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Siempre que Eunha y Taehyung conversaban, eran pláticas sinceras, llevaban tiempo fortaleciendo su amistad y el príncipe creía que podía confiar en ella.
Tenía que decírselo, porque se ahogaba en amor y no podía seguir ocultándolo cuando se casaría con ella en tan sólo un par de días más.
Por ende tendrían que comenzar a tener príncipes y no podía acostarse ni por compromiso con la hermana del amor de su vida, no vió más opción que confesarse.
Ella tenía un rostro indescriptible sobre lo que escuchó, estaba completamente perpleja. Mientras que en su mente comenzaba a analizarlo a tratar de comprenderlo.
Había mucho silencio, Taehyung no sabía que más decirle porque no tenía ni la remota idea de lo que estaba sucediendo por su mente.
Eunha dejó el florero en su tocador, se olvidó de las flores por un segundo y se sentó en su cama, pensando pero en un par de momentos más miró a Taehyung y confundida dijo; —¿es de mi hermano de quien hablabas el día de tu cumpleaños?—
Taehyung suspiró, asintió. —las palabras se quedarían cortas para explicarte lo que tenemos.— se acercó a ella. —es mi vida entera, mi corazón le pertenece y desvanezco de amor por él.— miró a un costado, pensando en Jungkook.
La princesa lo observó, sus ojos brillaban en tan sólo pensar en su hermano mayor sus palabras eran tan naturales. Cuando por un momento pensó en Jisoo, supo reconocer que ella no vibraba tanto de amor como lo está haciendo él justo ahora, frente a sus ojos.
Pero no podía quedarse sin cuestionarlo, después de todo ellas tienen una buena relación. —pero, Jisoo .. —
Taehyung mordió suavemente su labio. —no podría explicarte lo que sucede con ella, tendría que hacerlo Jungkook mismo.— dijo con sinceridad.
Eunha recordó lo que su hermano le dijo la última vez que hablaron sobre eso, molesta se levantó. —Jungkook no me cuenta nada, podría apostar que si tú no me lo hubieses dicho de su boca jamás saldría confíar en mí.— dolida se cruzó de brazos.
— ... no puedo defenderlo, desconozco lo que diría sobre ésto, sólo puedo implorarte que guardes el secreto por mí.— fue hasta ella y sujetó sus manos. —por favor, sólo ten piedad de éste desafortunado enamorado.—
Ella no sería cruel, no podía serlo cuando tenía un corazón frente a ella, confesándose como un verdadero valiente. Luchando contra la adversidad, por tan sólo imaginar tener a su hermano mayor.
Los actos así de osados con el amor como único motivo, era digno de admirar y respetarse; Eunha lo tenía claro y mirándolo a los ojos respondió; —guardaré su secreto.—
Taehyung sonrió con verdadera alegría y la abrazó. —mi corazón ha logrado tener más tranquilidad gracias a ti.—
La princesa le devolvió la sonrisa y el abrazo, sólo pudo pensar en lo puro que es Kim Taehyung, en lo angelical de sus acciones.
—debo poner las flores en agua.— ella se separó, recordando su tarea con un ligero y gran humor.
Él sonrió cómodo y se apartó.
Ella comenzó a colocarlas en el florero tan bello, las acomodaba cuando de repente se giró a Taehyung y cuestionó; —¿sólo te gustan los varones?— curiosa.
Taehyung levantó las cejas y se sintió apenado, balbuceó un poco pero ella volvió a hablar; —no me malinterpretes, es genuina curiosidad.— tomó la jarra de agua y comenzó a rellenar el florero.
—ah-yo, en realidad no lo sé, sólo estoy enamorado de Jungkook, no he tomado el tiempo de percatarme sobre alguien más sin importar su género.— habló con la verdad.
Ya que en serio no deseaba besar a nadie más, tocar a nadie más, ni siquiera habían prospectos para él, no lo necesitaba teniendo a Jungkook.
—eso es adorable.— Eunha terminó, se giró a él, juntos regresaron al jardín, con la confianza y su amistad completamente intacta.
Pero eso no significaba que su hermano mayor no le debía una explicación.
El resto del evento convivieron todos cordialmente, a excepción de Hwasa quien trataba de evitar conversar o interactuar con el príncipe Hoseok.
