Decadencia
"Morituri te salutant*" se leía en las paredes de la habitación de una de las pobres almas desgraciadas que habitaban este lugar, que no es otra cosa que un enorme cesto de basura, donde los ricos y poderosos esconden las vergüenzas de su familia, padres atacados por los problemas de la edad, tíos, hermanos o primos adictos que tocaron fondo o hijos que salieron del closet y esperaban a ser curados**, aquel pobre diablo, ademas de garabatear aquello por toda su habitación, yacía sentado en el suelo abrazando sus propias rodillas en una especie de posición fetal, mientras murmuraba -aun la muerte puede morir***- a juzgar por lo extraviado de su mirada, aquel pobre desgraciado era de los pocos moradores de este lugar que realmente necesitaba estar aquí, aunque esto es lo menos que suele verse en este lugar
En la mañana del día siguiente:
Una enfermera camina por uno de los pasillos del hospital psiquiátrico San Rafael, pese a su juventud, solo tiene 25 años, ha visto cosas que a la mayoría de los mortales, como mínimo, les provocaría una enorme repulsión, psicóticos, sociópatas, esquizofrenicos, bipolares, gente con los mas extremos casos de fobias, adictos y mucho, mucho mas habían visto esta y todas las enfermeras del hospital a través de las décadas que este llevaba en funciones, sin mencionar lo que los psiquiatras ven y a nadie podrían contar jamas, con semejante preámbulo, ¿Que habrá visto esta mujer para proferir tan aterrador grito?, ¿Que pudo asustar asi a alguien que presencio cosas que a alguien sin su experiencia y conocimiento de la psique humana, seguramente ( e irónicamente) lo habría llevado a ocupar una habitación acolchada del psiquiátrico mas próximo, engalanado con una pulcra camisa de fuerza de su talla? La respuesta dudo mucho que les agrade oírla.
Ella caminaba tranquilamente por el pasillo en la rutinaria ronda que todas las enfermeras y doctores debían realizar con exactitud inglesa, pese a lo que ha visto, los pacientes que le tocaron en esta ocasión eran bastante tranquilos, en parte porque durante la noche les fue administrada su medicación, pero, aunque ella tuviera el doble, o triple de años de experiencia nada pudo prepararla para lo que presencio esa mañana al doblar la esquina de aquel pasillo,
acababa de revisar al paciente de la ultima habitación del pasillo, todo en orden anoto en la ficha medica del paciente, de pronto escucho un débil pero perfectamente audible llanto, doblo la esquina y solo vio el pasillo Este tan vació como siempre estaba, pero aquel llanto persistía, no tardo mucho en descubrir el origen del llanto, abrió la puerta de una habitación vacía y descubrió adentro a una joven que lloraba desconsoladamente
-Jesucristo, que hace aquí esta jovencita- pensó para si, acercándose tranquilamente la vio mejor -apenas tendrá 20 años de edad- musito sorprendida -Niña,¿Que haces aquí, te perdiste, esta es tu habitación?- pregunto con un tono calmado, al que todo el personal de un psiquiátrico se acostumbra a hablar
-N-n-no d-d-dej-j-jee que me-e-e atrap-pe-e- dijo la joven entrecortado por sus propios llantos
-¿Quien no quieres que te atrape?- le pregunto mientras cierto temor crecida dentro de ella, -"¿algún interno psicópata se habrá escapado?", pensó para si, pero le habrían avisado, ademas de que habría visto decenas de guardias y enfermeros desplegarse buscando al fugitivo en cada centímetro del hospital y terreno circundante. Pensaba en esto la mujer mientras al mismo tiempo levantaba a la chica para llevarla consigo con las otras enfermeras, caminaba con la chica, cuyo llanto se había calmado al abandonar la habitación, no habían andado ni 50 metros cuando el llanto de la chica volvió pero se le sumo una inmenso temor de ver aparecer algo o a alguien.
-que no me lleve por favor- imploro la chica
-te llevare a un lugar seguro pequeña- la tranquilizo la enfermera
-Ya viene, ya viene- clamaba la pobre niña al borde de un ataque de histeria
-Pediré ayuda, llamare a otra enfermera, Andrea sabrá quien es esta niña- pensó la enfermera, mientras la pobre chiquilla chillaba
"Oh no ¿y ahora que?" se pregunto la mujer perdiendo la compostura
-¡¡¡¡¡¡Monstruo aléjate de mi!!!!!!- grito la chica mas allá de la histeria, del terror mas absoluto
-¿Quien te persigue? habla por favor- Intento la enfermera averiguar que o quien seguía a esta chica
-Esta adelante- musito la chica con la pasividad de un cachorro que sabe que se le castigara y no puede escapar de ello
La mujer, quizás en su ultimo pensamiento consciente, se dirigió decididamente a donde la chica apuntaba, el comedor del personal, entro al enorme comedor decidida a inmovilizar a quien torturaba a esa pobre pequeña, pero no veía a nadie, sentía la mano del a chica pues no se le despego durante todo el trayecto, su llanto iba y venia pero parecía mas tranquilo, su ultimo movimiento en sus cinco sentidos fue voltear a ver a la chica cuando sintió que le apretaba la mano al punto que le hacia daño.
