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Capítulo 47

Kyojuro se tuvo que ir debido a que alguien le llamó por teléfono, suspiraste dándote algunas palmadas en las mejillas, cerraste los ojos sintiendo una total estúpida. «Debo dejar esos pensamientos de lado, ay... Sólo lo hice por celos» pensaste. Bajaste de piso y caminaste cerca del aula de Shinobu, se escucha como es que aún hay chicos "casándose", ibas a abrir la puerta cuando alguien apareció detrás tuyo; te asustaste aunque sólo resultó ser Mio, la amiga de Kirari.

—Que bueno que te encontré, ________-chan, venía a ver si aún quedaban anillos —abriste la puerta en cuando la escuchaste.

—¡Adelante!

Caminaste hacia otro lado, quitándote de la puerta para no estorbar.

—¿Estás ocupada? Espero que no, ven acompáñame —te tomó de la mano.

Las dos entraron.

Hay mucho menos gente que cuando llegaste, Shinobu se mantuvo en su papel de sacerdote, pero las miró de reojo mientras la pareja se estaba poniendo los anillos. Tu compañera iba a acercarse a tu amiga, pero la detuviste, le dijiste que deben de esperar a que ellos terminen, hizo un puchero y entendió tu punto. Una vez que aquellos dos se alejaron, ustedes se acercaron a la de puntas moradas, quien las recibió con una sonrisita.

—¿No llevamos ni un día y ya piensas engañarme? —cuestionó Kocho.

Reíste.

—No es lo que piensas, ella solo quiere saber si aún quedan los suficientes anillos. Kirari una de sus amigas-

—Nuestra amiga —te corrigió.

Negaste sutilmente.

—Kirari quiere casarse con alguien, así que Mio quiere saber si aún quedan anillos.

—¡Oh, claro! Quedan unos pocos, así que deberían traer a esa chica y su novio, amigo o lo que sea —movió la mano de un lado a otro.

—¿Vienieron muchas personas? —preguntaste con curiosidad.

—Así es, después de que te fuiste debido al ruido que hubo comenzó a llegar más y más chicos, pensamos que no tendríamos tanto apoyo ya que no hay nada afuera, y al lado de nosotros encuentras actividades más divertidas.

Explicó de manera con tranquilidad y de manera divertida, ibas a volver a hablar, pero la castaña te tomó de la mano, se despidió de Shinobu por ti; sacándote a rastras en el acto. Frunciste el ceño debido a lo maleducada que fue, tan siquiera te hubiera dejado hablar y pedir bien que se fueran. Un suspiro salió de tu boca, no querías decir nada, estás lo suficiente calmada para gastar tu energía en discutir. Llegaron hasta el aula donde estaba la comida, Kirari está sirviéndose un vaso de agua y soltándote del agarre de su amiga te acercaste a la chica.

—¿Me das un poco?

—¡Claro! —respondió tomando otro vaso.

—¡Debemos ir rápido a decirle a Rengoku sensei! —exclamó Mio.

Sujetaste el agua entre tus manos, la tomaste para no replicar nada, es extraño haber tenido un momento subido de tono con Kyojuro, y que ahora ellas se encuentren hablando de él. Sientes pena por ella, no has dicho mucho, pero intentas hacer que pierda esa ilusión de una manera suave; se ha portado linda y de buena manera, contigo.

—¿Podrías acompañarnos, ________-chan?

Casi te ahogas al escuchar su petición. Dejaste el vaso con agua a un lado, la miraste.

—¡Debes darle apoyo a tu amiga! —agregó.

«Comenzamos a hablar apenas hace 1 mes... Ni siquiera te considero mi amiga» una sonrisita apareció en tu rostro.

—Eh... ¡Oh!

Antes de que pensaras cómo excusarte e irte, la castaña te tomó de la mano haciendo que caminaran juntas, un suspiro salió de tu boca. Ni siquiera tienen un rumbo exacto, tomaron el camino para salir al patio en donde aún hay una cantidad considerable de gente. Ellas buscaban con la mirada en todos lados, tú sólo las estás siguiendo. Se hizo más tarde, se sentaron en una banca para descansar, sacaste tu celular y comenzaste a revisar tus mensajes mientras ellas pensaban caminando en círculos. Respondiste un mensaje de Kyojuro, subiste la mirada para ver s tus compañeras, Kirari comienza a verse preocupada, no entiendes por qué.

