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Capítulo 22

Abriste el paraguas que Kyojuro te dio, insistió en acompañarte a casa, pero te negaste; no quieres muchos más problemas con tu madre. Los días han sido tranquilos, para ti, en realidad. Tener pareja y que este sea Rengoku lo hacen ver más como un sueño, aunque eso es lo que te preocupa; todo va tan bien que pareciera en algún momento sucederá algo malo que los perjudique a los dos, suspiraste y luego negaste. «¡No puedes tener pensamientos tan negativos!... Puede que esté así por culpa de mi madre.» Por lo menos es tranquilo ver la lluvia mientras caminas.

Cuando te aproximaste a tu casa, sacaste tus llaves para abrir la puerta, cerraste la sombrilla. En realidad no querías entrar, pero no te queda de otra. Ibas a meter las llaves, pero te diste cuenta de que la puerta estaba abierta, la empujaste y diste un paso adentro. Te quitaste los zapatos.

—Regresé...

En efecto, fuiste recibida por tu madre.

—¿Dónde estabas? —preguntó frunciendo el ceño.

«Se ha vuelto más suave estos últimos años...» Pensaste mirándola.

—¿Tienes novio y no me has dicho? Con Shinobu no estabas, y Himaru dijo que saliste en la tarde sin avisarme.

—¿Por qué el hijo de tu esposo se mete en mi vida? —le hablaste con el mismo tono. —Al niño debe de valer un carajo lo que hago, al igual que a ti, ¿desde cuando comencé a importarte?

Ella te levantó la mano, se detuvo en seco; respiró profundo.

—¿Dónde estabas, ________?

—Con mi pareja, ¿está bien? Sí, sí tengo novio y soy feliz con él.

Respondiste para después pasar a un lado suyo para ir a tu habitación. Tu madre te tomó de la muñeca para detenerte.

—Cuidado con lo que haces, _______. Que ya seas mayor de edad no significa que dejes de ser una niña ingenua y tonta —te soltaste de su agarre.

—Gracias por tu apoyo, mamá —respondiste con sarcasmo para después subir las escaleras hacia tu habitación.

Abriste tu puerta para luego cerrarla dando un portazo, le pusiste seguro y dejaste el paraguas recargado en la pared. Caminaste hacia tu cama para luego tirarte bocabajo, estás cansada, quieres irte, pero tú dinero no es suficiente; mucho menos después de que tu progenitora lo usara para comprarte un regalo. Suspiraste, sacaste tu celular de la bolsa para avisarle a Kyojuro que habías llegado a casa, no te diste cuenta, pero él ya había mandado un mensaje preguntando; también tenías muchos mensajes más de Shinobu de los cuales no habías escuchado cuando llegaron. Tus mejillas se pintaron de rojo al recordar lo que estuvo apunto de suceder; «¿así de concentrados estábamos...?» te preguntaste mientras veías los mensajes de tu amiga.

—Si mi mamá no hubiera llamado... Posiblemente nosotros...

Dejaste el celular a un lado y enterraste tu rostro en la almohada.

—En verdad soy muy tonta —suspiraste.

Te moviste y subiste a la cama para acomodarte quedando sentada, volviste a tomar tu celular para leer sus mensajes.

“Tu madre nos vio, a los 3, ya sabes"

"En realidad no sé que tanto vio, le pregunté pero evadió la pregunta"

Esos fueron los primeros que envió, 30 minutos después volvió a enviar más.

"Oye!!!! Responde aaaa"

"(┳Д┳)"

"Tu madre me vio con Kanae y se acercó a preguntar si vendrías hoy a mi casa!!! Como estaba con mi hermana no pude mentir"

"RespondemEeee (T_T)"

"Sea la razón que sea por la cual no respondes, disfrutalo 😏🙏🏻"

Fue una buena amiga hasta el final. Reíste con su último mensaje, empezaste a escribir para responderle pues aparecía en línea, envió otro mensaje antes de que terminaras. "¿Todo bien?, cómo estás?" preguntó, terminaste tu texto largo y luego lo enviaste. Cerraste el chat y abriste el de Kyojuro, le diste una respuesta corta y luego fuiste al otro mensaje que Shinobu te envió. Una respuesta demasiado rápida para el tiempo en que lo pensaste.

Te quedaste un tiempo hablando con ella y tu pareja, hasta que se hizo más tarde.

Te pusiste a hacer la tarea que te habían dejado, es mucha, pero aún así querías ir a ver a Rengoku y tienes todo el fin de semana para terminar. Soltaste tu lápiz, agarraste tu celular y pusiste algo de música para concentrarte, llevas más de media hora intentando resolver los problemas de matemáticas; en una situación normal los habrías terminado rápido, no obstante ahora mismo no tienes el ánimo para pensar demasiado. Echaste todo tu peso al respaldo de la silla mientras te estirabas, tocaste el collar que te regalo Kyojuro y volviste a tomar el lápiz. Justo cuando habías conseguido la suficiente inspiración, alguien te interrumpió apenas el lápiz tocó el papel. Se escucharon un par de golpes en tu puerta, no se trata de tu mamá porque ella suele gritarte o golpear más fuerte.

Te paraste con evidente molestia y abriste.

—¿Sí? —preguntaste a la pareja de tu madre.

—¿No vas a cenar?

Frunciste el ceño.

—¿Cenar? —miraste tu reloj. —Oh... Ya es tarde, cierto... Eh, no lo sé. ¿Sólo estás aquí por eso?

—Sí, no deberías saltarte las comidas, es malo para tu salud.

—Bajo en un rato, cenen ustedes, muchas gracias por preocuparte.

Él asintió, se dio la vuelta y luego se fue. «Debe de ser una ironía que él sea buena persona y mi madre no... Quizás por eso ya no ha vuelto a golpearme» suspiraste cerrando de nuevo la puerta y sentándote. «Debo concentrarme en terminar esto».

Al día siguiente te despertaste temprano para no llegar tarde a la florería, tomaste un par de cuadernos para terminar tus deberes mientras esperabas la visita de algún cliente, también llevaste el paraguas que Kyojuro te dio; todo porque comenzó a llover en la mañana. Te pusiste un suéter para no tener tanto frío y saliste con dirección a tu trabajo. Desayunaste sola en casa y agradeciste no encontrarte con nadie, mucho menos con tu progenitora, no querías comenzar a discutir con ella.

Al llegar a la florería te encontraste con la dueña esperando, se saludaron, intercambiaron algunas palabras y luego te dijo que saldría; este día no estará contigo, pero mañana trabajaran juntas como normalmente. Esta es una de las razones por las cuales te gusta trabajar aquí, en la florería; es un lugar lo suficiente tranquilo como para que dos personas se puedan ocupar de él, y el mayor trabajo que han tenido son pedidos para eventos, y ni siquiera son tan recurrentes; pese a ello venden bien. Cuando ella se fue, te pusiste el mandil encima del suéter y empezaste a cambiarle el agua a algunas flores.

—Que fría... —dijiste cuando tocaste el agua.

Al terminar de cambiar el agua, y revisar las demás flores el tiempo mejoró un poco; ya no llovía como antes sigue haciendo algo de frío, pero ya te sientes mejor. También se hizo más tarde, pasaron de ser las 10 a ser la 1 de la tarde. Te sentaste detrás del mostrador esperando a que sonara la campana, en en este tiempo libre que tienes, decidiste aprovechar para revisar los mensajes que tenías. Apenas entraste a la aplicación, llegó un mensaje de Kyojuro. Te sorprendiste apenas leerlo. "¡Voy para allá! Te llevaré comida muy rica (•̀ω•́)✧", una risita salió de tu boca cuando tus ojos miraron el kaomoji que puso, le respondiste y luego checaste lo que Shinobu te escribió.

"¿Por qué últimamente le gusta molestar? Me refiero a tu madre, me escribió preguntándome por el trabajo que tienes, no lo he leído porque quería avisarte" fue el primer mensaje que envió. "Preguntó por la dirección y de qué tipo es, me molesta que crea que eres indecente (ง'-̀̀'́)ง". Suspiraste.

