Mason

—¿Sabes que algún día descubriré tú oscuro secreto no? — Preguntó Ana con una sonrisa mientras salíamos del instituto.

—No tengo ninguno así que pierdes tú tiempo — Dije empujándola para que dejara de acusarme — En la noche podemos ir a vernos la nueva película que salió.

—Ya sabes muy bien que eso no se pregunta, he estado esperando su estreno desde hace meses — Se detuvo para mirarme — No me cambies de tema, me parece sospechoso que te desapareces de vez en cuando y tú humor está un tanto diferente.

—Lo que eres es una paranoica — Continuamos con el camino ya que pensaba acompañarla a su casa — Entonces yo paso a recogerte linda.

—Lo descubriré — Susurró a la vez que con un beso en el aire se despidió para desaparecer en el porche.

Sonreí mientras retomaba el camino a ese restaurante que tanto me gustaba en el centro de la ciudad, la verdad era que Ana en eso era muy perspicaz y aunque traté de ocultarlo ella ya había comenzado a notar que algo llevaba entre manos.

No era que me apenaba el hecho de salir con Lina, la realidad era el miedo que me provocaba el hecho de herirla y por esa razón perder a Ana. Era muy consciente de la relación de hermandad entre ellas, así que hasta no tener una seguridad de que realmente funcionaríamos, no diría nada.

Luego de unos largos minutos, llegué al acogedor lugar pues tenía un ambiente retro que te daba cierta calidez cada vez que estabas ahí, y aunque no era la hora perfecta para comer sushi, a los dos nos importaba muy poco, pues al final era un lugar que amábamos. Busqué con la mirada hasta encontrar a Lina en la misma mesa de siempre, ella llevaba un bonito conjunto rojo que resaltaba con el color de su cabello azabache.

—Llegas como 20 minutos tarde — Exclamó al verme — Solo porque esta vez pagas la cuenta lo dejaré pasar.

—Estaba dejando a Ana en su casa — Dije con una sonrisa — Mis disculpas dama.

—Pero es que te salvas muy fácil — Replicó formando un puchero — No es justo.

—La vida no es justa linda — A pesar de que sabía estaba mal, amaba que cada vez que me refería a ella de esa forma, sus mejillas se sonrojaban — ¿Tienes el equipo?

—Claro que lo tengo — Sacó un portátil de su mochila de tal forma que terminamos sentándonos juntos para ver el monitor, lo que creó esa misma tensión que estaba cada vez que la distancia entre nosotros se acortaba.

Mientras ella se concentraba en ingresar distintos tipos de códigos para hackear la cuenta del profesor de historia que estuvo diciendo ciertos comentarios pesados sobre la sexualidad solo por un rumor falso y del cual pensábamos vengarnos, me fijé en cada movimiento de su boca al hablar, sí era sincero para ese momento no estaba atento a lo que decía, pero es que la vista de esos labios que tanto me gustaban me tenían embelesado, tanto que cuando ella lo notó solo se limitó a observarme.

— ¿Mason? — Preguntó confundida.

— ¿Qué pasa? — Dije intentado reaccionar.

—Es que no sé qué configuración poner aquí, tú eres el experto en esto — Su tono de voz fue disminuyendo a medida que su mirada bajaba a mis labios — Yo...

—La verdad solo debemos programarlo y — Estaba intentando volver a la realidad cuando ella me interrumpió al besarme.

En un inicio solo me mantuve en la misma posición, pero ella solo había adelantado algo que quería hacer hace ya mucho tiempo, así que sin pensarlo lo continúe aumentando la intensidad hasta el punto de que un gran suspiro salió de su boca a la vez que aventuraba mi lengua por sus carnosos labios.

Cuando nos conocimos la conexión no fue inmediata, pero a medida que íbamos coincidiendo estoy seguro que algo nació, y no por ser romántico, solo que era ese tipo de sentimiento a los cuales solemos huir con tal de no ser lastimados, vaya que a pesar de esforzarnos como humanos para parecer fuertes y nada vulnerables, a la hora final terminábamos siendo los cobardes de siempre.