Parece que Rengoku le gusta mucho, a pesar de no conocerlo bien, sin embargo, no la culpas.

—Tengo que irme —te levantaste dejando de ver tu celular. —Quiero ver a Shinobu y...-

Antes de que pudieras terminar de hablar, ella te interrumpió. Su celular comenzó a sonar, respondió la llamada, así que tuviste que callarte. Empezaste a caminar con el objetivo de alejarte, te fue imposible debido a que te tomó de la muñeca e hizo una señal pidiéndote que esperes un poco más. Respiraste profundo, al colgar ella soltó un gritito.

—¡Vienen para acá! —habló emocionada.

—¿Koharu lo encontró? —cuestionó su amiga.

«Esa es la razón por la cual no estaban junto a ellas... Debió ser molesto para Kyo», revolviste tu cabello, estás entre la espada y la pared. Volviste a sentarte, sacando tu celular para poder distraerte. No pasó mucho hasta que escuchaste una voz conocida, levantaste la mirada y de alguna manera te encontraste con los ojos de Rengoku. Tragaste saliva, volviendo a bajar la mirada, los latidos de tu corazón se aceleraron, ver como se le van a declarar a tu pareja, cosa de todos los días. Un par de chicas se sentaron a tu lado, una de ellas tocó tu hombro para que vieras a la castaña apunto de declararse. «Que incómodo, por Dios...»

—Hoy el profesor se ve muy bien vestido así, ¿verdad?

—Así es —respondió la otra.

Te quedaste callada escuchando como murmuran cosas sobre las dos personas en frente, alejadas aproximadamente un metro, no es mucho así que es posible escuchar lo que están diciendo.

—P-profesor... Yo esperé todo el día para hacer esto —no la veías, pero se escucha nerviosa. —¿Le gustó la atención de hoy? Quería ser quien lo atendiera, pero, estaba ocupada...

—¡Hiciste un gran esfuerzo, joven Hoko!, ¿eso es todo? Si es así, yo...

Es posible que en este momento esté sonrojada, le habló como le habla a todos, pero para ella un simple cumplido fue diferente.

—¡No, por favor espere!

Probablemente eso le dio mucha pena.

—¿Necesitas algo más?

Kyojuro es tan atento con sus alumnos que te mueres de ternura, a pesar de la manera tan atrevida como ella habló, él está siendo comprensivo con ella e incluso recordó su apellido. Escuchaste la emoción de sus amigas ya que Kirari está apunto de declararse.

—En otro salón de tercero las personas pueden casarse...

—¡Así es! —respondió.

—Estaba pensando si usted quería hacerlo...

—¡Ya lo hice! —exclamó con alegría.

Tus ojos se abrieron de sorpresa, tragaste saliva intentando no verte sorprendida, tu novio es directo, aunque a veces se pasa un poco. Aunque esas dos frases realmente suenan muy mal sin el contexto, no esperaste que fuera a decirlo.

—Conmigo... —murmuró casi sin esperanzas.

Tomó lo último de valentía que le quedaba.

—¡Usted me gusta mucho! —exclamó.

Miraste como las jóvenes a tu lado se taparon la boca por la emoción, tratando de no gritar. El rubio suspiró, pudiste escucharlo.

—Hoko —llamó su atención. —Esto no es posible, ¡tengo una linda esposa y un gran compromiso con ella! No podría dejarla por nada, tú aún eres joven, no puedo verte de otra manera más; eres mi alumna, sólo eso.

La rechazó de una manera linda, pero... ¿¡esposa!?; «¿Se refiere a mí?...» Todo tu rostro se puso rojo, si lo dijo fue por lo que sucedió en la tarde, tus sospechas ya son más claras, es probable que Rengoku se uniera a Shinobu para hacer un complot contra ti. Eso te puso nerviosa, sientes tu rostro caliente, y no sabes de que manera ocultarlo.

—¿E-esposa? —preguntó sorprendida.

—¡Correcto! Así que, no te deprimas, ¡encontrarás a alguien a quien le gustes también!

Ella regresó corriendo hacia donde ustedes, tiene tapado el rostro con sus manos, y lo primero que hizo al llegar fue abrazarte. Respiraste profundo, sus amigas la miraron y le dieron palmadas en la espalda, Kyojuro te dio una última mirada, te guiñó el ojo. «¿Cómo puede hacerme esto cuándo me veo atrapada en una situación así?», te preguntaste correspondiendo al abrazo de la castaña. El mayor se fue, las dejó a las cuatro solas y poco después te llegó un mensaje.

