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"Cena con los Argent"

6

POV ELLIE

Hoy me levante de muy buen humor, soñé con Derek y no podría estar más feliz. Salgo de la ducha y como hoy es un día alegre me visto con un  vestido azul que acentuaba más mis curvas, lo decoro con un cinturon cafe a la cintura, botines cafes comodos (tenía que asegurarme por si de nuevo hay que correr), me seco el pelo y me hago unas ondas, me maquillo como siempre pero resaltando más mis labios, me hecho perfume y ya estoy lista. Tomo mis cosas yendo hacia abajo y veo el desayuno listo.

— Tía —la saludo con un beso en la mejilla y luego le sonrió con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Y esa sonrisa? —me pregunto mientras me miraba divertida, yo solo me encogí de hombros y me senté en una silla para desayunar.

— ¿Y Scott? —pregunte animada y ella alzo una ceja— ¿Qué? —la mire mientras le ponía mermelada a mi pan.

— Yo conozco esa sonrisa —me señalo con el dedo índice mientras entrecerraba los ojos —. Te gusta alguien —no fue una pregunta, si no una afirmación y era verdad. Yo no pude evitar sonreír como una boba y mi tía grito haciendo que ría. La situación era tan tonta, pero me sentía en las nubes— ¿Quién es? ¿Es guapo? ¿Va a tu instituto o es mayor?

— Es realmente guapo —me reí al igual que ella —. No va al instituto y si es mayor, pero no por muchos años así que no te preocupes —ella hizo un extraño baile emocionada y yo volví a reír a carcajadas.

— Mamá, ¿porque gritas? —interrumpió Scott mientras se sentaba al lado mío y se metía un pan a la boca.

— Es que a tu prima le gusta un chico —le contó emocionada aunque eso Scott ya lo sabía.

Scott me miro con el ceño fruncido como con reproche y yo solo sonreí inocente, nadie me arruinare este día feliz, ni siquiera Scott.

Se que no debería estar tan entusiasmada por un hombre, pero quería darme la oportunidad de sentir.

[...]

Stiles llego con Scott y me fui con ellos para hablar sobre lo que ocurrió en la noche en el bosque con los cazadores, yo le prohibí a Scott que volviera a pisar el bosque si hay cazadores rondando por la zona y el tubo que aceptar a regañadientes.

Al llegar al instituto me encuentro con las chicas y nos pasamos el resto del día juntas, conversando de cosas triviales, luego nos vamos hacia el entrenamiento de Lacrosse y como siempre, Scott se lucio en la cancha. Aunque Lydia nos miraba muy seguidamente, como analizándonos, como si Allison y yo tuviéramos un parentesco. Creo que ya me acostumbre a ello.

Al final del día con Allison nos despedimos de Lydia y nos vamos caminando hacia la parada de auto buses donde su papá la va a pasar a buscar.

— ¿Y tú con quien te vas? —me pregunto al ver que no esta mi auto donde siempre lo estaciono.

— Me vine con Stiles —le conte y ella asiento.

Una camioneta de doble cabina roja se estaciona justo en frente de nosotras y de ella sale un hombre alto, con su cabello castaño claro, tiene barba, unos ojos azules, tez casi blanca y debe tener como unos cuarenta y tantos años.

El hombre miro sonriente a Allison y luego puso su vista en mi, me miro fijamente y luego miro a Allison con el ceño fruncido. El hizo lo mismo que hizo Lydia al conocernos, al igual que Derek. Nos miraba fijamente como si estuviera comparando nuestros rostros, no lo sé, es raro.

— Hola, papá —ahora ya se quien es el señor, Chris Argent.

—Hola, hija —la saluda mientras seguía mirándome fijamente y note en sus ojos que se estaban cristalizando, como que quisiera ¿llorar?

— Ella es mi mejor amiga Ellie McCall —me presento y yo sonreí amable.

— Hola Ellie, soy Chris Argent —me estiro su mano y yo la estreche a modo de saludo.

— Se quien es, su hija habla muy bien de usted —le sonreí y el hizo lo mismo.

