Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

26

Hoseok lo estaba aceptando.

Su profesor estaba aceptando su abrazo... sus sentimientos. No lo estaba alejando ni diciendo que nunca más se acercase a él, todo lo contrario, había puesto sus delgadas manos sobre las suyas. 

Taehyung no podía más de la felicidad, mientras estaba abrazándolo por detrás. Justamente ahora quería que el bastardo infeliz que le había dejado esas horribles marcas en su cuello entre y vea como Taehyung lo abrazaba, como abrazaba a su profesor. A su Hoseok.

Fue el castaño quien decidió dar fin al abrazo alejándose despacio, esperó que Hoseok se diera vuelta para preguntar lo que tanto quería.

Lo miró a los ojos con determinación.

—¿No sales con nadie, cierto? —preguntó intentando no mirar las marcas en su cuello porque cada vez que lo hacía explotaba de celos, aunque ciertamente no tenía derecho de hacerlo.

—No lo hago pero...  —Su pausa lo tensó—. Kim, esto... Está bien si se arrepiente y dice que no quiso decir eso. Haremos como que nada pasó —murmuró Hoseok viéndose claramente incómodo. Taehyung se desesperó.

—Hace unos minutos me estabas hablando informalmente. —Hoseok pareció querer decir algo pero no lo dejaría—. Y no, no me arrepiento de lo que te dije.

—Kim-

—Me gustas —repitió mirándolo a los ojos, pero él miró a otra parte—. No me importa si eres mi profesor, me gustas desde que te vi y día a día me gustas más. No puedo evitar sentirme así. No puedo dejar de mirarte cuando nos das clases y no porque esté atento a lo que dices sino a ti. A todo tú.

—Para. —Hoseok lo cortó comenzando a moverse lejos—. No está bien que me digas todo esto, menos acá encerrados. Yo... yo no sé que decir.

—No hace falta que digas nada —afirmó—. A menos que quieras alejarme —dijo Taehyung mirándolo con cuidado. Hoseok le estaba dando la espalda ahora, así que por mas que quisiera saber qué pensaba era imposible.

—Ve a clases —dijo luego de un largo silencio—. Ya está por terminar el receso.

—¿Qué quieres decir? ¿Significa que no vas alejarme?

Jung no respondió y solo tomó una carpeta antes de dirigirse a la puerta.

—Tengo que dar clases y tú tienes clases... Nos vemos, Kim —respondió saliendo de su oficina, Taehyung se sintió divertido de inmediato porque estaba corriendo como un niño tímido. No pasó desapercibido que lo estaba tuteando de nuevo.

Salió de inmediato detrás suyo. No pudo evitar sentir una felicidad desbordante porque, aunque su profesor no le había dicho que aceptaba sus sentimientos, tampoco lo había alejado a pesar de saber que gustaba de él.

Durante toda la clase Taehyung estuvo tapando su sonrisa tonta recordando todo lo que había pasado. Recordando como había abrazado a su profesor de tal forma que había sentido lo pequeño y delgado que era, a parte del delicioso olor que tenía.

Era mejor que como lo había imaginado abrazar en sus sueños.

Hoseok era simplemente perfecto.

Al finalizar la clase, Taehyung corrió al estacionamiento, y se quedó parado cerca del auto de su profesor. Sí, lo tenía identificado. Al verlo entrar al estacionamiento, no hizo falta llamar su atención porque lo notó y comenzó a acercársele, mirando a los costados con clara preocupación.

Taehyung sonrió y bajó la mirada una vez que él estaba frente suyo algo avergonzado, recordando que Jung ya sabía de sus sentimientos. Sin olvidar que había tenido un ataque de celos frente a él, celos por... Joder, ese pequeño pensamiento le recordó sus marcas.

—¿Kim? —La voz de su profesor lo sacó del molesto recuerdo, haciéndolo aclararse la voz—. No debería estar aquí

—El sábado... ¿qué dices de venir a mi casa? —preguntó Taehyung mirándolo fijo, Hoseok pareció tragar saliva y miró a otro lado.