—¿Cómo puede estar casado sin tener un anillo en el dedo? —cuestionó entre llantos.

—¡Por lo menos lo intentaste! —la animaste.

En realidad no sabes que decir.

—Era poco probable que te aceptara, ¡continuaste con la esperanza hasta el final!

Procuras que se ponga feliz y deje de llorar, le advertiste lo que iba a suceder, y aún así quiso arriesgarse. Ella te apretó con fuerza.

—¡Yo realmente quería casarme! —exclamó.

—¿Por qué no lo haces con Koharu o Mio? Son amigas, debería ser...

—¡No! Ellas no me gustan, no será lo mismo —reclamó alejándose para mirarlas. —Aparte ellas tampoco aceptarían, también... Deseaba robarle un beso al profesor.

Casi frunces el ceño, mordiste tu lengua para evitar maldecirla, intentas comprenderla, ¿de dónde sale tanta obsesión por él?

—También quería tomarme una foto con él y...

Se limpió las lágrimas, ibas a intentar convencerla de que eso no es bueno, el sonido de tu celular te detuvo. Te alejaste para poder responder, se trata de Shinobu; tomaste la llamada al instante. "Tu novio me mandó un mensaje diciendo que sería bueno que te hablara, ¿qué sucede?" No dijo su nombre para no se vea sospechoso, siempre tan inteligente. Sonreíste, respondiéndole que lo hizo en buen momento, te dijo un par de cosas más durante unos minutos y luego colgó. Te acercaste a las chicas, hiciste una pequeña reverencia mientras te disculpabas.

—Tengo que irme, mi amiga, Shinobu, me necesita con urgencia.

—¿Es mucha? —preguntó la castaña. —No me gustaría que me dejaras sola.

«No es por nada, pero tampoco tengo motivos para quedarme» pensaste.

—Lo es, se escuchaba muy preocupada, gracias por su esfuerzo el día de hoy, me sentí muy cómoda, nos vemos.

Nunca te ha gustado mentir, pero tampoco querías que sonara sospechoso luego de lo que sucedió. Dijiste ls verdad a medias, Kocho te dijo donde está y te invitó a que pasen un tiempo juntas ya que ella no pudo ir a verte, sin embargo, tú sí lo hiciste. Un suspiro de alivio salió de tu boca al alejarte de ese grupito de amigas, parecen ser buenas al comienzo y cuando no te juntas mucho con ellas, en cuanto a tu opinión... Si Kirari no estuviera tan ilusionada con Kyojuro es probable que pudieran llevarse bien, no obstante; sus amigas también te arrastraron de un lado a otro, y lo que más te molesto fue cuando estabas hablando con Shinobu y ni siquiera pudiste despedirte bien.

Al encontrar a tu amiga, comieron algunas cosas, te divertiste junto a ella y Yuu. La de puntas moradas se puso a hacer bromas y contarles anécdotas que sucedieron mientras "casaba" gente.

Te alivio saber que nadie va a hablar sobre lo que sucedió entre Rengoku y tú, curiosamente la hoja que ella usó tenía letras pequeñas y detrás. Explicó feliz feliz todo su plan, tu teoría se volvió verdadera, Kocho lo planeó de una manera tan buena que te resultó aterrador en el momento que terminó de explicar. Aún así le agradeciste guardando los detalles sobre que sucedió después.

Apenas oscureció, no queda tanto tiempo para que el festival termine, ya fuiste por tus cosas y también tienes la bolsa con el traje. Recibiste un mensaje de tu pareja diciendo que te verá en la parte trasera de la escuela, ahí no hay ningún puesto, es probable que encuentres a algunos alumnos; sin embargo, nada del otro mundo. Te sentaste en una banca detrás de las jardineras. Hoy fue un día demasiado cansado.

—Buenas noches —miraste al dueño de la voz.

Sonreíste.

—Hola —mencionaste de manera suave. —¿Qué tal?

—¡El día ha resultado ser algo divertido! —respondió mirando hacia el cielo. —¿Estás cansada? Debe ser normal debido a tu trabajo en la mañana y lo de la tarde.

Para alguien que los escuche, resulta ser una plática normal en su totalidad. Una risita salió de tu boca, te recostaste sobre su hombro sin importar si alguien llega a verte o no.