Otra vez esa misma sensación, me siento extraña. Tengo el presentimiento de que lo conozco y le tengo una extraña confianza.

— Me alegra —me sonrió— ¿quisieras venir a cenar con nosotros? —me pregunto un poco dudoso.

— Claro —respondí sin ni siquiera pensar, pero no me importa y al parecer a Allison tampoco.

— Genial, conocerás también a mi madre, aunque también me gustaría que conocieras a mi tía —me sonrío Allison.

— Esta bien, ire a avisarle a Scott y vuelvo —ambos asintieron y yo camine hacia Scott y Stiles que estaba cerca de nosotros.

No me extraño que Scott estuviera mirando fijamente al padre de Allison, ya que el esta enamorado de la chica Argent, se debe preocupar como es su futuro suegro.

— Hola chicos —los salude a ambos.

— Hola —dijeron ambos mientras seguían viendo al señor Argent como con preocupación y terror.

— ¿Les pasa algo? —le pregunte con el ceño fruncido.

— ¿Ves a ese hombre? —señalo Stiles al señor Argent.

— Sí, es el papá de Allison —les conté y su cara se torno aún más preocupada.

— ¿En que problemas me he metido? —se pregunta a si mismo Scott y yo los mire a ambos sin entender.

— ¿Que paso? —volví a preguntar.

— Ese hombre de ahí es un caza...

— Es muy intimidante —le interrumpió Scott a Stiles.

—Puede ser que lo sea pero es muy amable —le dije riendo un poco—. Voy a cenar con los Argent.

— Esta bien, pero ten mucho cuidado —me miro Scott y yo asentí en respuesta.

— Ya me voy —bese a cada uno en la mejilla—. Me encanta cuando eres un hermano protector —le sonreí cariñosa y luego me fui nuevamente hacia los Argent.

Cuando llegue al lado de Allison nos subimos los tres en la camioneta. El papa de Allison como conductor, Allison de piloto y yo en los asientos de atrás.

En todo el camino Allison le comentaba que tal su día y de ves en cuando el señor Argent me hacía preguntas y yo con sinceridad le respondía.

Me doy cuenta que he cambiado y mucho, desde que llegue a este pueblo me comporto muy social, amable y cariñosa, no como antes que era todo lo contrario. Aunque no me importa esta nueva yo, la verdad me agrada mucho. Con tal de dejar mi pasado depresivo atrás yo soy feliz.

[...]

Ya hace media hora que habíamos llegado a la casa de los Argent y estoy con Allison en su habitación hablando sobre como a ella le gusta cada vez mas a Scott y que yo le ayudara en todo para que ellos estén juntos.

— Ya basta de hablar en de mi —dijo Allison mientras se acomodaba en el sillón y luego me sonreía picara—. Ahora dime tú —alce una ceja divertida—¿Te gusta alguien?

— Gustarme es poco —confieso con una sonrisa y ella comenzo con el interrogatorio de preguntas y yo le suelto todo solamente para dejar las cosas claras por las dudas—. No va a nuestro instituto, es mayor que yo por cuatro años, no sé si trabaja pero no creo que sea universitario, es jodidamente sexy, sí lo conoces y se llama Derek Hale.

Me mira con sorpresa.

— ¿Es en serio? ¿Él amigo de Scott? —yo asentí a modo de respuesta y ella me sonrió emocionada—Harían una bonita pareja, ¿se han besado?

—Casi. Tú amado nos a interrumpido —bufe al recordar cuando casi nos besamos y llega Scott y Stiles para arruinar mi momento.

—Scott es muy protector contigo —me sonrió dulce—. Como un hermano.

—Nosotros nos consideramos mas que primos, somos hermanos.

—Eso me alegra.

— Chicas, la cena esta lista —nos aviso la madre de Allison detrás de la puerta.

— Esta bien mamá. Vamos.

Ambas nos paramos y nos encaminamos hacia el comedor.

