Capítulo 21 - Golpe final
El ser humano por lo regular se deja llevar de las emociones, quizás era exactamente eso lo que me estaba pasando, quizás no estaba siendo racional, pero ya no podía aguantar más, el dolor es como una bola de nieve que a medida que avanza, en este caso, a medida que pasó el tiempo se hizo más grande, y simplemente llegó un punto en el que no lo soporté más.
¿Estaba loca?
Era una pregunta que me hacia todos los días, y para mi sorpresa hoy, que había tomado la decisión de vengar todo el dolor que me habían causado, solo pasaba por mi mente una extraña tranquilidad, pues al final estaba devolviendo la misma moneda a todos ellos.
Ya no me quedaba nada por lo que detenerme...
A simple vista se veía como algo exagerado, pero la verdad es que, ver a la persona que amabas, o bueno que aún sigues amando junto a otro, y que sea ciego al puñal que le clavan es un dolor que de alguna manera se convierte en un odio tan profundo que dejas de verlo todo de una manera objetiva, dejas de pensar en otras personas, porque bueno, al final esas personas que afirmaban estar a mi lado, decidieron abandonarme porque su ingenuidad no los dejó ver más allá de sus prejuicios, no me que daba algo en absoluto por perder, así que ese día, no pensaba detenerme, ese día quería sentirme por primera vez bien luego de haberlo conocido, luego de haber conocido a la persona que tiempo después jugaría con mi corazón, de conocer a la persona que me haría darme cuenta de lo cruel que pueden llegar a ser tanto los sentimientos como la verdad.
¿Cómo es que hieren a una persona de esa forma?
¿Cómo es que me dañaron de esa manera?
Maldije su nombre muchas veces...Al parecer era como un tipo de ayuda para sacarme de esa oscuridad en la que me encontraba, pero no era necesario, ya no más, hoy pagarían todo el daño que me hicieron.
—Me lo agradecerán cuando se den cuenta — Susurré mientras me acercaba hacia la casa de Freya
La chica que en definitiva también había llegado para ser otra maldita que solo con un saludo logró lo que yo no pude en meses...En algún momento sentí celos, quizás mis inseguridades me superaron en ese momento que yo solo me hice a un lado y permití que ellos se unieran hasta que de repente, anunciaran lo que para mí sería la peor noticia en toda mi vida.
—Les presento a mi novia — Dijo aquel día un sonriente Mason mientras me rompía el corazón — Freya — Mientras aguantaba las lágrimas me permití observar a Ana, que por sorpresa se había quedado igual de sorprendida que yo, y sus labios se convirtieron en una fina línea
—Mason, ¿Vienes? — Dijo llevándoselo hacia su habitación a lo que supuse para ese momento sería una manera de defenderme, pero lo cierto es que Ana tampoco estaba de mi lado.
Nunca lo estuvo...
Al llegar, solo me limité a aparcar el auto a pocos metros de distancia, y que por supuesto, no lo reconocieran a simple vista. Las horas pasaron, y justo cuando la noche había consumido todo el cielo, Freya llegaba caminando tranquilamente mientras hablaba por teléfono, se le escuchaba animada, y al reconocer el nombre de Mason en sus labios la rabia aumentó convenciéndome de que estaba haciendo lo correcto, de que no podía dar mi brazo a torcer...
Prendí las luces dejándola sorprendida, y sin dejar pasar un minuto más, aceleré a su dirección donde en un instante alcancé a ver su rostro de miedo unos segundos después de que el auto pasó encima de ella con un golpe seco, la había atropellado, y lo comprobé al ver su cuerpo inerte en el retrovisor. De alguna manera quería comprobar lo que había logrado, quería comprobar que su karma ya estuviera hecho, así que bajé para acercarme mientras un charco de sangre se esparcía por el concreto.
—¿Sabes Freya? — Pregunté sonriendo — Con esto sabrás todo el daño que me has causado.
—Ayúdame — Susurró entre lágrimas, pero en su mirada hacía odio.
—¡Freya! — Escuché la voz de Mason por el celular que estaba al otro lado de la calle, al inicio pensaba ignorarlo, por lo que seguí con mi camino, pero entonces habló — No puedo creerlo, nunca pensé que harías algo así Lina — Lo que me dejó estática de inmediato, y sin control alguno acerqué el teléfono hacia mi oreja.
—Yo no puedo creer que seas tan idiota Mason — Dije con recelo
—¡Yo no te hice daño sí es lo que piensas, lo intenté todo para no herirte, pero sea lo que sea, no tenías que atropellarla! — Gritó mientras se escuchaba su respiración, al parecer estaba corriendo — No creas que esto se quedará aquí, voy por ti Lina Brown.
—Eso ya lo veremos — Dije aguantando las lágrimas mientras tiraba al teléfono.
Me acerqué y con odio golpeé a Freya provocando un grito desgarrador de su parte, luego me subí al auto y solo aceleré hacia ningún lugar en particular, pero por lo menos fui rápida y llamé a Ana avisándole que estaba en el centro comercial a las afueras de la ciudad por sí quería algo, tenía que tener una coartada.
Los días pasaron, y aunque me había ganado el odio de Mason, él no se atrevió a decir nada respecto a la conversación que tuvimos esa noche, no sabía sí era porque él pensaba que no le iban a creer o porque tenía otra cosa entre manos.
Todo iba bien...Hasta que una vez de alguna manera encontré una pequeña hoja de papel en mi habitación.
"Yo sé muy bien lo que hiciste, tienes suerte de que Freya esté bien y de que no recuerde el accidente, porque sí las cosas fueran diferentes, ya estarías en un psiquiátrico o entre las rejas...Eso sí, no pienses que se quedarán así, en algún momento tendré mi oportunidad, porque ahora sé quien eres, y para mi suerte desconoces mis límites, pero no hay problema, te puedo decir que pienso llegar hasta el final luego de lo que me has hecho".
Sabía que se vendría una guerra, sabía que ahora tendría que ganarle a la persona que alguna vez amé con intensidad, porque sea lo que sea no pensaba dejarme destruir, ya había hecho mi primer golpe hacia ellos, era claro que no sería ni el primero, ni el último que daría, solo tenía la convicción, de que para cuando fuera el golpe final, estuviera viva, y sobre todo, mi venganza finalizada.
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