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Fase 1: Limpieza, activación y reconocimiento




Esto no podía estar realmente pasando. De verdad, era imposible que hubiera cosa así frente a él en este momento, ¿no?

¿Por qué demonios tenía a un vampiro novato trajeado y de portafolio en la puerta de su casa en ese caso? BaekHyun no podía tomar la excusa de debo estar soñando, porque desde hace más de cuatrocientos años ya no lo hacía.

Después de haber pensado seriamente terminar con su vida, y saber que ahora había un maldito vampiro que le dijo lo contrario no sabía cómo digerirlo. Era extraño, BaekHyun jamás se hubiera esperado esto. Diablos, ¿siquiera entendía por qué vino?

"¿Qué?" Esa fue la respuesta más sincera que pudo dar. Aun frente al glamuroso hombre que estaba ahí plantado con sonrisa de modelo y cuerpo de ensueño posible de admirar por sus brazos abiertos y pose escultural, BaekHyun no se dejó deslumbrar. Mejores cosas había visto, un hombre guapo ya no lo apantallaba, menos cuando estaba más intrigado por lo que estaba diciendo. "Espera, ¿qué acabas de decir? ¿De dónde has venido?"

"Me envió el Programa de Rehabilitación Emocional Vampírica," repitió, como si esa parte no la hubiese escuchado. Lo hizo, solo no tenía sentido. BaekHyun necesitaba comprender, y las palabras del vampirito no conectaban de ninguna forma. El novato cambió de posición, al acercarse un poco, le mostró su dichoso papelito en el que estaba esa horrible foto suya sacada de sabría dónde—si estaba usando esos terribles lentes de sol que le cubrían media cara como ojos de mosca—, con su sonrisa y estilo de modelo perdido, pero con una seriedad al contarle todo. En el papelito, BaekHyun vio el nombre que había mencionado, sus datos y una sarta de párrafos con letra chiquita que no leía bien sin una lupa—ahí era cuando sí pegaban los cuatrocientos y pico de años. "He venido aquí como vampiro de acompañamiento, en calidad de apoyo para garantizar que usted esté viviendo su eternidad al máximo y no ha caído en la mínima posibilidad de acabar con su vida."

Bueno, eso fue muy específico. Directo, quizá. Cuando BaekHyun miró de nuevo al novato con esa amplia sonrisa casi maniática por cómo le cubría mitad de la cara, no hizo más que fruncir su ceño. No le gustaba esto, ¿quién le había dado el derecho de impedirle cometer suicidio?

"¿Se puede saber quién te envió?" Reprochó, con ese tono que al novato debió provocarle ligero temor. Después de todo, retrocedió un paso. Guardado su documento, carraspeó y puso sus manos juntas en el portafolio.

"El Programa de Rehabilitación Emocio—"

"¡Sácate con eso! No me interesa saber de qué departamento, programa o lo que sea vengas, a mí lo que me importa es saber por qué demonios has venido, quién te mandó," intervino, y con más enojo, se acercó al novato e hizo que este se inclinara del lado opuesto. "Y cómo diablos supiste que quería acabar con mi vida."

"Entonces, sí había considerado el suicidio, ¿no?" Con renovado ceño, BaekHyun vio cómo el novato tomó su documento, y casi por arte de magia, apareció un bolígrafo con el que apuntó algo en la hoja, para su peor genio. "¿Desde cuándo lo había estado considerando? ¿Cree que podría comentarme más esa respuesta?"

"No tengo nada que comentar. ¡No pienso decirte nada! No sé ni por qué estás aquí, yo no te he llamado, y quienquiera que lo haya hecho está—"

"Amo Byun, tranquilo. Sé que esto puede parecer abrumador, pero el primer paso que debemos de seguir es aceptar que en ocasiones necesitamos ayuda, y si usted se permite dársela, yo puedo—"

"¡No! No, no pienso tomarla," interrumpió en la misma que le había hecho. Lejos de esas manos que parecieron querer abrazarlo, BaekHyun se alejó, puso su misma distancia anterior, y declaró fuerte y claro: "No sé quién te haya enviado, por qué decidieron hacerlo ni cómo supieron de esto, pero ya no me importa ni quiero saber más. Lárgate de mi casa."

"Amo Byun..." la sola mención del título se lo dijo: BaekHyun no le iba a dar más vueltas a este asunto. Con un chasquido de dedos, cerró las puertas, incluso en la cara del novato.

El candado y los cerrojos se echaron sobre esa misma moción. Entonces, BaekHyun se retiró del escenario. Al darse la vuelta, vio el comedor donde había estado sentado con las cosas de su posible suicidio, sin embargo, ya no encontró interés en alguno. Como todo en su vida, tenía nula preocupación. Decidió que podía dejar pasar por un tiempo el mal rato y ya volvería a sus planes de cesar su eternidad. Ahora solo quería despejarse... sin llegar al descanso perpetuo—de momento.

Los vampiros no dormían, no mucho al menos. Una o dos horas era suficiente para recargarse, pero como BaekHyun no estaba motivado para hacer nada más, ya ni siquiera se estaba alimentando propiamente de la sangre traída por SeHun. Sus energías estaban el doble de bajas; con el disturbio anterior, más, debía tomar casi seis horas de sueño continuo para renovarse un poco.

"¡Ah!" El grito que soltó vino porque, al entrar a su habitación en el primer piso, vio a ese lunático de gran sonrisa sentado al borde de su ataúd. Rodeado de los candelabros, a la luz de las velas que se habían encendido a su paso, las paredes de intrincados diseños a lo Luis XV con tonos sombríos, sin ventanas y de pisos alfombrados con telas persas, le daba un lúgubre y hasta romántico físico—quizá orientado ese último apelativo por las novelas de ahora, ¡maldición, vampiros modernos brillosos!—, mas, él no estaba cayendo por la idea. Recuperado el aliento, BaekHyun se paró firme bajo el marco de su puerta. "¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado?"

"Soy un vampiro ágil como usted, amo Byun, tengo mis habilidades. Ahora, ¿me permite empezar de nuevo nuestra primera interacción? Siento que empezamos con el pie izquierdo. Perdón, soy nuevo, puedo cometer errores."

"Sí, y tu más grande error lo estás haciendo ahora. ¿Acaso no te enseñaron en tu programita que no deberías insistir cuando una persona te ha dicho no?"

"Entiendo la psicología e ideas detrás del concepto, pero no puedo permitirme aceptar ese único no por su parte, amo."

"¿Y por qué diablos no?"

"Bueno, oficialmente estoy ligado a usted hasta que este contrato expire," mostró, otra vez con su maldita hoja. En la inquietud que sus cejas demostraron juntas, BaekHyun decidió acercarse y finalmente hacer que su lupa volara desde su cómoda hasta él para leer las letras pequeñas. "Es algo simple si me deja explicar. Básicamente el Programa de Rehabilitación Emocional Vampírica es una fundación creada para salvaguardar la estabilidad emocional y psicológica de todos los vampiros que puedan encontrarse en la zona. Tenemos sedes en varias partes del mundo, como se ha de imaginar, y por supuesto, en una ciudad tan grande como lo es Seúl, hay más de una. Pero ese no es el punto, lo que sí es que estamos avalados por el Consejo Superior, y este nos otorga distintas capacidades, así como dones y habilidades para manejar de gran manera nuestros servicios hasta obtener los mejores resultados."

"¿Todo eso qué tiene que ver conmigo?" Razonó, sin leer mucho de lo escrito por escuchar más lo que salía de esa inmensa boca. El novato dejó su asiento sobre su ataúd para postrarse junto a él, parado en su diferencia de alturas—que debía admitir lo irritó un poquito más, aunque se considerara un buen hombre promedio en su 1,74, este sin duda era un monstruo si iba hasta el 1,90—, y unir sus manos con su portafolio. De nuevo. "¿Por qué demonios el maldito programa o el Consejo Superior haría tanto por mi existencia?"

"Hay alguien al que le ha preocupado al grado de hacer una denuncia por su bienestar en nuestro sistema. La descripción de lo que nos llegó, hizo que nos pusiéramos manos a la obra. Como usted es parte de un grupo de riesgo entre la comunidad vampírica—"

"¿Grupo de riesgo?"

"— ya tiene más de cuatrocientos años, es un buen número para reconsiderar muchas cosas en su eternidad, por eso..." abrió la boca como para alegar, sobre todo porque creía entender que lo estaban llamando anciano, pero decidió guardarlo todo cuando el novato antepuso: "Se le ha enviado ayuda inmediata. O sea, yo, como su apoyo emocional desde este día."

"Vaya, entonces, te han enviado para evitar que me mate de algún modo. ¿Debería suponer que esta persona que dio el pitazo en el cielo fue mi amigo Oh SeHun?"

"Las llamadas y correos que recibe el programa de ayuda son enteramente anónimos."

"No tengo más amigos que se preocupen por mí. Fue SeHun."

"No puedo negar ni afirmar lo que ha dicho."

"Definitivamente lo fue, segurito leíste tú mismo su carta."

"Me es imposible confirmar su sospech—"

"¿Alguna vez alguien te dijo lo mal que mientes, vampirito?" Se burló, de brazos cruzados y el documento aplastado en su pecho. Eso tomó al novato con la guardia baja, al verlo sorprendido y de boca abierta, BaekHyun se rio, a sus expensas. Por fin llevaba las de ganar en algo. "Puedo hasta olerlo, no sabes esconder bien tus cambios emocionales. Y es una pena, incluso si no leo mentes, sé lo que estás pensando. Eres tan transparente y obvio para mí, como un niño."

"Debe saber entonces que no me gusta que me llame vampirito," arqueó una ceja, ahora divertido por el cambio. Lo había tomado de guardia baja, mas, de inmediato se compuso. Con su peso pasado de un pie al otro, el novato puso sus manos en jarra y amplió otra vez su sonrisa maníaca. "Tengo un nombre y creo habérselo dicho."

"¿Me debería importar?"

"Tal vez, si vamos a pasar cuatro semanas juntos, creo que debería hacerlo."

"¿Cuatro seman—?"

"Está todo en el documento. Debido a que usted ha perdido sus facultades para pensar y tomar decisiones propias, su tutor anónimo ha firmado por usted para inscribirlo al programa de rehabilitación, y nos ha encadenado a usted y a mí durante cuatro semanas para que vivamos juntos."

"¿Eso cómo se supone que me ayudará?"

"¿No me ha escuchado? Soy un vampiro de apoyo emocional."

"¿Y qué? ¿Acaso actúas como un perrito y te me acercas si tengo un ataque de ansiedad?"

"¿Tiene ataques de ansiedad que deba tomar en cuenta?"

"¡No tengo ningún ataque de ansiedad, maldito idiota!"

"Oh, pero se irrita fácilmente ante preguntas del tema, aja, tomo nota," dijo mientras sacaba otro lápiz y hoja. A BaekHyun casi se le reventó una vena que no usaba.

"¿Es esta la razón por la que has aparecido en mi casa sin que seguridad te detuviera o te encontrara en mi habitación cuando creí cerrarte la puerta en la cara?"

"Sí, técnicamente. Se nos puso un encantamiento por estas cuatro semanas. Yo voy a donde usted vaya, y aunque claramente puedo darle su espacio y privacidad, porque no necesito acompañarlo al baño cuando desee orinar," otra vez su ceja se le subió, con la sorpresa de que el novato podía tener pudor. Si se sonrojaran, estaba seguro de que lo hubiese visto rojo hasta sus orejotas. "Estaré ahí en donde mejor crea para ambos."

"¿Cómo me quito el encantamiento?"

"No puede, no hasta que se cumplan las cuatro semanas."

"Debes estar bromeando. No es posible que me hayan puesto un encantamiento tal, si yo no he tenido bruja que se me acerque..."

"Pero me ha abierto la puerta, y como yo venía con el encantamiento otorgado por el Consejo Superior, desde ese momento hemos quedado ligados."

"No me parece muy correcta su política. Me están obligando a aceptar algo así de inmenso, solo porque supuestamente alguna persona anónima les denunció mi estado—del que no tienen ninguna evidencia—, ¿y ahora estoy encadenado a este vampirito novato que quiere ser mi perro de apoyo emocional? ¿Dónde queda mi libertad y autonomía como individuo?"

"Ya le dije que no soy vampirito, mi nombre es ChanYeol. Park ChanYeol, no es tan difícil decirlo."

"Como digas, novato. No estoy de acuerdo con nada. No sé qué rondaba por la cabeza de SeHun cuando decidió inscribirme en esto, ni cuál es tu maldita motivación y la del programa, para mí es una bazofia tan grande que quiero descansar. No soporto más de esta basura."

"Si lo que quiere es descansar, puedo permitírselo. Estaré aquí igual cuando despierte, y si ya se siente mejor para hablar un poco conmigo o compartir su tiempo, lo esperaré cerca," casi gruñó como un chucho al oír eso.

Igual no le importó. Al irse a su ataúd y treparse bajo sus sábanas, apagó la luz de sus velas para quedar en completa oscuridad. La presencia del novato disminuyó de la misma forma, debió darle su espacio, porque de cerca oyó sus pasos y la puerta cerrarse detrás de estos. Genial, ahora solo veía cómo iba a despertar después de su sueño negro para lidiar con ese problema.

Desgraciadamente cuando despertó seguía ahí—ese problema— en su casa. Como dijo, no fue un sueño lo que vivió, y si lo era, se estaba volviendo a cada segundo más una pesadilla.

El novato andaba parado en la mesa de su comedor, con guantes, cubrebocas y mandil para cubrirse de lo que estaba tomando. Lo sospechó, pero bien pudo comprobar cuando vio que estaba agarrando entre sus manos esa agua bendita que él había traído por medio de sus contactos. Mientras la reflejaba con la luz artificial de su candelabro arriba, como si quisiera descubrir qué albergaba en ella que les hacía tanto daño, BaekHyun decidió hacer su entrada triunfal.

"¿Sigues aquí aún?" El vampiro de apoyo emocional ahogó un grito, casi se le cayó el frasco de agua bendita. Lo rescató por un pelo al detenerlo con su otra mano malabarista, y cuando se volteó, esos ojos de venado frente a un carro a punto de matarlo le devolvieron la mirada con el frasco pegado a su pecho y un obvio mutismo que a él le divirtió, al menos por saber que no fue a quien tomaron con la guardia baja. "Huh, supongo que nuestro encantamiento no llega a puntos tan extremos para saber dónde está el uno u otro, si no me has percibido cuando llegué a la sala."

"Nuestro encantamiento solo nos permite estar uno cerca del otro, nunca separados por lo que no se considere sano. Puedo presentir cuando está en un lugar de riesgo, pero no— ¡no iba a saber que se encontraba justo detrás de mí, amo!" Bufó con su amarga sonrisa abajo. No estaba seguro de querer seguir escuchando al novato llamarlo amo porque era tan anticuado, pero tampoco deseaba darle la libertad de decirle por su nombre de pila ni apellido cuando apenas se estaban conociendo. No lo quería ni en su vida para que decidiera llamarlo sunbae, hyung o algo similar. ¿Qué otro término funcionaba? "No debería asustarme así, pude haber tirado el frasco y liberar su contenido."

"¿Siempre te portas de esta manera?" El novato frunció el ceño, sin entenderlo. Estaba enojado, eso se podía oler a kilómetros—era lo que detestaba de los novatos, su olor era tan claro porque nunca sabían controlar sus emociones y a todo lado que iban apestaban con ellas como malditos humanos—, también inquieto, con verdadera curiosidad que agradó un poquito a BaekHyun, como si el que alguien le pusiera atención pudiese divertirlo. "Como si trajeras un libro de información que soltar antes que cualquier otra cosa. Desde que nos conocimos, no has dejado de explicarme cosas, y es sorprendente que incluso antes de gritar, tú solo me explicaras la función de nuestro encantamiento, ¿qué clase de monstruo eres en realidad?"

"Soy diplomático. Y no soy ningún monstruo, si los diplomáticos lo fueran, creo que ya estaría todo el Congreso en una celda."

"Bueno, si consideras que la mayoría de nuestros presidentes siempre terminan en la cárcel después de terminar su gobierno..."

"Le gusta hacer muchos comentarios sarcásticos, ¿no, amo Byun?"

"¿Por qué preguntas? ¿Vas a anotarlo en tus hojitas sobre mi diagnóstico?" Se rio, mientras dejaba el frasco y la bolsa—que también traía en su otra mano y BaekHyun apenas estaba notando mejor— para traer con su magia una hoja y bolígrafo.

"El amo Byun es experto en el sarcasmo," dijo tan lento como si leyese a la velocidad que iba escribiendo. Claro que no escribió nada de eso, hasta BaekHyun pudo verlo. Más que divertirlo, se enojó un poco para fruncir su ceño. "Listo, ¿alguna otra cosa más?"

"Sí, ¿qué te parece salte de mi casa, maldito apestoso?"

"Ya le dije que estamos unidos por cuatro semanas. No hay forma que me saque o aleje de su vida en ese tiempo. Seré como Barney cada vez que Moe lo intentó sacar del bar, siempre apareceré detrás de su persona."

"¿Serás como quién?"

"Barney... Moe, ya sabe," el novato siguió, y aunque tomó otra vez su bolsa de basura en el piso, lo vio con clara sorpresa en su obvia duda. "Oh, por los mil demonios del infierno, ¿no conoce Los Simpsons?"

"Estoy seguro de haber estado ahí cuando se inventaron."

"Sí, pues, no parece tener muchas referencias actuales. ¿Cuánto tiempo ha estado sin ver televisión?"

"¿La gente todavía usa esas cosas?"

"Bueno, con las nuevas plataformas, el cable es del viejo mundo, pero aún hay gente que lo usa para—"

"Me estás durmiendo con tus explicaciones infinitas, novato."

"ChanYeol, es ChanYeol."

"Como digas. Mejor, ¿me quieres explicar por qué traes una bolsa de basura?" Se le acercó más cuando dijo lo último. Al tomar la bolsa de sus manos, BaekHyun vio que en su interior estaban todos sus artefactos para posibles suicidios. La cuerda, las balas y pistola... además del frasco que obviamente había tomado y reposaba ahora en la mesa, a la espera de acompañar todo lo anterior, sino fuese por su interrogante ceñuda. "¡Eh! ¿Quién te dio permiso de tomar mis cosas? ¿Qué piensas hacer con ellas?"

"Bueno, claramente no podemos tener nada de esto con nosotros ahora. Mi deber es evitar que usted desee terminar con su existencia, y esto creo que me dice cómo estaba planeando hacerlo. ¿Sabía que la ingesta excesiva de ajo en un vampiro puede causar una tremenda diarrea explosiva que duraría de una semana a tres dependiendo del tamaño?"

"¿Y eso tú cómo lo sabes?"

"Estudié otros casos. No es el primer vampiro que intenta suicidarse con esto," el novato señaló, encogido de hombros, y al tomar el envase de pastillas de ajo, las tiró a la bolsa que recuperó de sus manos. "No morirá con ellas, solo se encerrará en el baño por días, amo."

"Eso podría reducir al menos mi tiempo contigo."

"La bala le causará una herida espantosa, pero por su habilidad de sanar, no le hará mayor daño. Al mes quizá se reintegrarán hasta sus peores daños de órganos como una salamandra," siguió explicando, hasta al sacar las cosas de la bolsa mientras se las iba demostrando. "Si la cuerda pensaba usarla para asfixiarse o algo parecido, déjeme decirle que tampoco funciona. No necesita respirar, por eso el ahogamiento es inútil. Dicen que cuando te ahorcas, a veces dependiendo la caída, te rompes la columna. Bueno, mismo caso que la bala, sus huesos podrán estar rotos, pero sanarán, y como un zombie, se reintegrarán para pegarse de nuevo en su forma original. Quedará colgando de una soga como una tonta bola de disco."

"Al menos no tengo brillos como esos vampiros de novelas de cuarta."

"Esa referencia sí la conoce, pero no la de Los Simpsons."

"¿Los Simpsons son vampiros?" El novato lo miró con desagrado. Suspiró antes de mostrarle el frasco de agua bendita, por el que seguro estaba usando los guantes.

"Usted sabe que esto quema, pero no lo va a matar tampoco. Sin importar cuánto se rocié con ella, solo sufrirá de dolor y espantosas llagas que tardarán en sanarle. Si las descuida, le saldrán pus, por supuesto, y si usted vivió lo suficiente para estar en el tiempo de la viruela, imagino que sabe cómo se siente eso," justo había hablado hace unos días con SeHun de ello. Debía ser, ya estaba claro: SeHun había sido su soplón, no había ningún otro testimonio por el que este novato lo supiera... no se imaginaba que hiciese buenos cálculos de su edad y los periodos antiguos, claro. Tiró el frasco con cuidado en la bolsa, solo para no quebrarlo. "No tiene nada aquí que mate a un vampiro, solo un verdadero dolor y sufrimiento largo, que al final lo dejará vivo, preguntándose por qué siquiera decidió hacer esto. En realidad, podría dejarle llevar alguno de sus remedios para ver si con eso cesa su vida, como pensaba. Cuando se dé cuenta de que nada funcionó y haya pasado por todo este dolor innecesario, tal vez reflexioné lo bueno que es vivir y que mejor no piense más en volver a hacer algo como esto."

"Pero tú no serías tan sádico para verme sufrir por nada así, ¿no?" Cerró la bolsa de basura y con ello se quitó sus guantes, mandil y cubrebocas. Entonces, mandó a volar la basura fuera de su casa para verlo con brazos en jarra y su maniática sonrisa. A BaekHyun sí lo sacó un poco de onda. "¿No?"

