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4/10
La vida es guay.
La vida es maravillosa, increíble y aterradoramente guay.
Estas últimas dos semanas de noviazgo con Jin han sido una sucesión veloz de risas, caricias y sexo ardiente, entremezclado con los acontecimientos de la vida real, como las clases, estudiar, los ensayos y los partidos de hockey.
Jin y yo hemos forjado una relación que me ha pillado por sorpresa, pero a pesar de que Jimin continúa burlándose de mí por mi repentino giro de 180 grados en lo que tiene que vercon él, no me arrepiento de mi decisión de salir con él de forma oficial e ir viendo adónde van las cosas. De momento, va todo genial.
Pero por supuesto, hay algo que pasa siempre en la vida. Cuando algo va superbién...Algo, inevitablemente, va supermal.
—Sé que esto es un inconveniente —dice Fiona, mi tutora de artes escénicas—.Pero me temo que no hay nada que yo pueda hacer, excepto aconsejarte que hables directamente con Mary Jane y...
—De ninguna manera —la corto. Mis dedos rígidos agarran con fuerza los brazos de mi silla. Me quedo mirando a la mujer guapa y rubia al otro lado del escritorio, y me pregunto cómo puede llamarle a esta bomba atómica de desastre un«inconveniente».
¿Y quiere que hable con Mary Jane?
Y. Una. Mierda.Porque ¿por qué coño tendría que hablar con esa cerda asquerosa de mierda con el cerebro lavado que acaba de joder todas las posibilidades que tenía de ganar una beca?
Dios, me estoy volviendo violento.
Todavía estoy aturdido por lo que Fiona me acaba de decir. Mary Jane y Cass me han dejado fuera. En realidad, les han dado permiso para echarme del dúo para que Cass pueda cantar como solista.
¡Qué coño!
Pero sin embargo, en el fondo, ni siquiera estoy sorprendido. Jin ya me había advertido de que algo como esto podría suceder. Yo mismo me había preocupado.
Pero nunca jamás de los jamases esperaba que Cass me hiciera esto ¡CUATRO SEMANAS! antes de la exhibición.
O que a mi tutora le pareciera de puta madre el asunto. Aprieto los dientes.
—No voy a hablar con Mary Jane. — por su bien que nisiquiera se aparezca frente a mi.— Está claro que ha tomado una decisión sobre este tema.
O más bien, que Cass lo ha hecho por ella, cuando la ha manipulado para que vengaa hablar con nuestros dos tutores, lloriqueando porque su composición está resintiéndose en el formato de dueto, y que prefiere sacarla del concierto si no se hace como un solo. Por supuesto, Cass ha señalado rápidamente que sería una atrocidad perder una canción tan buena y se ha ofrecido amablemente a cantarla. En ese momento, Mary Jane ha insistido en que el tema debería ser cantado por una voz masculina.Vete a tomar por culo, MJ.
—Y entonces, ¿qué se supone que debo hacer ahora? —pregunto con voz tensa—.No tengo tiempo para aprenderme una nueva canción y trabajar con un nuevo compositor.
—No, no lo tienes —admite Fiona.Normalmente aprecio su forma directa de enfocar las cosas, pero hoy me dan ganas de pegarla.—Y esa es la razón por la que, dadas las circunstancias, el tutor de Cass y yo hemos acordado flexibilizar las normas para tu caso. No vas a hacer equipo con un compositor de cuarto de carrera. Hemos acordado, y la dirección de la facultad está de acuerdo, que podrás cantar una de tus propias composiciones. Sé que tienes muchas canciones originales en tu repertorio, Jungkook. Y, de hecho, creo que esta es una gran oportunidad para que puedas mostrar no solo tu voz, sino también tus habilidades como compositor. —Hace una pausa—. No obstante, solo tendrás derecho a ganar la beca por interpretación, ya que Composición no es tu especialidad en la carrera.
Mi cabeza sigue girando como un carrusel. Sí, hay algunos temas originales que puedo cantar, pero ninguno de ellos está siquiera cerca de estar listo.
—¿Por qué Cass no está siendo penalizado por esto? —exijo.
—Mira, yo no puedo decir que apruebe lo que han hecho Cass y Mary Jane, pero,por desgracia, este es uno de los inconvenientes de los duetos. —Fiona suspira—.Cada año hay al menos un dúo que se deshace justo antes de la exhibición. ¿Te acuerdas de Choi Hani? ¿Una chica que se graduó el año pasado?
La hermana de Soobin. Asiento con la cabeza.
—Bien, pues su compañero de dúo la dejó ¡tres días! antes del concierto de exhibición de último curso —Fiona confiesa.
Parpadeo con sorpresa.
—¿En serio?
—Oh, sí. Digamos que las cosas por aquí fueron absolutamente caóticas durante esos tres días.
Mi ánimo se levanta, solo un poco, cuando me acuerdo de que no solo Hani ganó la beca, sino que también llamó la atención de un agente que más tarde le consiguió ese casting en Nueva York.
—No necesitas a Cassidy Donovan, Jungkook. —La voz de Fiona es firme y tiene un punto de consuelo—. Creces como solista. Es tu punto fuerte. —Me mira fijamente—.Si no recuerdo mal, es justo lo que te aconsejé al comienzo del curso.
La culpa calienta mis mejillas. Sí. No puedo negarlo. Ella me había comentado sus preocupaciones sobre el proyecto desde el principio, pero dejé que Cass me convenciera de lo fuertes que seríamos juntos.
