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Capítulo 9 - Mi compañero de vida

Ana

El día anterior habíamos ido a la universidad por una cita que teníamos con el decano de la facultad de medicina, había estado nerviosa porque no recordaba el lugar además de ver el imponente edifico con una gigantesca imagen de médicos con la bata usual, y que justo estuviera entre ellos sonriendo fue sorprendente.

*

—Bienvenidos, les pido disculpas pues el nuevo semestre iniciará dentro de poco y como estamos celebrando 100 años de la universidad los preparativos son un problema completo — Habló una voz a nuestras espaldas, lo interesante fue que de inmediato la reconocí, pues fue la misma que recordé la vez que salí del hospital.

—Justin — Susurré llamando su atención, ya que el nombre apareció en mi cabeza.

—Al parecer su amnesia está progresando en gran escala señor Clarke, y sí Ana, soy el decano de esta facultad y a veces también docente — Suspiró sentándose en su escritorio — Este proceso será un tanto complicado, pues hay que tener en cuenta que Ana ya está a punto de terminar la carrera, y como la amnesia tiene una recuperación lenta tenemos que ayudarle dándole ciertas clases extras.

— ¿Antes de entrar? — Preguntó mi padre sosteniendo mi mano.

—No, cuando ingresen todos los estudiantes, de eso no hay problema, aunque sí me gustaría preguntarle qué opina respecto a hacer estas clases en dúo — Cuando me disponía a preguntarle en quien hacía referencia, me fijé en una revista en la que aparecía como portada. Mi cabello rubio reluciendo con el hermoso uniforme blanco que tenía en un título grande estaba "Los Ángeles Magazine", porque al percatarme de la leve distracción del decano, tomé la revista y busqué la página principal donde había más fotos mías. En el encabezado aparecía "Una de las mejores estudiantes de la universidad de California salva a la reconocida estrella de Hollywood".

—Ese día estabas tan nerviosa que me esperaste casi dos horas para revisar el resultado de tu operación, y déjame decirte que, para no ser una neuróloga, fue impecable. — Dijo el decano despertándome de mi ensoñación — Ambos sabíamos que te estabas inclinando para el área de neurología o neurocirugía, entonces ese día la sala de emergencias estaba a punto de explotar y un famoso actor tiene un fuerte golpe generándole graves daños entrando a nuestra UCI, pero ningún neurólogo estaba disponible — Sonrió mientras me miraba — Entonces entraste al hospital de la universidad y te ofreciste, pues sabias que la operación no era muy complicada pero si era de tener cuidado porque cualquier error podría generar la parálisis general del paciente. Al principio se negaron, pero luego de enterarse de tu historial aceptaron dejándote entrar al quirófano. Semanas después toda la ciudad se había enterado, y un día el famoso periodista de "Los Ángeles times" decidió venir hasta tu aula y entrevistar a la estudiante estrella que había salvado a Chris Hemsworth o mejor conocido como "Thor". Eres una de las mejores estudiantes que tiene esta universidad Ana, no por nada saliste en la imagen publicitaria a nivel internacional de esta.

—No puedo creerlo — Miré a mi padre que sonreía orgulloso.

— Ese día fue uno de los mejores hija, hasta se tomó una foto contigo, además de firmarte cierta camisa que tienes en el apartamento enmarcada. Y te mencionó en las redes sociales o algo así, pero sabes que no entiendo mucho de eso.

Para comprobar saqué mi teléfono escribiendo torpemente el nombre del actor que había mencionado el decano, y en efecto, había una publicación donde un apuesto hombre salía a mi lado, agradeciéndome por salvarle su vida, y miles de felicitaciones para mí en los comentarios de una publicación con casi tres millones de me gusta.

*

Como la curiosidad me venció, decidí verme las películas de ese famoso actor, y por supuesto me encantaron, así que sentía que recuperaba una parte de la persona que había sido antes del accidente, y gracias a todo lo que me había enterado, los recuerdos me llegaban a mi cabeza más rápido que antes.

