Estoy contigo
Capítulo 19
Los días habían pasado, para ser exactos dos semanas desde la última vez que vi a Sawyer, yo no me había alejado, había sido él.
— ¿Si vas a querer?
— ¿Qué? — volteo a ver a Seth quien jugaba con un mechón de mi cabello.
— Que si me quieres acompañar a las carreras.
— Claro, voy a competir — esbozo una sonrisa.
Me pongo de pie intento que la sábana cubra por completo mi cuerpo.
— Rylee, no voy a dejar que lo hagas es muy arriesgado.
— No Seth, no me vas a quitar lo único que me hace feliz.
— Lo voy a hacer si así te protejo.
— Pero...
— No Rylee, estas acostumbrada a como eran las cosas con Sawyer y ahora estas conmigo no con él.
— Estoy contigo — suspiro
Me toma de la cintura y me acerca a él, besa mi cuello bajando por mi hombro mientras bajaba lentamente por mi cuerpo.
Sus manos me recorrían y me junta a la pared, lanza la sábana a un lado, besa mi espalda y juega con mis pechos.
— Eres mía Rylee.
Susurra a mi oído, me da la vuelta y besa mis labios juego con su cabello mientras nuestros labios juegan entre sí al igual que nuestras lenguas.
Me junta más a su cuerpo sintiéndolo por completo.
Sus besos eran fríos, posesivos, sentía como una parte de mi se iba, se rompía al pensar que traicionaba a Sawyer pero no puedes traicionar a alguien que no esta en tu vida.
Junta su entrepierna a mi trasero haciendo que un pequeño grito salga de mis labios.
— Dime que eres mía Rylee.
— Soy tuya Seth
Sube mis brazos sobre mi cabeza y las sujeta con su brazos, baja una mano hasta entre mis piernas aproximándose hasta el punto sensible hasta llegar a tocarlo.
— ¡Seth! — un suspiro sale de mi al sentir la presión que ejercía en mi cuerpo
Mis piernas temblaban al sentir como aumentaba el rinto del movimiento de sus dedos mientras sus labios vuelven atacar los míos bajando hasta mis pechos y jugando con ellos.
Mi respiración se alteraba y mi corazón amenazaba con salirse de mi pecho, el cabello despeinado de seth, su perfectamente tallado cuerpo junto a una sonrisa de victoria al ver que ocasionaba en mi.
Seth eleva mi pierna e introduce su miembro dentro de mi, da la primera estocada haciendo que mi cuerpo quede pegado por completo a la pared.
— Seth... — digo entre jadeos
Sus estocadas cada vez son más fuertes y rápidas, mis caderas se movían a su ritmo, me sostenía de su espalda arañando levemente hasta que por fin llegó a mi límite mis piernas quedaron débiles haciendo que casi caiga pero me sostiene entre sus brazos.
— Deberíamos comenzar a cambiarnos para llegar a tiempo — pasa un mechón de cabello detrás de mi cabello
— Ve a ducharte primero, luego voy yo.
Me da un beso en la frente y entra al baño, busco mi bata y me la pongo, doy vueltas en mi clóset encontrando la chaqueta que me dio Sawyer.
— Lo siento — murmuró
Tomo la chaqueta entre mis manos y me siento en una esquina, las lágrimas comenzaron salir sin permiso y el nudo en mi garganta cada vez se volvía más fuerte.
El amor no tenía que doler o eso se suponía, comienzo a pensar que Rose estaba equivocada, el amor dolía cada parte de él.
No dejo de llorar junto mi cabeza con mis rodillas sin soltar la chaqueta y sigo llorando. No se cuanto tiempo pasa pero mi cabeza comienza a doler.
— ¿Estás bien? — Seth entra y se sienta a la par mía
— Sí, solo quería descansar.
— ¿Sentada en medio de tu clóset?
— Sí, voy a bañarme.
Me pongo de pie y dejo la chaqueta a un lado, el agua caliente cubría mi piel era relajante como si por un instante todo desapareciera.
— Rylee vamos a llegar tarde.
— Ve sin mi, no tengo ganas de ir.
— Voy a traerte comida china de regreso.
— Pero no me gusta la comida china — digo en un susurró el cual es imposible que escuche
Me quedo sentada en la tina mientras sujeto mi cabeza sin parar de llorar, sentía como si se me había olvidado como respirar, estaba atormentaba y solo quería gritar y es lo que hago, grito, no dejó de hacerlo.
Seth se había ido y Rose estaba se vacaciones.
— ¡Rylee! — escucho a él grito de y los toques en la puerta
— ¿Hannah? — digo confundida
— ¿Estas bien?, te escuche gritar, ¿te lastimaste?
— No solo... ahorita salgo.
Seco mi cabello y me cubro con la bata, abro la puerta, Hannah me observa con preocupación y me abraza.
— ¿Pero qué te hicieron? — me susurra
— Duele mucho y no se porque.
— Ven, tienes que cambiarte y tomar algo, tal vez un té.
Hannah hace que me siente en la cama mientras busca algo de ropa y me la da, me cambio en el baño mientras ella preparaba un té y vuelvo a acostarme en la cama.
— Toma creo que te hará bien.
— ¿Qué sucede Hannah, por qué estás aquí?
— Sawyer me ayudo a entender que nunca pensé en nadie más que en mi, tampoco que no se el significado de querer a alguien. Ambos tocaron fondo y se les nota.
— ¿Por qué dices qué Sawyer también?
— Han pasado ciertas cosas en su vida que no puedo decirte.
— Hannah.
— Rylee, debes de descansar.
— No quiero dormir.
— Entonces veamos una película, ¿quieres algo de comer? Últimamente estoy aplicando mucho mis dones en la cocina.
— No gracias pero no tengo ánimos de comer pero necesitamos salir.
— ¿A donde vamos?
— A la farmacia, tengo que comprar la pastilla.
— Ay no Rye, vamos yo conduzco.
Salimos y entramos al auto hasta llegar a la farmacia.
— Espérame aquí, voy a ir yo.
Mientras Hannah baja a comprar la música del auto suena y las gotas de lluvia comienzan a caer en el lugar, una motocicleta se estaciona la par del auto y deja caer de lado su casco dejando ver su cabello rubio.
— ¡Hey chico de la motocicleta! — salgo por la ventana del auto
— Hey Rylee — dice con algo de melancolía en su voz
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