8
Al final termine entrando al salón con el Profesor Sennen, y lo peor es que en plenos pasillos de la escuela para llegar al salón, me estuvo tomando de la mano como niño de guardería, y todos nos miraban extraño, hasta tomaron fotos, solo espero que ninguno la suba al Facebook, porque sino, se las vera conmigo.
Cuando entre al salón solo habían unos cuantos chicos, pero ninguno era Trístan y Joey, así que decidí ir a sentarme en el pupitre que esta cerca de la ventana.
Me acomode y me senté, no hay nada mejor como matar el tiempo hasta que comiencen las clases o hasta que lleguen Joey y Trìstan, mi vista solo se concentraba en mirar mi pupitre y con la yema de mis dedos golpeando levemente el pupitre mientras mi otra mano era usada para apoyar mi barbilla, no se que debo hacer, y en poco tiempo sonara la campana, todo por ahora está tranquilo....
O...
Eso pensaba...
Hasta que llego mi pesadilla... y mi Acosadora numero 1.
— ¡¡¡YUGI!!! —Grito de alegría entrando al salón, ella iba corriendo a abrazarme, pero se lo impedí levantándose de mi asiento y poniendo la silla delante de mí como si fuera un escudo.
— ¿Ahora que quieres Rebeca?, ¿No te cansas con solo acosarme en el chat?, ya me canse de que mandes mensajes la mayoría del tiempo. — Dije quejando me y mostrando los mensajes que no leí de Rebeca esta mañana, en total 248 mensajes de texto, por su culpa casi ni pude dormir muy bien.
— Te tuve que mandar mensajes para que me respondieras lo que acordamos, me dijiste que si te daba la información del... — Iba a seguir hablando pero la calle tapando le la boca.
— Cállate no hables tan alto niña parlanchina. — Dije entre dientes y le saque la mano de la boca.
— Perdona, pero me prometiste que si lo hacía me darías un beso, y lo vengo a cobrar ahora. — Dijo en pucheros.
— Yo nunca te prometí eso. — Dije seco.
— No te hagas el tonto, ME LO DEBES Y AHORA QUIERO QUE ME BESES. — Se quejaba, y agarro a Yugi del cuello con ambas manos intentando besarlo, pero este la agarraba de los hombros para no hacerlo.
Los alumnos de los pocos que habían en el salón veían con burla la escena que ciertos jóvenes estaban haciendo.
— OYE ESPERA , ¿Qué crees que haces? — Dijo algo alterado, pues no quería besar a Rebeca, y para su suerte, el profesor Sennen lo aparto de aquella rubia.
— Disculpen si interrumpo, pero este tipo de conducta no se debe hacer en clases. — Dijo serio y agarrando me de los hombros, me sostenía de forma firme, casi aferrando mi espalda a su torso.
— Oiga suélteme. — Intente soltarme, pero este me abrazo el cuello apegando me mas a él.
— No es bueno que estén mostrando actos indebidos. — Dijo el metiche este.
— Pero si las clases aun no...
Sonó el timbre, en muestra de que ya empezará la clase.
— ¿Decía señorita? — Pregunto.
— Nada profesor, lamento la molestia, ya me voy. — Dijo mostrando respeto, pero también se mostraba deprimida, hasta que por fin salió del salón.
Luego me solté como pude de su agarre y me di la vuelta para encarar le.
— ¿Qué le pasa?, ¡Aléjese de mi viejo metiche!
— Que maneras de agradecerme Muto, pero bueno, no pude esperar menos de ti.
— Ash, porque mejor no se pone a enseñar y me deja en paz. — Dije y me volví a sentar en el pupitre.
Paso un tiempo y todos los alumnos ya habían ingresado a clases.
— Bueno chicos, hoy primero que nada haremos algo diferente, les permitiré salir del salón y pasearse por el colegio para que se inspiren, hoy van a crear una poesía debido a lo que vean a su alrededor, y en la siguiente clase me redactarán lo que han escrito.
Esa idea le agrado a todos, y eso hicieron, tomamos nuestra libreta y lápiz, y todos salieron del salón.
— Quién termine su poesía primero gana. — Dijo Trístan y salió corriendo con su libreta y lápiz del salón.
— Oye eso no se vale Trístan espérame. — Joey salió corriendo despavorido del salón tras Trístan, dejando me solo o...
Eso creí...
— ¡OIGAN IDIOTAS ESPEREN ME A MI TAMBIÉN! — Grite casi en risas, y saque mis cosas de mi mochila, y al darme la vuelta me choque con alguien y termine cayendo de espaldas al suelo. — Oiga quite se del camino, yo también quiero mi espacio personal estúpido. — Dije regañando le al profesor.
—se rió.—menudo respeto me tienes, ya debería ponerte un 100% en conducta Muto. — Dijo recogiendo mis cosas del suelo mientras yo me levantaba.
— Ja, ja, que gracioso, debió pensar en volverse comediante en lugar de profesor. — Hablé con sarcasmo, intente agarrar mis cosas de las manos de este, pero me las alzo, y como él era alto no pude ni llegar estirando me, y trate de saltar para agarrar mis cosas. — Oiga devuelva me mi cuaderno. — Ordene.
— ¿Cómo se dice? — Pregunto serio y mirando me fijamente.
— Devuelvámelo maldita sea. — Seguí saltando para intentar recuperar mi cuaderno, pero no pude, apenas mis dedos rozan el cuaderno.
— Sigo esperando. — Afirmo.
— Jodasé, ya deje de molestarme. — Le dí con mis dos puños un golpe en el pecho mientras lo miraba fijamente.
— Decir por favor no cuesta nada Muto.
— Pues a mi sí. — Se me quedo mirando serio un buen rato, ambos no quitamos la intensidad de nuestras miradas, la mía era de molestia, y la de él de seriedad, y ninguno de los dos cambiamos nuestro estado de animo, su mano libre levanto mi mentón y me hizo alzar mas la mirada de lo que ya estaba, ahora podía verlo mejor, se quito sus lentes y dejo mi cuaderno y sus lentes en mi pupitre, por alguna razón no pude apartar la mirada de sus ojos cuando trate de ir a por mis cosas, mis ojos estaban clavados en las joyas rubís que este hombre posee como pupilas, estaba como; Hipnotizado, era como si esos ojos penetrarán mi alma, y quisieran ver mi interior intentando dominarme, y por raras razones, l-lo estaba logrando, dentro de pocos segundos no le puse atención a ninguna otra cosa, a nada, solo a esos ojos carmín que lograron manipular mi cuerpo.
Sonrío victorioso.
— Di: por favor. — Ordeno.
Mis labios comenzaban a moverse sin que yo quisiera, mis ojos no se apartaban de esa mirada sangrienta, y mis labios querían soltar unas palabras, por más que tratará de apretar mis labios mi cuerpo no me hacía caso.
— D-devu-vuelváme mi cu-cuaderno po... — Me tape la boca, ¿Qué me pasa?, ¿Por qué no puedo controlarme?, ¿Qué me esta pasando?, m-mi cuerpo esta siendo: ma-manipulado, ¿A-Acaso voy a decir; "Por favor"? — P-porrrr... f-faa... — ¡No!, no, no, no, no, ¿Qué me ocurre? — Por... f-fa... — No te atrevas Yugi, no te atrevas . . . al final mi cuerpo fue mas fuerte que mi voluntad, y perdí la batalla. — Por favor. — Dije finalmente, me sentí decepcionado de mi mismo, pero en eso sentí mi cuerpo más relajado, más libre, ¿Qué me acaba de suceder?
— Mucho mejor. — Sonrío, agarro mi cuaderno con mi lápiz y me lo entrego. — Aquí tienes. — Yo se lo arranche con una mano de forma brusca, la verdad que esta situación me cabrea bastante.
— Gracias. — Dije entre dientes y con molestia, iba a irme, hasta que me hablo.
— Te mereces una recompensa. — Escuche su voz, estaba media coqueta, y al ver de reojo a este hombre, lo vi mirando me con una cara algo... pervertida... que me incómodo, ¡MALDITO PERVERTIDO!
— Mi única recompensa sería que usted se valla. — Molesto, era el estado de animo que tenía en estos momentos.
— Mmmh, lamentablemente eso no se va a poder, ¿No prefieres otra cosa? — Se acerco un poco a mí, volviendo a estar enfrente de mí.
— Tsk, para nada, ¿Aparte, que me daría usted?
— ¿De verdad lo quieres saber? — Pregunto coqueto.
— Solo valla al grano, ya tengo suficiente con tener un profesor de Literatura como para reprobar su maldita materia, hable de una puta vez.
— Bien, tu lo pediste. — Acerco su rostro al mío, para eso se tuvo que inclinar un poco hacía adelante, sus ojos se encontraron con los míos otra vez, y volví a sentir esa sensación de falta de control sobre mi cuerpo, intente alejarme, pero no pude, literalmente estaba sudando frío por la cercanía, mi respiración chocaba con la suya, mi rostro de pronto se empezó a tornar del mismo color de sus ojos hasta mis orejas, mi aliento lo sentía acelerado, mis latidos aumentaban en cada segundo que contemplaba sus ojos, era como un Bum, Bum desenfrenado que aumentaba su ritmo, mis ojos se comenzaron a dilatar un poco, estaban casi temblando, solo fue cuestión de tiempo, y comencé a sentir su labio superior tocar el mío, y su labio inferior rozaba mi labio inferior, acercaba sus labios a los míos lentamente, hasta que terminaron unidos en un beso, mis ojos se abrieron como platos al sentir los labios de mi mayor... ¡DE MI PROFESOR!
Sus labios se movían con los míos en un baile lento, nuestros ojos estaban más que abiertos, contemplando la mirada del otro, no solo nuestros labios querían dominarse, nuestras miradas también, el aire se me comenzaba a terminar, sentí que mordió mi labio inferior levemente, solté un leve jadeo en su boca, y con eso lo jalo un poco mientras lo chupaba hasta que me soltó el labio, terminando el beso, ni bien me soltó el labio por fin pude moverme y me aleje rápidamente de él mientras mis manos me tapaban la boca sin que mis ojos dejarán de mostrarse sorprendidos, ¿¡QUÉ LE PASA A ESTE TIPO!?
— ¿Sabes algo Muto?, eres mi alumno Preferido. — Me sorprendí y sonroje al mismo tiempo. — Aún te queda tiempo para hacer el trabajo, así que da prisa. — Sus palabras me helaron, pero solo seguí sus ordenes y salí corriendo del aula a toda prisa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro