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Por la madrugada Jungkook y Taehyung saldrían en su viaje, llevaban sus caballos con algunos víveres necesarios pero no de más. Son realeza, donde llegaran serían atendidos.
El príncipe Jeon tomó de los brazos de su madre al pequeño Young Soo, lo abrazó con delicadeza pero quería sostenerlo fuertemente, no se quería apartar de él tanto tiempo, beso sus rosadas mejillas y lo devolvió.
Eunha despidió con un abrazo a Taehyung quien también tuvo un gesto cariñoso con el bebé.
Namjoon les pidió a las mujeres retirarse para poder despedirse de ambos. En cuanto ellas se marcharon, el rey sujetó los hombros de los príncipes y les dijo en voz baja. —tómense un día más como descanso, piérdanse con mujeres bellas o lo que gusten hacer.— de buena actitud.
Taehyung lo observó mal, indignado, él es el esposo de su propia hija y le sugirió engañarla, repugnante.
Pero Jungkook sonrió, pensando sólo en ellos. —es muy bondadoso, se lo agradecemos.— y antes de que el rey mirara a Kim a los ojos, lo subió a su caballo.
Comenzaron su viaje. Falta mencionar que Jungkook persuasivo logró que su padre les permitiera viajar sin escolta, quería que todo saliera a la perfección.
Alejados del reino, el sol comenzaba a salir entre las montañas.
—aquí mí príncipe es el paso entre el reino principal y el pueblo kurel.— Jungkook dijo, señalando el punto entre el camino de su mapa.
Taehyung lo anotó, observando la bella imagen del paisaje ante sus ojos pero sin detenerse pues Jeon había avanzado.
—¿cuál es la prisa?— lo alcanzó. —mi corazón se llena de alegría de poder estar a tu lado.— le sonrió.
Jungkook devolvió la sonrisa. —el mío late de la misma forma, sólo me gustaría acabar nuestros deberes lo antes posible y así tendremos más tiempo para estar juntos en privado.—
Taehyung asintió. Siguieron a un paso veloz, llegando al primer pueblo, saludar, presentarse y hacer protocolo no duraban mucho ahí, seguían en constante movimiento.
Jungkook iba muy concentrado en la tarea y Taehyung batallaba con seguirle el ritmo, su mapa estaba llenándose y ellos no habían disfrutado ni un momento en privado.
Y aunque se dijo que durarían tres días en deber y un descanso para ambos, sus deberes los terminaron en tan sólo dos días, procediendo a tener dos para ellos.
Taehyung no podía sentirse más feliz y entusiasmado al despertar el tercer día en el último pueblo del mapa. Temprano se levantó, se duchó y se vistió elegante, no podía dejar pasar el día de hoy.
Jungkook por su parte apenas y se despertó, aún adormecido saludo brevemente a Taehyung sin mucha emoción y fue a ducharse igual.
Kim suspiró y no sabía si era de decepción o confusión. Tal vez eran ambas, al parecer Jeon ni siquiera lo miró en un día tan especial.
Al terminar de ducharse Jungkook se colocó su traje real, acomodó su cabello con la mano.
Estaban en silencio en los aposentos destinados sólo para ellos, pasaron la noche ahí juntos, en camas diferentes, Jungkook insistió en que fuese así por seguridad de su relación pero para Taehyung era completamente extraño, ni siquiera estaba charlando con él o haciéndole caso. Todo el viaje se había comportado así.
Así que decidió hablar. —Jungkook tú... — Taehyung no pudo terminar, tocaron la puerta y enseguida Jeon atendió al llamado, sin dejarlo terminar.
—dime.— Jungkook se dirigió al guardia, salió y cerró la puerta tras él.
Taehyung se dejó caer en su cama, sin acercarse a averiguar lo que sucedía. Después de varios minutos el príncipe entró de nuevo.
—saldré un momento y necesito que esperes aquí.— Jungkook abrió su morral y empezó a guardar sus notas y tintas.
—¿a dónde irás? ¿todo está bien?— Taehyung se paró enseguida.
—necesito arreglar unos asuntos de la corte y probablemente me demore un poco, después de que no llegué la última vez, no tienen mucha fe en mí.— terminó de guardar sus cosas y se lo colgó.
—iré, seré rey, quiero estar al tanto.— Taehyung no quería dejarlo ir hoy.
—Taehyung, cuando seas rey yo seré el encargado de la corte, debo ir solo, porque será tedioso, necesito imponerme y no por tu poder, tiene que ser el mío el que se presente.— sin mirarlo.
Kim tocó su muñeca. —Jungkook.— su tono era suplicante.
Jeon lo miró y suspiró, se liberó del agarre y mientras sujetaba su rostro dijo. —cariño, prometo que no tardaré.— dulce.
Taehyung sólo apretó los labios, resignado asintió. No se podía resistir a él.
Jungkook lo besó.
Después de tanto sin haberle dado un beso y sí, dos días eran una eternidad. Así que besarlo de nuevo era el paraíso, tocar el cielo por un momento. Pero no duró mucho, enseguida se separó y se marchó.
Taehyung fue a su cama, de su morral sacó una rosa y una carta, que él preparó para Jungkook por el día de hoy. Pero eso tendría que esperar.
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Habían pasado cuatro horas. Jungkook tocó la puerta de los aposentos pero al no obtener respuesta entró.
Cerró la puerta tras él.
Taehyung estaba dormido, parecía llevar rato así.
Se acercó cuidando no hacer ruido y se sentó a su costado, puso una mano en su cintura apreciandolo. Podría observarlo toda la eternidad dormir, tan tranquilo, sus cabellos suavemente caídos por su frente, sus pestañas tan agachadas y largas. Era completamente hermoso.
Y en sus pensamientos hubiese deseado tener el don de su hermana para poder pintarlo sobre un óleo y conservar ese momento para siempre.
Pero tenían que irse, movió su mano, tratándolo de despertar. —Taehyung.—
Apenas abrió sus ojos observando a su príncipe Jungkook, con una cálida sonrisa y su mirada cautivada.
Se sentó en la cama y notó que aún sostenía la carta en su mano, sin decir una palabra la extendió a su destinatario.
—¿Qué es?— Jungkook curioso.
—tal vez no lo recuerdes pero hoy cumplimos un año de enamorados.— Taehyung sonrió.
Los ojos de Jungkook se iluminaron un momento.
—deseaba hacer un baile en celebración de eso, pero ... ya sabes.— bromeó.
Jungkook rió y abrió la carta.
“ Amado mío.
Tengo trecientos sesenta y cinco días amándote y cada día es mejor que el anterior, no cambiaría ni un pequeño detalle de nuestra historia, los altibajos que tenemos forjan lo que hoy somos.
Mi libro siempre fue en páginas grises y al encontrarte encontré los cálidos colores que necesitaba, llenandome de estrellas la noche y de nubes el día, lograste florecer mi alma y con todo mi deseo de estar contigo, sería capaz de matar o morir en nombre del amor, del amor que te tengo, el cuál supera la infinidad de los números. Porque de nadie seré, sólo de ti y si mis huesos se vuelven ceniza, en otra vida te buscaré para amarte como en ésta vida lo hice.
Seremos un eterno atardecer
Siempre tuyo
y con amor, Taehyung .”
Jungkook aclaró la garganta, Taehyung tenía un tiempo sin escribirle y por Dios que le fascinaba. La poesía y las dulces palabras provenientes de tan bella mano eran su mayor regalo.
Abrazó a Taehyung con fuerza, jamás soltaría este corazón que sólo entre ellos latía. Lo que tienen es especial, es mágico y poderoso.
Dos corazones que se aman así, son poderosos.
—eres mi adoración.— Jungkook dijo, sin soltarlo.
—y tú la mía.— correspondió lo fuerte que fue el abrazo.
Sintieron un poco de melancolía ambos, el hecho de no poder ser enamorados frente a todos, siempre lo hace un poco triste. Cuánto darían por gritar su amor, sueñan solamente. Pero ellos saben que son la mejor historia de amor jamás contada.
Se soltaron y Jungkook se puso de pie. —tenemos que irnos querido.— extendió su mano para que él la tomara.
Taehyung lo hizo, para después soltarlo y tomar sus cosas, no podían salir entrelazados.
Subieron sus pertenencias a los caballos y emprendieron su viaje de regreso.
Aunque la charla de regreso era entretenida Kim estaba algo confundido pues parecía que iban a regresar antes de lo esperado y él aún no quería volver, quería estar con Jungkook un poco más de tiempo.
—Príncipe Jungkook.— Taehyung en un tono alegre.
—dígame, su majestad.— Jungkook de la misma forma.
Taehyung sonrió y habló. —¿podemos detenernos? siento que no hemos disfrutado juntos como se debería.—
Jungkook asintió, pararon los caballos y bajaron. El príncipe Jeon amarró a ambos corceles juntos, decidió caminar un poco con Taehyung de la mano mientras que con la otra conducía a los animales.
Siguieron conversando a un paso tranquilo, se detuvieron para que los caballos bebieran agua de un pequeño río por ahí.
Jungkook cortó una flor y se la dio a Taehyung, miró a ambos lados en el lugar y al observar que no había nadie ahí, lo beso fugazmente. Colorando sus mejillas.
Distraído entre los besos, las flores y la charla, Taehyung disfrutó caminar, sin darse cuenta de la dirección en la que iban.
—estoy sorprendido Jungkook, el trabajo que hiciste al recorrer las aldeas fue excepcional.— Taehyung.
Jungkook sonrió. —de lo que yo estoy sorprendido es de lo hermoso que luces bajo la tenue luz del bosque.— romántico.
Era la verdad, entre las ramas de los altísimos arboles se filtraban pequeños rayos de luz que daban la perfecta iluminación para admirar toda la belleza que el príncipe Kim posee.
—Jungkook.— rojo de sus mejillas. —yo estoy sorprendido de lo romántico que eres.—
Jungkook amarró los caballos a un árbol. Sujetó la mano de Taehyung y lo llevó a unas hojas, al moverlas y dejar ver lo que es la cascada del anterior viaje mencionó: —Taehyung, lo que realmente me sorprende es que creíste que no sabía que tenemos un año siendo enamorados.—
Justo para eso salió temprano hoy, compró comida, bebida, cobijas y todo lo necesario para pasar ahí sus días libres y lo tenía preparado.
Jungkook creó un gran ramo de rosas, rojas blancas y amarillas. —para ti, mi amor.— dijo al entregárselo.
Sostuvo su ramo. —maldición Jungkook, esto es precioso.— con emoción creo una amplia sonrisa.
—no maldigas Taehyung, un simple gracias estaría de maravilla.— Jungkook sostuvo su mano.
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holaaaa ¿ cómo han estado? LAS AMO, gracias por el apoyo, trato de leer siempre lo que escriben en la novela, las adoro., 💟
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