Capítulo 6

— Te dije que no hicieras esto — escucho la voz de Li en un susurró

— ¿Y qué hice?, solo me quedé dormido en el lugar que quedaba porque tú te robaste el sillón.

— Te dije que no la metieras en esto y no te hagas el inocente, te conozco.

— Si dejan de murmurar estaría bien — me levanto de la cama

— Deberías descansar, Rose te trajo el desayuno — dice Seth

— No es cierto, Rose se rehusa a cocinar tostadas a la francesa y tampoco fue Liam porque el no sabe cocinar.

— Solo come, no importa quién lo preparará — reniega entre dientes

— Gracias Seth.

— Descansa, lo necesitas, no podremos salir el fin de semana tenemos cosas que hacer pero vendremos por ti el lunes — explica Liam mientras sale de la habitación dejando la puerta cerrada.

— ¿Qué esconden?, Seth responde por favor.

— No es nada que tengas que saber

— Necesito saber que sucede — tomo su brazo

Seth se posiciona sobre mi haciendo que estemos aún más cerca, nuestras respiraciones chocan y puedo sentir mi corazón latir a toda fuerza.

Cosas que ocasiona este chico conmigo.

Coloca su mano en mi cuello mientras su pulgar rosa mis labios, su otra mano se dedica a bajar por todo mi cuerpo hasta llegar a mis piernas y subir hasta mi intimidad.

— No te acerques ahí — advierto

— Tu dices algo, pero tu cuerpo dice todo lo contrario.

Se acerca cada vez más de manera peligrosa lo cual me hace acercarme a él y besarlo haciendo que caiga de espaldas sobre la cama.

Sus manos se posicionan en mis caderas mientras sus labios juegan con los míos junto a nuestras lenguas, este chico era adictivo.

Mientras me sujetaba trasa un camino por toda mi espalda con sus dedos.

— Si seguimos así voy a hacer que grites mi nombre — susurra a mi oído

Hola, ¿estás ahí?, acabas de conocer a este chico.

Hace que me mueva sobre él haciendo que sienta el bulto evidente que se ha formado bajo sus pantalones.

Detente Rylee.

— Creo que tienes que irte, Liam te espera.

Me alejo de él y me pongo de pie haciendo que todo mi peso caiga sobre mi pierna lastimada, resisto por no mostrar expresión alguna de dolor pero Seth lo nota.

— Vamos, quédate acostada, prometo venir a verte en la noche.

— Seth, no puedo hacer esto, no nos conocemos y...

— Si quieres que no lo volvamos a hacer, adelante, tú decides — se encoge de hombros

— Quiero conocerte.

— En dos días me has conocido más que muchas personas en años, no hay mucho que descubrir.

Él logra observar la inseguridad en mi rostro al escuchar su respuesta por lo que se acerca a mi nuevamente.

— Puedo hacer el intento si eso quieres.

— Sí eso quiero.

— Tengo que irme, Liam espera.

Toma su chaqueta y sale de la habitación, vuelvo acostarme en la cama para descansar un momento aunque el calor de mi cuerpo no me dejaba tranquila.

Maldito Seth.

Mi día se volvía largo y aburrido al estar obligada a descansar, si me movía un centímetro Rose se enfadaba conmigo y me amenazaba con llevarme a un orfanato, no entendía su amenaza por varios puntos pero prefería no llevarle la contraria.

— ¡Rose, están llamando a la puerta!

El timbre seguía sonando sin parar así que supongo que ya se debe de haber dormido, me levanto de la cama y camino hacia las escaleras.

Al bajar los escalones tropiezo con mi propia pierna lo cual me hace caer por el resto de escalones hasta terminar en la sala.

— Maldita sea — me rehusó a intentar levantarme ya que sentía como mi cuerpo adolorido me suplicaba que no me moviera.

El sonido del vidrio romperse seguido del de la puerta al abrirse hace que intente ver quién es pero es en vano.

Además de morir entrar a robar mi casa.

— Joder Rylee.

Seth deja a un lado el café que trae en la mano y se acerca a mi para poder levantarme.

— No, no me levantes.

— ¡No puedo dejarte tirada en el suelo!

— Claro que sí, esta muy cómodo, compruébalo tú mismo — agito mi mano en señal de que se acueste a la par mía

— Tienes razón esta cómodo, ¿qué te sucedió?

— ¿No es claro?, mi cuerpo quiere matarme y lo único que quiero es un baño caliente y comer pizza, pero no cualquier pizza si no una de pollo con queso, mucho queso.

— Prometo que no te dolerá.

Seth se pone de pie y me levanta con delicadeza aunque aún así me dolía la espalda y la pierna, sube hasta mi habitación dejándome acostada en la cama.

— ¿En esta puerta está tu baño?

— No, ese es mi clóset, la siguiente es mi baño.

No presto mucha atención a lo que hace, no tenía fuerza ni para respirar, comienzo a sentirme cansada y a cerrar los ojos hasta que Seth vuelve por mi.

— Vamos.

— ¿A dónde? — murmuro

— Vas a tomar tu baño caliente, la tina está lista — esboza una sonrisa y me carga hasta el baño

— Seth — me siento en la tapadera del baño

— ¿Si?

— No puedo moverme muy bien, no puedo bañarme.

— Esa es la mejor parte, yo te voy a ayudar cuando sea el momento, dijiste que querías que nos conociéramos mejor — esboza una sonrisa

— Que nos conociéramos mejor, no que me veas desnuda mientras me bañas.

— Te doy mi camisa para que te cubra mejor y solo te ayudo a lavar tu cabello.

— Esta bien, ¿eso significa qué también vas a pedir la pizza?

— Por su puesto.

Toma el borde su camisa y se la quita.

— Aquí tienes ¿necesitas ayuda para ponerla?

— No, date la vuelta por favor.

Se cubre los ojos y se queda viendo hacia la puerta logro quitarme el pantalón quedándome solo en ropa interior pero quitarme la blusa era más complicado, me dolía demasiado estirarme.

— Seth...

— ¿Si?

— Quítame la blusa por favor.

Mal día para no traer sostén, me ayuda a quitarme la blusa intentando mantener los ojos cerrados lo más que podía para no verme seguido de ponerme su camisa y ayudarme a entrar a la bañera.

Tal vez no es tan malo.