—Estoy algo cansada —confesaste cerrando los ojos. —¿Trabajé bien?...

Kyojuro sonrió al escucharte murmurar.

—Por supuesto que lo hiciste bien, ________.

Pudo haber mencionado alguno de esos apodos bonitos, pero dijo tu nombre, eso te hace sentir mucho mejor y suena más serio, no es como si sólo fuera un halago tirado porque sí.

—¿Puedo pedir algo? —te miró.

—Claro, dime qué necesitas.

—Estoy segura que te vas a negar, pero... Me gustaría tomar algo de alcohol.

Te acomodaste en tu lugar, te pusiste derecha bajando la mirada mientras tus dedos juegan entre sí. Susurraste lo suficiente bajo, apenada, no es algo que pidas en un momento así.

—Nada más quiero probarlo —te excusaste desviando la mirada.

—¡Debo reconocer que me alegra que preguntaras y no lo hicieras sin avisar! Si eso quieres está bien, compraré un poco de regreso a casa, pero dos cosas.

Lo miraste.

—Dime.

—No tomaré contigo y no tomarás mucho, me quedaré cuidándote. Una última cosa, si te llega a gustar y decides volver a tomar quiero que tengas cuidado.

—Creí que dirías que no... —tu sorpresa fue verdadera.

Él negó.

—¡Me opongo a la idea de que lo hagas!, pero no soy nadie para prohibírtelo, así que prefiero que lo hagas mientras pueda cuidarte.

—De verdad eres un sol... Te amo mucho.

Por supuesto que están hablando en voz baja, prefieren que los demás escuchen murmullos o no puedan entender lo que dicen. Escucharon pasos cerca, creyeron que sería de alguna persona tratando de buscar un lugar tranquilo ya aire fresco, no esperaste que ese individuo fuera a asustarte. Volteaste para ver quien era, frunciste el ceño y suspiraste al ver que se trata de tu amiga.

—¡Hola, par de...! —le tapaste la boca antes de que terminara.

—Hola, Shinobu —saludaste.

—Buenas noches —saludó Kyojuro.

—¿Puedo sentarme con ustedes? —cuestionó una vez apartaste tu mano.

—¡Adelante!

Rengoku se movió, te acercaste a él dejando un espacio para que tu amiga se siente. Ella los miró a los ojos.

—¿Fue divertida la boda? —tu rostro se puso rojo.

Por otro lado, el rubio rió, asintió en respuesta a la pregunta de la azabache.

—Al final si hicieron un complot...

—¡Para nada! Sólo te invité a pasar el rato, curiosamente Rengoku-san también tenía tiempo y de igual manera aceptó la invitación. Lo demás sí fue plan con maña.

Hablaron un rato más antes de irse, tu pareja te dio las llaves para que vayas al carro primero, al llegar viste el saco de Kyojuro en el asiento, entraste, acomodaste tus cosas y lo tomaste para taparte. Cubriste tu rostro, te cruzaste de brazos sintiendo el poco calor que la prenda te da, también te gusta el aroma que tiene. Cerraste los ojos, estar acá adentro es mucho más cálido que allá afuera. Un rato después llegó Kyojuro, lo supiste al escuchar su risita al verte, levantaste una parte de su saco y observaste como se sentó a tu lado; sacaste las llaves de tu bolsillo y se las diste, él te agradeció.

—¿Tienes frío? —preguntó encendiendo el auto.

—Un poco, pero también sería un problema si me reconocieran aquí.

Te cruzaste de brazos.

—Es más raro que vean que voy con alguien así.

Los dos rieron, te quitaste su saco de encima y lo pusiste sobre tus hombros. Ya había empezado a conducir, salieron de la escuela y entraron a la carretera.

—Voy a parar un momento para comprar lo que quieres.

—De verdad creí que dirías que no.

—Si ya no lo quieres puedo seguir directo a casa.

—No, está bien, tengo curiosidad.

Unos minutos después se detuvieron en frente de una tienda, Rengoku no tardó casi nada. Al regresar te entregó la bolsa con las latas de cerveza y una botella pequeña de sake.

—Cuando Uzui y yo tomamos, solemos elegir bien lo que tomamos, ¡no todo tiene buen sabor!

—Pareces saber mucho.

Él río, sin quitar la vista del camino.

—Para nada, Uzui es quien tiene conocimiento en ello, solo te comparto la información.

—Dudo que me vaya a gustar mucho...