—¿A... qué?

—Oh, a... a comer. Recuerdo que dijo que salir lo pone nervioso por eso lo invito a mi casa.

Hoseok seguía teniendo sus manos aferradas a las correas de su maletín y aquel gesto ya se le hacía conocido, era demasiado adorable.

Su profesor no respondió, sin embargo asintió con la cabeza para luego dirigirse a la puerta de su auto.

—¿Eso es un si?

—¿No tiene exámenes para los cuales estudiar, Kim? —preguntó girándose a él. Taehyung rió bajo y creyó que el otro frunciría el ceño pero no fue así, sino que lo hizo mirar a otro lado.

—Estoy al día con las materias, ¿y por qué sigues llamándome Kim y tratándome de usted? Parece como si fuéramos desconocidos cuando-

Hoseok prácticamente se le tiró encima tapándole boca con su mano y mirando asustado a su alrededor. Había una persona subiendo a su auto pero dudaba que fuese algún profesor o director.

Su profesor lo soltó de inmediato fulminándolo con la mirada,

—¿Tengo que recordarte que seguimos en la universidad, maldición? —Casi gruñó Hoseok dejando completamente boquiabierto al castaño. Y, aunque tal vez debía asustarse por la forma informal con la que le habló y su maldición, en realidad eso lo hizo estremecerse gratamente, al igual que sentir su palma en sus labios a la cual tenía ganas de dejarle un beso.

Hoseok lo soltó tal vez imaginándose encontrar a un Taehyung sorprendido pero lo único que consiguió fue que el castaño tuviese una gran sonrisa en el rostro.

—Acaba de maldecir en mi presencia —dijo Taehyung fingiendo horrorizarse.

—Kim... ve a casa.

—¿Acepta venir el sábado, entonces? —insistió, y el pelinegro solo suspiró.

—Bien.

—¿Lo dices en serio? —preguntó siguiéndolo y Hoseok no respondió hasta entrar en su auto. Taehyung no le dejó cerrar la puerta del vehículo y se ganó una mirada del pelinegro, ya sentado frente al volante.

—Tiene clases conmigo el miércoles, ¿por qué la insistencia en que acepte ahora?

—Soy una persona que necesita respuestas rápidas. —Al ver que su profesor no decía nada pero si lo estaba mirando muy fijo, Taehyung alzó las cejas de arriba abajo incitando a que diga algo, sin dejar de sonreír.

Y una vez más él había ganado porque logró, por alguna razón, que su profesor riera bajo mirando frente de su auto, aún con la puerta abierta.

—Tengo cosas que hacer el sábado.

—¿Otra cita? —Salió de inmediato de sus labios y se golpeó mentalmente. Hoseok solo rió bajó otra vez.

—No —respondió tranquilo—. Nos vemos el miércoles, Kim.

—Quiero verlo mañana.

—Bien —soltó—. Nos vemos mañana, ¿puede...?

—Oh, sí —dijo dándose cuenta que se refería a la puerta del auto—. Hasta mañana, profesor. —Fue lo único que dijo antes de darse vuelta e irse.

—Kim. —Se detuvo a dos pasos al escuchar a su profesor y se giró acercándose a él quien ya había cerrado su puerta pero tenía la ventana baja—. ¿Se va a casa?

Taehyung asintió: —No tengo más clases por hoy, ¿por qué?

—Puedo llevarlo... si quiere.

El castaño se quedó estático.

—¿No es arriesgado para usted? —Realmente quería ir y aceptar con todas sus fuerzas pero tenía miedo de que Hoseok recibiera un castigo por eso. Su profesor le dedicó una suave sonrisa.

—No se preocupe, nadie nos verá.

Tal vez había sido una respuesta simple, sin embargo Taehyung sintió como si fuera más que eso y no pudo evitar sonreír asintiendo.

