Me encuentro en mi casa otra vez, tengo mi puerta con seguro y a mi papá en el trabajo, ahora puedo tener un momento de paz para mí solo, uno en el que pueda pensar en todo lo ocurrido hoy, y enumerar lo importante que ocurrió.

Primero

Ese beso, no puedo evitar arrastrar mis dientes por mis labios, sintiendo como se pusieron suaves ni bien sentí solo un leve roce de los labios contrarios de aquel hombre, mi boca aparte la siento más jugosa que antes, como si me hubiera pasado su sabor con solo un toque, un roce, y todo en un momento de tristeza bajo esa lluvia que empapo más mi ropa que mis mismas lagrimas invadiendo cada rincón de mis mejillas, como si estuviera sacando el mismo dolor por mis ojos, como si el dolor se hubiera convertido en unas aguas salinas que quieren abandonar mi interior y que termine de desahogar mi sufrimiento, pero ese sufrimiento se detuvo con solo sus dulces labios, esos labios se volvieron un recuerdo en mi mente, algo que me marco, convirtiéndose en un recuerdo importante en mi memoria.

Segundo

Aquel "Accidente", que tuve con el profesor Sennen, fue algo extraño, sentir sus manos marcando su camino por mi torso, hizo que mi cuerpo se prendiera, una pequeña llama que mis recuerdos tienen como una grabación valiosa, la cual esta rayada, porque aquella grabación mental se repite y se repite en las partes más fogosas de esa nueva experiencia, y ese calor se detuvo convirtiéndose en hielo, y todo porque al separarme de él sentí sus colmillos raspándome cerca del cuello, aun me arde un poco esa zona lastimada, pero no es para quejarme.

Tercero

El ver que Mayu estaba por ser mordida por ese sujeto me causo pavor, ella sabía perfectamente en lo que se estaba metiendo, y aun así, casi sacrifica su alma, Joey y Trìstan no me creyeron, pero Mayu me ayudo, y por mi culpa, le hice experimentar al mismísimo terror en carne y hueso, y todo iba a ser resumido con solo una mordida, y esa mordida se iba a volver en una condena para su alma, y pronto la mía seria la siguiente, si el profesor Sennen iba a morderme significa que soy su siguiente presa, y aunque logre sacarlo de la preparatoria de qué me serviría, eso le daría más tiempo de venir a por mí y chupar la sangre de cada rincón de mi cuerpo.

Y si me pongo a pensarlo bien, después de lo ocurrido ayer, tal vez provoque más humillaciones hacía mí y se pondría a molestarme cada vez que se le antojará.

Así que por el momento lo mejor sería dejarlo conservar su empleo, y que me aleje de él mantendría mi cuello a salvo de esos dientes.

Pero de mientras debo también vigilarlo, si un alumno o alguien más se le acerca, el profesor terminará más lleno de sangre que un mosquito después de un par de picaduras.

Clavarle una estaca seria una buena opción para terminar desasiéndome de él pero, no me creo capaz de matar a alguien, soy rebelde no asesino.

Me distraje.

Escuche unos leves golpes en la puerta de mi cuarto, eso me saco de mis pensamientos, y solo pude prestar atención al portador de la voz que se encontraba detrás de mi puerta.

— ¡Yugi! — Me llamo, yo me sorprendí, era mi papá. — No me gusta que te distancies de mi por querer ocultar tus secretos, ¿Acaso no confías lo suficiente en mí? — Pregunto, abrí mis ojos un poco al escuchar esa pregunta, ¿A qué punto quiere llegar?

— No es que no confié en ti papá, es que... esto es algo personal, que no quiero contárselo a nadie es todo. — Mi cuerpo se removió en mi cama, hasta darle la espalda a la puerta, dándole mi visión a la ventana que se encontraba enfrente de mí contemplando el color gris que cubría el cielo.

— Yugi. — Me volvió a llamar.

— ¿Qué pasa? — Pregunte serio.

— Lo siento. — ¿Se disculpo? — No quise incomodarte, o que nuestra conversación nos separe, solo quería ayudarte, cuando hablamos de los profesores a los que corres te pones muy sensible, y como tu padre debo estar pendiente de ti y protegerte, pero sino me dices lo que te pasa no puedo hacer nada. — Me quede callado un momento, pensando en lo dicho por mi mayor, tenía razón, pero...

— Te lo agradezco papá, pero creo que lo mejor será que lo deje así, de todos modos eso no serviría de nada, quedo en el pasado, y no me paso nada para mi suerte.

— ¿De qué cosa estas hablando? — Me volvió a interrogar.

— Papá por favor, no quiero hablar más de esto, no te seguiré evitando si es lo que quieres, pero no hagas las cosas más difíciles. — Finalice.

— Suspiro pesado. — Esta bien hijo, te llamaré cuando la cena este lista, ¿Bajas, si?

— Si.

Sus pasos sonaron por las afueras de mi habitación, hasta que ya no los escuche más, entiendo que mi padre se sienta preocupado por mi conducta, pero eso ya quedo atrás, y aun que quisiera actuar ahora, no serviría de nada, solo me queda tratar de olvidar lo ocurrido en mi infancia, eso es lo mejor.

***

Caminar hacía la escuela es más tranquilo, aún era muy temprano y me encuentro caminando por las calles de Bran de forma pacífica, las calles están más calladas cada día de cada mañana, es lo agradable de vivir por estos rumbos, esta tranquilidad es inmensa, y me relaja el cuerpo por completo, el viento me remueve un poco los mechones, el aire se encontraba tibio, lo que me da la señal de que pronto saldrá el sol por la tarde, así cambiará este feo cielo gris, a uno celeste y brillante.

En la cena de ayer en la noche mi papá no me pregunto nada más de lo que no quería hablar, y solo conversamos de como le fue en el trabajo y como me fue a mi en el colegio, obviamente le censure todo lo ocurrido con el profesor Sennen, y así continuamos la cena hasta que nos fuimos a dormir, eso me quita un peso menos del que quiero preocuparme ahora.

Mi mente invadía mi atención, que no me di cuenta de que me tomaron del brazo y detuvo mi andar.

— Vaya, ¿No esperaba encontrarme de nuevo contigo Muto?, pensé que ya te habrías mudado después de lo sucedido hace unos años.

¿Qué?, por favor... no él.