"Tengo mis formas de manejar su tipo de casos, pero no sería el primer acercamiento que haría con usted, amo Byun, y por desgracia, explícitamente me pidieron un plan de tratamiento para usted en estas semanas."

"¿Qué quiere decir eso?"

"Quiere decir que me indicaron cómo debo tratarlo para conseguir que se sienta mejor con su eterna existencia," escuchar aquello le trajo una profunda curiosidad sobre cómo era todo este proceso. BaekHyun no había leído en verdad el dichoso documento y contrato que el novato había traído con su portafolio—dondequiera que lo hubiese puesto ahora—, no sabía nada ni había escuchado alguna vez sobre todo este programa del que supuestamente venía con todo y encantamiento, estaba en verdad inquieto sobre lo que podían significar sus siguientes días y semanas por lo mismo. Aunque nada pareciera quitarle el deseo de acabar con su existencia como ya estaba a punto de hacer, descubrir que había un proceso específico para evitar que lo hiciera, le trajo verdadera inquietud como... no mostró, porque en su lugar, fingió desinterés, y el novato no lo vio con su eterna sonrisa de loco. "Y ya que nos hemos deshecho de lo innecesario, ¿por qué no seguimos buscando arreglar algo de su lugar?"

"¿De qué hablas?"

"No soy quién para criticar el gusto de cada persona en su casa, pero ¿ya vio cómo tiene la suya, amo?"

"¿Qué?" Preguntó, con miradas a su alrededor, sin entender lo que el novato le señalaba de brazos abiertos. "Todo está bien y ordenado. Tengo personas del servicio que se encargan diariamente de dejarlo impecable y lustroso."

"Sí, y eso se puede notar, aunque yo diría que le falta luz y color a su estilo... más por su cuarto. Tan pronto entré al usted querer ir a descansar, me di cuenta de por qué su estado depresivo, ¡si duerme en un maldito ataúd!"

"¿Hay algún problema con eso?" Reclamó, molesto por la subida de tono y las manos arriba de esa cabeza tan alta. BaekHyun quería saltar a bajárselas, de alguna manera en serio lo molestaba que este sujeto fuera tan alto. Pero saltar seguro lo haría ver ridículo...

"¡Sí! ¿Quién duerme en ataúdes en estos días?" Frunció el ceño, casi con vergüenza que obvio no admitió, y como no se podían enrojecer, nadie se dio cuenta. Aunque el novato se burló entre labios. "Eso es tan vampiro del 1800, tiene que actualizarse por mucho, amo."

"Me gusta el arte gótico y todo lo de Luis XV con ese estilo garigoleado..." confesó, con una ceja alzada del contrario. "Mi ataúd es cómodo, ¿en qué dormiría si no?"

"Ah, ¡¿en una cama?!"

"Las camas no son lo mismo. ¿Es que has perdido la razón del ataúd para un vampiro?" El novato no contestó, lo que por fin le dio para sacar ventaja. "Exacto, deberías tener más respeto por eso."

"Respeto o no, aún creo que necesita su estilo necesita una remodelación."

"¿Y de qué modo piensas hacerla?"

"¿De cuál más? Obviamente trayendo lo mejor de lo mejor a su casa," llamó con un chiflido a lo dicho. Como si fuera algún animal, sus puertas dobles de la entrada detrás se abrieron, igual que cuando él entró. En su lugar, pasó cantidad de personas con uniformes de paqueterías y tiendas de diferentes tipos. Moda, muebles, pintura, telas, todo estaba ahí con ellas y ellos que traían cajas y diablitos transportadores de mucho más que BaekHyun no pudo entender más que sentir cómo le hervía algo dentro. El novato los señaló con su mano para darles entrada a su casa como si fuera propia. "Pasen, muchachos, pueden empezar con la remodelación."

"¡Park ChanYeol!"

"¡Sí! Ese es mi nombre, entonces, ¿finalmente sabe cómo usarl–?" BaekHyun lo tomó del cuello de su camisa, lo alzó con toda su fuerza hasta para hacer que ambos dejaran de tocar el suelo, y en la despreocupación de quiénes los veían porque no había olido ningún humano entre ese grupo de personas que seguían pasando y haciendo lo que ellos necesitaban como si no viesen su teatrito, BaekHyun cortó toda voz del maldito novato, igual que su sonrisa socarrona con una reemplazada de verdadero miedo.

Cuando quería, BaekHyun podía dar mucho miedo. Enojado... nadie deseaba conocerlo, se convertía en otra persona. Para su suerte, estaba susceptible en muchas cosas, y en un solo día, ya le había colmado suficiente la paciencia.

(¿Cómo iba a sobrevivir cuatro semanas de esta forma? BaekHyun tenía que dejar las cosas claras).

Sus ojos cambiaron por la severidad de su molestia. Mostró ese verdadero monstruo que hablaban en los viejos cuentos de vampiros, con la pupila gris, su esclerótica negra, y en su piel, que más pálida ahora estaba grisácea, se dibujaron las marcas de donde antes estuvieron sus venas de ese color obsidiana, filosa como rayos, hasta erizar los vellos de su nuca y agravar su voz a la de un demonio del mismísimo inframundo en lo que dijo:

"Te atreves a tocar alguna de mis cosas y te mato. Juro que te mato, con mis propias garras clavando como estaca tu corazón," para mayor idea, sus uñas, negras y puntiagudas, rozaron su pecho. Cosa por la que el novato tembló, divinamente atemorizado, como BaekHyun deseaba. "Entonces, veremos quién necesita rescate de su eternidad."

"A-Amo..." no lo quiso oír más, lo soltó y lo dejó caer a su piso. Claro que el vampirito se detuvo, al flotar acostado muy cerca del piso sin llegarlo a tocar por su propio control telequinético, BaekHyun chasqueó la lengua, antes de volver a su natural belleza fuera de ese lado demoniaco.

Se estiró y sobrevoló lejos de donde el novato ya estaba recuperando sus pies para ponerse recto en su suelo. A la puerta, con todas las personas dentro de su casa y estáticas por su siguiente instrucción, BaekHyun fijó su mirada en el vampiro novato y le dijo:

"Quiero a toda esta gente fuera cuando vuelva, ¿quedó claro?" Recibió un asentimiento como toda su respuesta, antes de que él saliera y azotase la puerta detrás.

Bien, no había podido descansar con su sueño rejuvenecedor, y ahora que ya se había oscurecido un poco, al menos podía salir a dar una vuelta. El aire fresco del otoño lo relajaba después de ese día de mierda que estaba teniendo.

¿Por qué demonios lo había atado SeHun a esto? ¿En qué estaba pensando?

BaekHyun suspiró. Ahora más que en ningún otro momento deseaba terminar con su vida. Esto iba de mal en peor.

Debió imaginarse que no importaba cuánto hubiera amenazado al maldito novato, como buen joven insensato que era, no le iba a hacer caso.

No tenía caso seguir caminando si no había nada más para entretenerlo. Las largas caminatas en su vecindario que antes lo divirtieron, ya no apaciguaban sus pensamientos depresivos, no tenían sentido, solo daba vueltas sin rumbo y eso... era el doble de triste en realidad.

Tampoco entendió por qué fue él quien salió de su casa cuando al que debió sacar era ese novato intruso. Por eso regresó a su casa. Había respirado al menos el aire fresco y decidió luego de unas horas que mejor volvía, sin saber que iba a descubrir la horrible realidad de lo que hizo al dejar al novato bajo su techo.

Enojado, quizá porque no sabía cómo no lo había seguido el novato cuando decidió irse lejos—¿qué no tenía que seguirlo a todas partes por su encantamiento o de menos preocupación?, ¿no creía que en su caminata pudiera cruzársele una estaca con la que acabar con su existencia?—, se sintió más en cuanto abrió la puerta de su casa y descubrió lo que hicieron todas esas personas de diferentes negocios con muebles y cajas.

"Oh, no, no lo hizo, de verdad no lo hizo."

Lo que antes era una mansión sombría de tonos opacos, con paredes de madera fina, pisos de mármol, candelabros de hace más de siete décadas para tener verdadera cera derretida, pinturas y cuadros con siglos de antigüedad colgados por edad y unos cuantos muebles de un toque elegante con todo ese Luis XV que a él tanto le gustaba, se había transformado en un vómito de unicornio.

Literal. Su mansión era inmensa, tenía infinidad de salas, comedores, dormitorios en la parte de arriba (de tres pisos, uno donde estaba, otro arriba y el subterráneo, por si acaso tenía que esconderse en una catástrofe que pusiera en riesgo su vida—ahora ya no importaba, si no quería ni continuarla), y no podía saber si todo había sido cambiado, pero en el primer escenario, ahí frente a su entrada, con el comedor principal a la izquierda, las escaleras de caracol a la derecha y un extenso pasillo recubierto de grandes jarrones, vasijas, esculturas y bustos de viejos artistas por todos los continentes que existen y existieron que daba a las habitaciones y a su jardín del ventanal a la derecha, miró cómo había perdido su lado clásico por transformarse en una bola de lo que llamaban aesthetic y él no estaba soportando.

Empezó por su comedor que aún tenía su larga mesa y sillas de cedro con esos finos detalles garigoleados en las esquinas y madera. Su panera, florero y frutero estaban intactos, con esa belleza del cristal soplado traído por él mismo desde Italia, Venecia. Pero todo a su alrededor tenía otro estilo: los cojines de sus sillas habían sido cambiados, ahora eran unos en forma de pétalos verdes y rosas que nada combinaban con lo sombrío; sí, quizá dijesen que el negro combinaba con todo, pero no para BaekHyun, él quería su mesa de caoba con sillas de cojines blancos, impolutos, no esos rositas infantiles. En su candelabro le habían puesto pompones entretejidos con hilos en cada extensión metálica del mismo condenado rosa y al cambiar sus velas por focos, los colores cálidos fueron transformados por unos brillantes que le hicieron fruncir el ceño. No acababa ahí, aunque el florero mantenía sus dulces rosas blancas, también le habían puesto unas macetas con cactus y suculentas, en las que su cerámica leían frases como amarte es como respirar: esencial y constante, el amor es un rayo de luna y otras de esas boberías que a BaekHyun le parecieron tan ridículas.

La suculenta merecía mejor que una frase de fuente Sans sacada de Pinterest, sin duda.

Sus cuadros fueron los siguientes en pasar vergüenzas. Habían reemplazado sus marcos de pintura dorada por unos coloridos, de rayas blancas y negras, con forma de polaroid, y uno de ellos, casi hasta el final del pasillo, había sido agregado; era un espejo donde BaekHyun no se reflejaba por razones obvias, pero el marco estaba lleno de pegatinas sin sentido y en la esquina inferior pudo leer un tú eres la obra de arte más bella que casi lo hizo vomitar.

