Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Modelo sexy

Capítulo  10

—Hola, ¿Camila, verdad? —me dijo una chica un poco mayor, con el pelo pintado negro y cortado en ondulaciones—. Soy Paloma, cuidadora de niñas. ¿Tú cumples algo de lo que me has dicho? Me dijeron que ya hablaron contigo. Creo que tenemos que asistir en bañarte y peinarte —volví a mirarla—. Bueno, voy a mandar a alguien que traiga tus cosas y te ayudo.

Me ayudaron con cosas como el cabello y a terminarme de echar el agua. La niña que había visto anteriormente, Sofía, parecía ser muy unida a esta, pues le ayudaba y la obedecía. Me daba la percepción de que hasta parecía un poco de miedo. Me vestí y terminé la cena. Catrina no salió de ahí después de lo que había pasado en la tarde por Mauro. Yo me había quedado observando en el patio un rato más. Llegó la hora de la comida y llegaron todos de la escuela. Llegó una chica morena llamada Laura y así fueron llegando uno a uno todos. Me di cuenta de que salían a diferentes escuelas, lo cual era fascinante. Era interesante ver lo que pasaba.

La primera noche en esta casa llegó más rápido de lo que yo esperaba y me fui a dormir. Me asignaron mi cama, me asignaron un lugar para poner mi ropa. Me sentía t extraña aquí, era como si no encajara. Al entrar a la habitación, me topé con esta chica, Catherine, la que tanta curiosidad me daba. Tenía ganas de cuestionarle cosas pero no podía hacerlo. La vi aferrada a un libro de Harry Potter cuando una de las mayores le dijo:

—Báñate, el olor está penetrando la habitación y en algo te molesta —le respondió ella, algo seria—. Estás viendo que la situación está así, por favor báñate, Katherine.

—No, y te recuerdo que no eres nadie para mandarme —dijo chupándose los labios nuevamente.

La otra no tuvo más que voltearse y caminar un poco. Yo me subí a mi cama. No podía dormir, hacía calor y al ser la primera noche solamente me bañé rápidamente. Me sentía como si no perteneciera a este lugar. Era tan extraño sentir que algo era tuyo y a la vez no. Tenía ganas de gritar por la injusticia que me estaba pasando. Extrañaba a Aurora. Pronto sonó una alarma. Podría apostar que era muy temprano, 5:30 para ser exactos. La mayor que me había hablado dijo riendo:

—Levántense.

Yo había podido conseguir mantener mi teléfono conmigo. También había podido mantener la contraseña y el internet para sobrevivir. La mayor dijo:

—Los horarios de levantarse aquí son demasiado pronto. Yo los cuido por la mañana, pero voy a la escuela, así que los tengo que levantar antes para dejarlas listas —nos dijo a mí y a las más chicas.

Me levanté, me coloqué la ropa y traté de continuar, pero aún tenía sueño. Sofía, la niña güera, no decía nada, solamente batallaba para levantarse y se tallaba los ojos.

—Sofi —volvió a hablar Paloma—, ya le expliqué a la nueva, por favor párate tú —volvió a hablarle a Katherine. Se retorció en su cama y dijo:

—Sí, ya  voy 

Se paró muy de mala gana, comenzó a peinarse y a tender su cama. Laura, por el contrario, con una risa sarcástica dijo:

—¿Y ese milagro? ¿Quién quiere que la vea o qué? No ha ido a la escuela en una semana y media desde la semana pasada y ahora resulta que de la nada está dispuesta a pararse. ¿Qué le está pasando? —Paloma la acompañó con una risa—. Ah, espérate, el miércoles vamos a ir al rancho que van a dar ese y el sábado son los 15 años, ¿verdad, Lau?

—Sí, son los 15 años de Catherine Va a ser en el rancho, ya lo hablamos y el sábado se hará, claro —pues ahí tienes tu respuesta —continué ella mientras Katherine se metía a bañar—. Se está parando porque no quiere que la fiesta se cancele y quiere empezar la semana bien. Estamos a martes y apenas ayer fue a la escuela muy a regañadientes y tenemos nuevas adquisiciones —dijo mirándome a mí.