Porque ella no sabía reaccionar a una situación así, nunca había besado a nadie, nunca había tenido un romance y no sabía si Hoseok podría serlo, ni siquiera lo conoce y es menor que ella, le aterraba eso.
Pero aquella situación pasó por desapercibida, las tres familias disfrutaron hasta el atardecer que fue cuando los Kim decidieron marcharse a su castillo.
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Por la noche, los Jeon habían cenado junto la familia Ahn y al terminar decidieron ir a descansar desde temprano.
Namjoon fue el primero en retirarse, no había descansado ni un momento en el día y se sentía agotado.
Jungkook por último se despidió respetuosamente de Jisoo y se dirigía a sus aposentos a descansar.
Mientras que su hermana menor, quien conversaba con Hwasa, se despidió también y fue detrás de él, alcanzándolo en el pasillo de sus habitaciones. —Jungkook.—
Él se detuvo y se giró a mirarla. —dime.—
—necesito charlar contigo.— ella se acercó más a él, para poder bajar la voz.
—¿podrías esperar a que sea de mañana? quiero dormir.— se giró y dió un par de pasos más, deteniéndose al escuchar lo que dijo su hermana en un tono más alto.
—podríamos hablar sobre Taehyung justo ahora a solas o lo haremos frente a mi padre, mañana.— Eunha dijo de forma ruda.
Jungkook se dió la vuelta y la miró frunciendo el ceño, se acercó a ella. —¿me estás amenazando?— bajó el tono.
—hablemos con el rey de una vez, si así lo prefieres.— ella lo miró hacia arriba levantando una ceja.
El mayor de los príncipes Jeon, se sentía acorralado, con frustración miró al suelo. —vamos a mis aposentos.— se hizo hacia un costado, dejándola pasar primero.
Ella pasó, entrando a su cuarto se paró frente al sofá con los brazos cruzados.
Jungkook se paró delante de ella, nervioso. —¿qué quieres hablar sobre Taehyung?— fingió demencia acerca del tema.
—¿cuándo me dirías que mi prometido y tú son pareja?— ella seria y directa.
El mayor entre abrió los labios, pero no se le venía ninguna respuesta a la mente, no podía negarlo, no podía evitarlo, sentía que en éste momento, con su hermana las tendría de perder. Así que tendría que hablar con sinceridad, suspiró enfadado y se sentó en el sofá.
—estoy sorprendida de ti Jungkook, quien jamás le falla a nuestro padre, quien sigue las reglas en línea, el orgullo de nuestro apellido, ¿comportándose así?— ella sonreía con ironía mientras le reprochaba.
Jungkook miró al suelo mientras la escuchaba, después levantó el rostro con valor. —¿qué quieres conseguir de ésto? ¿quieres burlarte sobre mis sentimientos? ¿quieres humillarme? ¿contarle a mi padre? ¿qué Eunha, qué es lo que quieres conseguir de mí?— se puso de pie, diciéndoselo en el rostro de forma desesperada.
—¡quiero una disculpa!— Eunha gritó más fuerte de lo que alguna vez la escuchó hacerlo y en cuanto terminó de pedirlo, su voz se quebró, la expresión molesta se había marchado y las lágrimas comenzaron a salir recorriendo sus mejillas.
Se apartó de su hermano mayor y fue a sentarse al sofá, cubriendo su rostro y habló; —toda mi vida haz sido tan cruel conmigo, jamás me haz apoyado, jamás quieres escucharme, me ves como tu enemiga y no lo soy.— limpió sus lágrimas.
Jungkook se giró a ella, tenía un nudo en la garganta mientras la oía continuar.
—yo sólo quisiera tener una buena relación contigo, pero tú no me lo permites, me ocultas cosas, te alejas de mí, ni siquiera me ves como tu igual y eso me lastima, te reprocho como tú lo haces conmigo pero no quiero seguir así, yo te quiero.— sus lágrimas llenaban sus ojos y ella las limpiaba una tras otra.
El principe lo consideró, la verdad era que Eunha tenía razón aunque no lo quisiera aceptar, era así. Él nunca la apoyaba, ella siempre buscaba su confianza pero él nunca se la otorgó, incluso cuando su padre lo hirió en su cumpleaños Eunha lloraba por él y fue quien lo ayudó pero él la decepcionó al mostrar que desconfiaba de ella, cuando no le había dado motivos. La había lastimado tanto y aún así ella estaba aquí, esforzándose por su relación de hermanos una vez más.
