Capítulo 4

Al principio el sabor del tequila era horrible y poco a poco dejé de sentirlo, estaba tan cómoda que extendí mis piernas sobre las de Seth y seguimos bebiendo.

— ¿En serio robaste un auto? — digo sin creerlo

— No fue robar, tomé lo que me debían.

— Eres un caso perdido.

Me inclino para tomar la botella, pero Seth la aleja de mí.

— Creo que has bebido suficiente.

— Tú has bebido más que yo — intento alcanzarla

— Yo sé beber, tú no y es mejor que te muevas.

No entendía su petición hasta que notó que me encontró sentada sobre él ya que intentaba tomar la botella.

— Lo siento — digo en voz baja

Intento volver a mi lugar, pero Seth me toma de la cintura y deja la botella en su lugar, mi corazón se acelera al sentir sus manos sobre mi y no puedo desviar la vista de sus hermosos ojos, mi respiración se corta

— Demasiado tarde.

Sus manos bajan un poco más y se acerca peligrosamente a mi, el olor a tequila inundaba mis fosas nasales al igual que su perfume, mientras me junta cada vez más a él.

Sus dedos rozan con delicadeza mis labios mientras su otra mano sigue sujetando mi cintura.

— Bésame Seth — murmuro casi en una súplica

Observo como una sonrisa aparece en si rostro al escuchar mi petición.

— Has bebido de más Rylee, no puedo hacer esto.

Se separa de mi y deja que vuelva a mi lugar.

Ves Rylee, por cosas como estas no bebemos.

— Tengo ganas de comer, ¿tú no? — esbozo una sonrisa intentando cambiar de tema

— ¿Vamos donde Jane?

Asiento y busco mis zapatos para poder salir, Seth toma su chaqueta junto a las llaves del auto las cuales le quitó de su mano.

— No, no puedes conducir estuviste bebiendo, vamos a ir caminando.

— No me gusta caminar, significa hacer mucho ejercicio — rueda los ojos

— El que camina obtiene comida.

Caminamos por la acera y cruzamos por el patio de una casa, el clima comenzaba a cambiar drásticamente y tenía que tener cuidado con el aire ya que hacía que mi vestido se levantara.

— Demonios — murmuro al sentir gotas de agua sobre mi piel

La lluvia comienza a caer y Seth me da su chaqueta para poder cubrirme, me toma del brazo y salimos corriendo por la calle hasta llegar a un pequeño café al cual no he entrado nunca.

— Me da dos chocolates calientes por favor y un pastel — ordena Seth a la camarera
— ¿Te sientes bien?

— Creo que voy a morir congelada.

Dejo la chaqueta a un lado ya que estaba igual de empapada que Seth y yo, desvio mi mirada fijandome en Seth quedándome  observándolo un momento, su cabello castaño que debido al agua se mira de color negro, su camisa que está pegada a su cuerpo lo cual deja ver su torso marcado al igual que sus brazos.

— No nos hubiera pasado si hubiéramos conducido — dice entre dientes

— Vamos, no siempre tienes este tipo de experiencias — digo en un fallido intento de ser positiva — Voy a intentar secarme en el baño, si viene la comida no te comas lo que es mío.

— No prometo nada.

Camino hacia el baño el cual está vacío por suerte, enrollo mi cabello para quitar el exceso de agua la cual cae en el lavamanos y me seco el cuerpo con toallas de papel, no había nada que hacer con mis zapatos, pero me coloco en el secador de manos para poder secar un poco mi vestido.

— Creo que te confundiste, el baño de hombres es el que está a la par — digo divertida al ver a Seth en la puerta

— No, no lo creo.

Seth cierra la puerta detrás suya y se aproxima a mi tomándome de la cintura y besando mis labios de forma desesperada.

Tardó en reaccionar ante la situación hasta que logró corresponder su beso, coloco mis manos sobre su pecho y él me acerca cada vez más.

Nuestros cuerpos reaccionaban al toque de cada uno, me levanta haciendo que enrolle mis piernas alrededor de él y haciendo que nuestro beso se intensifique una vez más.

Me topa contra la pared más cerca y coloca mis manos sobre mi cabeza, nuestras lenguas danzan entre sí hasta que nos detenemos por la falta de aire.

— ¿Quieres esto Rylee? — susurra contra mis labios

— Quiero esto y mucho más.

Me acerco a él para volver a besarlo, sus manos repasan todo mi cuerpo sobre el vestido que aún está mojado y yo juego con su cabello.

— Creo que deberíamos ir a comer — susurra contra mis labios

— Creo que sí.

Seth me pone de nuevo en el suelo y sale del baño, un suspiro sale de mi mientras me quedo un momento intentando procesar todo lo que había pasado en tan poco tiempo.

Lo acabas de conocer y lo acabas de besar.

Camino fuera del baño y visualizo la comida en la mesa.

— Pastel — tomo un tenedor y como un poco

— Y chocolate caliente — me pasa la taza

— Creo que la lluvia no va a terminar rápido.

— No creo que tengamos prisa, a mí nadie me espera — se encoje de hombros

— A mí tampoco, pero Rose se preocupa si llego tarde a casa.

— ¿Dónde están tus padres? — cuestiona con simpleza

— ¿Dónde están los tuyos? — ambos queríamos evitar el tema, era notorio por su expresión

— Están en Alemania, prefieren estar lejos de los problemas.

— Mis padres viajan siempre por negocios, rara vez están en casa, Rose es quien siempre estuvo conmigo — hago una pausa para tomar un sorbo del chocolate — ¿De dónde conoces a Dylan?

— Solía ser mi amigo — se limita a decir

— Esperaba más drama en la historia, con Dylan siempre lo hay.

— Será en otro momento... aún no creo que sea momento para decir todos mis secretos.

Terminamos de comer y esperamos hasta que la lluvia deje de caer, caminamos evitando los charcos de agua que se formaron, mientras observo una sonrisa en el rostro de Seth, aunque era evidente que quería ocultarlo.

— ¿Por qué sonríes?

— Yo no estoy sonriendo — rueda los ojos

— Yo observo una sonrisa.

— Sonrío porque me da risa verte caer en el charco.

— Yo no...

No termino de hablar debido a que hace que me tropiece y caiga en el charco de agua mojándome nuevamente, me levanto de manera torpe y le lanzó un poco de agua.

— Te odio.

— Se nota cuanto me odias, más en el baño del café.