Capítulo 9

— Paso por ti a las diez.

— Claro, deja a la niña en casa mientras tu vas de compras, ¡necesitas mi asesoría en moda! — bajo de la motocicleta

— A las diez Rye.

— Como digas Sammy.

Entro a casa y dejo el casco en la mesa que esta en la entrada, subo a mi habitación y pongo a cargar mi teléfono y me duermo un rato.

Despierto algo desubicada enciendo mi celular y me siento aliviada de ver que son las nueve en seguida se llena de mensajes y llamadas perdidas de Li y Set.

— ¿Quién murió?

— ¡Hasta que respondes me tenías preocupado!

— ¡No me grites Seth que yo también puedo hacerlo!

— Deja de comportarte como una niña y responde.

— ¿Acaso eres bipolar?, te estas pasando

— Olvídalo, solo eres una niña consentida que no puede ver más allá de su mundo.

— ¡Y tu eres un patán!

— Gracias Rye, que lindo de tu parte.

— No era para ti Li, ¿qué sucedió?

— ¿Te encuentras bien?, voy a ir a tu casa, no te muevas.

—  Te espero, no traigas al estupido de Seth.

Cortó la llamada y lanzó el teléfono a la cama, bajo a la cocina en busca de helado pero el timbre suena y dejo en la mesa el bote de helado.

— Li, no quiero hablar de él, es un idiota además... — abro la puerta — Hannah...

— Supongo que esperabas a alguien más.

— A Liam pero pasa, supongo que se tardará.

Abro la puerta para que pueda pasar, no la miraba hace mucho, tal vez un par de semanas.

— Llevamos tres meses separadas desde que el tal Seth llego, necesito a mi amiga además Dylan dice que no es un buen sujeto, también Sawyer volvió.

— ¿Y se supone que tengo qué creerle a Dylan?, conozco a Seth y se que es alguien bueno, ya sabía lo de Sammy.

¿Alguien bueno o bueno besando?

— No pido que le creas a Dylan, pido que creas en mi.

— ¿Y por qué debería hacerlo?

— Por nuestros años de amistad, además que nunca te he mentido.

— ¿Qué hay de malo en Seth?

— Casi mataba a Dylan hace unos años y esta involucrado con personas peligrosas.

— ¿Quieres qué crea eso?, Hannah creo que has visto muchas películas.

— Tú y yo sabemos que sucedió con Sawyer y creo que esto es peor, deja de ser tan ingenua.

— Hannah, sabes que lo de Sawyer no se menciona.

— ¿Qué parte, en donde casi mueren o cuando..

— ¡Fuera Hannah!

— Seth no es quien parece, vas a caer Rylee y voy a esperar verte rogar como la última vez.

— A ver quién termina rogando.

Abro la puerta y Liam estaba por tocar la puerta mientras Seth esta recostado en la camioneta.

— Hola Hannah.

— Liam — se limita a decir

— ¿Dónde estabas? — entra a la casa

— Fui al café y mi teléfono se apagó, lo siento ¿sí?

Liam suelta un fuerte suspiro y me abraza.

— Lindo suéter — dice al dejar de abrazarme

— Gracias, lo encontré entre mis cosas.

— Seth, él no quería decir eso — murmura mientras pasa sus manos por el cabello

— Li, no necesito una disculpa de parte tuya, ¿quieres helado?

— No puedo, tenemos que arreglar una cosas, nos vemos mañana te lo prometo.

— Los secretos matan Liam — cruzo los brazos

— ¿Qué te sucede Rye? — frunce el ceño

— Hannah me recordó lo de Sawyer.

— Tendrás que ser más específica, el tema de Sawyer es muy extenso.

— El accidente, el último cuando nos quedamos un mes en el hospital — mi voz se vuelve débil y mis ojos dejaron salir unas cuantas lagrimas

Rylee no llores.

— Ven — me da un abrazo — La última vez que hable con Sawyer se encontraba bien, él esta bien te lo aseguro y yo te cuido.

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Seth

No lograba escuchar que decían, pero por suerte estaban en la puerta y podía observar que Rylee estaba llorando o eso creía.

¿Tan mal la había tratando?

— Vamos, se nos hace tarde — dice Liam entre dientes

— ¿por qué lloraba?

— Seth, ¿quieres a Rylee?

— Sí.

— No hablo de como amiga, ¿la quieres en serio?

— No tengo tiempo para pensar en eso.

Lanzo la mochila en la parte de atrás y entro al auto.

— No juegues con ella, no lo hagas.

— Como ordenes — ruedo los ojos — No me interesa, ya me divertí lo suficiente.

— Claro, sigue diciéndolo hasta que lo creas — rueda los ojos

Comienzo a conducir, ya era tarde y todo indica que no van a salir muy bien las cosas hoy.

— Llegas tarde — me lanzan las llaves del auto

— La carrera no comienza si yo no estoy, así que no es tarde.

Liam dirige las apuestas y recolecta el dinero mientras yo me coloco en la línea de salida.

Era una carrera sencilla, todas lo eran pero esta en específico además iba a ganar mucho dinero por ganarle a este sujeto.

La bandera cae y los autos salen, era sencillo la adrenalina corría por mis venas, la carretera era el único lugar en el cual yo decidía que sucedía.

Maldición, no te atrevas a topar mi auto.

Intento esquivar el golpe del otro auto al dar la última vuelta, acelero cada vez más y ya no logro visualizar el auto, no logra ni comer mi polvo.

— Buena carrera — Li me da mi parte de las ganancias.

Toda la multitud se juntaba al rededor mía y gritaba mi nombre, todos me conocían.

— ¿Dónde están los bastardos de Kane?

— En la plataforma, no pienso darles lo que piden.

— ¿Quién dijo qué yo si? — esbozo una sonrisa mientras tomo el rollo de billetes

— Ya llegaron — Liam señala a los motociclistas

— ¿Quiénes son?

Fijo mi vista en uno nuevo, no lo conocía venía acompañado de alguien que seguramente sería la siguiente en pasar por mi cama.

Vestía una chaqueta negra y un sostén rojo junto a un pantalón negro que le ajustaba perfectamente, era normal ver a todas vestidas de esa manera pero ella resaltaba sin quererlo.

— No lo sé, nosotros no nos topamos con ellos desde que sucedió lo de Dylan.

— Todos son unos cobardes igual a él.

Ambos se quitan el casco pero ella lleva un pañuelo que le cubre el rostro junto a un gorro negro, la multitud que estaba a mi al rededor llega con ellos con gran euforia haciendo que no logre ver bien al sujeto.

— Creo que encontramos al próximo Dylan.

— Aún no te han retado, tranquilo Seth, ni hemos visto al sujeto.