Estaba en la biblioteca pública buscando ciertos libros que me había recomendado el decano cuando el tono de mi móvil sonó sobresaltando a las personas que leían silenciosamente y que me miraron con hastío cuando se dieron cuenta que el sonido provenía de mí.

— ¿Sí? — Pregunté al contestar el número desconocido.

—Bueno espero que no me hayas olvidado — Habló una voz que reconocí lo suficiente como para sonreír — Porque de no ser así, la reservación que he hecho sería una pérdida

—Claro que te reconozco — Respondí saliendo del lugar ante la pesada mirada de la bibliotecaria — Al parecer si ibas en serio con la cita.

—Claro que sí, por lo que hice una reservación en mi restaurante favorito para mañana en la noche y que te aseguro la comida es deliciosa — A pesar del ajetreo que se escuchaba, la voz de Camilo estaba serena y un tanto eufórica — ¿Quieres que vaya a tu casa por ti?

—Pues es mejor que nos encontremos en el lugar, mi padre sigue un poco paranoico ya sabes...

—Está bien, entonces dentro de un momento te envío la dirección y bueno, mañana en la noche nos vemos.

—Claro que sí — Terminé cortando la llamada

La verdad es que quería evitar el incómodo momento en que mi padre viera al médico que me trató durante mi estadía en el hospital llevándome a una cita, porque ya me imaginaba la tosca actitud que adoptaría y en sí, solo quería distraerme un rato, así que no veía la necesidad de que él se enterara.

Durante el día luego de conseguir los libros que buscaba en la biblioteca, me fui a casa para buscar algún vestido formal que tuviera en el closet que había utilizado en mi pasado, pero para mi suerte no había casi ropa, entonces la explicación llegó a mi cabeza y como desconocía la ubicación de mi antiguo apartamento me obligué a hablar con papá que a pesar de su negativa accedió. El camino no fue muy largo, de hecho, fue casi el mismo que tomamos para ir a la universidad.

Al llegar había diversos edificios, y el de nosotros era el bloque A, apartamento 102, por lo que subimos en el ascensor, y luego de ingresar ciertas contraseñas que papá tecleó en una pantalla la puerta se abrió mostrando una bonita vista a la ciudad, al parecer, el lugar era muy moderno aunque un tanto abandonado por obvias razones.

— ¿Cuándo me dejarás verlo? — Pregunté al ver ropa de hombre en un sofá.

—Ana ya hablamos de esto, sabes muy bien que el médico no lo permite y...

—Pero las cosas cambian papá, mira el gran avance que he tenido — Dije interrumpiéndolo — Creo que es mi derecho.

—Es peligroso Ana, ya alguien amenazó a tu madre — Cortó dándose cuenta que se le habían ido las palabras.

— ¿Cómo que amenazaron a mamá? — Una extraña preocupación comenzó a invadirme

—Pues no fueron muy concretos, pero depende de tu vida así que la próxima intentaremos ver quien es o qué quieren con exactitud — Replicó dándome la espalda

—Solo les pido que no me oculten las cosas porque el hecho de que haya olvidado parte de mi vida no quiere decir que todo tenga que ser indiferente a mí.

—Ana te estamos protegiendo — Hizo un intento de acercarse a mí, pero lo detuve

— Solo dame un momento a solas por favor — Exclamé, sabía que estaba siendo injusta pero la verdad, la rabia me estaba invadiendo y no quería desquitarme con él.

—Te estaré esperando en el auto — Aceptó dirigiéndose a la puerta — Y no olvides que lo único que hemos buscado tu madre y yo es protegerte, porque eres lo más importante que tenemos, y no pienso permitir que te pase algo otra vez.

Tenía la razón, pero simplemente comencé a sentirme inútil, porque no era justo que mis padres enfrentaran esto solos sin que yo pueda ayudarlos como realmente me gustaría, lo que es aún más estresante.

Caminé hacia la primera habitación que estaba en mi campo de vista donde al girar la manija me encontré con una cama mucho más grande que donde dormía, y justo en una de las paredes estaba el uniforme blanco con una firma que no me costó mucho identificarla, pues era del reconocido actor del que me había hablado el decano.

La habitación estaba limpia y ordenada donde en el closet se encontraba tanto la ropa de lo que supuse era de Eric, y mía. Pasé mis manos por la suave tela de un suéter que, al percibir el olor, era masculino, era de él.

—Mamá puedes estar tranquila, ya encontré el apartamento, de hecho, estoy entrando a la habita... — Una voz se detiene a mis espaldas — Ahora hablamos mamá — Cuando me giré para ver la procedencia de la voz, vi a un hombre, un poco más alto que yo, que no sé por qué sentí cierta familiaridad con él.

— ¿Quién eres? — Pregunté alejándome

—No puedo creerlo — Susurró — ¿Ana?

—Sí, pero ¿Quién eres? Y ¿Cómo es que estás aquí sí los únicos que supongo deberían saber serían mi familia y la familia de Eric?

—Es que yo soy...Yo soy Eric — Dijo mientras caminaba hacia mi dirección levantando su mano.

Me quedé estática admirándolo porque básicamente era impactante ver a esa persona que se supone conoces de una manera muy íntima, tanto como el matrimonio lo permite, y que de repente sea un desconocido para ti, una persona que en ningún lugar de tu mente tenga un recuerdo reservado, porque era así, no lo recordaba.

Su mano rozó la mía y justo en ese instante mi mente viajó hacia un recuerdo, pero lo extraño era que me sentía diferente respecto a las otras veces que me había pasado, este recuerdo era diferente, este recuerdo al parecer tenía mucho peso en mí como para cambiar mi actitud de repente.

*

—Es simplemente increíble que estemos en esta playa Eric, teniendo en cuenta que se prohíbe si quiera pisar la arena a estas horas, ¡Es casi media noche! — Dije mientras sostenía su mano.

—Pero tienes que aceptar que el cielo se ve increíble, y que después de los miles de exámenes que hemos tenido necesitábamos un descanso — Me giré para quedar cara a cara, de hecho, era casi la misma persona que estaba en la habitación, pues la única diferencia serían los años desde aquel recuerdo — Pero quiero hablarte de algo muy importante Ana, y que creo es el momento perfecto para hacerlo.

— ¿Respecto a qué? — Pregunté nerviosa

—Pues verás, mientras la luna ilumina uno de los rostros que más he amado en mi vida — Habló subiendo su tono de voz para que inmediatamente pequeñas luces se prendieran he iluminaran el lugar, donde estaban nuestros padres, y otras persona que al parecer no reconocía — Quería aquí, frente a todas las personas que amamos, como lo son nuestras familias y por supuesto, Ethan, Freya y Mason, — Señaló la pequeña casita donde estaban los mencionados, de hecho, la mayoría con lágrimas exceptuando la seriedad de mi padre y la cara de satisfacción de otro hombre que estaba al lado de la pareja — ya han pasado algunos años desde la primera vez que te conocí, y a pesar de todas las cosas que nos han pasado de ninguna me arrepiento, pues me han hecho comprender lo especial que eres en mi vida y por esa misma razón — Dijo hincándose — Quiero preguntarte si quisieras acompañarme en este camino tan largo llamado vida, Ana...¿Quieres casarte conmigo?

Mis manos temblaban y una euforia comenzó a crecer lentamente en mi cuerpo, por lo que lágrimas se escaparon de mis ojos mientras me ponía a la altura de Eric.

—Claro que acepto, pues nunca abandonaría a mi compañero de vida favorito. — Sonreí acercándome a su boca.

*

Lo observé mientras me acostumbraba al recuerdo, porque tenía a la persona que había estado en el mismo accidente que yo, estaba la persona que me podía dar las respuestas suficientes como para entender un poco más de mi antigua vida.

— ¿Qué paso el día del accidente? — Pregunté directamente lo que lo sorprendió.

—Ana...Yo tampoco recuerdo — Al ver mi expresión de confusión continuó — Porque aquel día los dos perdimos la memoria...


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