Llegaron a su hogar, el rubio estacionó el coche mientras tanto te adelantaste subiendo al apartamento, llevas la bolsa con tu traje de maid y tus cosas dentro, buscaste en tu bolsa las llaves de casa, abriste la puerta, la entrecerraste al entrar y dejaste la bolsa a un lado del sillón. Caminaste hacia el cuarto para poder cambiarte de ropa, la buscaste para luego sentarte en la cama, quitarte el uniforme y ponerte la ropa que escogiste. Te sentiste bien al tener algo ligero y cómodo.

Saliste hacia la sala donde Kyojuro se encuentra, al verte sonrió.

—También iré a cambiarme, ¿me esperas?

Asentiste sentándote en la mesa donde puso la bolsa con las cervezas, son solo dos y la botella de sake. Las tomaste para ver la lata, suspiraste.

El rubio regresó cambiado y se sentó a tu lado, tomó una de las latas abriéndola por ti.

—No hace falta que te la termines si no te gusta, ¿está bien?

—Entiendo.

Agarrando la lata, la acercaste a tu boca, le diste un pequeño trago para probar.

—¡Hoy de verdad hiciste un buen trabajo, cariño, eres grandiosa!

«¿Por qué un halago tan repentino?» tus mejillas se ruborizaron, desviaste la mirada sujetando el envase entre tus dos manos. Tu pareja se acercó para darte un beso en la frente, lo observaste con atención.

—Debió de ser molesto, ¿verdad? Tener que estar ahí cuando ella decidió confesarse.

Le diste otro trago.

—Lo fue todo el día, sentía pena por ella, pero... Al final resultó ser solo un capricho más. ¡N-no entiendo como pueden ser así! Encima te propuso que "casaran", fue un milagro que pudiera soportarla.

Tus quejas hicieron que Rengoku riera, fue debido a la manera en que lo dijiste, le pareciste muy tierna. Revolvió tu cabello, hiciste un puchero.

—Aunque claro, no tengo porque preocuparme porque sé que me amas —agregaste.

—¡Por supuesto que lo hago! Eres mi bebé —exclamó.

Al ver que te iba a abrazar dejaste la lata en la mesa, los brazos de Kyojuro te rodearon, una de sus manos se puso en tu cabeza acariciando tu cabello. Su agarre te relajó, cerraste los ojos, correspondiendo al abrazo.

—Ya soy grande.

—¡Para nada! Seguiré cuidándote aún si tienes 40 años —rió.

Te quedaste callada, tomaste poco, pero ya te sientes extraña; ¿qué tan débil tienes que ser para sentirte así con una cerveza? De cualquier manera no la terminaste, tu pareja se alejó, su mirada se posó sobre ti; puso su mano encima de la tuya, esto provocó que se vean entre sí. Parecía querer decir algo, lo viste dudoso, tal vez pensando de buena manera sus palabras, decidiste ser quien hablara primero.

—¿Sucede algo? —cuestionaste.

—¿No quieres ir a dormir? Debes de estar cansada.

Asentiste respirando profundo, caminaste mucho yendo de un lado a otro, fue demasiado estrés ver como una de tus compañeras se le declaraba a tu novio, y como una de sus amigas no quiso dejarte hablar con tu mejor amiga. El día en sí fue cansado, pero no pudiste pasar demasiado tiempo con Kyojuro, y no quieres que su dinero sea desperdiciado por la tonta y sin sentido petición que hiciste. Te levantaste de la silla, tomando al de puntas rojas de la mano se dirigieron al cuarto, la puerta está abierta, una vez dentro; lo besaste, correspondió, pero se alejó unos segundos después.

—Cariño, no haré nada contigo mientras hayas tomado —mencionó. —Mejor...

Se agachó un poco para cargarte, te aferraste a él.

—Duerme un poco y descansa —agregó.

—¿Tú también vas a dormir? —negó.

—Aún no, tengo algunas cosas que hacer, pero puedo quedarme contigo hasta que duermas; aún es temprano.

Te dejó sobre la cama, acomodó la almohada en tu cabeza, y, posterior a ello tomó la cobija para arroparte. Se subió a la cama sentándose a un lado tuyo, puso una de sus manos en tu cabello, deslizándola con suavidad y lentitud sobre el mismo; sus caricias tan dulces y agradables hicieron que cerraras los ojos, suspiraste. Acciones delicadas para demostrar su amor, sin necesidad de besarse o tener contacto físico de otro tipo, son las que más se disfrutan. Arrullada por la calidez de Kyojuro, decidiste hablar.

