Jeffrey apenas llego a casa se sentó a mi lado en el sofá en silencio, ambos teníamos la vista pegada en el televisor y el silencio ya se estaba haciendo incómodo.

-¿Me quieres decir algo?— lo mire y él a mi.

-¿Tu tienes algo que decirme?— negué y el asintió.

-¿Cómo te fue en el museo?— mordí mi labio.

-Interesante, Andrew me ayudo a distraerme un poco.

-Genial, ¿y cómo estuvieron los besos?— me atoré y él me miro con una ceja levantada.

-Oh...¿di en el clavo?

-Ve al grano.

-Se que tu y Andrew tienen algo.

-Lo siento Jeffrey— murmuré.

-¿En algún momento pensaban contarme?— me miro— ¿o pensaban contarme cuando se casaran o lo vea por la televisión?

-Te contaría cuando hubiera tenido algo serio Jeffrey.

-¿Por qué le contaste a Hilarie y no a mi?

-Ella me aconsejo, lo siento.

-¿Y yo no lo hubiera hecho? Eres como mi hija Valerie, lo único que quiero para ti es felicidad, y si tu felicidad en este momento es junto a Andy, te apoyaré— sonreí y lo abrace con fuerza.

-Gracias Jeffrey.

Estuvimos un tiempo más hablando, hasta que ambos nos fuimos a dormir. Apenas me acosté mi teléfono sonó, mire la pantalla y la identificación de llamada indico que era Andrew.

-Jeffrey sabe sobre nosotros— dijo apenas conteste.

-Estoy bien, gracias Andrew— respondí con sarcasmo.

-Oh, lo siento.

-Si se que sabe sobre nosotros, pero me dijo que nos apoyaba.

-A mi también me dijo lo mismo. ¿Eso nos hace formalmente una pareja?— pregunto y reí.

-No lo se, ¿tu quieres serlo?

-Me encantaría.

-Entonces somos una pareja Andrew Clutterbuck— él rió.

-Entonces somos una pareja Valerie Rudd— confirmo.