No quería ni ver las salas a su derecha, lo que sea que hubieran hecho con su cine en casa, sala para descansar, cocina, medios baños, el estudio de tragaluz, y su otra sala con el piano de cola, mejor guardárselo para otro momento en el que la bilis no le estuviese ya subiendo. Decidió irse arriba, pasada su escalera de caracol—donde no faltó una nueva alfombra peludita de color naranja, ¿por qué demonios tenía tan mala combinación de colores?, en serio—, en la primera puerta que era su habitación, abrió la puerta solo con su mano para hacer el movimiento y vio la peor devastación de todas.

Ya no estaban sus alfombras persas, como la alfombra en la escalera, habían puesto otra (¡de un brillante tono amarillo pato, qué lindo!—sarcasmo), sus candelabros se habían pintado de negro a morado, y aunque resaltaba un poco el lado gótico en el cuarto por esos tintes y sus bordes que seguían puntiagudos, para nada iba con la alfombra ni la nueva cama matrimonial sobre esa gran base que parecía más una mesa baja, resaltados sus bordes más allá de las dimensiones del colchón para dejar caer las sábanas azules floreadas—¿por qué no?— y pegar las mismas mesitas de noche junto a ella. Lámparas de estampado de cebra reposaban encima de ambas en los dos extremos, unos cuadros sin sentido que para BaekHyun solo eran pintarrajeadas colgaban encima de sus cojines (también floreados, oh, vaya), y cómo no, foquitos de Navidad rodearon todo el cuarto para darle luz porque no había ventanas que dejasen pasar otra.

Su ataúd ya reposaba cerrado en la pared contraria, como una decoración más, casi a modo de clóset si tenía uno de junto al que al menos no le habían hecho nada nuevo—y esperaba siguiera de esa forma, porque no iba a soportar que hubiesen cambiado su guardarropa, tenía toda una habitación para esta, pero lo que siempre usaba lo veía ahí adentro, si acaso lo habían tocado...

No se veía igual su ataúd, a pesar de todo. Con su ceño demostró darse cuenta de que había algo distinto, y decidió acercarse solo para notar que efectivamente había sido cambiado. La tela negra de gamuza al exterior ya no estaba, la habían cambiado al solo pintarlo con negro y brillitos, y aunque ese no era un gran daño, BaekHyun notó que también lo habían limado porque su inscripción no se leía más en el centro. Con sus uñas que rasguñaron la madera donde antes tenía sus letras, BaekHyun abrió de una la tapa para descubrir que en su interior tampoco estaba su forro atorciopelado, suave y rojo con almohadín dentro, sino unos hilos fosforescentes que hacían parecer telarañas, murciélagos y flores enredadas.

Definitivamente eso le hizo hervir de odio.

"¿Le gusta lo que hice con su casa?" Justo el peor de sus males le llegó en ese momento. No supo lo que hizo, cuando el novato apareció y él se volteó a verlo, tenía una bomba de tiempo en esa asquerosa sonrisa triunfal. "Creo que necesitaba más color y belleza. Cosas bonitas, nuevas, sofisticadas, nada del viejo mundo para recordarle que hay más vida y nuevas cosas por las que seguir ahora. Tanto negro a quién no deprimiría."

"¿No te dije que si tocabas una de mis cosas te mataría?" BaekHyun no explotó de inmediato, más compuesto quizá por la caminata, se contuvo. Pero sus garras ya estaban afuera, lo que a percepción de ChanYeol debía decirle cuán enojado estaba, incluso un novato que no percibía bien las emociones de otro sabía.

"Usted dijo que quería a toda la gente fuera cuando regresase y yo he cumplido. ¿Acaso ve a algún trabajador ahora?" No podía creer lo cínico que era este vampirito.

BaekHyun bufó, casi divertido. No lo estaba, con cada paso que dio para acercarse al interpelado, demostró su enojo. Por algo se fue para atrás el otro.

"Juré que te iba a matar si veía que habías tocado una sola de mis cosas, ¿no es cierto?"

"Técnicamente yo no las toqué, lo hicieron los trabajadores. ¡Y vea! Ninguno de sus muebles ha sido cambiado, todo sigue en su lugar, si vio las otras habitaciones sabe que siguen sus mismas pertenencias, yo solo les puse un mejor estilo," soltó hasta golpear con la pared, sin escapatoria. BaekHyun aprovechó eso para clavar sus garras en su cuello en la sorpresa del intruso. "¿Qué no le gusta de lo que se hizo? Si hay cambios que quiera hacer, estamos a tiempo, podemos regresar algo y cambiarlo por otra cosa."

"¿Te puedo regresar a ti en ese caso? Porque estoy a una de devolverte a la pocilga de la que hayas salido convertido."

"Amo, tranquilo. Estas emociones negativas son caóticas, lo sé, pero puede respirar conmigo—"

"¡Y una mierda la respiración! No necesito respirar para estar vivo, tampoco tus malditas cosas, cambios de estilo, colores extravagantes, arreglos peluditos y estúpidas... estúpidas..." con la otra mano arriba, atrajo desde algún otro lugar una de las suculentas con esas cerámicas de frases ridículas. En su mano, lleno de furia, la tronó y se quedó con un pedazo filoso para ponerlo sobre el pecho del novato. Gruñó. "Dime una sola razón por la que no debería cumplir mi promesa ahora mismo."

"No la hay. Si usted quiere matarme ahora mismo, hágalo," frunció el ceño, esa no se la esperaba. Cómo podía este sujeto dejar que alguien le quitara la vida de tal forma. Para ser quien buscaba preservar la vida de otros, no parecía que él tuviese mucho valor por la propia. "Demostrará que yo no he cumplido con mi misión. El Consejo Supremo dirá: oh, qué lástima, y seguro mandará a otro para seguir con su caso," entonces, tomó su mano donde tenía el pedazo, y al apretarla, le sacó un nuevo gruñido más por el dolor que estaba infligiendo, sin sangre al no haber nada que derramar de ambos. "Pero le advierto, si usted me mata, se irá con una maldición por romper un encantamiento incompleto, y me soñará hasta despierto, sin importar que ya hubieran pasado las cuatro semanas."

"¿Quieres darme más razones para matarme, acaso?"

"Eso es lo divertido, ¿sabe? Porque el programa no descansará, ya que atendieron su caso, a pesar de mi desaparición, seguirán mandando a otro y otro vampiro para solucionar su problema. Le advierto, los otros no son mejores que yo. Entonces, el ciclo será infinito, hasta que consigan evadir su muerte, no dejarán de mandar más vampiros para aliviarlo, y si usted los mata, siempre cargará con sus voces por el encantamiento roto."

"Supongo que tendré que matarme yo antes de que venga el otro."

"Mi voz no lo dejará, cada vez que lo intente, va a oírme gritar y será imposible que lo cumpla," frunció el ceño, tan adolorido por clavarse el filo e inquieto por lo que le decían tan cínico. "Eso es lo divertido de los encantamientos rotos antes de tiempo, las maldiciones que quedan son peores que el mismo maleficio."

"No te creo," el novato se rio, en su obvia duda. "Me estás mintiendo, nadie pondría un encantamiento tan fuerte, ni siquiera el maldito Consejo Supremo. Necesitarían de todo un aquelarre para hacer eso."

"¿Quiere probarlo?" BaekHyun siguió con el pedazo en su mano. Sin previo aviso, ChanYeol lo haló un poco más a él hasta hacer que en verdad presionara el filo en su pecho. Su sonrisa se amplió con esa maldad pura...

BaekHyun tiró el pedazo al siguiente segundo. Sin ver más al novato, observó solo la tierra en el suelo y la triste suculenta que no merecía tal destino. Luego, vino la risa socarrona.

Cuando elevó sus ojos, el novato ya se había despegado de la pared y ajustaba su camisa bajo su saco. Se arregló también el fleco que se le había caído sobre la frente para ponerlo de lado, con esos colmillos al aire al sonreírle de boca abierta.

"Cualquier cosa que quiera regresar, me avisa. Iré abajo a preparar la sangre para la comida, espero haya venido hambriento de su caminata, no pienso aceptar negativa a la invitación."

Ya no dijo más después de aquello, tampoco le contestó, y en su mutismo, el novato desapareció de su vista.

BaekHyun quedó ahí, con tanta impotencia y enojo atorado. Cuando miró atrás, a su ataúd totalmente cambiado, suspiró. No podía aceptar todo esto, en verdad no, pero no había forma de deshacerse de ese asqueroso parásito.

Más que una ayuda, esto parecía un castigo divino. ¿Dónde estaba la psicología o compasión de ese programa que hablaba sobre rehabilitar a uno?

Estaba condenado.

Todo lo nuevo que ChanYeol trajo salió al siguiente día. BaekHyun no había querido nada de ese vómito arcoíris sin ninguna combinación en su casa, y como ordenó que quitaran los cojines nuevos, regresar sus marcos originales, desaparecer las alfombras ridículas y todo lo que tuviese un tono fosforiloco o estampado animal, básicamente todo fue regresado sin ninguna queja por parte del novato o los trabajadores (aparentemente en colaboración con el programa y el Consejo Superior para ser todos vampiros).

"Las suculentas se pueden quedar," señaló cuando vio cómo pasaban, en su vigilancia de que nada gracioso volviese a pasar por su distracción, puesto junto a su puerta mientras cada persona hacía su incómodo desfile de cosas que habían traído sin razón alguna. Claro que lo miraron inquietos por esa anotación, si se veía que ayer después de haber roto una, no estaba del todo emocionado por ellas. Pero BaekHyun vergonzosamente admitió que tal vez una plantita del tipo no hacía daño en su casa. "Solo traigan unas macetas distintas, sin frases ni colores exóticos. Blanco está bien... o rojo."

"¿Rojo es su color favorito?" El novato le preguntó, parado junto a él mientras veía lo mismo. BaekHyun no le contestó, porque desde ayer cuando le dio su condena de ese encantamiento, había decidido mantener contacto cero. Tal vez de esa forma se le pasaría más rápido el tiempo, sin importar que sí lo escuchara e hiciera algunas de las cosas que sugería, como juntarse a beber la sangre que le había servido a la luz de sus velas en ese mismo comedor señalado. "Podría traerle otros detalles del tipo, en tonos rojos..."

"La cama también se queda," añadió, como si no lo hubiera escuchado, y aunque vislumbró por el rabillo del ojo una sonrisa de victoria en el contrario, se la quitó cuando dijo a nadie en particular, porque obvio con él no se dirigía: "La quiero mientras pueden regresar mi ataúd a como estaba. Ni se atrevan a traer nada más a esta casa, eso es todo lo que quiero ahora."

"Tomo nota. Obvio no se queda con la cama porque haya descubierto que es mucho más cómoda que su ataúd, ¿cierto?"

"Pueden sacar las otras camas en los cuartos de invitados, esas no las necesitamos."

"¡Eh! Si saca las camas de los otros cuartos, ¿dónde voy a dormir yo? ¿Quiere que use uno de esos ataúdes astillados que guardaba como funeraria?"