Eran como las 6 de la mañana cuando volvimos a subir la rampa. Paloma, la mayor, se encargaba de peinar. Le pedí que me peinara. Para después, como a las 6:30, se fue la primera ronda, entre los que iban Katherine, Rubén, Laura, Rafael y Palomo. A ese punto ya habíamos comido y la cuidadora, Elizabeth, estaba completamente sola en la casa. A las 7:30 se fue la siguiente ronda y a las 8 se fue la última ronda. Para después quedar nuevamente Cristiano y yo solos en la sala. Mauro llegó a las 9.

—¿Cómo te va, chica nueva? ¿Cómo te trata?

—Complicado —lo miré con los ojos reseñantes—. Me levantaron muy temprano y estoy cansada.

—Si quieres verme un poco en lo que llega Fabiola y después vemos.

—No —le dije—. Quiero estar así —tomé mi computadora y me puse a escribir.

—¿Te pusieron reglas con la tecnología o con las llamadas?

—Sí, algo así. Tengo que tener cuidado cada vez que hago una llamada, decir con quién la hago y todo.

—¿Y tu teléfono?

—Pues me dijeron que mientras no lo use muy noche.

—Excelente. ¿Listos para ir el miércoles?

—Jajaja, qué entusiasmo —replicó Cristiano—. Por favor, es la primera vez. Deberías estar feliz, salir.

—No quiero, a menos que me importe que me corten la cabeza.

—Vamos, es un día del niño. Debes empezar a salir y debes empezar a aprovechar tus permisos de adolescente.

—Permisos de adolescente. Te recuerdo que aún corro riesgo y el hecho de que me dejen salir para protegerme de mi padre no significa nada.

—Claro que significa. Llevarte, si le demostramos que estás bien, no nos cortará la cabeza —dijo el cuidador.

—¿Quién? —inquirió Camila.

—Mi padre. Soy hijo del sicario —dijo Cristiano, como si fuera la cosa más pequeña del mundo—. Mandó un audio el muy cabrón. Nos ha hecho sufrir, nos ha amenazado de muerte. Katherine quería llevarte a su fiesta de cumpleaños. Es el sábado y pronto será la del DIF.

—Lo sé, pero no iré. No estoy dispuesto a salir.

—Cristiano, por favor, rompe eso.

—No, Mauro, no lo haré.

—Debes dejarlo, empeñarte en que cumplas según tú lo que signifique una vida normal.

—¿Qué es eso? —preguntó Camila, interrumpiendo mi defensa hacia Cristiano.

—Los bocetos del chico.

—¿Dibujas? —pregunté.

—Sí, dibujo, pero no soy profesional.

—Claro que no —tomé la libreta sin su permiso y decidí examinar uno por uno. Encontré uno que me inquiriría una gran inquietud: eran unos ojos gigantescos y negros de pestañas largas, los ojos de Mauro. No hice nada ni pregunté. No pregunté de dónde salieron, no quise averiguarlo. Aún no me sentía lista. Aunque sabía que estos dos tenían una gran química, me bastaba con sentir la forma en la que se miraban o la tensión que se sentía cuando estaban cerca para saberlo.

—Pues son buenos, por lo que parece —volví a mencionar, metiéndome de nuevo en la conversación.

—Claro que Cristiano va a ir. No creo que no le convenga quedarse aquí.

—¿Por qué no me habría de convenir? —preguntó.

—Hay información reveladora —dije mientras sonaba el timbre y Mauro se dirigía a ver la puerta. Pronto comenzarían a llegar todos de la escuela.

—¿Qué quisiste decir?

—Rebelde. Ni siquiera me conoces. Llevo dos días aquí, ni siquiera he cumplido 48 horas y ya me dices rebelde. Algo tramas.

Es obvio de quién son los ojos —Cristiano—. Mauro preguntó como si nada. Mauro sabe que lo pintas o te ha dejado pintarlo y no quiero que se lo digas, rebeldita. Entonces vas a salir y vas a ir a esa fiesta el sábado.

—¿Me estás amenazando?

—No, pero no creo que te convenga que Mauro se entere que le pintas el rostro, la barba y los ojos. Principalmente está libreta está llena de sus ojos y sus pestañas —dijo la chica con tono burlón—. Vaya, vaya, aprendes rápido, tienes colmillo, sobrevivirás rápido en la casa renacer.