Fue muy inesperado cuando de repente salíamos solo los dos, al inicio como todo, era un poco incómodo, pero a medida que se creó una confianza terminamos hasta siendo hackers vengativos contra las personas que no eran de nuestro agrado, y poco a poco me di cuenta que ella me atraía más de lo que pensaba, pero supongo que no lo suficiente para soportar la llegada de Freya...

Aún recordaba el día que la conocí, y creando una comparación con la actualidad, no sé en qué momento dejé que las cosas se fueran por un camino tan equivocado como ahora, quizás tenía tanto miedo por lo que sentía con Lina que tomé la decisión de hacerla a un lado, de olvidar cualquier sentimiento hacia ella para crear un reemplazo que nunca fue suficiente, y ahora, que estaba sentado en aquel restaurante muy formal para mí gusto a la espera de mi prometida, la certeza de que había errado era aún más intensa.

—Así que me cambiaste por ella — Exclamó Lina con los ojos vidriosos — Pensé que podríamos formar algo, yo la verdad estaba tan ilusionada... ¿Qué pasó?

—Yo...No sé qué decirte — Susurré evitando su mirada.

Esa noche habíamos pedido comida rápida en la casa de Ana, pero mientras ella estaba en el baño, Lina y yo salimos al exterior para tomar un respiro, aunque en mi mente no pasó el hecho de que ella me arrinconara de la forma en que lo hizo.

— ¿Por qué no me sorprende? — Dijo junto a un largo suspiro. — Esperaba que por lo menos tuvieras la valentía de decirme tus razones en mi cara, ¿No has pensado quizás en todo el daño que me has hecho? — Estresada porque no la miraba, tomó mi rostro con sus dos manos para que nuestros ojos se encontraran. — Mírame a los ojos y dime que no sentiste nada por mí en ningún momento, dime que todo fue un juego de diversión para ti, que yo fui una estúpida por ilusionarme y creer en señales que al parecer nunca existieron.

—No puedo — El dolor que sentía y podía notar en ella me estaba carcomiendo por dentro, no tenía excusas, no iba a ser tan descarado como para mentirle en la cara de nuevo.

—Necesito que me des algo Mason — Las lágrimas caían poco a poco por sus mejillas — Necesito seguir adelante pero solo lo haré sí me dices las razones, sí me das una explicación.

—Yo nunca quise herirte, eres y siempre serás una persona importante para mí — Aparté sus manos de mi rostro — Pero no te merezco Lina, fui la peor persona al hacerte lo que te hice, yo...

—Para — Dijo retrocediendo — No tienes que inventarte esa excusa de que eres lo peor y al final eres mucho para mí — Una sonrisa triste se formó en su boca — Ahora tengo muy claro que lo único que hiciste fue huir, que triste que tuvieras que ser tan cobarde, ¿Vas a negarlo?

Me hubiera gustado decir que protesté, que le aclaré que las cosas no eran como ella las pensaba pero sí era honesto Lina tenía toda la razón, quizás por eso no era capaz de darle la cara, y peor aún mientras en ese momento ella me observaba con una decepción tan palpable que comencé a sentir que me estaba asfixiando.

—Chicos, ¿Qué hacen aquí? — Preguntó Ana apareciendo en el marco de la puerta a la vez que Lina limpiaba los rastros de sus lágrimas con rapidez.

—Pensamos que era el pedido pero al parecer solo era una broma de esos idiotas — Dijo disimulando muy bien su dolor.

—Volvamos entonces, creo que la película ya va a iniciar.

Esa noche fue la peor de todas, al parecer la única que estaba disfrutando era Ana, porque tanto Lina como yo habíamos comido muy poco ya que estábamos perdidos en nuestros pensamientos.

Siempre me arrepentiré por haber sido tan imbécil esa noche, ya que semanas después Lina tomaría la decisión de arrollar a Freya con su auto donde las cosas comenzarían a desmoronarse poco a poco....

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