"Saquen todas y dedíquense a ponerle a un ataúd novato, por favor."

"Bueno, ya estamos dando un paso si me considera un miembro más de la casa. La parte de limpiar y renovar el espacio en el plan del programa no funcionó como esperaba, pero dio un mínimo resultado," BaekHyun decidió ahí verlo ceñudo, sin entender bien cuáles eran esos pasos por seguir de su maldito plan. No pudo verlos tampoco porque, aunque tuvo el documento en sus manos donde hizo una anotación, tan pronto volteó, ya lo había hecho volar para darle otra de sus fastidiosas sonrisas. "Creo que estamos haciendo progresos."

No se vieron ni trataron al menos por dos días de esa semana. Desgraciadamente el novato siempre tenía un ojo puesto en su persona para dejarle hacer cualquier graciosada, y como ya había visto que sus planes de posible suicidio se iban al nabo con la idea de que quedaría maldito de hacer algo al respecto en estos días, no hizo más que sentirse miserable y hundirse en esa misma idea, encerrado en las cuatro paredes de cualquiera de sus salas de entretenimiento.

A veces mientras estaba en su estudio para escuchar música de todo tipo y perderse con sus audífonos a todo volumen e ignorar que el resto del mundo existía. Como jefe de una empresa no solo de bienes raíces, sino también de entretenimiento—porque eso se había vuelto una ganga y explotó a nivel monumental pasada la primera década de ese milenio—, se había hecho de sencillos y melodías que aún no salían a la luz para el mundo. Era lo único que alcanzaba a traerle cierto interés en la vida. De vez en cuando, mientras oía composiciones que del extranjero y mismo país le traían, pensaba en posibles letras y voces que podían interpretar todo aquello, y aunque fuese bajo la voz de otras personas que comunicaba sus decisiones para permitir que estas las tomaran como propias, BaekHyun se perdía por horas en la curiosa habilidad que había ahí desarrollado.

También destinó un tiempo a usar su piano. Con los miles de años que tenía, se especializó en tantas cosas y no parecía haber muchos instrumentos que no supiese tocar como un prodigio. El piano le llamó más entre tantos, y aunque no era ávido músico para hacer sus propias piezas, cuando alguna melodía o canción que le habían enviado de tal o cual grupo no le sonaba correcta, decidía tocarla en piano para ver cuál era el problema. Entonces, les hacía su modificación, enviada de vuelta para ver si de esa forma, con los tonos, instrumentos y tecnología que le iban a aplicar para crear su composición real pudiera ser la adecuada. No había tenido muchas piezas que regresaron con notas diversas a las que él transformó, así que imaginaba haber hecho un buen trabajo en su mayoría.

Otro de sus días, cansado de pasar las horas viendo notas musicales y oír algo que no le agradaba y solo no sabía cómo mejorar, decidió distraerse con otro de sus tantos lujos. En su cine en casa, se encerró una vez más para ver sus viejas películas de un cine de oro que a veces plasmaba en su proyector una película en blanco y negro, con intervalos de diálogos que no se oían, personas que cantaban y bailaban en ridícula coordinación como si eso alguna vez fuera a pasar en la vida real, pero de alguna manera a BaekHyun siempre le habían parecido lindos. El cine y la música eran su fuente de inspiración en muchas cosas, podía haber tenido miles de aficiones y entretenimientos por años, pero esas eran dos que después de tanto permanecían.

No se hacía música ni películas como antes, lo que... quizá llevó a que la decepción y tristeza en BaekHyun aumentara para sentir que la vida no valía para seguir en ella por mucho más; sin embargo, no había forma de negar que disfrutaba oír y ver una que otra cosa de nuevo, por más que hubiese sido repetida infinidad de ocasiones en el pasado.

"¿Le gustan los musicales clásicos, amo?" Mientras bebía su copa de esa sangre amarga por tener días en su nevera, BaekHyun oyó, cómo no, al novato hablar. No era la primera vez que lo hacía, si había estado pegado a él como garrapata, por supuesto que buscó hablarle por varios intentos, y en ninguno lo logró. Estaba decidido a mantener su ley del hielo por más que el contrario no aparentase entenderlo. "A mí también me gustan. Prefiero más los actuales, porque hay más tipos de música, algunos muy modernos al incorporar rap y hip-hop, pero no se puede negar el bello sentimiento de uno antiguo. Es como volver a ser niño de nuevo frente al televisor en una mañana de Navidad para ver los especiales de la época con esas personas que no entendía qué cantaban, porque no era rápido para leer los subtítulos de la película."

Como si a BaekHyun le importara. Aunque sí nació una ligera curiosidad. Por más que sabía que ChanYeol no debía ser muy grande si era un novato de quizá dos o tres años desde su transformación, saber en qué año habría nacido y cuándo era esa época de la que hablaba para describirlo con tal añoranza, lo intrigó sin decirlo.

El novato solo suspiró, y al igual que cuando le preguntó ¿tiene algún otro instrumento que toque en esta misma casa, amo?, o ¿hay alguna banda, cantante o artista que le guste en particular? al verlo en su estudio y la sala del piano 'trabajando', no le dijo más. Oyó sus preguntas y comentarios sin replicar nada al respecto.

Eso cambió para el viernes, a las puertas de un fin de semana y el final de la primera tortuosa parte de cuatro que iba a soportarlo. Era un pequeño paso para el mundo vampiro, pero uno grande para BaekHyun, sin duda. Al despertarse de otro sueño reparador en su cama—ya sin hacerlos mucho ahora que el novato lo puso en una estricta vigilancia de su dieta y prácticamente lo obligaba a beber de la sangre si se estaba saltando un horario—, su vampirito de apoyo decidió que era hora de atacarlo con algo más de su plan maquiavélico para hacerlo querer saltar frente a un camión más que valorar su vida.

"¡Buen día, amo! ¿Ya se ha puesto la ropa? ¿Está listo para liberar un poco de energía?" No le hubiera hecho caso como en todo ese tiempo si no hubiese sido por encontrarse con el sujeto en un atuendo sin igual. Mientras él todavía intentaba acostumbrarse a regresar fuera de su inconsciencia, con su pijama abotonada y el cabello desalineado, no le conectaba mucho por qué estaba viendo al condenado vampirito dando brinquitos frente a su cama como en plan maratónico, en lo que usaba unos shorts diminutos, playera sin mangas, listo para mostrar unos inmensos brazos pálidos que solo se contraponían a la fiel imagen de macho porque estaba usando una ridícula bandana en su cabeza para despejarle la frente y unos calentadores que diablos, le trajeron los malos recuerdos de los 80s. Terrible época para la moda, ¿por qué entre tanto eso tenía que volver a la ropa? Eran horrendos. "Supongo que no, entonces, deje que yo me encargue de ayudarlo. Le he escogido la ropa que puede usar hoy. No encontré mucho del tipo en su gigantesco armario del cuarto de al lado, pero creo que esto funciona."

Le aventó un par de prendas que por esa misma confusión no pudo atrapar, y aunque sí se quejó por el ataque repentino, al menos eso hizo que el novato dejase de dar brinquitos y se parara ahí, frente a él, para apuntarlo.

"No tarde mucho, hay una noche hermosa allá afuera que no podemos perdernos."

"¿De qué demonios estás hablando?" Tuvo que botar, con la sonrisa del novato que relució como no lo hacía desde hace mucho, especialmente el lunes que recién llegó. Si BaekHyun quiso resaltarlo por sorprenderse del brillo que tenían sus colmillos—no lo culpen, para un vampiro era atractivo fijarse más que en la sonrisa, en el tamaño de sus colmillos; los de ChanYeol estaban... bien, largos, puntiagudos, bonitos—, lo hizo sin mayor intención, porque en cambio puso las prendas lanzadas frente a él, con su ceño. "¿Qué quieres hacer ahora?"

"Vamos a hacer ejercicio. Se ha quedado embutido dentro de estas paredes sombrías y constrictoras toda la semana. ¿Sabe que quedarse tanto tiempo estático puede hacer que le salgan varices?"

"¿Y yo me debería preocupar porque...?"

"No porque nuestra condición como vampiros no nos permitan tener imperfecciones signifique que no deba hacer ejercicio. ¿Desde hace cuánto no hace algo para movilizarse un poco?"

"Salgo de mi casa de vez en cuando. ¿No recuerdas? El lunes di una caminata."

"Sí, y los registros de sus actividades que su contacto nos dio dijeron que daba un par de vueltas por su patio, a veces con sus pies dentro del agua en su piscina y a veces solo contemplando el cielo y las estrellas," bufó, como acto que le pareció surreal. Ya había extendido esa plática más de lo que quería, si estaba buscando seguir haciéndole la ley del hielo no le estaba funcionando más. Tal vez fue guiado por saber información al respecto, después de todo, lo que le dijo sonaba a que SeHun definitivamente era ese contacto que tanto había mencionado ya. No le cabía ninguna duda, ¿quién más sabría de esas actividades que hacía incluso dentro de su propia casa aparte de su hermano? Maldita sanguijuela, cuando lo viese de vuelta... "Necesita moverse más que eso para tener una mente clara, buena y centrada en los ideales de su eternidad. Y tiene una suerte, yo soy un experto en el tema."

"¿Qué quieres que haga? No tengo un gimnasio en mi casa y tampoco pienso ir a alguno, detesto la mera idea de convivir con humanos sudorosos y otras posibles criaturas que solo buscan atraer con sus cuerpos lustrosos a indefensas presas."

"¿Qué tipo de criaturas van a buscar presas en gimnasios?"

"No quieres saberlo, novato," masculló, con la ceja alzada del contrario. Él solo salió de sus sábanas para dejar morir esa charla. Necesitaba ir al baño.

"Bueno, como parece al menos tan fanático de dar vueltas, voy a traerle algo similar con un pequeño giro. Lo veo en el portón de su casa, no tarde mucho," fue así cómo ChanYeol se esfumó de su lado, casi en un parpadeo. No como humo, porque ellos no tenían esa habilidad, pero su poder de sobrevolar los hacía más rápidos en sus movimientos, así que, si lo vio volar, solo fue un segundo antes de haber desaparecido.

BaekHyun pudo ignorar su comentario y seguir en lo suyo, solo al ir al baño y ver en qué más se entretenía mientras, aún encerrado en esa inmensa casa, pero...

Por alguna razón eso que el novato dijo de darle un pequeño giro le llamó la atención, y aunque viera que las prendas que le trajo eran un conjunto deportivo de chaqueta y pantalones holgados, decidió privilegiarlo con su duda.

"Ah, al diablo."

Ahí estaba por eso, después de haber bajado las escaleras de su entrada, atravesado el patio de rocas, la fuente en el centro frente a su mansión y cruzar sus autos clásicos y deportivos estacionados sin ningún uso ahora que ya ni salía del territorio.

El novato lo esperaba junto a la reja abierta que separaba su residencia del resto del mundo, mientras hablaba de lo más normal y tranquilo junto a la guardia de noche en su casa. No tardó en notarlo, por supuesto, y al parar esa conversación, su sonrisa maniaca volvió cuando lo vio no solo llegando sino con su maldito conjunto seleccionado.

BaekHyun suspiró. Quizá no iba bien lo de seguir la ley del hielo, su curiosidad pudo más, pero... ¿no decían que, si no podías contra ellos, mejor se uniera?

"¿Adónde vamos en esta maldita noche tan fría?"

"Vamos, tampoco siente el frío, este clima otoñal es prácticamente hecho para nosotros, los seres de la noche y el corazón helado," no contestó a esa anotación, aunque era cierta, dejó que fuera solo ChanYeol el que alabase eso al extender sus brazos hacia el cielo estrellado. Después, se giró con su guardia. "No nos espere despierta, señorita, no regresaremos en un buen rato."

"¿Sí sabes que es su trabajo quedarse toda la noche vigilando?" Dijo, ya cuando pasaron por la reja y se iban alejando en la calle abajo, con solo su pared de ladrillos imponente junto a ellos. Su casa era una de muchas en esa alta villa de lujos, pero por el tamaño y la inmensidad, claro que era difícil hallarse con otra pronto. Cada rico vivía en su propio mundo, y aun cuando BaekHyun se rodeara más de vampiros como la guardia mencionada por razones obvias, le convenía más por evitarse socializar con cualquier otra persona y más de humanos de una alta sociedad coreana. Ugh, esnobs. "Claro que tiene que esperarnos despierta, si la veo dormida al regresar, es causa de despido."

"Lo sé, yo solo estaba bromeando. Diablos, amo, ¿acaso no puede tomarse las cosas con calma?"

"Yo tengo otra pregunta más que hacerte en realidad," ChanYeol no pareció que fuera a parar en su recorrido por todo el exterior de su residencia, aunque su velocidad era mayor a la de un humano para dejarlos casi en la esquina de ella—sin flotar, porque uno no sabía cuándo algún carrazo de esos podía aparecer subiendo la colina lo suficientemente lento para advertirlos—, BaekHyun aprovechó el camino largo para traer una de sus molestias en todos estos días. "¿Por qué carajos me llamas amo?"

"Oh, así que no pasó tan desapercibido eso, ¿no?"

"Te habría pasado que me hablaras de usted considerando nuestra inmensa diferencia de edad," el novato rio por lo bajo, un poco más delante que él al ser quien los guiaba—y por sus desgraciadas piernas más largas que BaekHyun no admitiría tuviera solo por no verse más chaparro que el contrario—, así que no lo vio con su inquietud inscrita, aún dudosa también por saber cuál sería la verdadera edad de este individuo, y tampoco obtuvo respuesta al respecto. Ya sería en otro día... quizá (BaekHyun tampoco confesaba esa curiosidad en voz alta). "Pero ¿que me llames amo? Eso es demasiado raro, incluso para alguien que pareció salir de la nada e inmiscuirse literalmente como una maldición en mi vida."

"Es la misma maldición—que en realidad llamamos encantamiento, no olvide que no se vuelve maldición hasta que me haya matado, amo—, por la que tengo que llamarlo de esa forma," arqueó una ceja, y como justo ChanYeol se detuvo para atravesar la calle en el mismo momento que un auto pasó frente a ellos, esta vez sí lo vio para extenderle su sonrisa. "Estaremos conectados para completar lo de un contrato de rehabilitación, pero técnicamente, como su vampiro de apoyo, yo estoy a su servicio, y no tengo otra manera de llamarle más que de la forma en la que el Consejo Supremo creyó más adecuado para mi cargo."

"Claro, porque solo esos viejos decrépitos privilegiados nacidos vampiros podían tener la idea de hacer que los perros de ayuda nos llamaran de esa forma."

"Discutiría con usted haberme llamado así, porque yo no considero que un perro de ayuda sea igual a mi puesto, pero... si considero que le llamo amo y estoy para usted en este momento susceptible de su vida..."

"¿Te puedo poner un nombre chistoso? ¿Algo como firulais o El Pulgas?" Dijo, con fingida emoción al tronarle los dedos y señalarlo. El novato lo vio, esta vez ceñudo, hasta suspirar y evadir su sonrisa socarrona que ahora le devolvía por divertirse con su ingenio. Una victoria. ChanYeol cruzó la calle al no haber más autos. Iban en dirección de un jardín con juegos de niños.

"Puede llamarme como quiera, amo, pero le reitero que tengo un nombre y me gustaría que lo usara. Yo puedo llamarlo por el suyo si usted me lo permite."

"Prefiero que me sigas llamando amo, así yo te puedo llamar El Pulgas cuando te sienta más roñoso," burló, con esa evidente molestia percibida en las emociones contrarias.

Ya no le dijo más, al quedarse parado en medio del patio iluminado solo por los faroles en cada esquina, entre esos columbios que se aunaba a una casita y tobogán como uno solo, un arenero a su izquierda y un sube y baja a su derecha, lo halló otra vez con su mirada en su persona, de frente a su cuerpo y las manos en su cadera sobre ese ridículo short rojo tan corto y ajustado.

Esperen, ¿el color del short era...?

"Amo, lo reto a un duelo de vampiros," cualquier pensamiento que tuviera colapsó cuando escuchó tal petición. Incluso ahogó el aliento que no les servía a sus pulmones muertos. No lo esperaba en lo absoluto, y vaya que fue una sorpresa. La seriedad en las facciones del novato no le dijeron que fuese una broma, aunque él lo deseó, se palpaba la honestidad en su persona.

¿El problema? BaekHyun sabía la gravedad de retar a alguien en un duelo... peor en su caso, un duelo de vampiros.

"Aja, claro, sí, deja que piense mi respuesta. Primero, te podría preguntar, ¡¿acaso has perdido la cabeza?!" Alzó las manos y las aleteó como si quisiera volar. Incluso con ese alboroto y vergüenza, el novato no cambió su expresión severa, ni para reírse un poco, lo que era inusual si consideraba la de veces que le gustaba burlarlo. Iba en serio, por algo, BaekHyun palmeó sus manos en sus costados al bajarlos al igual que su tono. "Ok, a ver, hazme entender algo: ¿sabes lo que es un duelo de vampiros?"

"Sí, se hacían los duelos de vampiros cuando querías defender tu honor y matar a otro vampiro que lo hubiese dañado, ¿no? ¿Por qué? ¿No he sido lo suficientemente claro al exigirlo?" BaekHyun suspiró. Eso era cierto, como los viejos duelos de antaño para los humanos, los vampiros tenían una táctica similar; sin embargo, era distinta su forma de llevarlo sin pistolas ni algún tipo de arma que a ellos no les funcionaban como las estacas. No contaba con que, además, en cierto tiempo de los 60s, cuando su país se estaba dividiendo, las historias de amor sufrían trágicos finales al ser separados y encontrarse en bandos opuestos de quiénes apoyaban. Muchas historias de amor prohibido surgieron para ese tiempo, y el duelo de vampiros se tradujo a otra tendencia. Quien decía que buscaba retar a alguien a un duelo de vampiros ya no era para matarse como en los viejos tiempos, aunque se escuchara del tipo, sino un código secreto para despistar y encontrarse con su enamorado a... lo que ya debían saber que hacían los enamorados en lo oscurito. BaekHyun casi sintió su corazón muerto en su garganta de imaginarse que el novato pudiese haber propuesto eso, pero en realidad... no era el caso. Ojalá ni supiera ese otro significado, le ahorraba un bochorno. "Me ha hecho quedar como un tonto al regresar todos mis intentos por cambiar su hogar y estilo en esta semana. La vergüenza que me hizo pasar al tener que decirles a todos los trabajadores que volvieran por lo que habían traído y hecho..."

"¿Y qué? ¿Quieres que nos peleemos aquí como dos lerdos primitivos que no encuentran nada más que los golpes para resolver sus diferencias?"

"Oh, sí, claro, y haberme hecho la ley del hielo por media semana seguro fue muy maduro de su parte," no le respondió, digno como era, se cruzó de brazos. "Usted no me deja opción. Además, los duelos de vampiros pueden ser más diplomáticos de lo que aparentan. Se tiene que medir un lugar, espacio, padrinos que los bendigan y negocien sus términos, sin contar tener un médico que auxiliará si acaso el perdedor tiene remedio."

"¿No has traído todo eso para algo así, cierto?" BaekHyun casi temió que de la nada salieran personas que pudiesen actuar de lo nombrado, como ChanYeol le había dado tantas sorpresas. En su espera, por suerte, no ocurrió nada. "No pienso aceptar tu reto, no te voy a matar. Si lo hago, me estoy condenando a una eternidad insufrible, ¿no has dicho?"

"¿Qué lo hace sentirse tan confiado para creer que será usted el vencedor?" Arqueó una ceja, casi con el temblor de uno de sus ojos.

"Muy gracioso. Bueno, digamos que tú me llegas a ganar, ¿no se supone que matarme iría en contra de tu función aquí y ahora? No sé cuál sea tu castigo por no lograr que tu cliente se mantenga con vida, pero no creo que salgas libre, menos si me matas."

"No pienso matarlo, amo Byun, no me ha dejado explicarle mis términos para este duelo," BaekHyun suspiró. ¿Por qué iba a dejarlo explicarse? No sabía, solo no dio negativa a seguir escuchándolo. "Lo que quiero que hagamos es solo una pelea para demostrar quién es el más fuerte de los dos. Básicamente como lo hacen en un duelo, le daremos la espalda al otro para caminar los treinta pasos que deben separarnos."

"Estudiaste bien el arte del duelo de vampiros, ¿no?" Mencionó, justo porque esa era una de las diferencias de los duelos de vampiros. Tenían ligeras diferencias con los humanos, por razones insospechadas. El novato no le dio para hacer otro comentario, solo continuó:

"Corremos de regreso al punto de inicio, y en lugar de que usted planeé matarme con una estaca que pueda clavar en mi pecho con una técnica sorpresa, usará sus garras para atacar. O sus colmillos, sus puños, una patada, ¡yo qué sé! Lo que quiera usar de su cuerpo para atacarme con todas sus fuerzas y demostrar si realmente tiene la fuerza y habilidad para derrotarme limpio y claro. No va a matarme eso, si me asesta un golpe, gana. Es todo, acabaré con un moretón a lo máximo."

"¿Y qué gano yo con eso?"

"Si usted gana, lo dejaré en paz durante estas siguientes tres semanas de nuestro encantamiento," esta vez arqueó una ceja con inquietud, sin creerse esa posibilidad, incluso cuando se olía toda la sinceridad en el vampirito. "No le hablaré más, tampoco intentaré meterme en sus problemas, hacerlo recapacitar ni bloquearle el camino que deseé tomar. Sí, recibiré un castigo por fallar a mi misión, pero ese ya será mi problema al final, usted podrá acabar con su existencia liberado nuestro encantamiento y no habrá nada de lo que deba preocuparse de nuevo."