—Eso espero. Mientras tanto, quiero que sepas que puedes contar conmigo para guardar tu amor secreto. Mauro me recuerda a mi hermano mayor. No puedo decir que siento algo más por él —dijo ella volviéndose a burlar de mí.

—¿Cuál vibra? —pregunté.

—Por favor, puedo sentir como lo miras, la tensión sexual entre ustedes. Aunque claro, hay una tensión entre ustedes, aunque ninguno esté dispuesto aún a reconocer sus sentimientos.

¿Acaso esta estaba loca? ¿Acaso era una vidente que me hablaba del futuro? Lejos, porque tienen un amor que tendrá devoluciones, defensas y algo más, tienen un amor que tendrá algo más, tienen un amor que será su tormenta, su paz y su serenidad. Le es el futuro. Ya te dije, Mauro solo es uno de mis modelos.

—Vaya, pero qué modelo más sexy —me respondió.

—Modelo secreto, porque de eso él no sabe nada, ¿o sí? Desde ese momento sabía que yo tendría una gran complicidad con este chico, tal vez se convertiría en mi mejor amigo. El día procedió tan lento y a la vez tan rápido. Hora de comida, llegaron todos de la escuela, todo parecía normal. Volví a entrar a la habitación, me volví a bañar. Catherine y yo tuvimos una charla. Entré a la habitación, ella se encontraba tirada en el piso tomándose un té con unos pants negros y una camisa. Por primera vez parecía peinada y algo decente.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Sí, claro —dijo ella.

—¿Tendrá fiesta de 15?

—Sí, será el próximo sábado.

—¿Llevarás a Cristiano?

—Sí —volvió a decirme.

—¿Por qué?

—Quiero que lo saques, que conozca el mundo y se disfrute de la vida.

—Wow, ¿te gusta?

—No, simplemente es un chico con un tremendo dolor. Es un chico que merece vivir.

—¿Te gustan los libros? Hoy cuando llegué de la escuela vi que mientras estabas en el patio con los niños, llevabas uno que se llama "La brújula y el peregrino".

—La verdad, sí. Me lo regaló mi maestro antes de irme, o más bien antes de entrar aquí, pero jamás le agarré la onda.

—Ok, tal vez porque no es un buen libro, pero te puedo prestar uno que sí te enganches —dijo de la nada, bajando de su gran libro—. Tú y yo aquí y yo ahora, solo cuídalo y devuélvemelo bien. Y de Cristiano, no te preocupes, me encargaré de que se abra al mundo.

¿Qué tenía esta chica? Todos decían que no salía, que era la loca depresiva, pero a mí me gustaba hablar con ella. Me gustaban mucho sus ojos, su cabello rizado, pero en el fondo esos ojos de oscuridad proyectaban un tremendo dolor. Pronto se llegó el miércoles, pronto se hizo de mañana y los niños faltaron a sus respectivas escuelas para todos en traje. Yo decidí no usarlo, Catherine tampoco. Llevaba un suéter y yo bien cubierta. Parecía que no hacía calor, pero a la vez en ella se proyectaba un frío gigante. Cristiano volvió a burlarse mientras ahora no se despegaba de ese libro para nada. Parecía que tenía miedo que tomara el libro de sus dibujos de la nada.

—Jaja, dónde cayó el helada —volvió a decir Cristiano—. Deja de burlarte, niño bonito. Es miércoles, vamos al rancho.

—No te parecerá bueno, conozco el rancho muy bien y no me voy a meter a la alberca —dijo ella volviendo a tomar su libro de Harry Potter.

—Y dime —preguntó Catherine—, ¿te ha parecido interesante el libro?

—Sí, la verdad sí. Y tenías razón, el libro que traía no era el correcto, jamás me iba a enganchar.

—Qué bueno. Me parece un excelente libro para comenzar la lectura. Puedo prestarte más. Tienes mucho tiempo libre, los devorarás.

—¿Sabías? —me dijo Camila viéndome de nuevo a los ojos.

—¿Sabías? —me dijo la chica de la silla de ruedas.

—¿Qué? —pregunté imperiosa.

—Catherine, yo escribo.

—Wow, entonces ubicas diferentes plataformas, supongo.

—Sí, mi libro favorito, "After", me dejó traumada. ¿Tú lo ubicas? —me preguntó.

—Sí, Camila. La verdad es que "After" es un libro muy bueno.

—Seremos buenas amigas, por favor, y perdonarás que no te pueda llevar, pero solo vamos adolescentes y tú, pues tú no tienes que dar justificaciones, sé que llevo la silla.

—No, no es eso, pero lo del sábado solo es para adolescentes y tú no llevas tanto tiempo, no sé si te puedan dar permiso.

—No te preocupes, Catherine, todo estará bien. No has hecho nada malo, no me ofendo ni me molesto si es lo que te preocupa.

—Gracias, y tú me hablaste de "After", ¿desde hace cuánto lo conoces?

—Bastante, conozco otros como "Boulevard" —le dije a la chica.

—Wow —Catherine abrió los ojos—, tenemos muchas cosas en común. "Boulevard" me dejó llorando por bastantes semanas.

—Ya me aburrí, esta plática se hizo muy larga —afirmó Cristiano—. Basta, dejen de hablar de libros, tengan vida social.

Llegamos al rancho, los niños se bajaron y disfrutaron como nunca. Fabián venía con nosotros y Mauro, el flamante Mauro. Catherine se fue a las áreas verdes y se recargó en los árboles.

—Voy a leer, disfruten.

Yo tomé mi libro también, no había traído nada para vestirme. Cristiano, por el contrario, decidió quedarse en shorts y Mauro decidió meterse a la alberca con los dos pequeños. Nada llamaba mi atención hasta el momento en que parece que algo se eclipsó. Mauro, con su flamante musculatura, no era musculoso, era obvio, pero sí tenía buen cuerpo. Tenía unos 28 años y unas piernas firmes. Salía mojado de la alberca donde estaba con los niños, parece que uno necesitaba ver al baño. Cristiano estaba fuera de la alberca envuelto en una toalla en el momento en que tanto Catherine como yo, una al lado de la otra, nos percatamos de lo mismo. Con una mirada pícara me dijo:

—¿Ves?

—Te dije que se miran, es como si se devoraran con la piel entre los escurridizos pectorales y piernas de Mauro. Deja de aplicar la de tus libros puercos de los que hablábamos hace rato.

Sabes, no es una fantasía ni una novela romántica ni tendrá un final exótico, pero Catherine tenía razón en algo. ¿Por qué Cristiano lo tenía como flamante modelo? ¿Por qué le daba tanta paz? ¿Por qué algo me decía que en su química el universo quería informar algo más? ¿Por qué con el hecho de tenerlos en el mismo sitio y a unos metros de distancia se podía sentir como el universo conspiraba en un fuego intenso de pasión y excitación, una explosión, una devoción? O tal vez una traición del corazón. Algo teníamos claro: Mauro y Cristiano eran toda una explosión, el Big Bang. Por ahora solo teníamos claro tres cosas: la forma en la que se miraban, lo que destellaban iba más allá de nosotros y la segunda cosa era que va a ser difícil, complicado, pero viviríamos un romance apasionado. ¿Por cuánto tiempo Cristiano podría mantener a su modelo sexy oculto?

—Catering, ¿Por qué Insistes tanto?    —pregunté por cuarta vez , pues ya me tenía fastidiado —Vamos cristiano tienes que ir con nosotros. 

Ya te lo dije quiero que te integres, quiero que te sientas cómodo, quiero que seas parte de los adolescentes de la casa Renacer .Vamos vamos,tienes que ir a mis 15 por favor. 

 — Para que sea el inadaptado Jaja me burlé

 —Por tercera vez en serio por favor cede.

Volví a rodar los ojos mientras traté de hacerla ver que era una tontería y así tener pretextos para poder decirle a Camila que de alguna otra manera Katherine me había retirado su invitación. Pero al contrario necia y testaruda como solamente demostraba lo poco que conocía de Katherine.Decidió aferrarse a sus solicitudes de que fuera a esa maldita fiesta de 15 años había movido cielo mar y tierra con sus por lo que había escuchado en la casa, que para que hicieran esa fiesta gastaron mucho dinero todos en la casa murmuraban que había manipulado.  A casi todo el mundo y yo ahora me encontraba aquí condescendiente ante sus ojos pero por un lado tenía el deseo interno que ni siquiera entendía de dónde venía de complacer a Mauro por otro lado quería demostrar que Estaba cambiando y por otro lado tenía La amenaza de Camila encima de mí no era momento no estaba listo para que se enteraran de mi gran secreto, oculto ni mucho menos que desde hace mucho tiempo Mauro y sus ojos estaban clavados en mis dibujos y en mis sueños .Sí por qué de confesarlo aunque sea solo para mis pensamientos desde que Mauro me había consolado de las pesadillas y cuidado el día de la fiebre . Yo estaba soñando con él y ni siquiera entendía el porqué llegamos al rancho, Catherine y Camila decidieron agarrarse entre sus conversaciones de libros decidí alejarme porque quedé harto de escuchar esa conversación decidí , ponerme el traje de baño y meterme a la alberca. Poco después tenía a Mauro siguiéndome, el Paso pues decidió meterse también para vigilar a los niños. —¿El agua está buena?,saludé acercando mi cuerpo un poco a Mauro nuestros muslos se tocaban y nuestras piernas estaban casi tocándose pegadas al punto de sentirnos piel con piel yo no sentía nada era como estar con otro hombre en la ducha sin embargo había una vibra en las miradas de Catherine y Camila que eran dirigidas hacia nosotros que me hacían sentir algo especial, me gustaba estar con Mauro 

— Sí contestó está muy buena pero está algo tibia ¿sabes nadar? cuestiono —Sí me gusta bastante ,pero aún no soy experto no me considero clavadista olímpico dije sarcástico —Tú clavadista olímpico—Sí antes practicaba uno que otro deporte Cristiano me interrumpió         —Creo que debemos hablar sobre lo que pasó cuando tu padre mandó el audio traté de evitarlo con la mirada porque sabía, a dónde iba esta conversación pero tampoco me sentía tan valiente como para decirle que no dejé que entablara esta conversación de nuevo —¿Qué pasó? —pregunté como fingiendo que no existía tu pecho y tu cuerpo tartamudeado y continuó estaban muy cerca de mí cristiano y te abracé  de más creo que ,no quiero que lo malentiendas debo ser una figura paterna para , también he visto cómo me observas puedo entender el por qué lo haces pero no sé si seas consciente de que soy tu cuidador y ningún otro tipo de relación está permitido,  siento que me extralimité al colocarme tan cerca de tu piel y abrazarte por atrás no fue la manera correcta .Pero en serio pretendía controlar tu ataque no quería que te diera un ataque de pánico o que terminaras rompiéndote —Lo observé técnicamente mientras terminaba de decir estas palabras    —No te preocupes yo entiendo que eres un profesional no pienso nada malo solo hacías  su trabajo tratar de contenerme — Sí pero no debí susurrarte ni hablarte así he de reconocer que al decir mi nombre en tu dulce voz suena romántico y demasiado interesante, te burlas de mí me miró levantando una ceja —¡No !—Decir que no sería un estúpido narco suena muy interesantemuy sexy de inmediato él procedió a soltar una carcajada qué te digo deja de verme así, de ver mi cuerpo —Es escultural y podría decir que me gusta —Ese es el asunto cristiano después del abrazo y de observar cómo me miras, me temo que se podría malinterpretar he visto la risitas internas que tiene Katherine y Camila y en verdad te digo que no quiero chismes ni errores por favor entiende que puede peligrar mi trabajo por favor entiende que no está correcto debemos extralimitarnos a cumplir reglas — tienes razón me has cachado mirándote pero me inspiras una paz y me recuerdas a alguien le contesté si algo te puedo prometer es que jamás te voy a ver como lo que crees pues me recuerdas a mi hermano. 

La tarde prosiguió como si nada pasara. De la nada, Mau ordenó que todos los niños se fueran a vestir para retirarnos. En fin, se acabó la tarde. Mientras Catherine y Camila compartían libros, yo procedí a ponerme mi ropa. En ese momento, creo que hubiera deseado que el universo me hiciera un paro y no me dejara estar ahí. Estaba en el baño cuando escuché a Mauro grabar una nota de voz del otro lado de la puerta. 

—Te digo la verdad, escuché cómo su voz dura y angustiada me hacía sentir ganas de correr y abrazarlo. Él no es noche, pero sí tiene el mismo juego de noche. ¿Qué me pasa con ese chico? —pensé.

No sabía de quién hablaba, pero quería saber más. Fue por eso que procedí a quedarme, aunque sabía que estaba mal. Cristiano escuché mi nombre y la conversación se volvió el triple de interesante de lo que ya estaba. No dejó de ver sus ojos, aunque yo me recuerdo que es menor de edad. Lo observo mientras duerme en la sala, durante el día observo sus dibujos y sé que soy su modelo. Sé que me ha dibujado, sé que mientras estaba en la alberca observaba mi torso. ¿Qué me está pasando con este chico? Es un mocoso comparado conmigo, ni siquiera lo conozco tanto, ni siquiera sé sus hobbies ni sus pasatiempos. Tal vez sea un mujeriego.

—Felicidades —se escuchó una voz del otro lado de la línea y fue cuando caí en cuenta de que no estaba en un audio sino en una llamada—. ¿Te estás enamorando del chico de 17 años que está a unos meses de cumplir 18? Ese amor no sería ilegal.

—Yazmín, ¿te burlas de mí? —contesté de inmediato—. Hace tanto que no me enamoro, ya no sé cómo se usa esa fórmula, ya no sé cómo funcionan las cosas y me dices que me estoy enamorando del niño de 17 años que podría...

—No me vayas a salir con que podría ser tu hijo porque son 10 años de diferencia. No exageres, Mauro.

—Ni siquiera lo conozco, ni siquiera sé quién es, ni siquiera sé sus gustos, sus pasatiempos. ¿Acaso se va a repetir la historia de noche?

—Yasmín, no. Porque si algo sé claro es que tú nunca habías querido decir cuál es el sexo de noche. Tal vez de esa forma sea más fácil que no se repita si es de otro género —se burló.

—Lo disfrutas, disfrutas lo que me está pasando. Sus ojos me encandilan, los observo mientras duerme, me preocupo por él. He leído el diario que escribe a escondidas. ¿Qué me pasa? Soy un hombre atlético que sueña con Italia, una maestría, el doctorado. Es hijo de casa.

—Sí, Mauro. Pero sabemos que tuviste a alguien especial. Sé que te gustan los dos sexos porque también he visto cómo lo observas y no creo que me estés llamando porque yo no sepa toda la historia. A mí y a Fernanda nos contaste de noche, pero nunca nos dijiste el género. Pero sabes, a mi sospecha, creo que ya deberías declararte un eterno gay y que estás enredado en los ojos de ese muchachito baboso —dijo ella burlándose nuevamente de mí.

—Te lo vuelvo a repetir —le contesté—, soy un hombre atlético que sueña con la maestría, que sueña sus sueños. Tengo.un  sueño ya y esto podría terminar muy mal, podría terminar en mi pesadilla. Ni siquiera sé con quién me voy a meter, ni siquiera sé cómo se llama, ni siquiera sé de dónde salió. Pero es distinto, de protegerlo y de pasión, es algo que me mueve más allá. Es algo que me atrapa. Me gustaría conocer sus tiempos, me gustaría conocer qué le gusta, me gustaría conocer sus hobbies, me gustaría hablar con él, me gustaría conocerlo, saber de sus miedos,  saber de sus pasatiempos. ¿Cuál es su película favorita?

—Y también te gustaría que te besara, no lo niegues —dijo Jazmín del otro lado—. Esa boca mordaz y fina, esa boca y esos labios apetecibles.

Al escucharlo hablar así, me hacía sentir ganas de tumbar esta puerta y decirle que estaba del otro lado, pero quería saber más porque la verdad, físicamente me sentía atraído por el muchacho mayor que se encontraba del otro lado de la puerta. Llevas meses en esto, más de tres.

—Felicidades. —Porque creo que le dijiste que se alejara de ti para que no vieras chismes. Eso significa que estás reconociendo que hay un sentimiento más allá de lo que tú debes sentir. Acéptalo, Mauro.

—Cristiano vino a encandilarte, ¿y dime qué fantasías tienes? ¿Fantaseas con besarlo? Lo vigilo mientras duermo, sé que es enfermizo y sé que es tonto, pero es un sentimiento, el sentimiento que vas a callar —dijo.

—No estoy enamorado, solamente quiero que entiendas que es una atracción física, la que puedo matar —respondí.

Al escuchar esto, algo en mi interior se rompió. Aunque no lo podía culpar, si yo sentí primero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro