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10

Era el día de la exposición de pinturas en el museo de los padres de Namjoon. Hoseok entró tranquilamente esperando encontrarse con el profesor Kibum y tal vez con alguno que otro alumno. En realidad, la visita no era como en los colegios donde un autobús pasaría a buscarlos e irían juntos, sino que ellos tenían que ir cada uno por sus propios medios. Claro, si es que querían ir.

Hoseok no esperaba encontrarse a muchos de sus alumnos, era por eso que les había dado como trabajo el elegir una de las pinturas para luego interpretarlas con el fin de que fuesen y estuvieran un poco más inundados de la carrera que habían elegido, mientras buscaba al profesor Kibum muchos de sus alumnos lo saludaron y le agradecieron por darles a conocer esa exposición. Se veían maravillados con el lugar y no era para menos, hasta él mismo se encontró quedándose parado viendo la decoración y las diferentes pinturas por varios minutos. Demasiados colores.

Al ver que había mucha gente entró a uno de los cuartos más vacíos para tener un poco de tranquilidad de tanto murmullo. Sus alumnos y los alumnos de Kibum -a los cuales pudo distinguir por su buena memoria- eran unos de los responsables principales de ese murmullo.

—Veo que te gusta el arte pop. —Una voz conocida le hizo girar. Hoseok sonrió ampliamente.

—Ni siquiera sabía que se llamaba así.

El alto rió y estrecharon sus manos: —Tanto tiempo, Hoseok.

—Lo mismo digo, Jin. No pensé encontrarte aquí.

—Namjoon me obligó a venir y veo que a ti también.

—En realidad me lo sugirió —le corrigió volviendo su vista a la pintura con una sonrisa y manos en los bolsillos—. Están mis alumnos aquí, les di un trabajo.

Seokjin se rió bajo: —Así que ahora eres titular en esa universidad —Hoseok asintió—. Eres de hierro.

—Me gusta dar clases, supongo que por eso no me he ido aún.

—Aún así, me sorprende que no hayas renunciado tiempo después que yo.

—No es tan grave.

—Oh, por supuesto. Ser acosado y perseguido por universitarios hasta tu casa o donde sea que vayas no es grave —murmuró irónicamente y Hoseok miró a todos los lugares supervisando que nadie más pudiese escucharlo—. Tranquilo, no hay nadie.

—Si, bueno —balbuceó y luego suspiró—. Solo fue el año pasado y supongo que en parte fue mi culpa.

—Tú puedes divertirte todo lo que quieras, no por eso tienen el derecho de faltarte el respeto de esa forma. Vamos, tienes la misma edad que esos idiotas, mereces ir a fiestas o donde sea sin que un alumno tuyo se te quiera lanzar encima y luego crear rumores cuando les rechaces.

—Olvídalo, Jin. Ya pasó más de un año de eso y no he escuchado nada de esas personas ni tampoco de esos rumores —dijo mirándolo.

—Gracias a nuestro Dios.

Hoseok rió bajo ante su respuesta pero luego hizo una mueca recordando la verdad: —Y gracias a ti. Aún te lo debo.

Cuando esos chicos empezaron a correr los rumores de que Hoseok se encerraba en los baños de las discotecas con alumnos suyos o que se los llevaba a su casa casi fue la ruina para él. Nada de eso había pasado, pero era su palabra contra la de varios chicos que había estado detrás de él por mucho tiempo y no les había dado ni la hora. Comenzó a ignorar a todo aquel que pareciera universitario después de un episodio que casi termina en algo más que besos con cierto chico, uno que luego comenzó a ser muy obsesivo y que prefería no recordar su nombre. No podían culparlo, Hoseok no sabía que era un estudiante y menos de la misma universidad en la que daba clases, el chico le había mentido. Hasta el día de hoy no sabía si seguía estudiando ahí o se había cambiado de universidad, solo sabía que no lo había visto mas. Realmente quería creer en la palabra del director sobre que lo habían expulsado por su comportamiento.

Y si, los rumores habían llegado hasta los oídos de varios profesores. Lo que más temía no era ser despedido sino que sus padres se enteraran, ya era lo suficientemente malo que todos supiesen que estaba casado, creían que era infiel sin saber que para ese momento él y la mujer con la que estaba casado tenían un acuerdo. Pero para su suerte estaba Seokjin, un amigo suyo que era profesor y quien quería ser despedido desde hacía tiempo porque odiaba dar clases, así que éste se echó la culpa a sí mismo. Dijo que en realidad los rumores eran cosas que él había hecho, que los alumnos se referían a él y, al ser uno de los profesores más queridos por el jefe de los profesores, solo fue despedido sin mucho escándalo. Así que todo quedó dentro de la universidad, sin divulgación al exterior, y cómo algo que Seokjin había hecho aunque todos eran rumores falsos.

Seokjin tocó su hombro y apretó amistosamente. —Somos amigos y ya sabes, yo también tenía mis intereses. Ambos ganamos.

Supuso que era verdad pero de igual forma nunca podría dejar de estar agradecido con él.

—Iré a buscar a Namjoon. Nos vemos después, Hoseok, fue bueno volver a verte.

—Igualmente, nos vemos pronto.

Hoseok lo vio irse y pasó a ver al dibujo de al lado. La charla con Seokjin solo le recordaba lo cerca que estuvo de volver a ser obligado a dejar algo que amaba: dar clases. Podía soportar tener a universitarios tratándolo de lo peor pero no podría soportar dejar su vocación.

—Buenos días, profesor.

Supo de inmediato a quien pertenecía esa voz y se obligó a no girar a mirarlo tan rápido como quiso. Aún seguía molesto con ese chico. Aunque por dentro se sentía bien saber que estaba en lo correcto sobre que vendría a la exposición. Al menos ahora sabía que de verdad le interesaba la carrera.

—Lamento haberle faltado el respeto la última vez. Espero que me perdone.

Entonces lo miró porque, wow, no se esperaba que él se disculpase.

—Está bien. Ya puede volver con su grupo, Kim —dijo Hoseok mirando el perfil del castaño. Era algo incomodo que sea mas alto, ¿Serían también de la misma edad? Aunque eso era un poco improbable, se veía mas joven.

—En realidad, no sé donde están ellos —dijo y chocaron miradas. Los ojos Kim Taehyung eran demasiado intimidantes y lo hacían sentir como un niño pequeño, pero Hoseok se obligó a mantenerse firme.

—Se supone que el trabajo que les di es en grupo, deberían encontrar una pintura que les guste a todos.

—También dijo que podría venir solo uno de nosotros. De todas formas, ya elegimos —explicó y metió sus manos en los bolsillos, Hoseok notó eso sin tener que bajar su mirada. Se veía cómodo pero a la vez tenso cerca suyo, se preguntaba si solo se lo imaginaba—. Los perdí luego de eso, en realidad.

Hoseok frunció levemente el ceño ante la sonrisa y el encogimiento de hombros del chico, incluso sus expresiones lo hacían ver más joven. Lucía travieso, jovial y divertido. Absolutamente todo lo contrario a él.

—Bien —asintió volviendo su mirada rápidamente a la pintura, debía dejar de mirarlo, por alguna razón mirar mucho a sus alumnos siempre resultaba ser un gran error.

—La verdad estoy buscando otra pintura. Una que me guste a mí.

—No querrá de nuevo que su grupo haga dos trabajos, ¿no?

Taehyung sonrió ampliamente volviéndolo a hacer fruncir levemente el ceño, ¿es que acaso era divertido todo lo que le decía?

—No, aunque me gustaría —Hoseok quiso objetar pero él lo detuvo—. Pero aprendí la lección.

Oh.

—Eso está bien —respondió finalizando con la conversación, alejándose a ver otros cuadros.

—¿Puedo hacerle una pregunta? —preguntó Taehyung siguiéndolo detrás suyo. Hoseok asintió sin sacar su vista de la próxima pintura—. ¿Quién era con el que estaba hablando hace unos minutos? Me... me resulta conocido.

¿Conocido? ¿Por qué le resultaría conocido un profesor que renunció el año pasado cuando él es un ingresante?

—Un ex colega... no sé de dónde podría conocerlo —se cruzó de brazos mirando la pintura de colores llamativos y figuras geométricas. Volvió a fruncir el ceño cuando Kim rió bajo, definitivamente había algo divertido que Hoseok se estaba perdiendo.

—¿Puedo tutearle? 

Se tensó.

—No —respondió Hoseok firmemente, ¿Qué demonios sucedía con ese alumno suyo?

—Bien, entonces seguiré hablándole de usted... ¿Puede entender algo de esta cosa? —preguntó señalando la pintura que estaba viendo Hoseok. Realmente él tampoco tenía ni idea que era esa pintura pero el que le llame "cosa" llamó su atención.

—Esa "cosa" es una obra de arte hecha por Lim KiJae y dudo que le guste que le llamen así a algo en lo que se esforzó.

—Dudo que se haya esforzado en hacer esos garabatos. —¿Dijo garabatos?—. Con todo respeto.

Hoseok quiso reír con la aclaración final: —Creo que debería intentar mirar más allá de lo que se percibe visualmente, Kim.

—Me llamo Taehyung. Y créame que lo intento pero simplemente no veo nada más que garabatos.

Hoseok señaló una aclaración que dejó el autor al costado del dibujo: —Léalo —dijo y se dirigió a la siguiente pintura. No pasaron ni diez segundos cuando una vez más el castaño se acercó a él.

—Es rídiculo que todas esas formas signifiquen un amanecer, ¿Por dónde es un amanecer?

Hoseok no pudo evitar soltar una risita.

—Bien, si no puede ver un amanecer ahí intenté ver un zorro en esta pintura —dijo luego de leer la nota del pintor explicando su obra y volvió a irse a otro cuadro dejándole al castaño mirar.

—¿Es en serio? —lo escuchó casi bufar aún mirando a ese "zorro" y otra vez unos pasos se acercaron a él—. Esa cosa no era un zorro ni en mil años —lo escuchó decir con un tono molesto.

—Vea más allá de lo que perciben sus ojos, Kim. Usted parece ser una persona muy visual. —Su alumno le dio una mirada ilegible antes de relamer sus labios.

—Definitivamente lo soy...

Negó divertido, tendría un largo camino que recorrer en su carrera para cambiar eso.

—Kim, yo no tengo mucha idea de las técnicas de dibujo y cosas por el estilo pero si de algo estoy seguro es que el arte no es una cosa la cual deba apreciarse solo visualmente.

Hoseok le sonrió levemente en despedida cordial luego de esas palabras, caminó saliendo de ese sector. En cierta forma, le causó gracia la expresión que había puesto el castaño. Esperaba que no lo siguiera cuando entró a otro sector que estaba casi vacío. La gente parecía solo se amontonaba en salones principales con obras de autores más conocidos, tan básicos.

Pasos resonaron en el silencio mientras apreciaba un cuadro.

—Profesor Jung, tiene razón. Me esforzaré en ver más allá aunque me cueste. —El castaño parecía no querer dejarlo en paz. De todas formas, no era que le molestara—. Solo soy un simple hombre que aprecia la belleza apenas la ve y luego se fija en el interior.

—Superficial —dijo automáticamente, intentando leer la nota del autor del cuadro que veía.

—¿Pero quien no lo es? —Hoseok lo miró al escuchar esa pregunta y juró ver un brillo diferente en sus ojos—. A parte de los ciegos, claro —agregó tocando su nuca y volviendo a reír bajo.

Hoseok giró los ojos luego de sonreír por esa aclaración innecesario. Por Dios, este alumno suyo era ciertamente diferente a los demás.


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