Capítulo 49
Kyojuro acomodó el nudo de tu corbata ajustándola de manera correcta, al terminar se inclinó y te dio un piquito en los labios, antes de que se alejara por completo lo tomaste de la mano.
—Quiero darte algo... —murmuraste apenada desviando la mirada.
—¿Qué es?
La mirada del mayor se posó sobre ti, hay una sonrisa en su rostro esperando a que continúes hablando o que hagas alguna acción, soltaste su mano con cuidado y caminando hacia el buró te agachaste al llegar, abriste el último cajón y sacaste una pequeña cajita de ahí. Quitaste el anillo, volviste a levantarte para regresar donde tu pareja.
—Es probable que hoy Kirari me reclame —reíste. —Pero sólo quédate esto y no digas nada... Evitará algunos problemas más.
No sabes que tan atrevida estás siendo, tu corazón va tan rápido que te sientes muy nerviosa. Sujetaste la mano de Rengoku y con el anillo entre tus dedos, se lo colocaste. El rubio se quedó callado, observó su mano y de su boca salió una risita, te rodeó con sus brazos levantándote para darte una vuelta en el aire. Una vez te dejó en el piso, besó tus labios con suavidad, acariciando tu cabello en el acto, se alejó para poder abrazarte.
—Te pusiste muy alegre —comentaste correspondiendo.
—¡Pues claro!, ¡Por el momento esto será algo simbólico, pero espera unos meses más y tendremos unos de verdad!
Ocultaste tu rostro en su pecho, tu cara se puso roja; la manera en la que desliza sus dedos por tu cabello, la calidez de su cuerpo, su aroma tan agradable y ahora el hecho de que se note tan animado hace que no quieras apartarte de él. Cerraste los ojos sintiéndote protegida envuelta en su cobijo, casi como si se tratara de un sueño, pese a esto él tuvo que separarse así que todas esas sensaciones si bien no desaparecieron por completo, se hicieron más leves que hace un momento. Suspirando volviste a abrir los ojos, aunque deseas que sigan abrazándose por más tiempo, quien se siente mal de no hacerlo es Kyojuro; está controlando todos sus impulsos y pensamientos, se encuentra feliz por lo que le diste, también le gustó la expresión en tu cara al intentar buscar las palabras correctas para no revelar tus verdaderas intenciones.
Detrás de una sonrisita tierna ocultó sus ganas de faltar al trabajo, y que los dos se queden juntos, está consciente de lo malo que puede resultar para los dos; aún así le encanta cuando le das cosas de esta manera, como las anteriores veces donde le has dado flores.
—El tiempo irá lento, pero, ¡seré paciente sólo por ti! —exclamaste con su misma velocidad.
—Fue por esto que saliste ayer, ¿verdad? —cuestionó. —Lo mantuviste como una sorpresa, pero me queda bien.
Tu cara se calentó, bajaste la mirada al recordar lo vergonzoso que fue comprarlo, tus manos ocultaron tu sonrojo; una risita salió de la boca del mayor.
—¿Entonces debo adivinar?
Tomó tus muñecas con cuidado, las apartó para poder mirarte a los ojos, una de sus manos apoyó tu mentón sobre sus dedos e hizo que lo vieras; sus palabras sólo hicieron que te pusieras más rojo.
—¿Sabes lo bochornoso que fue llegar con un anillo de juguete para pedir uno de la misma medida?... —desviaste la mirada.
El rubio no pudo contener su risa, a su parecer la expresión que pusiste fue demasiado tierna, te soltó para volver a tomarte entre sus brazos, frunciste el ceño haciendo un puchero, volviste a esconder tu rostro en su pecho; no se está riendo para molestarte, a pesar de eso te sientes muy apenada. Hoy lo notas más emocionado que otros días y es imposible no pensar que la razón es por el anillo, desde que lo pusiste en su mano el brillo de sus ojos creció, todo él se ve más radiante desde hace unos minutos.
—¡Eres realmente linda! —exclamó. —Te amo mucho, _________.
Tus labios se curvaron hacia arriba al escucharlo, imposible no sentirse cómoda con él.
—También te amo, Kyo.
Antes de que los dos tomaran distancia, Rengoku dejó un beso en tu frente y otro en tu coronilla.
—¿Te llevo el almuerzo? —preguntaste tomándolo de la mano. —Le pediré a Uzui que te lo entregue.
—¡Si gustas y tienes tiempo está bien! Yo me iré ya, nos vemos al rato, dulzura.
Sostuvo tu mano acercándola a él, sus labios rozaron el dorso de la misma para después hacer una leve presión dejando un beso en ella. Kyojuro se despidió porque si seguía ahí la idea de quedarse junto a ti terminaría apoderándose de él.
Más tarde terminaste de preparar el bento, como la anterior vez que lo hiciste tuviste que tomar un taxi, la única diferencia es que en esta ocasión si desayunaste. Luego de pagar tomaste tus cosas y saliste, sujetaste el bento caminando hacia la entrada del colegio, vas con tranquilidad; olvidaste por completo a Kirari y las cosas que tu pareja le dijo, verlo tan contento hizo que te pusieras igual, por ello dejaste de pensar en el problema que puede ser aquella chica.
—¡Tú, ________! —volteaste hacia la dirección en que escuchaste la voz.
Un suspiro salió de tu boca, perturbó por completo toda tu calma, desviaste la mirada de ella y seguiste caminando. Se acercó corriendo a ti, iba tan rápido que al frenar casi te tira, frunciste el ceño sujetando la caja del bento.
—¡Me traicionaste! Espera... ¡No!, ¿cómo diablos sucedió?, quería ir a verte a casa y que me explicaras, pero tampoco mencionaste donde vives —comenzó a quejarse.
Te quedaste callada, seguiste caminando.
—¡Hazme caso!
Respiraste profundo.
—¿Qué necesitas?
—¡Yo creí que éramos amigas!, ¿cómo diablos comenzaste a salir con el prof...?
Le tapaste la boca antes de que terminara de hablar, ella arqueó una ceja al verte de esa manera, intentas ocultar tu molestia.
—Entonces es verdad... —murmuró una vez pudo hablar. —¡Tú! Él dijo tener una esposa, tú...
—No estoy obligada a responder nada, Kirari, tampoco te llamé mi amiga, ni a ti ni a las demás, quizás soy algo ruda con mis palabras, pero tú estabas de insistente con alguien que... Dejemos de lado su compromiso, ni siquiera lo conoces bien y las demás chicas, pues... Mio fue grosera al literalmente secuestrarme para acompañarlas, ni siquiera me dejó despedirme de Shinobu.
—Así que esa es la razón por la que sentía que me entendías... Por eso te veías rara cuando hablabamos de él, te molestaba, ¿verdad? Dijo que no tendría nada conmigo por ser joven, ¡sólo soy un año menor que tú! Aún así tuvo el descaro de decir ese tipo de cosas.
—Ren... No, él es alguien que sabe lo que hace, Kirari. Esta es la diferencia que hay entre las dos, yo no lo busqué deseando saciar mi obsesión y fantasías, ni me estoy portando de manera infantil en este momento.
Tus palabras fueron como mil puñales para ella, frunció el ceño con enojo, se acercó a ti, estiró sus brazos y te empujó. Apoyaste tus pies en el piso antes de caerte, ¿por qué está tan enojada? Se sintió tan herida por la verdad de tus palabras que su furia se reveló. No quieres pelear, ni siquiera está en tus planes hacerlo, pero la castaña parece estallar en cólera, lo notas en su mirada; parece estar igual de enojada como si un familiar o alguien demasiado cercana a ella traicionara su confianza, te hace sentir intranquila el solo mirarla.
—¡Intenté hacerme tu amiga para que me ayudaras a acercarme a él! Es injusto lo que hiciste.
—Baja la voz...
—¡V-voy a acusarlos a los dos!
—El director ya lo sabe, habló con nosotros, mi familia también lo sabe... Kirari eres buena chica, por favor, abandona esos pensamientos y desiste de tener algo con Rengo...
Se acercó a ti de una manera no muy linda, tu sentido de peligro se activó, te diste la vuelta comenzando a correr; los demás alumnos en el lugar las vieron raro, no sólo porque comenzaron a correr de repente sino que los gritos de la joven sumaron muchas miradas hacia ustedes. Estás más concentrada en huir que en la gente que te encuentras en el camino, Yuu te saludó, pero ni siquiera le prestaste atención, Shinobu se encontró con este y entonces los dos se unieron a la persecución.
Todo terminó cuando chocaste con alguien, al verlo una gota de sudor frío bajó por tu sien, tragaste saliva haciendo una reverencia tras otra mientras te disculpas.
—¡De verdad lo siento, Shinazugawa-san! Estaba huyendo de...
—¡_________ tenemos que hablar! —volvió a gritar Kirari interrumpiendote.
—¿Qué carajo les sucede a ustedes dos? No es el comportamiento que deban demostrar, mucho menos tú ________ que nunca te metes en problemas. ¿Por qué estaban corriendo?
—¡No sucedió nada es sólo que-!
—¡Ella es una maldita mentirosa, traicionera e hipócrita! —se quejó.
—De verdad no hice nada malo —miraste con suplica al de ojos amatista. —Kirari se enojó conmigo porque la rechazaron y me pone como la culpable.
—¡Es porque lo eres! Sabías que me gustaba, y al final eres tú quien está saliendo con él... Sabrá Dios que habrás hecho para que te hiciera caso, solo finges ser una mosquita muerta y...-
—Cállate, esas no son palabras que le debas decir a tus compañeros. Al parecer eres incapaz de resolver bien los problemas, las llevaré con su tutor para que puedan hablar al respeto de esto, será mejor que lo resuelvan rápido o llegarán tarde a mi clase.
La de puntas moradas observó detrás de una pared, frunció el ceño cuando vio a las dos alejarse junto a su profesor. Tomó a Yuu de la mano e hizo que la siguiera, el par caminó detrás de ustedes hasta llegar a la sala de profesores, antes de entrar te diste cuenta de la presencia de tus amigos, Shinobu se acercó por las señas que le hiciste y tomó la caja de bento de tus manos, se quedaron afuera esperando. El chico miró a la azabache queriendo saber que sucede, ella buscó la manera de explicarlo de una forma que pudiera entender sin saber la demás historia, de paso ideó un plan para poder sacarte de ese problema.
—Rengoku —el peliblanco llamó la atención del rubio.
Parecía estar acomodando unas cosas para su próxima clase, giró para ver que es lo que sucedía y la sonrisa que tenía en el rostro desapareció al verte.
—Estas dos estaban corriendo, la que está al lado de _________ no paraba de insultarla, al parecer hubo un conflicto entre las dos. Haz que lo arreglen pronto o llegarán tarde a mi clase y les bajaré puntos.
Fue lo único que dijo antes de salir, él les hizo señas para que se acercaran, se sentó mirándolas con atención.
—¿Qué sucedió? —Preguntó siendo comprensivo.
En su tono no hay molestia de ningún tipo, te quedaste callada puesto que de cualquier manera, Kirari hablaría antes.
—¡Ella sólo te engatusó!
Por fortuna en la sala no se encuentra nadie más que ustedes y Tomioka... Pero bueno, es Giyu, no sabe nada, así que no va a entender su plática. Los ojos de la castaña fueron a dar al anillo en la mano de su profesor, las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, se ve enojada, no está triste. El azabache ignoró la presencia de ustedes, siguió comiendo su chocolate como si fuera el único en el lugar.
—Hoko por favor recuerda lo que dije, tus sentimientos son pasajeros, déjalo a un lado y busca algo mejor.
«No la culpo, algo mejor que Kyojuro no existe...» pensaste mordiendo tu lengua para no decir ninguna tontería.
Tomioka sintió incomodidad, se levantó de su silla y salió como si nada.
—¿Algo mejor dice? Puede que no lo conozca mucho, pero dudo que haya demasiada diferencia en como trata a todos —soltó.
—Creo que estás siendo muy irrespetuosa, Kirari, tranqui...
—Tú no digas tonterías, ________, estoy aquí sola sin Mio ni las demás porque por un momento creí que era mentira lo que había escuchado, pero siento repulsión por ti.
—¡Kirari Hoko! —el profesor exclamó con el ceño fruncido. —Por favor controla tu vocabulario o me veré obligado a bajarte puntos en la materia.
—¡Eso es injusto!
La manera tan autoritaria en que tu pareja habló te sorprendió, tus ojos se abrieron al escucharlo, se escucha molesto, no enojado, quizás está frustrado de todo lo que ella está diciendo.
—Para nada, señorita. A usted no debería de importarle la vida personal de sus profesores y tampoco debería tener sentimientos por ellos, la relación que tengo con _________ no le concierne, ni debería de interesarle. Ahora, estás hablándome con mucha confianza, te voy a pedir de favor cuides más tus palabras al hablar con una figura de autoridad, ten más educación.
—¡Voy a hablar con el director sobre esto! Y les diré a todos...
Ella salió de la sala sin decir ninguna otra palabra, miraste con pena a Kyojuro, hiciste una leve reverencia mientras de tu boca salía una disculpa.
Cuando Kirari salió se encontró con tu amiga, Shinobu le ofreció una sonrisa amigable y aterradora a la vez, parece estar calmada, pero de tan solo verla es posible sentir un terror increíble. El enojo de la joven no fue suficiente ante la presencia de la azabache, ni siquiera la diferencia de altura entre las dos ayudó a que no se sintiera intimidada. La de puntas moradas tomo a la castaña del brazo, comenzaron a caminar juntas.
—Me veo obligada a tener esta plática contigo, Hoko-chan... Realmente no quería.
La normalmente dulce voz de Kocho salió quebrada como un susurro, como si tuviese pena de lo que va a decir después. La otra chica se quedó callada sin saber que decir.
Suspiraste una vez estuviste afuera de la sala de profesores, ese fue un momento demasiado estresante. Miraste la hora en el reloj en tu muñeca, quedan solo un par de minutos para que empiece la clase y no quieres llegar tarde. A lo lejos te encontraste con la del broche de mariposa caminando junto a Kirari, decidiste ignorarlas y llegar temprano a clase, Sanemi sonó muy severo cuando mencionó lo de los puntos, a pesar de que pareció entender que tu no hiciste nada también pudo haberse molestado contigo. Dejando de lado como puedes sentirte tú, te preocupa que ese momento haya sido demasiado estresante para Kyojuro y lo que resta de su día.
Llegaste a tiempo a tu salón, no obstante, Kirari tardó más que tú.
Transcurridas algunas horas, Uzui volvió a la sala de profesores luego de terminar su clase, no tiene mucho que sonó el timbre indicando que la hora de almorzar comenzó, así que también va a aprovechar el momento para entregarle a Rengoku el bento que hiciste. Al entrar se encontró con algunos de sus compañeros, lo normal es que Kocho, Tomioka, Sanemi y Kyojuro estén en el lugar, pero esta vez se les unió Iguro, saludó al entrar y se acercó al escritorio de su amigo.
—Deberías decirle a tu chica que no soy un recadero —bromeó dejando la caja con comida en frente suyo.
—¡No, pero eres muy buena persona al aceptar estas cosas! —elogió a su amigo regalándole una sonrisa.
—Hombre, es lo único para lo que me habla. Yo que soy confidente de los dos, ¿no puede tenerme siquiera una pizca de confianza?
—Creo que tu profesión correcta habría sido actuación en lugar de ser maestro de artes —comentó Iguro levantándose mientras toma unos papeles.
—Si me disculpan iré a comprar algo —Sanemi se levantó de su silla y salió.
—Yo tengo que ir a entregar esto, con permiso —Obanai le siguió.
El peliblanco suspiró, se sentó en su lugar y sacó su celular comenzando a revisarlo.
—Oye, Rengoku —llamó la atención de su amigo.
—¿Sí?
Cuestionó abriendo la caja del bento, dejó la tapa a un lado, y acomodó los palillos entre sus dedos para comenzar a comer esperando a que su amigo continúe hablando. «¡Esto está delicioso!» pensó comiendo más rápido.
—Deberías pasarme el número de ___-... De tu novia.
El rubio casi se ahoga y no por comer como si estuviera apresurado, sino por la tontería que dijo su amigo, no por lo de tu número, es porque casi dice tu nombre. Kanae como hermana de tu mejor amiga pudo reconocer de quien hablaba el peliblanco, se sintió confundida y no pudo evitar preguntar.
—¿Estabas por decir el nombre de ________? —interrogó.
Ahí fue cuando las piezas del rompecabezas se unieron, por fin pudo comprenderlo.
—¿E-ella es la novia de Rengoku-san?
Los ojos dorados de Kyojuro le dieron una mirada fulminante a Tengen, este se puso nervioso al no saber resolver el aprieto en el que metió a su amigo. Aunque se ve molesto con Uzui, las mejillas del rubio se ruborizaron, pudo haber aceptado que cualquier otra persona lo supiera, pero Kanae es hermana de Shinobu y quizás le pregunté después si también lo sabía. Intentando librarse del lío en que se metió, el de ojos fucsia se vio extrañado por la inmensa calma en el semblante de Tomioka.
—¿Tú ya lo sabías o por qué tan tranquilo?
Las primeras cuatro palabras de su pregunta fueron la confirmación a la cuestión de la Kocho mayor.
—Los he visto juntos en distintas ocasiones, desde hace un tiempo —respondió con tranquilidad.
—¿Le contaste a él también? —se quejó mirando al de puntas rojas.
Negó.
—Realmente me sorprende como es que los demás aún no se han dado cuenta, es muy obvio por la manera en la que se miran —confesó. —Aún más por la tontería que dijiste el día del festival.
—Debo admitir que estoy sorprendida... —comentó Kanae suspirando. —¿Por qué no dijiste nada, Tomioka-san?
—¿Por qué lo haría? Nadie me preguntó, así que no tenía motivos para hablar.
Pobre de Rengoku, él sólo quería disfrutar con normalidad de la comida que hiciste para él. Terminó avergonzado mientras hablan de ustedes dos, discutiendo sobre si en verdad se nota que son pareja o es porque ya lo sabían. Encima notaron el anillo que trae y también comenzaron a hacerle preguntas sobre ello, el resto del día fue lo mismo con algunos alumnos que se dieron cuenta de ello, pudo darse cuenta de como algunas chicas de tu clase murmuraron cosas sobre el mismo anillo, te miró mientras pensaba en lo de la mañana; suspiró, en algún momento sus miradas se cruzaron y causaron un sonrojo por parte de los dos.
Al terminar las clases Shinobu fue a buscarte de inmediato, la encontraste esperando a fuera en la puerta, Kirari ni si quiera les dirigió la mirada al salir, aún así las dos no habían ido a ningún lado y seguían paradas en el mismo lugar; por lo menos hasta que salió el profesor.
—Rengoku-san —él sonrió al verlas. —Sólo actúe normal, _______-chan no regresara a casa esta noche, se quedará a dormir conmigo.
—¿Qué?
—¡Está bien, chicas! Si eres tú Shinobu tengo total confianza de que ella estará bien.
A decir verdad quería pasar la noche contigo, pero tampoco podía negarte la salida con tu amiga, no tiene derecho alguno. Respiraste profundo al ver la expresión de los dos, tú tampoco vas a negarte, ya casi no pasas tiempo con ella más que en el almuerzo y algunos fines de semana.
—Una cosa más —se detuvieron antes de irse. —________, necesito que empieces a buscar las universidades donde quieras estudiar. Pronto hablaremos de ello, que no se te haga pesado en ese momento, ¿está bien?
Asentiste sonriendo, «un problema más a la lista...». Fue extraño despedirse sólo de palabra, es probable que si no hubieran estado en la escuela se habrían dado un beso y un abrazo. Miraste a tu amiga esperando una explicación.
—Hoko es muy terca, ¿sabes? Quizás logré que no diga nada, pero es probable que los siga molestando.
—¿Cómo hiciste eso?
—Bueno cuando tienes buen historial todo es posible —rió.
—Dime el truco, por favor —reíste también.
—Me niego, los dos realmente parecen ya estar casados —murmuró. —¿Ese anillo se lo diste tú? Sé más discreta si no quieres que nadie se entere, Kyojuro se vio rebosante de felicidad y explicó con más pasión cuando dio clase en mi salón.
Una risita nerviosa salió de tu boca, no supiste que responder, pero también lo notaste.
—¿Paso por ti al trabajo? De paso quiero comprarle algo a Kanae.
—¡Dime que quieres y te lo tendré preparado!
La de puntas moradas sonrió.
El maestro de historia se dirigió a la sala de profesores para dejar algunos papeles, suspiró, ahora él es que no sabe que hacer lo que resta del día. Abrió la puerta y entró, sigue feliz por el regalo que le diste aunque hubiese querido agradecerte de una manera correcta, pero que mejor que disfrutes de estar con tu amiga; tal vez mañana en la noche cuando vuelvas hará algo para recibirte. El lugar está vacío, pero de igual manera están las cosas de algunos de sus compañeros, alguien tocó la puerta y luego entro; los ojos de Kyojuro fueron a dar a la figura de la castaña con la que tuviste problemas en la mañana. Volteó hacia ella viéndola de frente y se cruzó de brazos.
—¿Necesitas algo, señorita Hoko? —la cuestionó.
Ella no dijo nada, dio algunos pasos hasta quedar algunos centímetros de él.
—¿Qué fue lo que hizo _________ para lograrlo? —apretó sus puños bajando la mirada. —Ella fue con quien usted se casó en el festival, a eso se debía todo el ruido, ¿verdad?
—No hizo nada.
Respondió a la primera pregunta, Kirari subió la mirada, arqueó una ceja al no entender la respuesta de su profesor; ¿cómo lograron ser algo si ella no hizo nada? Se preguntó.
—¿Cómo que no hizo nada?, Yo me he esforzado en su materia todo este tiempo, buscando su reconocimiento ¿y... _______ no ha hecho nada?
—¿Por qué te sentirías enojada por eso? Soy tu profesor, Hoko, no alguien cercano a ti o que busca una relación contigo. Sólo me encargo de darte conocimiento.
—¿No es lo mismo con _________? Comienzo a creer que de verdad lo engatusó esos días que usted la ayudó a estudiar. Rengoku-san eres alguien que respeta su trabajo y a sus alumnos, ¿de verdad _______ no hizo nada?
Tú no hiciste nada. Kyojuro comenzó a sentirse cómodo contigo cada tarde que se reunían, a veces no solo hablaban de temas de historia, solías contarle algunas cosas sobre ti y él comenzó a hacer lo mismo. Sus sentimientos cambiaron con el tiempo, consiguieron tener tanta confianza esas tardes que ya se podían considerar amigos, lo demás ya es historia. Tú realmente no hiciste nada, Shinobu entregó las cartas a escondidas, tú solo seguías viéndolo puntual en la biblioteca o se quedaban en el aula, mantuviste tu esfuerzo en subir tus calificaciones; el sentir de Kyojuro fue el primero en cambiar, negó mucho el amor que sentía debido a que no podía aceptar haberse enamorado de una alumna, pero tú no hiciste nada.
Él propuso estudiar juntos después de clases, él te dio su número, él te invitó a tener una cita en secreto bajo la excusa de ir a un museo, y por supuesto, él fue el primero en besarte.
Lo único que hiciste tú fue declararte de manera indirecta.
—No es así, Hoko, yo tengo mis razones para estar con ella, y no son cosas que deba explicarte a ti.
No está molesto, su tono es tranquilo tal vez no tiene la misma energía de siempre, pero está intentando explicar las cosas de la mejor manera posible.
—¿Le ofreció su cuerpo, se acostó con usted? —frunció el ceño. —¡Algo debió de haber hecho! Usted dijo que soy joven, pero sólo hay un año de diferencia entre ella y yo, ella no se ve como una mujer adulta.
—¡Hoko! —el rubio exclamó con fuerza.
La castaña retrocedió un poco al escucharlo.
—No voy a permitir que hables así de una de tus compañeras, y no porque se trate de _________. Debes de respetar si quieres que te respeten, no voy a explicar nada más ni soportar tus quejas. Tú no me interesas, tampoco vas a llegar a interesarme, no esperes salir con alguien mayor teniendo un comportamiento tan infantil como el tuyo. Mañana cuando el director llegue me vas a acompañar con él, y vamos a contarle todo lo que hiciste el día de hoy.
La chica respiró profundo, está más que furiosa por las palabras tan directas e hirientes que su profesor dijo, tragó saliva, bajó la mirada pensando en que hacer.
—Ahora, sí esos es todo, me paso a retirar.
El rubio también suena molesto, no puede soportar escuchar que digan cosas así de ti sin conocerte desde antes, son quejas sin fundamento o sentido. Tomó sus cosas luego de acomodar los papeles que había ido a dejar, pasando por un lado de Kirari se dirigió a la puerta, no obstante antes de abrirla; volvió a voltear ya que sintió la mano de su alumna en su brazo.
—¿Necesitas algo más? Podemos hablarlo mañana, debo volver a casa.
Está algo irritado, no quiere escuchar más cosas que provengan de su boca, no más.
—Puedo intentar hacer lo mismo que ella... Aún soy virgen —comentó con pena —puede hacer lo que quiera con mi cuerpo, yo...
—Estás reprobada en mis materias.
Antes de que Rengoku abriera la puerta, se puso en frente de él, lo tomó por la fuerza y lo besó de la manera más tonta posible, el mayor la sujetó por los hombros alejándola al instante de él.
—Y es posible que también te expulsen —agregó.
Kyojuro sacó su celular, mientras camina buscó tu contacto para poder llamarte, no iba a decirte para no preocuparte y que pudieras trabajar bien, pero quiere explicarte lo que sucedió antes de que Kirari mienta. Tardaste en responder pues estabas llegando saliendo del tren, una sonrisita apareció en tu rostro al leer que se trata de tu pareja, no obstante, al escuchar su tono de voz te preocupaste de lo que pudo haber sucedido y creíste las peores cosas.
Los dos hablaron caminando, los latidos de tu corazón se aceleraron al escuchar el final de la historia, no fue por nada más que enojo. El volumen en el que habló tu novio no te gustó para nada, sonaba triste e incluso llegó a murmurar algunas palabras porque no era capaz de decirlas. Después de lo que te contó, lo único que dijiste fue "no te preocupes por nada, cariño, nos vemos al rato en casa, ¿está bien?". No le diste tiempo de responder ya que colgaste, de inmediato le mandas un mensaje a Shinobu; "sigues en la escuela, ¿verdad? Consigueme la dirección de Kirari, no preguntes porqué y no podré quedarme contigo en la noche".
Debido a la urgencia del momento, cuando la de puntas moradas leyó tu mensaje, salió de su club poniendo una buena excusa y buscó a su hermana para que le ayudara, también dándole una buena excusa.
Te sentaste en una banca en la acera, te diste un par de palmadas en las mejillas, media hora después te llegó un mensaje de tu amiga con la dirección de Kirari. "Creo que ya se fue, hace 15 minutos alguien pasó a recogerla, supongo era alguno de sus padres, pero de que fue a casa, fue a casa".
Tomaste un taxi para que te lleve a su dirección mientras le escribes un mensaje a Hana diciéndole que vas a tener que faltar debido a algunos problemas, fue tan comprensiva como siempre. Pagaste el taxi una vez estuviste en frente de la casa de la castaña, respiraste profundo antes de tocar el timbre, ella salió y frunció el ceño al verte.
—¿Qué haces aquí y cómo sabes dónde vivo?
—¿Por qué le dijiste todas esas cosas a Kyojuro?, ¿qué querías lograr diciendo cosas tan vulgares como si fueras una meretriz?
—¿Qué es eso?
—Una forma elegante de decir mujerzuela.
—¿Qué fue lo que te dijo?, ¡Yo no le dije ninguna vulgaridad! Aparte no me mientas que de seguro tú también hiciste algo así.
—Déjame hablar con tu madre —te cruzaste de brazos.
—Ella no está.
—Entonces llama a tu padre.
—Tampoco está.
Rodaste los ojos, arqueaste una ceja. Recordaste las palabras que te dijo Shinobu.
—¿Entonces quién te recogió? —interrogaste.
—¿Cómo sabes?, ¿por qué diablos te interesa? No te lo diré, no tengo porque hacerlo.
—Te diré algunas cosas, no quiero que vuelvas a molestar a Kyojuro, ni siquiera quiero que te molestes en mirarlo. Él no es como los hombres con los que sales, Kyo es alguien respetable, ¿entendido?
El hecho de mencionar a más hombres fue una paranoia tuya, no estás segura y la idea sólo llegó a tu mente como un flash, usarla fue un arma de doble filo; su reacción sólo confirmó que estuvo bien confiar en tu instinto, se puso nerviosa frunciendo el ceño, tocaste una parte sensible de ella. Tu celular comenzó a sonar, pero lo ignoraste, Kirari desapareció de la puerta, te diste la vuelta para irte, pero viste como se acercó a ti corriendo con una jarra de agua en la mano, tiraste tus cosas a un lado antes de que te la aventara y te mojara, ibas a quitarte, pero aún así te alcanzó.
—¿Qué mierda te sucede?, ¡eres una infantil, Kirari, tú eres la mosquita muerta! —exclamaste.
Heriste aún más su ego, iba a darte una cachetada, pero te hiciste hacia atrás antes de que lo lograra, casi se cae encima tuyo.
—¡Deja de llamarme así! Tú fuiste quien me mintió, te consideré mi amiga.
—Ahora entiendo porque Mio y las demás están junto a ti, pero no parecen ser amigas realmente. Les compras cosas, ¿verdad? Con lo que esos hombres te dan, Kyojuro sólo era una de tus fantasías y caprichos, ¿me equivoco?
Tomaste tus cosas, comienza a darte frío. Viste tu celular con 5 llamadas perdidas de Rengoku.
—¡Deja de decir esas cosas sobre mí! No te interesa mi vida, Rengoku-san y tú son iguales, de verdad.
—Entonces con lo que Shinobu te... —una risita salió de tu boca. —No sé si tengas problemas familiares, pero creeme que estás yendo por el camino equivocado.
—¡Cállate! —se acercó a ti y te dio una cachetada.
Mordiste tu labio, no quieres rebajarte a su mismo nivel, tragaste saliva.
—¡Quieto que te largues! Vete de mi casa.
—De verdad estás tomando el camino equivocado, Kirari. No te considero mi amiga, pero te portaste bien conmigo... Necesitas ayuda, no está justificado lo que hiciste, aún así... ¡cuenta conmigo si no tienes a nadie con quien ha-...!
—¡Ya lárgate, _________!
Volver a casa teniendo el uniforme mojado te dio mucha vergüenza, volviste a pagar un taxi porque no querías que la gente te viera de esa forma, si bien tu falda no se mojó mucho, te dio pena entrar de esa manera al auto del chofer. Luego de salir y pagar te dirigiste al departamento, sacaste las llaves de tu bolsillo sintiéndote aliviada de que tu celular estuviera completamente seco cuando lo tocaste. Metiste la llave en la puerta y apenas sonó el ruido al abrirla, Kyojuro se apareció en frente tuyo, se ve preocupado y el sentimiento aumentó más al verte con el uniforme mojado.
—¿Qué sucedió, cariño?, ¿por qué no respondías mis llamadas?
Quitó el maletín de tus manos dejándolo en el piso, entraste y cerraste la puerta. Kyojuro se acercó a ti y levantó tu suéter para quitártelo.
—Debes cambiarte o darte un baño, ¿cuánto tiempo llevas así?, ¡puedes enfermarte!
Una sonrisita apareció en tus labios.
—Kyo, cálmate —dijiste una vez te sacó el suéter, tomaste una de sus manos.
—Voy a preparar el agua para que te bañes también buscaré ropa para que te pongas, pero quiero que me cuentes que sucedió.
Ibas a responder, sin embargo, sentiste ganas de estornudar; cubriste tu boca con tu antrebazo.
—Si sigues así vas a enfermarte, ________, debes de tener frío, cuentame después; vamos al baño.
Te tomó de la mano, dejándote en el baño se acercó a abrir las llaves de agua para regularla en una temperatura media, al quitarte el uniforme te abrazaste a ti misma al sentir aún más frío en que tenías antes. El mayor te invitó a pasar a la ducha, al sentir las gotas de agua tibia en tu cuerpo te relajaste, el rubio salió del lugar, fue a su habitación para poder buscar alguna prenda que te puedas poner al salir; también tomó una toalla, si pasaron algunos minutos mientras buscaba todo.
Regresó junto a ti, colgó la toalla.
—¿Necesitas algo más? —interrogó desde la entrada.
—Que dejes de sonar así de intranquilo, no pasó nada malo, solecito —le dijiste desde adentro.
Suspiró.
—Ven aquí, ¿me ayudas a lavarme el cabello?
Él entró, caminó hacia la duda, le diste la espalda y echó algo de shampoo en su mano, lo esparció por tu cabello y masajeó con cuidado. Si fuera alguna situación normal es probable que hubiera hecho alguna broma, tal vez te habría besado o algo por el estilo, pero verte de esta manera de verdad lo puso de nervios.
—También te estás mojando —comentaste una vez pudiste voltear. —Quita esa expresión, de verdad estoy bien.
—Te amo —sonreíste al escucharlo.
—También te amo —respondiste. —Termino de darme el baño y hablamos, ¿bien? Ve a cambiarte que te mojaste.
Salió de la habitación, te apresuraste a bañarte, volviste a estornudar, respiraste profundo esperando no enfermarte. Al terminar cerraste la llave del agua, saliste y envolviste la toalla alrededor de tu cuerpo, con la otra secaste tu cabello.
Tan pronto como dejaron de caer gotitas de agua de tu cabello, saliste del baño, fuiste a la habitación, tomaste la ropa que Rengoku dejó en la cama para ponértela. Volviste a poner la toalla en tu cabello, tras cambiarte fuiste a la sala donde se encuentra tu novio, se sentaste a un lado suyo, volteó a verte esperando a que digas algo. Giró hacia ti, extendió sus brazos y te tomó para sentarte encima suyo, atrapándote en un cálido abrazo.
—Shinobu me dijo lo que le pediste —confesó. —¿Qué fue lo que sucedió?
—Intenté dialogar con ella, al parecer toqué un tema sensible y se enojó más de lo que ya estaba —una risita salió de su boca.
—Amor, lo hubieras dejado así.
Te alejaste un poco para verlo, desviaste la mirada.
—No iba a quedarme sin hacer nada luego de lo último que dijo, no iba a dejar que pensara en ti como un hombre que acepta ese tipo de cosas, Kyo... Me da igual lo que digan de mí, pero no pueden portarse de esa manera cuando se trata de ti porque eres alguien digno de respetar.
El rubio tragó saliva, tus palabras le parecieron tan bonitas que aceleraron sus latidos, hizo que le miraras.
—Tú no eres menos que yo ni nadie, cariño. Si me vas a defender y estas situaciones pasan, déjalo de lado, bebé.
Tus mejillas de pintaron de rojo por la combinación de apodos que usó, negaste. Te acomodaste aún encima suyo y escondiste tu rostro en su pecho, el olor de su colonia inundó llegó a tu nariz, él deslizó su mano a lo largo de tu cabello. No sabes que responder, no tienes ni la más mínima idea de que decir, solo quieres disfrutar de su calidez, arropada en el sus brazos donde te sientes protegida.
—No me regañes —murmuraste.
El rubio rió, dejó de acariciar tu cabello. Subiste la mirada, frunciste el ceño haciendo un puchero, tomaste su mano para volverla a poner en tu cabeza.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó con un tono juguetón.
—No ahora, Kyojuro —le sacaste la lengua.
Volvió a reír.
—Ya, ya, eres muy tierna, cariño —besó tu frente. —¿Entonces no irás a trabajar?
—Le dije a Hana que tenía algunos problemas, ella dijo que los resolviera y nos veíamos mañana, ahora temo enfermar...
Te tapaste la boca antes de estornudar.
—Lo siento.
—No te preocupes —el rubio sonrió. —Pasemos la tarde juntos, imagino tampoco irás con Shinobu.
Negaste.
—¡Entonces me encargaré de consentirte y cuidarte! —exclamó con alegría. —Si quieres algo, cualquier cosa, pídemela.
Te quitaste de encima de él, sentándote a su lado apoyaste tu cabeza en su hombro.
—Quiero que te quedes a mi lado —tomaste su mano. —Y dime cosas bonitas...
Lo último lo susurraste con pena, el mayor tomó tu mano, la acarició con las yemas de sus dedos, comenzó a hablar diciendo cosas que te avergonzaron; no te quejaste pues tú lo pediste y te hizo sentir bien.
Insisto en que no sé escribir drama XD
Bueno, ahora sí me quedé sin ideas así que... Puede que la historia termine el martes, lamentablemente.
Me habían dado ganas de escribir otro lemon y dije nmmms, ya no XD alv
Pero bueno, espero les haya gustado, este también fue algo largo (6mil palabras aprox) ><❤
Quiero agradecer otra vez a aniexte por ayudar con las correcciones uwu.
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