"Tentador, no sé si me estás convenciendo..." admitió. El vampirito solo pasó su peso de un pie al otro. "¿Y si tú ganas?"

Claro que siempre había el lado de la otra moneda.

"Usted tendrá que aceptarme, hablar conmigo y cooperar en todas mis técnicas para ayudarlo a sanar sus problemas," frunció el ceño, aunque debió imaginárselo, no le gustó la propuesta. No sabía si era justo tomarla. Podía solo irse de ahí, no hacer ningún reto y seguir ignorando al novato sin problemas, ¿no? Sin preocuparse por ningún reto, duelo ni promesa incumplida, acababa igual. ¿Por qué entonces lo atraía más intentarlo? "¿Acepta el reto, amo?"

Su mano extendida le dio unos segundos para pensar. BaekHyun totalmente lo pudo considerar, no había razones de apresurarse mucho, y aun así... tal vez tomó la opción equivocada.

"No quiero que hagas nada gracioso de nuevo como meterte con las cosas de mi casa, mi orden o mis pertenencias," tomó su mano y al apretarla en el gesto de aceptación, todavía le advirtió: "Eso si acaso ganas, porque no pienso irme fácil contigo."

ChanYeol sonrió de oreja a oreja.

"No espero lo haga."

Hicieron lo dicho al poco rato. BaekHyun soltó su mano y de inmediato se puso de espaldas. Sintió la de ChanYeol pegada a la suya, y aunque fue un mínimo toque, hubo algo electrizante en esta. ¿Era esta la energía, la emoción, el temor o ansiedad de hacer algo tan imprudente?

BaekHyun en su vida había estado en un duelo, no como participante al menos. Si acaso fue padrino de otro de sus compañeros, en uno incluso de SeHun, y desde ese día juró nunca permitir algo tan estúpido como ellos en su presencia. Casi habían matado a SeHun con estaca sagrada porque otra persona le dijo a su hermano que él (BaekHyun) era un afeminado. Ridículo, SeHun peleó con otro vampiro en época de los 1800 por su honor, pero a BaekHyun le había parecido la cosa más absurda.

"No solo perdería mi honor, sino a mi único hermano, ¿cómo crees que me sentiría después de eso, idiota?"

"No iba a permitir que nadie pusiera esos insultos a tu nombre en su boca. He dejado un mensaje claro, BaekHyun. No estás solo, tampoco indefenso, siempre vas a tener quién te proteja, y nadie va a volver a decir de ti bazofias aún a tus espaldas."

Eran otros tiempos esos, no sabía ni por qué traía el recuerdo ahora. No importaba.

Solo la cantidad de pasos desde ese punto.

Cuando ChanYeol le dijo que iban a hacer algo de ejercicio, jamás pensó que acabaría luchando en un duelo. Definitivamente sí que le había dado un giro. ¿Por qué se había puesto toda esa ropa ridícula si ni iba a usarla?

"Veintiséis, veintisiete, veintiocho, veintinueve, ¡treinta!" Gritó, igual que oyó por su oído más desarrollado cómo ChanYeol también lo hizo. Se alegraba de que la noche ya estuviese más entrada, porque de esa forma los humanos ya no pasaban tanto como hace unos minutos. Debían ya estar en sus casas, listos para irse a sus camas, mientras ellos estaban ahí, en plena calle a punto de pensar en matarse a medias. BaekHyun no lo pensó, a esa distancia, sabía que se daba mejor vuelo para correr con su velocidad que casi lo dejaba volando para dar el mejor ataque que podía.

No gritó para no anunciarse de ninguna forma, aunque vio cómo ChanYeol también se le acercaba de frente a gran velocidad, él se preparó para ser el primero atacando.

Un golpe y ya ganaba. Sacó sus garras, podía con esto.

Apenas se juntó de nuevo en ese tonto jardín de niños con el novato, alargó su brazo para darle una estocada directo al pecho con sus uñas largas. Debió ser muy obvio por su movimiento ancho, ChanYeol lo advirtió, y antes de dejarlo tocarle el pecho o la cara, se alejó. BaekHyun no se desanimó, como buen luchador, usó su otra mano para asestarle otro golpe por el lado contrario. Fue casi obvio, si no podía de un lado iba a ser del otro. ChanYeol lo esquivó casi por reflejo, al irse hacia atrás como Reeves burlando las balas, fue su turno de atacar.

No lo golpeó, en su lugar, se quitó la bandana de la que se había burlado hace unos minutos y la usó para amarrarle una muñeca. Le dobló el brazo, lo puso de espaldas y lo pegó a su pecho para imposibilitarle la visión y el uso de su otra mano.

"¡Ah!" Él clamó, más que por dolor al tener sus dos manos amarradas, lo hizo por enojo. Aún no se rindió, como el novato técnicamente no lo había golpeado, se volteó para ver su rostro cerca y decidió atacar de otra forma. Alargó sus colmillos y se fue contra su cuello.

"No, no, ya pasé por eso, no va a hacérmelo de nuevo, amo," casi parecía leer todos sus movimientos, porque de inmediato, ChanYeol lo evadió. Con un golpe a sus rodillas, hizo que estas cedieron bajo su propio peso. Entonces, tragó tierra porque sus colmillos no hicieron más que quedar sobre ella. "¿Va a aceptar su derrota? No creo que tenga más posibilidades de hacerme algo ahora."

Se intentó escurrir como un gusano de ese retén en el que lo tenía. Pegado su pecho con la tierra, sus manos anudadas por la bandana en su espalda y una rodilla que estaba presionando todos sus 80 kilos que debía pesar de puro músculo, BaekHyun de verdad no tenía escapatoria. Solo no pensaba que el duelo terminaría tan pronto como pensaba.

¿A quién estaba engañando? Así eran los duelos en verdad, incluso los humanos, un solo disparo y ya se acabó. Era punto final para el peor adversario.

Qué vergüenza que él era ese peor adversario, ¿dónde había quedado demostrarle al contrario cómo le podía patear el trasero? Bueno, en su justificación, BaekHyun nunca había peleado de verdad. Ese arte no era uno de sus favoritos, lo aborrecía al extremo, y después de haber visto cómo tantas personas se mataban por peleas ridículas desde físicas hasta verbales por medio de su supuesta diplomacia—que eran ataques explosivos eliminando completas civilizaciones, flora y fauna—, cualquiera entendería su desatino en poco haberse cultivado en ideas del tipo.

"¿Dónde aprendiste a pelear así? ¿Quién te enseñó estas técnicas?" Exigió saber, sin admitir su derrota. Como seguía sin hacerlo, el novato se reacomodó para mejorar su posición, y aún dejarlo a él contra el piso. Esperen, ¿acaso se había sentado en su trasero?

"Cuando creces en las calles, aprendes de una que otra paliza. Incluso sin usar mucho la fuerza, uno puede apañárselas para no salir apaleado. Su error fatal fue querer dar el primer golpe, amo. Toda su posición y forma me dijo de inmediato cómo peleaba y de qué modo iba a actuar, para saber yo cómo responderle en seguida."

"¿Y qué significa eso de que ya habías pasado por esto? Con la mordida..." dejó de moverse, derrotado hasta al haber escuchado el cómo, más porque hacerlo iba a traer ficción entre su culo y el contrario. No quería eso, aun cuando demostrase su perdida, era mejor a darle el lujo de tener mayor contacto. "¿Acaso eras un adicto al mordisco o cuál fue tu historia?"

No hubo respuesta inmediata ahí, lo que lo dejó inquieto. No quería ofender, en realidad, sí estaba curioso, pero si acaso había atinado en la suposición, imaginaba que tocó una fina fibra del novato.

Los adictos al mordisco... eran cosa seria. Humanos que de alguna manera se mezclaron o cayeron en el submundo vampiro, atraídos por su asquerosa seducción, terminaron en las redes de una mafia que los podía esclavizar por años para darle placer a los de su mundo. Y claro que muchas personas les decían que eran capaces de irse cuando quisieran, sin firmar contratos y dar su mera aceptación para ser donadores de una sola ocasión para un vampiro en cualquier antro nocturno, no sonaba a una cosa seria. Lo era, con una sola mordida los enganchaban, era una droga al final, porque el mordisco del vampiro liberaba poderosas sustancias que creaban el placer ciego que ningún otro químico jamás podría.

Alcohólicos, drogadictos, mujeres y hombres por igual que ya se hubieran perdido en un camino sin retorno siempre terminaban entre los supuestos donadores que vendían o rentaban en los antros. No era lo mismo que los centros de donación, ahí se obtenía sangre limpiamente, recolectada de los mataderos de animales por los contactos que tenían en la empresa ganadera, traficaban lo que debían desechar para su mundo... no muy limpio si lo decía así, pero eso denotaba que no tenían a humanos encadenados por su propia debilidad a resistirse ante una nueva adicción ni tampoco los violaban física y emocionalmente hablando. En general, no bebían sangre humana.

Sangre humana solo era obtenida en ese mundo oscuro.

No quería ser prejuicioso, sabía que las historias las había de todos los tipos, pero que ChanYeol hubiese dicho que venía de las calles, listo para saber pelear, no le dejaba más ideas que suponer cosas al respecto.

"¿Tú...? Ack-gh-gaaagh," BaekHyun no pudo hablar cuando aplastaron su cabeza contra el suelo. Enterrada su boca con tierra de verdad, incluso su lengua se trabó y terminó toda llena de mierda. Quiso rezongar, pero hacerlo era tragar más tierra. Con la mano de ChanYeol en su cabeza, no había forma de decir ninguna cosa.

"Le di un golpe, amo. Eso significa que gané, significa que va a seguirme en lo que ahora diga para su tratamiento," lo ayudó a levantarse después de eso, qué considerado. En cuanto se paró de su trasero y básicamente lo jaló del pelo para hacerlo quedar sobre sus pies, BaekHyun no hizo más que quitarse y mirarlo de grave ceño, con toda la tierra en su barbilla y el cabello alborotado. ChanYeol le dio esa desgraciada sonrisa en lo que le quitaba la bandana. "¿Volvemos a la casa ahora? Creo que necesita tomar un baño."

"¿Tú piensas?" Escupió, la tierra le cayó al novato en la cara. Aun con eso, este no hizo más que limpiarse y sonreírle más amplio.

"Sí, los dos necesitamos un baño. Tomar un baño después de un gran ejercicio siempre despeja la mente y te hace sentir más rehabilitado, ¿no?"

Suspiró, sin poder hacer más. Al final, realmente necesitaba ese baño.

Se había comprometido, y como perdió ese reto, no tenía otra cosa que hacer más que seguirlo. BaekHyun no era hombre que rompía sus promesas, para su desgracia, tenía ahí sus consecuencias.