La madre de Allison es encantadora, al verme estaba muy feliz, como emocionada. No sé, todo esto me estaba dando una mala espina, ¿por qué los padres de Allison tuvieron ésta reacción al verme? Cuando Allison y yo bajamos al comedor vimos a lo señores Argent con los ojos rojos, como si hubieran llorado, pero lo extraño es que en sus rostros no reflejaban tristeza, si no felicidad y emoción. Me preocupe un poco al ver que estuvieron llorando, al igual que Allison les pregunto si les pasaba algo pero ellos dijeron que estaban bien.

Todo esto es muy extraño.

Todos nos sentamos en la mesa y la cena transcurrió tranquila, hablábamos sobre cosas triviales y sinceramente ya me sentía más relajada con ellos. El ambiente de su hogar era bastante cálido. Aunque, los padres de Allison me miraban muy seguido y hubo un momento en que me sentí un poco incomoda, ya que no podía evitar pensar que a lo mejor estaban criticando mi aspecto o no les caí bien.

Que nervios.

— ¿Me podrían decir la verdad? —dijo de repente Allison y todos nos enfocamos en ella. Yo me remuevo en mi asiento un poco incomoda—. Me tienen preocupada, ya díganme.

Los padres de Allison se miraron entre ellos y luego me miraron a mi.

Okey, esa es mi señal para irme.

— Si quieren yo me puedo ir para que hablan tranquilos —me muevo con la intención de levantarme, pero el señor Argent me indica con su mano que no.

— Quédate. Lo que voy a decir es para las dos —mire a Allison y luego al señor Argent—. Allison, tú madre no solo estuvo embarazada de ti —Allison abre los ojos como platos pero igual no dice nada y yo tenía ganas de irme, no me gustaba donde estaba yendo esto—. Ella dio a luz a gemelas—nos conto y ahí es donde mi cerebro capto todo. El señor Argent intenta decir que Allison y yo somos gemelas. Mi cerebro captaba la información, pero no podía reaccionar—. Tú Ellie eres nuestra hija que nos robaron hace muchos años atrás. Dos meses después de que nacieran a Ellie la robaron —el señor Argent me mira fijamente con lágrimas en los ojos—. Te estuvimos buscando por muchos años, pero nuestras esperanzas poco a poco desaparecía. Un día nos llego una caja donde estaba la ropa que traías el día en que robaron y una carta donde decía que habías muerto —la señora Argent suelta un sollozo y varias lagrimas cayeron por sus mejillas.

No se quien tenía peor cara, si Allison o yo.

Solo podía pensar en una cosa: el parecido entre nosotras era evidente. Me sentía como en juego de gemelas, pero peor.

No podía creer como mi vida había dado un giro inesperado. Solo llevo tres días aquí y me entero que existe los hombres lobos, que Scott se convirtió uno de ellos y conocí a un espectacular hombre que pertenece a esta especie, conocí a Allison el cual tenía un increíble parecido conmigo, pero lo tome a la ligera y ahora me entero que es mi hermana perdida. Corrección: yo soy la hermana perdida.

— ¿Por qué no me contaron? —pregunto Allison con lagrimas en los ojos y notaba que me estaba viendo, pero era incapaz de verla. Estaba en shock.

— No queríamos que sufrieras hija —le dijo su padre—. Pero ahora te cuento esto porque por fin encontramos a nuestra hija. Estamos 100% seguros de que eres tú, Ellie. El parecido entre ustedes es muy notorio —miro al señor Argent y pienso en que hay muchas personas que pueden parecerse a Allison, pero eso no quiere decir que sean parientes—. Por favor, déjame darte mi apellido, darte una familia, amor, todo lo que siempre te debí dar —me miro suplicante.

Esto es demasiado.

— Necesito hacer una llamada —me paro de la mesa y me voy un poco lejos para que no escuchen la conversación.

Marco el número de mi tía Melissa y al segundo tono contesta.

***Llamada entrante***

Hola Ellie —me saluda mi tía contenta.

Escuchar su voz es un puñal en mi corazón en este momento.

— Dime la verdad —una lagrima cayo por mi mejilla y voy directo al grano— ¿Soy adoptada? No quiero mentiras.

