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Nueva York

Capítulo 13

Estaba decidido, mi último día de vacaciones lo iba a pasar encerrada en mi habitación, lejos de las miles de preguntas sin respuesta de parte de Seth.

— Rose, si alguien viene puedes decir que me fui al cine por favor.

— ¿Qué sucede?

— Ese es el problema no entiendo que sucede.

— Rylee no creas que no se todo lo que pasaron juntos y se que algo comenzó con Seth pero el amor no debe de doler, algunas veces si, es inevitable pero no siempre.

— No me puede doler algo que no existe.

— Voy a preparar un pastel.

Sale de la habitación y me siento en el sillón que da justo a mi ventana, Seth saliendo de su casa y Liam llegando ambos dirigiéndose a la puerta de mi casa.

— Hola Rose, ¿se encuentra Rylee?

— Lo lamento fue al cine.

— Demonios, gracias Rose — escucho la voz de Seth

Seth sube a su auto pero Liam se queda parado viendo en dirección a mi ventana.

— Rose, se que Rylee está aquí a ella no le gusta el cine.

— Esta arriba.

Sigo los pasos de Li hasta que suenan más cerca y entra a mi habitación.

— Hubieras inventado una mejor excusa.

— ¿Por qué no le dijiste a Seth qué era mentira?

— Porque por algo te escondes y solo se que yo no hice nada así que por eso vine — se lanza a la cama — No deberías pasar así tu ultimo día.

— No tengo ánimos de salir.

— ¿Después de tu carrera de regreso en la cual ganaste?, inventa algo mejor la Rylee que conozco ya estuviera junto a...

— Junto a Sammy.

— Nunca entendí porque no terminaron juntos eran la definición de polos opuestos pero por alguna razón nunca se los separaba.

— Para seguir con vida teníamos que separarnos, no era el primer accidente lo sabes muy bien, todas las veces me acompañaste al hospital.

— Nadie creía que iban a sobrevivir.

— Exacto, lo convencí de aceptar a invitación a Yale y la única manera de que lo hiciera era separándonos — las lagrimas salen de mi rostro — Hubieras visto era patético — río para no seguir llorando — Eramos una pareja más del montón llorando por no volverse a ver.

— Pero no todo es para siempre — Sawyer se recuesta en el marco de la puerta — ¿en serio el cine?

— Lo mismo dije yo.

Sawyer se lanza a la cama haciendo que Liam casi caiga, ambos comienzan a bromear y pelear sobre quien tenía más espacio en la cama.

— ¿Sabes qué creo?, Rylee sabía perfectamente quiénes iban a saber que lo del cine era falso y por eso lo dijo.

— Eres todo un Sherlock Holmes.

Lanzó una almohada a Liam pero le da a Sawyer quien se pone de pie y me sube sobre su hombro.

— Bajame Sammy.

— No hasta que pidas disculpas.

— Claro, pero si hubiera sido a mi solamente me lanzan otra
almohada — reniega Liam

— Vamos, lo siento, ahora bajame por favor Sammy.

Me deja caer a la cama mientras el se lanza a la par mía dejando caer su brazo sobre mi.

— Creo que es hora de pasarme al
sillón — Liam se cambia de lugar
— ¿Por qué le dices Sammy?

— Cuanto cumplí quince me regaló un San Bernardo de peluche el cual se llamaba Sammy, no tuvo mucho tiempo de vida ya que Hannah lo lanzó a la basura.

— No lo digas Rylee — advierte

— Sawyer me consoló diciendo que él nunca se iba a ir que el sería mi Sammy si eso me hacía feliz.

— Basta de historias del pasado, vamos a salir.

— ¿Vamos, eso quiere decir que yo también? — se pone de pie

— Sí Liam tu también, vamos debemos pasar a un lugar antes.

Bajamos de manera silenciosa para no despertar a Rose ya que no estaba de acuerdo en que saliera un día antes de ir a clases.

Tomo las llaves de mi auto y nos vamos, Sawyer nos guía hasta una tienda de disfraces en donde nos vestimos como en la película del gran Gatsby.

Fue una parada rapida ya que seguimos nuestro camino hasta la entrada de un teatro abandonado.

— ¿Nos vestimos así para venir a un teatro? — cuestiono

— Debemos entrar.

Las puertas se abren haciendo visible un camino guiado por una alfombra roja y con varios pósters de películas en las paredes, dos personas de seguridad piden nuestras identificaciones y abren las cortinas rojas dejando ver un gran cabaret.

— Esto es...

— ¡Esto es genial! — grita Liam

Todos vestían de la misma forma que nosotros incluso las meseras y las bailarinas.

Tras beber unas cuantas copas de bebidas con nombre de películas de los cincuenta cantamos sin parar los tres, Liam incluso estaba dispuesto a bailar con las bailarinas.

— Ahorita vuelvo.

Me pongo de pie al ver que las cortinas del escenario se cerraron en espera del siguiente número musical.

— ¿Puedo pasar con ustedes? — pregunto a una de las bailarinas a lo que se ríe ante mi pregunta

— Claro, si quieres primero pasamos nosotras dos contigo — señala a su compañera — Solo dime que canción para poder ponerla.

— I just want to make love to you.

Ellas me dan una diadema con unas cuantas perlas y plumas junto a una bufanda de plumas.

Las cortinas vuelven a abrirse y la música comienza a sonar, siento todo lo que está sucediendo y solo me divierto, bailo como si no hubiera un mañana aunque en realidad no se bien que hago.

Sigo los pasos de las bailarinas y mientras canto la canción, la mirada de Sawyer siguiendo cada paso y Liam intentando descifrar que sucedía.

— Gracias.

— Cuando quieras, deberías venir más seguido — me entrega una tarjeta
— Tienes talento.

Salgo del lugar y camino hacia donde se encuentra Liam y Sawyer.

— ¿Qué carajos fue eso? — ríe Liam

— Eso fue Nueva York — responde Sawyer con ilusión

— Ustedes tienen muchos códigos con nombres de ciudades, ni como seguirles el paso — reniega

— Sí, fue Nueva York.

Los recuerdos de esa noche en Nueva York cuando le confesé a Sawyer que siempre había querido sentir lo que era bailar en un lugar así, siempre me había llamado la atención era simplemente libertad, algo que muchos no lograban hacer.

Sawyer se recordaba de eso por eso nos trajo a este lugar.

Ya se volvía tarde por lo que salimos del lugar y cantamos en todo el camino como si no hubiera un mañana hasta llegar a casa.

— Tu césped es muy cómodo — Liam se lanza sobre el

— Sí, creo que sí — me acuesto junto a Li

— Es un césped muy amigable — Sawyer se acuesta a la par mía y me toma la mano

— Los extrañaba — murmura Liam

— Yo también — Sawyer suspira al terminar la oración como si hubiera sacado un peso de él

— Nueva York, ¿a qué le temes
Sawyer? — volteo para poder verlo fijamente sin soltar su mano

— Sigo sin temerle a nada Rylee, Nueva Orleans, ¿sigue tu miedo por los cocodrilos?

— Nunca cambiara, Argentina, ¿sigues queriendo bailar tango?

— He mejorado, San Francisco, ¿aún me quieres Rylee?

——————————

Hola amigos, este capítulo me ha dejado conmocionada, tengo que admitirlo.

Sigo sin saber a quien quiero más, estoy en un dilema al igual que Rylee.

Este capítulo se lo dedicó a Mika_PS quien además de darme el valor para seguir escribiendo me ayuda a ser mi diario de escritora.

No olviden votar y comentar. Los quiero -A

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