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Quiero disimular lo que estoy sintiendo

Nadie debe saber que me estoy rompiendo, por dentro

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En unos días cumpliré 20 años y me tengo que obligar a planear algo para celebrar. Una parte de mi cree que es una cifra importante, así que me tomare la noche libre y saldré a divertirme, no es que no me guste, pero no suelo hacerlo porque no tengo muchas personas cercanas a mí.

Antes tenía a mi madre y a alguien a quien podía llamar mi mejor amigo, pero eso era cuando la vida era fácil, me pregunto qué pensarían ellos de mí si supieran el tipo de vida que llevo ahora, sé que no tiene mucho sentido pensarlo, porque mi madre falleció y a Stiles no lo he visto en casi 5 años, así que supongo que no importa, en retrospectiva no estoy seguro si puedo decir que mi vida ha sido buena o mala, he tomado terribles decisiones y me he puesto en riesgo muchas veces, pero al menos sigo vivo ¿no? y eso debería ser suficiente motivo para querer festejar.

Después de que mi madre murió, mi padre me llevo a vivir con él a los Ángeles. Stiles y yo nos hicimos promesas en nuestra despedida que no pude mantener, me volví distante con él, odiaba mi vida y no quería a mi mejor amigo investigando, mi padre nunca me quiso con él y me lo demostraba de forma física todo el tiempo, así que hui de casa. Antes de hacerlo pensé tantas veces en marcarle a Stiles seguro él tendría un mejor plan, pero sabía que mi padre me buscaría primero en Beacon Hills y yo no me podía permitir volver con él, lo que no me esperaba era que la primera noche me asaltaran, llevándose el poco dinero que tenía, mi celular e identificación.

Logre sobrevivir en las calles unos días, pero eventualmente descubrí que tenía pocas oportunidades por mi cuenta, hasta que conocí a mi proxeneta, él me había estado observando rondando su zona, fue amable al principio, pero se aprovechó rápidamente de mi necesidad y de mi falta de experiencia, así que los primeros años fueron difíciles, pero jamás olvidare mi primera vez, fue tan doloroso que pensé que no podría volver a caminar, él obtuvo mucho dinero de esa transacción, pero yo debía de reponerme porque al día siguiente tenía que volver a hacerlo, y no solo una vez, algunos de otros chicos me ayudaron, me dieron consejos y cuando era necesario me ayudaban a cubrir mis heridas, así fue mi vida por años, un cliente tras otro y nunca ver nada del dinero que ganaba con mi cuerpo, me decía que debía estar agradecido por tener un lugar para dormir y comida.

Tuve toda clase de clientes, pero los peores eran los racistas que me elegían por mi ascendencia latina, me golpeaban y me ofendían mientras me follaban diciéndome que volviera a mi país, había algunos otros que me trataban bien como si no estuvieran pagando para tener sexo conmigo, otros que me prometían cambiar mi vida e ingenuamente les creía, pero yo prefería a los que me daban dinero extra, porque lo fui ahorrando hasta que pude escapar de ahí.

Aunque escapar probablemente no sea la palabra correcta, porque realmente no tenía un lugar al que regresar y ahora trabajo en lo mismo, solo que por mi cuenta, algunas veces es más peligroso, pero al menos puedo administrador mi dinero y conservar clientes habituales, así que puedo darme ciertos lujos como tomarme libre la noche de mi cumpleaños.

Ese día me aseguro de levantarme temprano, me baño, me visto y miro el resultado frente al espejo, debo de admitir que a veces no reconozco mi reflejo cuando lo veo, aunque tal vez es que estoy usando demasiada ropa, salgo del edificio, me pongo el casco y subo a mi motocicleta sin rumbo fijo solo intentando alejarme lo más posible, donde nadie pudiera reconocerme, donde pueda fingir que no soy yo.

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Lenguaje corporal que ya no coincide

Con lo que el deseo primario pide

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No entiendo porque cada vez que inauguramos una nueva sucursal, debe montarse un gran escándalo, estoy a favor del crecimiento corporativo, pero también estoy ansioso por retirarme de esto, seguro mis hijos serán capaces de seguir adelante con el negocio.

Manejé por la carretera y me detuve en un bar de aspecto anónimo, puedo concluir que luzco demasiado elegante para un lugar así, pero estoy harto de los lugares caros y de los aduladores de mis subordinados, además solo quiero un trago y olvidarme de quien soy, voy directo a la barra y pido el whiskey más caro que puedan ofrecer en un lugar como este, abren la botella frente a mí y vacían su contenido en un vaso, el sabor amargo y amaderado llena mis pupilas gustativas y miro a mi alrededor sin saber exactamente que estoy buscando, hace tiempo que la vida me parece igual, personas falsas, todo es sobre la apariencia y el dinero, nadie parece auténtico. Nadie tiene algo que me impresione.

En mi hastió un movimiento al centro atrae mi mirada, hay un jovencito en la pista de baile, tiene los ojos cerrados y se mueve al compás de la música, tiene un cuerpo delgado pero atlético, piel morena y se ve genuinamente feliz, algunos hombres lo rodean, incluso lo acarician y me doy cuenta que no soy el único que esta mirándolo, pero lo veo rechazar a uno tras otro.

La canción termina y de inmediato comienza otra, cuando lo veo caminar a la barra, se pone a mi lado, pide al cantinero una cerveza, su tarro se llena de la espumosa bebida y lo veo tomar casi la mitad de su contenido de un trago, mis ojos están fijos en su manzana de Adán mientras el líquido desciende por su garganta, mi mirada debe ser demasiado intensa porque se gira hacia mí y contrario a lo esperado me da la más sincera de las sonrisas.

—¡Salud! —dice simplemente y yo levanto mi copa para vaciar también el contenido, contagiado por su prisa en beber, el alcohol quema mi garganta y el moreno bebe un poco más, hace un sonido de satisfacción cuando deja su tarro con demasiada fuerza en la barra—. Esta es una noche perfecta —dice y ya no estoy seguro que siga hablándome a mí.

—Ni si quiera se acerca a lo perfecto que eres tú —digo aferrándome a mi oportunidad por seguir hablando con él, me mira por un segundo como si recordara que aún estoy a su lado y comienza a reír sonoramente, sus ojos se achican y veo que su rostro no es simétrico, pero es más hermoso cuando ríe y yo estoy seguro que ha escuchado eso muchas veces.

—Gracias, tú también luces bien.

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¡Hola! se que no paso tanto desde la última vez que escribí de esta pareja y que tengo otras parejas e historias pendientes, pero me llego la inspiración.