No hacía falta decirle su dirección, él la recordaba exactamente y eso era una de las miles de razones para que no dejara de sonreír durante todo el viaje. Aunque hubiese nada más que silencio, se sentía cómodo, siempre se sentía cómodo con él. Hasta que finalmente vio que Hoseok estacionó en una calle porque llegaron, y ahora iba a esperar horas hasta la próxima vez que lo viera.

—Gracias por traerme —dijo mirándolo, el pelinegro asintió girando su mirada para verlo. Y Taehyung podría jurar que cuando sus miradas se chocaban no podía ser más electrizante y estremecedor.

—De nada, Kim —dijo sin embargo—. Nos vemos mañana —agregó tal vez esperando que saliera, pero Taehyung estaba lejos de eso ahora porque en un abrir y cerrar de ojos se fue acercando a el pelinegro. Al rostro del pelinegro.

Y a pesar de estar tan cerca, él no lo alejó, aunque teniendo en cuenta su mirada de sorpresa podría entender la razón. Pero el castaño no se dejó influenciar por eso y siguió acercándose hasta que sus labios tocaran su mejilla y se quedaran, ahí varios segundos. Tantos segundos que sintió como la respiración de su profesor volverse pesada.

Y le encantó e incitó a seguir.

Taehyung elevó una mano al rostro de su profesor, a su mejilla, y tal vez ahora si se estaba pasando pero no se alejó y mucho menos al sentir el temblor de su profesor bajo su toque. Sintió las manos de él en su pecho.

—V-ve a tu casa —le dijo con dificultad, sin saber que eso solo estremecía al castaño y lo orillaba a no irse. No irse nunca más.

O al menos eso quiso pero el pelinegro lo alejó con sus manos en su pecho y sentándose derecho en su lugar mirando al frente del volante. Taehyung notó el color en sus mejillas y cuello, al igual que su respiración irregular y suponiendo que era algo bueno se fue, despidiéndose por última vez.

Si había descubierto algo ese día es que Jung no le era indiferente, pero claramente él nunca daría el primer paso y tal vez era por su trabajo. Por lo que Taehyung se encargaría de hacerlo, hasta que claro, su profesor le dijera que pare o le rechazara.

Esperaba que no lo hiciera.

Taehyung decidió regalarle un reloj, uno muy caro, la verdad es que lo había comprado hacía varias semanas pero sintió que ahora -un día después de confesarle lo que sentía- era un buen momento para dárselo. Y así lo hizo, aún sabiendo que su reacción no sería muy linda que digamos porque...

—¿Cuál fue la necesidad de gastar tanto? —preguntó casi molesto—. No puedo aceptarlo.

Se encontraban en el mismo pasillo concurrido de la universidad que hacía un día anterior le había regalado un libro. Hoseok le devolvió el regalo pero Taehyung no lo aceptó por lo que el pelinegro seguía con su brazo extendido.

—Creerán que me lo está dando a mi —dijo Taehyung y Hoseok pareció asustarse por lo que dejó caer su brazo con el regalo en su mano.

—No puedo aceptarlo, Kim —murmuró—. Sé lo que cuesta y-

—¿Podemos hablar en su oficina? —Una vez más estaba su expresión de susto en el rostro del pelinegro pero de todas formas terminó aceptando y caminaron a su oficina.

Una vez dentro Hoseok dejó el regalo en su escritorio y se giró para encarar al castaño que seguía en la entrada de la puerta. Cerrándola y dejándolo a ambos ahí dentro a solas.

—Acepté el libro pero esto es demasiado. Por favor, no-

Se quedó completamente mudo y paralizado en cuanto Taehyung cortó la distancia abrazándolo. El castaño pensó que ese sería su fin, sobre todo porque el pelinegro ni siquiera parecía respirar. Taehyung tenía sus brazos por encima de su cintura abrazándolo y pegándolo a su cuerpo.

Ya estaba contando los segundos para ser golpeado pero de pronto las manos del pelinegro subieron a su pecho acomodándose con su frente estaba pegada ahí también. Aceptando el abrazo o al menos algo parecido. Porque ahora el calor que ambos transmitían era lo más cálido que había sentido nunca. Taehyung estaba listo para despertarse de aquel sueño pero antes iba a aprovechar un poco más, entonces se pegó mas a él, hundiendo su nariz en su cuello.

Una vez más confirmaba lo pequeño que era Hoseok. Lo delgado y pequeño que se sentía en sus brazos.

Su profesor se tensó segundos después.

—Esto está mal —soltó Jung y quiso alejarse pero Taehyung se aferró más pegado a su cuerpo y suspiró en su cuello, su piel olía realmente bien, era increíble—. Kim...

Taehyung se rió: —Realmente no puedes estar llamándome por mi apellido en estos momentos.

No escuchó respuesta y supuso que era porque lo había hecho ruborizarse. Últimamente lo estaba haciendo ruborizar más seguido. Aún así las delgadas manos del pelinegro seguían sobre su pecho. Hundió su sonrisa en el hombro del más bajo.

—El receso... el receso ya terminó —murmuró titubeante sobre su pecho, eso volvió a hacer reír a Taehyung.

—¿Cómo puedes saberlo? ¿Acaso tienes un reloj interno de la universidad?

—Kim...

—Relájate. —Fue lo único que dijo Taehyung al sentir al pelinegro comenzando a tensarse.

—Tengo que dar clases y tú tienes que ir a clases...

—Un último minuto —pidió Taehyung, intentando grabarse en su mente el delicioso aroma de la piel del pelinegro y el calor que estaba sintiendo a través de su cuerpo. Como se sentía su cuerpo pegado al suyo y sus mano tímidas en su pecho

No supo si había pasado un minuto pero se alejó de su profesor, después de todo el pelinegro no merecía un llamado de atención de llegar tarde a dar clases por su culpa, Taehyung estaba siendo demasiado egoísta. Apenas alejarse Hoseok bajó su mirada.

—Me gustas —le repitió el castaño y se agachó a besarle en una mejilla, parecía sumamente avergonzado. Taehyung no podía evitarlo se le hacía muy tierno verlo así, le encantaba—. Me gustas —repitió—, y no me importa gastar mucho en ti. Acepta mi regalo, por favor. —Dicho esto, y luego de dejarle un beso en la otra mejilla, se fue, aunque Hoseok pareció querer decirle algo.

Contó los minutos para el final de clases y cuando llegó, fue al estacionamiento. Hoseok volvió a llegar tarde y en cuanto vio a Taehyung caminó hacia él. Llevaba su reloj de regalo en su cajita y eso hizo sonreír al castaño.

—No me dio tiempo para agradecerle. —Hoseok fue el primero que habló apenas estar cerca. Taehyung sonrió conmovido—. Muchas gracias por el regalo, Kim.

—De nada —murmuró y de nuevo un silencio invadió el lugar mientras se miraban. Hoseok fue el primero en romper el contacto visual.

—Nos vemos mañana, Kim.

Y antes que se gire Taehyung lo agarró de la mano, claramente Hoseok lo miró y luego a su alrededor porque cualquiera podría verlos, pero eso no detuvo al castaño, quien se acercó a sus labios.

Dejándole un beso en la esquina de su boca.

Casi tan cerca de sus labios que hasta él mismo se ruborizó y se quiso ir corriendo, pero se aguantó para ver la expresión de su profesor la cual -aunque fue de susto un momento- luego se volvió indescifrable. Se despidió de Taehyung de inmediato, sin decir nada sobre aquel beso, y subió a su auto como si nada hubiese pasado. Tenía el rostro sin ninguna expresión. Cosa que desconcertó a Taehyung quien sí se quedó muy tembloroso por aquel roce tan cerca.

Era suficiente. El castaño decidió finalmente que era hora del próximo plan, el siguiente paso.

Cuídense mucho, gentecita. Dua les quiere 🌷 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro