha y está llego justo al punto donde debía llegar. Sonreí con satisfacción y mi padre me miro con orgullo.
— Tienes muy buena puntería al igual que tu hermana —me comento entusiasmado— ¿Cómo aprendiste arquería? —me pregunto.
— En un instituto al que fui practique, solamente tres meses —ya que eso duré en el antes que nos cambiáramos de ciudad.
El me mira impresionado mientras mantenía una postura relajada junto a mi.
— Para tan poco entrenamiento tienes mucho talento hija. Se nota que llevas esto en la sangre —le sonríe.
—Siempre me ha gustado, aunque nunca me imagine que iba a terminarlo utilizándola como arma —le comento mientras un suspiro involuntario se me escapa—. Con mi familia adoptiva nos cambiamos mucho y preferí dejarlo.
Y con justa razón, ya que mi padre había muerto y había quedado con la bruja esa que se hacía decir mi madre.
— Entiendo, pero quiero que aprendas a usar otros tipos de armas. Necesito que aprendas bien como es esto y que con esas criaturas siempre hay que estar listos para el ataque a todas horas y no puedes andar paseando con un arco por todos lados —menciona y yo solo asiento en silencio—. También, tienes que saber que nosotros nos regimos por un código: "Nous chassons pour nous chasser" —dijo en francés.
—Cazamos a quienes nos cazan.
— También me alegra que sepas francés. Me estas sorprendiendo mucho, Ellie.—me comenta orgulloso y feliz —. Otra cosa que debes saber es que no matamos lobos inocentes.
Inocentes... como Scott.
Mis ojos se iluminaron por la ilusión y me relaje al saber que Scott estaba a salvo. Él jamás mataría, eso iría en contra de todo lo que es él. Así que yo podría estar tranquila por ser una Argent. Aunque de un momento a otro volví a preocuparme. No sabía si Derek había matado a algún inocente o no.
Nuevamente me puse nerviosa y agradecí por tener el arco en mis manos. Si tenía las manos ocupadas no me iba a morder las uñas.
— Lobos que no han asesinado a inocentes no se matan, anotado. ¿Algo más?
—. Un cazador si es mordido no puede vivir —murmura y yo me tensé, eso significa ¿suicido? ¿Se matan entre ellos si eso sucede? Qué horror—. Es una ley muy sagrada para nosotros —asiento con la cabeza mientras analizo la información—También debes saber que matar a un hombre lobo no es tan simple, se necesita acónito y hay muchas formas de utilizarla para nuestro beneficio.
— Lo tengo.
Es mucha información para decirle a Scott.
— Ahora, veamos como es tu puntería con una pistola —de un bolso saco una pistola M9, la recargo y me la entrego—. Quiero que dispares en este punto —señalo un árbol donde él le hizo un punto grande de color rojo. Trague saliva nerviosa—. Recuerda, debes concentrarte, respirar profundo y tener en la mira tu objetivo —me indico y yo hice lo que me pidió.
Con ambas mano agarre la pistola y apunte al punto rojo. Me concentre, respire profundo y dispare, sintiendo como con el sonido del disparo hizo que mi corazón latiera con fuerza producto de la adrenalina. La bala no dio en el punto si no en el árbol de al lado.
— Otra vez, deja tus miedos de lados y concentrate. Agarra bien el arma —cerré los ojos un momento y respire profundo. Agarre firme el arma apuntando a mi objetivo y dispare sin titubear, está vez la bala dio en el punto.
— Vas progresando en muy poco tiempo —me felicito y yo le sonreí agradecida, sintiéndome orgullosa de mi misma. Ahora quería saber que era capaz de hacer, necesitaba más—. Ahora, aremos una última cosa y nos vamos —fue a la camioneta y saco de ella una silla, también saco unas cuerdas. Fruncí en ceño, ¿acaso me va amarrar a una silla?—. Siéntate —puso la silla en el suelo y yo me senté —. Te voy a amarrar para ver cuanto tardas en liberarte. Es solo un ejercicio, no hay nada de que preocuparse, solo quiero comprobar algo. Te doy menos de 10 minutos, si no tendrás que irte a pie. Sin presión, ¿si?
Abrí mis ojos como platos al ver que hablaba muy en serio.
Mierda, de verdad va a dejarme.
— Está bien —suspiro intentando no espantarme. Si no lo hacía bien me iba a quedar aquí atada y con el maldito lobo por ahí. Tal vez, solo tal vez, él este bromeando y en verdad no me va a dejar. Mi progenitor empieza a amarrarme muy bien y luego se va hacia la camioneta. Suspiro y muevo un poco mis manos para saber si en verdad estaban apretadas y noto que sí. Sera difícil liberarme. Mierda y más mierda. Esto ya no me gusta.
Tengo las manos atrás del respaldo de la silla bien atadas al igual que mis pies. Trato de Liberar una mano pero es un poco complicado. Pasaron algunos minutos mientras forcejeo y al sentir como mi padre encendía la camioneta mi cuerpo reacciona sabiendo que me quedaba poco minutos
Comienzo a sudar, no se si por el miedo o por la adrenalina. Siento como una de mis manos comienza a tener más movilidad que la otra y sigo forcejeando, logrando así sacarla. Mi corazón salta de emoción por eso y con fe en mi misma comienzo a liberar con mucha mas facilidad la otra. Al tener mis dos manos libres libero mis pies y me levanto corriendo a la camioneta.
Abro la puerta del copiloto con mi respiración agitada y tiro mi cabeza hacia atrás intentando calmar los latidos de mi corazón. Eso había sido mucho por un día. Aún no podía sacar de mi cabeza el miedo que me provocó quedarme sola en el bosque.
Cuando ya logró recuperarme, volteo para ver a mi padre mientras seco el sudor de mi frente con el dorso de mi mano y noto como me mira entre Incrédulo y maravillado. También note que lo deje sin palabras.
— ¿Qué? —le pregunto con el ceño fruncido.
— Duraste 9 minutos —me cuanta como si no se lo creyera y yo solo pienso en que era la favorita de dios—. Los novatos siempre tardan más de una hora en poder liberarse —me comenta y yo lo miro emocionada, no podría estar mas orgullosa de mi.
Tomen eso, bitches.
—Eso es genial, pero siendo sincera me motivo el que arrancaras el motor —rió sintiendome más relajada.
— Me alegra que funcionara —me sonríe y yo se lq devuelvo—. Te estas convirtiendo en una grandiosa cazadora.
— Espero serlo, por primera vez en mi vida por fin siento que encajo bien. Ahora se que ser cazadora es algo que estoy destinada ser.
Seré una cazadora, eso sin dudarlo, pero jamás voy a cazar a Scott o a Derek.
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