Y-yo... —soltó un suspiro pesado y espere ansiosa la respuesta— Sí, eres adoptada —cerre los ojos recibiendo el golpe—Ellie, lo siento. Yo después te explicare todo cuando acabe mi turno y regrese a casa, ¿pero como te enteraste?.

Reprimo las ganas de llorar.

— Encontré a mi familia verdadera.

Corte la llamada.

***Fin de la llamada***

Era difícil describir como me sentía, pero lo podía resumir como dolida, engañada por tantos años, enojo al saber que tuve que soportar el trato de una madre que no me quería y me humillaba cada vez que tenía oportunidad.

Ahora todo era más claro. El único que siempre me quiso fue mi padre, el siempre intento estar presente en mi vida y que no me afectará el poco afecto que tenía mi ma... esa señora conmigo. Pero debieron decirme la verdad, así hubiera sido todo tan distinto. No hubiera permitido que ella me tratara de esa forma y me hubiera mudado hace años donde mi tía Melissa.

Unos brazos me rodiaron y me di cuenta que era Allison e inmediatamente le correspondí, pero apenas. Aún tengo mucho que procesar.

— No soy una McCall —susurre mientras soltaba un leve sollozo estando molesta con todos.

Allison se acerca más a mi apretando más el abrazo.

— Lo siento —susurro y me di cuenta que ella también estaba llorando—. Pero hay que ver el lado positivo a las cosas, ahora somos hermanas —me separo de ella y ambas nos miramos a los ojos—. Por eso sentía que ya te conocía, sentía confianza, cariño, como si te conociera de toda la vida —me sonrió mientras se secaba las lagrimas—. Siempre quise tener una hermana y que mejor que tu lo seas —le sonreí porque tenia razón, de ahora en adelante espero tenerla siempre conmigo.

— Tienes toda la razón y yo igual me sentía así contigo —le conté—. Ahora entiendo el porque.

— Ten —me separo de Allison y miro a la mujer que puede ser que me haya dado la vida—. Esta eres tú con Allison cuando estaban recién nacidas —me paso una foto donde salíamos Allison y yo. Las bebés que salían en esa foto no se parecían mucho, pero se notaba que eran gemelas. Una bebé la reconocí, era yo, lo sabía porque mi tía Melissa tenía muchas fotos mías en casa.

Suspire sintiendome ahogada de repente.

Tengo que salir de aquí.

— Necesito tiempo para pensar.

Le entregue la foto a la señora, tome mis cosas y salí de la casa sin esperar respuesta de alguien. Camino rápidamente hacia la calle y mi idea era entrar en el bosque pero alguien me toma el brazo.

— Te llevo —me ofrece Allison y yo negué.

— Quiero estar sola.

— Pero no puedes entrar al bosque es peligroso —me suplico con la mirada—. Oh al menos dejame acompañarte. Te veo muy alterada.

— Solo hay una persona con la que quiero estar en estos momentos.

— Derek —entendió rápidamente y yo asentí—. Ten cuidado.

— Por favor no le digas a tus padres que me voy al bosque se preocuparan —ella no dijo nada y solo asintió.

Me soltó el brazo y yo rápidamente me adentre en el oscuro bosque, ignorando el hecho de que había un animal que me podía partir en dos. Corrí por mas de diez minutos y luego me detuve para tomar un poco de aire, yo seguía llorando, era inevitable no hacerlo.

¿Estaba loca por querer que la compaña de un tipo que vengo conociendo hace 3 días? Pues sí y no me importa.

— ¡Derek! —grite por si su audición súper desarrollado de hombre lobo me capte, pero una parte de mi me dice que también del otro lobo y me tenso más no poder.

— ¿Cuántas veces te tengo que decir que el bosque es peligroso para ti? —escuche la voz de Derek y fue como música para mis oídos aunque su voz sonara enojado.

Tardó, pero al menos vino a mi.

Me giro sin contestar y me acerco a él dandole un abrazo tomándolo por sorpresa. Sentí su confusión en el momento en que tardó en rodearme con sus brazos.

Se sentía bien poder sentir su calor, su aroma. Suspiré relajandome mientras me acomoda en su pecho.