Cuando si hubiese sido él en su lugar, habría ido al instante de saberlo con su padre y confesarlo todo sin darle oportunidad.
Se acercó y lentamente se arrodilló frente a ella, sujetando sus manos. —Eun, de verdad lo lamento.— con sinceridad.
—¿por qué no me lo dijiste tú? ¿por qué no confiaste en mí para hablarme de tus sentimientos?— ella mirándolo a los ojos.
—no creí que fueses a darme tu apoyo, aparte de que no lo merezco, te veías tan emocionada por Jisoo.— Jungkook se sentó a su lado.
—no es por Jisoo por quien me alegré, era por ti, no insistía por Jisoo, lo hacía por ti, porque creí no me decías que la amabas porque no confiabas en expresarme tus sentimientos, no me decías nada y ella venía a mí, diciéndome que le dijiste que la amabas, que la besabas, yo quería demostrarte que te apoyaba y podías confiar en mí.— Eunha se calmó porque estaba sacando todo de su pecho.
Ahora el mayor lo entendía y su culpa era más pesada puesto que él la trató muy mal debido a su mala comunicación. —perdóname, prometo que me esforzaré en ser el hermano que te mereces y no te decepcionaré más.— apenado, algunas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
Ella lo abrazó fuertemente, hundiéndose en su pecho. —eso quería Jungkook.— sonrió mientras respiraba recuperando la tranquilidad.
Él correspondió su abrazo, sintiéndose un poco más en paz, pero tenía que preguntarle; —¿no le dirás al rey, cierto?— se separaron.
Eunha se rió suavemente, mientras quitó la última lágrima de su mejilla. —no lo pensaba hacer, se lo prometí a Taehyung y sería incapaz de hacerte eso cuando conocemos bien a papá.— dijo aligerando el humor.
—así que Taehyung fue quien te lo dijo.— Jungkook sorprendido de eso, suponía que había sido Hwasa.
—sí, él de verdad irradia luz cuando habla de ti, está tan enamorado.— Eunha se recargó en el respaldo del sofá, mirándolo.
Jungkook sonrió al escuchar eso, miró al suelo apenado. — yo también estoy enamorado de él, desde que me besó mi alma está encadenada a la suya por una eternidad.—
—wow, ambos son tan dulces expresándose del otro, es precioso.— Eunha también miró al suelo. —¿y, sobre Jisoo ...? —
El mayor la miró y colocó una mano en su propia nuca, incómodo de explicarle pero lo haría. —yo tenía miedo de estar sintiendo lo que siento por Taehyung, así que una noche tomé una mala decisión y me acosté con Jisoo creyendo que eso sería el remedio para mi enfermo corazón, pero me equivoqué, cuando me enteré de su embarazo yo tenía algunos días viéndome con Taehyung, yo ... no pude dejarlo, él es mi alma gemela. Hago lo que hago con Jisoo por compromiso y por mi hijo, pero es todo, yo no la amo ni un poco.—
Era difícil de escuchar para Eunha, Jisoo es tan dulce, linda y eso era triste, sentía pena por ella. —lo siento por ella, es una buena mujer y merece saber la verdad pero entiendo que no es para ti, tú tomarás tus decisiones y yo no se lo contaré a nadie te lo prometo.—
Jungkook sonrió. —eso significa mucho para mí.—
—no es la sangre, es el amor, el respeto, la confianza, el sacrificio y la lealtad lo que nos hace hermanos, te quiero.— ella le devolvió la sonrisa.
—también te quiero, Eun.— abrió sus brazos para recibir a su hermana menor en un lindo abrazo.
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Pasaron dos días, estubieron muy ocupados en el reino de los Jeon donde se efectuaría la boda. Preparando el jardín lateral el cuál es el más amplio de todo el castillo para el evento, trajeron arreglos de flores tan altos como físicamente fue posible.
El vestido había sido terminando, quedando bajo el cuidado de Tiffany quien cedería su joyería para Eunha tal día.
Todo quedaba perfectamente organizado, sólo quedaba un asunto por terminar.
El acuerdo entre ambos reinos, la boda se retrasaba siempre porque Jin y Namjoon no podían ponerse de acuerdo al momento de elegir las normas, las nuevas leyes, entre otros detalles de derechos para ambas familias, esas eran las razones de sus largas discusiones en privado.
Pero hoy por fin, estaba terminado. Lo que se había acordado fue;
• Cuando alguno de los reyes en turno muriera, el otro renunciaría al poder para que la pareja del acuerdo reinara desde entonces.
• Taehyung se mudaría al castillo Jeon desde el matrimonio, ya que tras discusiones por parte de ambos, Jin terminó cediendo por el argumento de NamJoon de que su castillo era más grande en proporción y lo cedería.
• El tema de las favoritas sería algo que Taehyung decidiría cuando llegara al poder, Jin no quería y Namjoon sí, decidieron dejarlo en manos del príncipe.
• Jungkook sería nombrado consejero con honores del rey y Hoseok a determinada edad formaría parte de su corte.
• Los acuerdos sobre territorios serían mutuos, pasando a ser sólo un reino, eliminando el blanco y negro del título, sobre las leyes del pueblo y demás, estubieron mejor entendidos. Ya que cuando Taehyung llegara al poder, él junto a Eunha, tomarían esas decisiones y si quisieran cambiar alguna de ellas, ambas partes tendrían que estar de acuerdo.
Y el día de hoy, Jin se encontraba en el castillo negro para firmarlo, junto a su hijo mayor; Taehyung y su fiel compañero Leeteuk.
En los aposentos de trabajo del rey, Namjoon, Jungkook y Eunha los esperaban entrar.
Pero no esperaron mucho; —Familia Jeon, siempre será una dicha verlos.— Jin comentó al entrar, observando a Eunha y Jungkook firmes de pie a la orilla del escritorio donde su padre estaba sentado.
Los príncipes hicieron reverencia para el rey contrario, cerraron la puerta.
—Kim, la dicha es para nosotros tenerlos aquí para algo tan importante.— Namjoon respondió poniéndose de pie.
Taehyung le sonrió a Eunha y rápidamente miró a Jungkook, sonriendo también y ellos le regresaron el lindo gesto.
Jin sonrió educadamente, miró a Leeteuk y asintió.
El hombre tenía en sus manos el documento oficial del trato, lo desenrolló y comenzó a leerlo; —Por medio de la presente carta, los reyes Kim SeokJin y Jeon NamJoon, han declarado la paz con la promesa del matrimonio entre los dos jóvenes miembros de la realeza Kim Taehyung y Jeon Eunha ... — siguió leyendo.
Siendo así la primer vez que la princesa y los dos príncipes, escuchaban algo acerca del acuerdo formal. Y después de escuchar todo, los reyes firmaron sobre el escritorio ambos documentos ya que se creó uno para cada cual.
Sin más motivos de presencia, los Kim se despidieron marchándose al reino blanco, teniendo cosas que hacer.
Ambos jóvenes Jeon pensaban irse también a seguir con sus actividades del día, pero la voz de NamJoon los detuvo; —Jungkook, tú quédate, tengo que hablar contigo.—
Él miró a su hermana, ella reverenció y se marchó. El mayor de los príncipes se giró y atendió a su padre quien se recuperaba y lucía mejor. —a su servicio, mi rey.— dijo serio.
—¿escuchaste bien cada parte del acuerdo?— se recargó en su asiento. —tu hermana tendrá poder, podrá dar órdenes junto el príncipe Taehyung, mover leyes, tendrá que opinar sobre cada asunto del nuevo reino.— abrió un cajón de su escritorio y sacó una daga.
Jungkook asintió y con respeto habló; —lo escuché y estoy contento porque ha luchado por darle más poder a Eunha, creo que es una mujer capaz.—
Namjoon giró en sus manos la daga. —Jin no estaba tan complacido con aquello, sé que se usa comúnmente que el rey sea el que toma control en todo y la reina no, pero si yo permito eso mi apellido desaparecerá y eso es inaceptable, acércate aquí.—
El príncipe Jeon se acercó al escritorio, escuchando atento lo que su padre le decía.
—dudo que los Kim cumplan con su palabra, Jin podría convencer a su hijo para que no permita que mi princesa ejerza su derecho y si eso llega a suceder y yo no estoy con vida, necesitas jurarme que matarás a Taehyung tú mismo por no cumplir.— dejó la daga en la mesa y se la extendió.
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