-¿Que te pasa niña?- le reclamo algo enojada por lastimarla, pero lo que vio literalmente destruyo su cordura de un zarpazo, aun asida de su mano yacía la chica, pero ahora tenia al menos 20 marcas de cuchillo en todo su cuerpo la mayoría yacían bajo su ropa, pero los agujeros en su bata delataban que en esos lugares algo atravesó, en su pobre cara estaba lo peor, había al menos cinco marcas que su atacante le hizo, la peor era un tajo de al menos diez centímetros en su mejilla izquierda, el corte era tan profundo que veía su lengua, dientes y encías pese a que la chica tenia la boca cerrada, lo mas hórrido era que sangre seca adornaba su rostro y le daba a su bata un aspecto muy desagradable, nunca lo admitió, pero en sueños balbuceaba que la piel de la chica le daba el aspecto de un cadáver.
EL horror debió acabar para la pobre mujer con tan horrible visión, pero el putrefacto cadáver apuntaba con expresión de horror adelante, la pobre alma cayo de rodillas mientras mechones de su pelo castaño caían de su cabeza y la piel se le caía en grandes pedazos debido a la putrefacción, extrañamente los mechones y piel al caer formaron un circulo alrededor del cerúleo ser
Desgraciadamente aquella visión señalaba un horror peor
En la esquina mas alejada de la puerta por la que entro la enfermera yacía un ser con la bata del hospital manchada con una mezcla de sangre podrida, tierra enmohecida y carne podrida, desde sus pies podía verse que fuera lo que fuera, era lo mismo que aquello que le señalaba con el mas indescriptible horror, en su mano derecha sostenía un cuchillo, seguramente robado de la cocina del hospital, todo su brazo izquierdo estaba adornado con marcas que parecían la forma en que los reos marcaban los días de su condena en las películas, y, si pese a esta hórrida visión todavía se tenia el valor de subir la vista, se vería la cereza del horror, sobre los putrefactos hombros de aquel dantesco ser yacía su cabeza, solo que esta apenas se sostenía de su cuello, pues aquel era atravesado por un corte tan profundo que podía verse la columna vertebral del tipo, y de la herida, a manera de sangre brotaba una pus de un putrefacto tono amarillo, aquel ser, al divisar a la aterrorizada mujer apretó con mas fuerza su cuchillo, cosa aparentemente imposible pues sus dedos estaban demasiado podridos, y se acerco a la mujer, los primeros pasos camino, y a cada paso tomo mas impulso hasta el filo del frenesí, al estar a pocos metros de ella, dio un salto dispuesto a hacerla su presa de algún modo, pero en el momento que sus pies se despegaron del piso ella grito, ¿Con que palabras podría describirse tal alarido? En cuestión de minutos varios enfermeros y doctores entraron corriendo, atraídos por el primer llanto que escucho la enfermera, en cuanto los enfermeros irrumpieron en el comedor ambas visiones desaparecieron justo antes de hacerle algún daño a la ya muy aterrada mujer, a la que los enfermeros llevaron rápidamente a sentarse en el consultorio de uno de los doctores, le administraron calmantes, pero solo después de varias horas pudo calmarse lo suficiente para contarle al doctor lo sucedido, este diagnostico estrés por trabajo, la mando a casa a unas largas vacaciones, para después realizar trabajo de oficina hasta el día de su jubilación, esta visión fue presenciada por muchos otros doctores, enfermeros y enfermeras, algunos no tuvieron la fortaleza mental de esta enfermera y acabaron en su propia habitación de psiquiátrico con su propia camisa de fuerza.
Aquella visión fue el comienzo de la lenta decadencia de la clínica San Rafael
Notas
*"Los que van a morir te saludan" Aunque es una frase en latín que actualmente es muy popular, y la tradición popular asegura fue usada por los gladiadores romanos, no existe evidencia de que tal fuera cierto
**Hasta la década de 1990 la homosexualidad fue considerada una enfermedad mental, tras inhumanos experimentos, en aquel año en el mes de mayo, la OMS la retiro de su listado de enfermedades psiquiátricas, la cual estuvo en dicho listado desde la fundación de la OMS, hoy en día muy pocos la consideran una enfermedad, menos aun profesionales de la salud mental
*** Extraído de "Los mitos de Cthulu" de H.P, Lovecraft, y este a su vez, asegura citarlo del Necronomicon, obra ficticia desde luego
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