— ¿Que paso?

— Soy adoptada —le cuento en voz baja soltando otro suspiro mientras mi frustración y enojo volvía, al igual que las lágrimas.

— Lo siento —me beso la cabeza y yo lo abrace mas fuerte mientras las lágrimas caían por mis mejillas. Ya no podía pensar en lo que pudieron haber hecho, porque no fue así, nunca me lo dijeron y me enteré a la mala. Ya está, ya paso y debo aceptarlo para poder seguir adelante.

Los Argent me están ofreciendo lo que siempre quise, sin siquiera pedirme un análisis de ADN. Ellos están tan seguros como yo de que somos una familia y que tenemos todo el derecho a estar juntos.

Y pensar que este día iba ser feliz para mi y que nadie lo podría arruinar. Ruedo los ojos. Debo recordar que la felicidad no es para siempre si no de momentos.

— ¿Puedo quedarme contigo? —le pregunte con la voz rota.

— El lugar donde vivo no es muy cómodo que digamos...

— No me importa —lo interrumpí —. Quiero estar contigo, Derek.

— Esta bien —se separo de mi y se quito su chaqueta de cuero y mi corazón empezó a latir con rapidez al ver lo sexy que se ve con esa polera—. Ten —me la coloco ya que hacía frio y yo estaba desabrigada.

— No era necesario, pero gracias — sonreí un poco mientras me acomodaba bien la chaqueta. Creo que debo estar roja por el llanto, pero a la vez estaba un poco acalorada con la vista que me había entregado él.

Veo como Derek se acerca completamente a mi, invadiendo mi espacio personal y provocando que mi corazón comience a latir como loco.

— Deberías calmar tu corazón —me susurro Derek en la oreja asiendo que mi piel se me erice—. Se escuchan muy fuerte, tanto... que ni siquiera debo oler tu aroma para saber lo que provoca en ti —me sonrió burlón y yo me sonroje sin poder evitarlo.

Agradezco que sea de noche y no pueda verme.

— Deberíamos irnos de aquí —dije para tratar de cambiar de tema y este rió.

Diablos, su risa es sexy.

— Vamos —agarro mi mano y la electricidad volvió a recorrerme el cuerpo entero.

[...]

Llegamos a una casa que esta en medio del bosque, la casa era grande como una mansión, pero estaba toda quemada. Aquí debe ser el lugar en donde murió la familia de Derek.

Que horror, ¿por qué vive aquí? Creo que no es sano para nadie.

Al entrar a la casa estaba toda en muy mal estado por el incendio. Derek sin soltarme la mano me guió escaleras arriba hasta llegar a una habitación con una cama bien cuidada. Al menos tenía algo cómodo. Me saco la chaqueta de cuero y se la entrego a él.

— Tú duerme aquí —iba a salir por la puerta pero yo agarre su mano y lo detuve.

— No me dejes sola —le suplique y el pareció dudar—. Juro que no muerdo —sonreí bromeando.

— Esta bien, pero yo no prometo nada —se acerco a mi y ese comentario del final fue un mensaje directo a mi vagina. Pensé que tal vez me iba a besar y cogerme como corresponde, pero en vez de eso solo beso mi frente.

Derek se saco la polera y quede sin aliento, luego se quedo con solo bóxer y me entrego la polera que traía puesta. Con las mejillas encendidas por el calor me desabroche el vestido y este cae al suelo dejándome solamente en ropa interior. Derek me miraba fijamente y yo trague saliva con dificultad, con nerviosismo me puse la polera la cual me  tapaba todo el trasero.

Ambos nos acostamos en la cama y él me envolvió en sus brazos. Puse mi cabeza en su pecho escuchando su corazón que pareciera que va a salirse de su pecho.

Trague saliva intentando calmarme y obligo a mi cuerpo relajarse, evitando todo pensamiento impuro. Luego de un momento comencé a sentirme cansada.

— Buenas noches.

Cerre mis ojos para dormir.

— Qué descanses —fue lo ultimo que escuche hasta que caí en un profundo sueño donde soñaba a un Derek sin polera...










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