—Me gustas porque... Aunque me das mi lugar también me cuidas, a pesar de que soy joven me entiendes bien y me has apoyado mucho —murmuraste.

Te miró con atención, seguiste hablando.

—Mi madre me prohibía cosas y luego me lo permitía y no podía entenderla. Contigo puedo pedirlo, aunque a veces pueda dudar de tu respuesta, sé que estarás ahí para mí, cuidándome.

Se acomodó a tu lado, por encima de la cobija sus brazos te atraparon y lo sentiste junto a ti, abriste los ojos durante un momento, pero los volviste a cerrar. El rubio iba a hablar, pero le ganaste la palabra, te escuchó con interés.

—Quizás fue por lo trucos de Shinobu que me atreví a confesarlo de verdad, pero fue gracias a ese beso... Gracias por permitirme estar contigo, Kyojuro...

—No debes de agradecerme nada, hay muchas cosas que admiro de ti, y debería ser yo quien te agradezca a ti, mis esperanzas eran casi 0.

Rió.

—Te esforzaste tanto hasta ser buena, soportaste malos tratos de tu madre, encima tienes un trabajo y mantienes tus buenas calificaciones... ¡Eres maravillosa! Te mereces esto y más por todo tu esfuerzo, realmente te amo mucho.

Tu rostro se puso rojo, sus palabras te relajaron.

—¡Para la edad que tienes has hecho mucho!, no me importa si eres infantil en alguna ocasión, te apoyaré en lo que me sea posible y también te ayudaré en las cosas que hagas mal; ¡mejoremos juntos como personas y como pareja!

—¿Cómo puedes ser tan lindo? Un verdadero sol...

Lo miraste.

—Es porque me gusta estar contigo, quiero verte feliz.

Sonreíste volviendo a cerrar los ojos.

—Creo que dormiré ya, no te quedes hasta muy tarde, Kyo. Te amo, buenas noches...

—¡Hay algo que quiero decirte antes!

Hiciste un "hum" en respuesta para que continúe hablando, siguió acariciando tu cabello, acortó la distancia entre los dos. Se quedó callado durante un momento pensando en como decir las palabras que tiene en mente, tampoco quiere tardar demasiado porque te nota cansada. Respiró profundo, sigue teniendo dudas en si será muy atrevido de su parte, pero ya que los dos se sinceraron; cree que es buen momento para proponerte lo que había estado pensando desde hace un rato.

—Es probable que no aceptes —murmuró. —Aunque... Creo que sería lo mejor.

Sigue dudando.

—Trabajas y estudias, llegas hasta tarde y es posible que tampoco comas bien, así que... Me gustaría que descansaras más y tengas más tiempo para salir con Shinobu. No tendré problema alguno en...

Un suspiro salió de su boca.

—Mantenerte.

No recibió ninguna respuesta de tu parte, te quedaste dormida, Rengoku lo notó porque tu respiración se hizo más lenta; rió. Si bien es algo que le costó decir, también es algo de lo que quiere estés enterada y también necesita saber tu respuesta. Dejó un beso en tu frente, se alejó de ti sentándose en la cama, te miró por unos segundos y acomodó la cobija encima de ti.

—Me parece lindo que te quedes dormida en estas situaciones, aunque debo admitir que también es mi culpa por dejarlo hasta el final —suspiró. —Buenas noches, amor.

Volvió a besar tu frente, se levantó de la cama y apagó la luz. Salió del cuarto no sin antes darte un vistazo. De la bolsa de su pijama sacó el anillo que Shinobu les dio en el festival, una sonrisa apareció en su rostro. El tiempo cada vez pasa más lento, pronto te graduarás y entonces el por fin podrá pedirte matrimonio. Esperar a veces es una tortura, pero para Rengoku vale la pena en su totalidad, pues te ama en verdad.

Los capítulos cada vez son más largos jajaja

Pues esta era la propuesta que Kyojuro quería hacer, al parecer nadie sospechó que se tratara de algo así, pero con forme pasa el tiempo se van haciendo más y más unidos ❤

Quedan dos capítulos al menos que se me ocurra algo más XD

Espero que les haya gustado, gracias de nuevo a aniexte por ayudarme. ❤❤ uwu

🍋🍋🍋
Por fin jijiji

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