—Tendrás todo lo que necesites para prepararlo —añade—. Vamos a reorganizar el horario de ensayos, por lo que tendrás acceso a la sala de ensayos siempre que lo necesites y, si requieres acompañamiento, todos los estudiantes de la orquesta podrán ayudarte. ¿Hay algo más que pienses que podrías necesitar? —Una pequeña sonrisa eleva sus labios—. Créeme, el tutor de Cass tampoco está contento con esto, así que si hay algo que necesites, dímelo ahora y probablemente podré conseguírtelo.
Estoy a punto de sacudir la cabeza cuando se me ocurre algo.
—La verdad es que sí hay algo que querría. Quiero a Jae. Quiero decir a Kim JaeWoo.
Fiona frunce el ceño.
—¿Quién es?
—El violonchelista. —Saco mi barbilla con fuerza—. Quiero al violonchelista.
...
—¡No me puedo creer que haya hecho eso! —Jimin suena rebotada desde su lado de la mesa; sus ojos azules arden mientras mira a Jungkook.
Mi novio tiene una expresión en plan «estoy intentando con todas mis fuerzas no mostrar lo cabreado que estoy», pero puedo sentir las emociones irascibles irradiando de su cuerpo. Se estira la parte inferior de su delantal.
—¿En serio? Porque yo me lo creo perfectamente —responde Jungkook —. Apuesto aque ese era su plan desde el principio. Volverme loco durante dos meses y luego joderme justo antes del show.
—Puto Cass —murmura Dexter, el amigo de Jungkook, desde su silla junto a Jimin—.Alguien le tiene que dar a ese chaval una buena patada en el culo. —Dex nos mira amí y a Tae—. ¿No podríais algunos de vosotros hacerlo? ¿Darle una pequeña paliza?
—Con mucho gusto —dice Tae alegremente—. ¿Cuál es su dirección?
Le doy un codazo a mi amigo en el costado.
—No vamos a hacerle nada a nadie, imbécil. No, a menos que quieras enfrentarte al cabreo del entrenador y a una suspensión. —Me dirijo a Jungkook con una mirada triste—. No te preocupes, yo le estoy dando una paliza en mi cabeza, peque. Eso cuenta, ¿no?
Jungkook se ríe y dios, esos dientecitos son super monos.
—Por supuesto. Te doy permiso. —Se mete su libreta en el bolsillo del delantal—.Ahora vuelvo.
Mientras Jungkook se dirige hacia la barra, me quedo mirando su culo durante tanto tiempo que consigo tres risas fuertes de mis compañeros de mesa. Y aún no he hablado de lo extraño que me resulta compartir mesa con mi mejor amigo y los mejores amigos de Jungkook.
Estaba convencido de que la panda artística de Jungkook tendría una actitud super condescendiente y fría conmigo, sobre todo después de lo que me contó sobre lo que piensan de los deportistas; pero creo que me los he ganado con mi encanto natural. Jimin y Dex me tratan como si llevásemos años siendo amigos. Hwasa, que descubrió su pasión por el hockey durante el partido de Icheon, ahora me mensajea cada dos días para hacerme preguntas sobre hockey. Y si bien es cierto que el tal Eric sigue siendo un poco sarcástico cada vez que lo veo, su novia, Solar,es muy maja, así que estoy dispuesto a darle un par de oportunidades más antes de meterle en el saco de los gilipollas.
—Está cabreado —comenta Tae mientras observa a Jungkook charlando con el cocinero detrás de la barra de recogida.
—Debe estarlo —responde Dex—. En serio, ¿qué clase de gilimbécil deja colgado a su compañero de dúo justo antes de un espectáculo?
Tae se ríe.
—¿Gilimbécil? Te lo robo ahora mismo.
—Todo irá bien —dice Jimin con confianza—. Las canciones compuestas por Jungkook son impresionantes. No necesita a Cass.
—Nadie necesita a Cass —corrige Dex—. Es como el equivalente en humano de la sífilis.
Mientras todo el mundo se ríe, yo desconecto y centro mi atención en Jungkook. No puedo dejar de recordar la primera vez que vine al Della's, con el único propósito depersuadir a Jungkook para que me diera clases particulares. Fue hace solo un poco más de un mes, y sin embargo tengo la sensación de que lo conozco desde siempre.
No sé en qué estaba pensando cuando me posicioné en esa actitud «antirelacones»radical. Porque tener una novio... es la hostia. En serio. Tengo sexo cuando quiero sin tener que esforzarme en conseguirlo. Tengo a alguien para desahogarme después de un día de mierda o una derrota horrible en el hielo. Puedo soltar los peores chistes del planeta y es probable que Jungkook se ría de ellos.
Ah, y me encanta estar con él, así de simple.
Jungkook regresa a nuestra mesa trayendo las bebidas que hemos pedido. O más bien,las bebidas que Jimin y Dex habían pedido. Tae y yo habíamos pedido unos refrescos, pero lo que nos trae es agua.
—¿Dónde está mi Dr. Pepper, Jeonny? —se queja Tae.
Él lo mira con severidad.
—¿Sabes la cantidad de azúcar que hay en un refresco?
—¿Una cantidad perfectamente aceptable y que, por tanto, me debo beber? —responde Tae.
—Respuesta equivocada. La respuesta acertada es que lleva un huevo y parte del otro. Juegas contra Michigan en una hora, no puedes meterte un chute de azúcar antes de un partido. Te dará un subidón de energía durante cinco minutos y después te dará todo el bajón a mitad del primer tiempo.
Tae suspira.
—J, ¿por qué tu chico es ahora nuestra nutricionista?
Cojo mi vaso de agua y bebo el trago de la derrota.
—¿Quieres discutir con él?
Tae mira a Jungkook, cuya expresión transmite un evidente «vas a beberte un refresco por encima de mi cadáver». Después me mira a mí y dice con tristeza:
—No
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