La duda sobre cuál sería el pasado de este novato Park la trajo todavía después de regresar a su residencia—saludar a la vigilante que, por suerte, seguía despierta a pesar de lo que ChanYeol le dijo—, tomarse un largo y refrescante baño, y haberse puesto un simple pantalón liso y gran playera sin ninguna otra elegancia o estilo. BaekHyun lo pensó mucho más, porque luego de haber tomado esa prenda de su simple clóset en su habitación—ese que guardaba su ropa más sencilla y la que más había usado ahora, porque no hacía mayor cosa que estar en su casa para explorar el gran vestidor al fondo del pasillo—, se quedó mirando su ataúd que seguían resanando después de haberlo convertido en una baratija halloweenesca de cuarta.

No habían podido hacerle la misma caligrafía de su nombre en la tapa, porque la que había se debilitó tanto para replicarla en su nueva barnizada, pero BaekHyun era capaz de ver aún el reflejo de lo que eso simbolizaba, y al notar la única fecha anotada en este, se dijo que todos tenían una historia en su transformación, y algunas eran peores que otras.

"Amo Byun, ¿puedo pasar?" El novato lo sorprendió de esa misma manera, con su cabeza asomada por el marco de su puerta. También se había bañado, como dijo, el aroma del jabón y una fragancia a cedro le llegó para comprobarlo, además de verlo usar su gran sudadera y pantalones largos que agradecía ver en lugar de toda la piel expuesta del conjunto anterior. No era queja, solo... no sabía ni qué estaba diciendo. Con los ojos del contrario en su persona, BaekHyun se volteó y dijo:

"Ya estás casi dentro, ¿qué demonios quieres ahora?"

"Vine a traerle un aperitivo de la medianoche," ChanYeol declaró, y trajo consigo un plato en donde se servía sangre coagulada en forma de cuadritos y palillos para tomarla. Sacó otro suspiro por lo mismo, incluso si no admitía estar hambriento, no le molestaba tener esto. El ejercicio tal vez sí le había abierto un poco el apetito. "¿Está bien si lo comemos aquí o...?"

"Siéntate, novato," señaló, al mismo tiempo que él se colocaba en medio de su nueva cama.

ChanYeol de inmediato accedió, como un crío, corrió de puntillas hasta él y se puso a su lado con las piernas cruzadas bajo su peso y el platillo entre ambos.

No le dio mucha bola. BaekHyun solo bufó por sus actos y tomó su propio primer bocado. Qué bueno era saber que hasta los humanos apreciaban este tipo de comida, la sangre coagulada estaba exquisita, los vampiros podían tener propias recetas, pero esto traído desde el mismo mundo que los ignoraba...

¿A quién estaba engañando? Obvio que él sabía que un vampiro incógnito había creado la moronga, no había otra razón para que los humanos hubiesen deseado probar la sangre de ningún modo, incluso la animal. Solo le habían agregado otros ingredientes como cebolla y especias para no hacer ver la verdad al mundo humano, pero al final, los vampiros la dejaban en su primera fase del proceso y la consumían de la misma forma. BaekHyun no la despreciaba, era una de las cosas con las que había sobrevivido después de darse cuenta cómo la forma en la que se conseguía sangre humana era nefasta. Esa mafia de los antros nocturnos...

Recordarlo una vez más le hizo ver a ChanYeol, mientras este distraídamente comía uno de sus cuadritos y veía algo en su celular. No sabía si estaba haciendo algo interesante con todo el ruido que venía de su pantalla, no le importó tampoco cuando decidió soltar:

"¿Sabías que, cuando uno de nuestros primeros ancestros fue en búsqueda de un mejor territorio, escapando del pueblo que estaba por asesinarlo al descubrir lo que era, él se encerró en un ataúd, mismo que llevaron en un barco junto a muchos otros de difuntos en las épocas del viejo mundo?" No aparentó tener razón para traer ese tema entre ellos. Sin haberse hablado mucho más que para insultarse, burlarse uno del otro, criticar, inquirir cualquiera de sus interacciones pasadas o pelearse, eso seguro fue inusual para ChanYeol. Por algo, quedó suspendido ahí, con el palillo en su boca y el celular en su mano dando su brillo sin ningún uso. Aún continuó, sin importarle lo extraño que era contando esto. "Ahí fue donde vivió por días y noches eternos, aplastado junto a otros humanos putrefactos, pero lo hizo porque fue su única escapatoria. Obvio que pronto tuvo que buscarse algo con lo que mantenerse vivo, y si acaso contempló sus opciones en algún punto, preocupado por perder su sentido racional de consumir sangre humana, al poco rato lo olvidó cuando el viaje se hizo largo y no pudo soportar más su sed que casi lo mataba. Convirtió de paso a algunos, sin control por cómo había dejado a unos moribundos más que completamente muerto. Al final fueron esos la primera estirpe de nuestros hermanos transformados. De ahí nacimos nosotros, de un viejo ataúd que mantuvo a nuestro ancestro vivo."

Terminada su explicación, ChanYeol todavía lo miraba, sin parecer comprender de dónde venía esto. Al menos le puso más atención, había bloqueado su celular y quitó su palillo de su boca. Preparado para conversar o no, BaekHyun no se lo permitió aún cuando le señaló con su pulgar detrás su ataúd resanado.

"Todo vampiro que fue transformado tiene una tradición desde ese día, en honor a nuestro ancestro. Debemos pasar por una muerte y enterrarnos como verdaderos cadáveres humanos en esas cajas para buscar nuestra liberación y renacer a una nueva vida. La tradición dice que, si no logras escapar de tu ataúd, entonces, no estás hecho para renacer como un vampiro, porque debemos luchar por nuestro lugar en este mundo. Sobrevivir incluso de la forma más primitiva."

"¿Esa es la razón por la que se puso de moda dormir en ataúdes luego? ¿El simbolismo de replicar la tradición?"

"Quizá, pero para mí siempre tuvo otro mensaje. Mi ataúd me recuerda de dónde he venido, lo que tuve que pasar para estar aquí hasta ahora. Dormir en él y tenerlo aún cuando el mundo se ha modernizado y claro que toda criatura humana o sobrenatural prefiere dormir en estas cómodas camas," señaló, con la palmada que le dio al colchón sobre el que estaban en un suspiro. "Me dice que en un punto fui tan débil para haberme enterrado en esa cosa, pero vencí mis miedos, mi flaqueza y blandura para salir y volver a un nuevo yo en el mundo. Esa es la razón por la que me puse tan loco cuando descubrí lo que le hicieron a mi ataúd, y el por qué no pienso deshacerme de él nunca, sin importar lo que otra gente diga de tenerlo."

"Vaya..." ChanYeol musitó bajito, en esa sorpresa que no le dijo la gran cosa. BaekHyun decidió seguir comiendo por lo mismo, antes de que el novato doblase su rodilla y la usara como recargadera para su brazo. "Si hubiera sabido el significado que tenía su ataúd, jamás lo habría tocado, amo."

"Por qué tenías que saberlo, ¿no?"

"Sí, pero... ahora me siento mal, realmente fui un poco insensato al cambiarle todo sin su consentimiento."

"No entiendo cuál es tu plan de rehabilitación, en realidad, todo esto de ponerme a fuerzas bajo este me parece una tortura real que no justifico ni apruebo, pero puedo entender que lo hayas hecho ahora. Solo estás haciendo tu trabajo, aunque lo hagas fatal, por supuesto."

"Se necesita un poco más de información que solo su nombre, dirección y edad para tratarlo de alguna forma, ¿cierto?" Se encogió, ya no le importaba. Estaba más tranquilo, y aunque siguiese creyendo que era un asco tener que estar en este programa encadenado, qué le podía hacer. Mejor era irlo aceptando de a poco, tampoco era que ChanYeol tuviese toda la culpa. Vaya cambio, huh. "Es bueno que me permita conocerlo de a poco por eso, amo, sé que puedo ayudarlo. Y aunque usted diga que hago mi trabajo fatal, admitiendo mi error del primer día, creo que hice un avance fenomenal. Me está permitiendo comer con usted en su cama, me compartió su dato sobre una parte de su transformación," bufó, incrédulo de que eso le pareciera importante a ChanYeol, como si él no hubiese pasado por lo mismo. Todo vampiro transformado lo hacía, si no, ¿cómo llegaban ahí con esas habilidades de inframundo? "Y con lo que hice en este día, he descubierto que aún tiene amor por la vida."

"¿De qué estás hablando? ¿Qué de todo lo que pasó te hizo creer eso?"

"Bueno, una persona que realmente quisiera morir no habría luchado mucho porque sus cosas fueran modificadas, tiradas o desaparecidas en su casa. Usted no le tendría tanto cariño a ese ataúd si realmente desease desaparecer de este mundo. Sabiendo ahora su historia detrás, de cómo simboliza su fuerza, física y espiritual, me dice que hay algo ahí que sigue clamando luchar. Aunque usted busque silenciarlo convenciéndose de otras ideas."

Frunció el ceño, sin querer admitirlo, incluso listo para renegar cuando... descubrió que no tenía cómo.

Su mutismo debió darle gusto, y como tanto lo hacía el contrario, le sonrió con los labios cerrados.

"Termínate eso y limpia lo que dejes a tu paso, no quiero moronas en mi cama," reclamó en cambio al dejar el palillo de lo último que comió. Fue penoso, porque su cambio de tema denotó mucho más cómo lo habían vencido en su palabra.

No lo quiso mostrar, así que, decidió salir de su cuarto y olvidar todo ese intercambio.

Ya fuera, tan solo a unos pasos del cuarto, se recargó en la pared detenido por preguntarse si era verdad lo que había dicho el novato. ¿Realmente había algo en él que aún quería luchar? ¿Después de todo lo que ya habían vivido? ¿Qué más le quedaba?

Suspiró, golpeada su cabeza al pegarla detrás. No podía caer tan sencillo por esas ideas, eran solo respuestas predispuestas que el vampirito tenía para hacerlo reconsiderar sus elecciones pasadas. Después de todo, era solo parte de su trabajo. Él ya se había decidido, iba a acabar con su existencia, no quería más de esto.

Tan pronto pasaran las tres semanas de este maldito encantamiento, se liberaría.



























Primera partecita de esta mini historia, ¡lista!

Y estoy muy emocionada por lo que se viene pronto. Hay mucho que debe pasar, pero pocas partes y poco tiempo, por eso... aguanten los capítulos largos con un poco de todo 🫡

🦇 ¿Qué les pareció el cap? ¿Se están divirtiendo con lo que va de la historia?

🦇 ¿Qué tal la personalidad de ChanYeol y BaekHyun? ¿Creen que estos dos logren congeniar después de rato? 👀

🦇 ¿Y qué secretos piensan que se guardan entre las historias de ambos vampiros...?

Les leo~ ¡muchas gracias por llegar acá! Espero sigan disfrutándolo, y dejen comentarios y votos si es de esa forma. ¡Nos estaremos leyendo en próximos capítulos! 💙

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