—Si no te deja de molestar solo dile y pídele a tu amable manera que no te siga molestando, que son cosas que debe preguntarme a mí —le respondiste enviándole un audio.

En lo que pasaba el tiempo, sacaste una de tus libretas para hacer tus deberes, miraste la portada y sonreíste; historia. La abriste para checar que había dejado, cuando llegaste a la parte en que lo anotaste, buscaste el tema en tu celular. Empezaste a escribir mirando de vez en cuando tu celular, desviaste tu mirada del cuaderno cuando escuchaste sonar la campana de la puerta. Tus ojos se iluminaron al ver a la persona que entró, saliste del mostrador y la ayudaste a pasar.

—¡Señora Oba! Hace tiempo no nos veíamos, ¿está bien que salga con este clima? —preguntaste haciendo que se sentara.

—Vengo por unas flores para mi perro —respondió. —No tengo a nadie que las compre por mí.

—Oba-san, si usted supiera usar un celular podría hablarme y con gusto le llevaría lo que quisiera a su casa —una sonrisa amable apareció en tu rostro. —¡Por favor tenga cuidado al venir!

—No te preocupes, muchacha, también vengo a verte.

Tu expresión cambio a una de sorpresa.

—Te ves más feliz y radiante que antes, ¿conseguiste novio?

Tus mejillas se sonrojaron, de tu boca salió una risita nerviosa.

—Así es —dijiste sentándote a su lado.

—¿Es un buen muchacho? —asentiste. —Cuídalo, _______.

—¡Lo haré!

—¿Es el joven de aquella vez?

—Sí...

Ella sonrió.

—¿Tienes camelias blancas? —preguntó.

—¿Un ramo? —asintió. —¡En seguida!

Fuiste detrás del mostrador, sacaste unas flores para luego ponerlas encima del mostrador, tomaste un papel para envolverlas y un lazo para amarrarlas. Oba es una gran clienta así que ya sabes como pide sus ramos, en cosa de nada terminaste y se lo diste; ella te pagó, fuiste a caja para agarrar cambio y dárselo, pero se negó.

—Quédatelo, estoy vieja y sola, ya no me servirá después —se levantó.

—Oba...

Ella te sonrió, se despidió y luego se fue, suspiraste. Guardaste el dinero e ibas a volver a sentarte pero llegaron algunos clientes más.

No tardaste en atenderlos, compraron ramos ya armados.

Te sentaste, volviste a sacar tu celular y seguiste escribiendo; no te falta mucho para terminar, pero ya te dio hambre. La campana de la puerta sonó, levantaste la mirada para saludar.

—¡Bienve...!, ¡Kyojuro, llegaste!

Te levantaste y caminaste hacia él, te dio un beso como saludo y luego te enseñó la caja de bento.

—Puse de todo, espero te guste —tomaste el recipiente.

—De verdad muchas gracias...

Él sonrió.

—No te preocupes, ¡debes de comer bien, cariño!

—Ya pídeme matrimonio... —murmuraste mientras desviabas la mirada.

—¿Dijiste algo?

—¡No, no, no, no nada! —respondiste rápido mientras dejabas la comida sobre el mostrador. —Comenzaré a practicar para después ser yo quien te cocine algo.

Kyojuro sonrió te abrazó y dejó un beso en tu mejilla.

—No tengo problema en hacerlo, pero debo admitir que me encantaría.

—Cuando menos te lo esperes, te daré comida —reíste.

—¡Estaré al pendiente hasta que eso suceda! Por cierto, ¿a qué hora sales?

—Mi turno termina a las 5 pero me iré a las 6, porque tengo que guardar y acomodar todo.

—Yo me iré ya. Me gustaría quedarme hasta que termines de comer, pero si gustas puedo venir y recogerte para llevarte a casa.

Una sonrisita apareció en tu rostro mientras negabas. Lo tomaste de la mano y te acercaste para darle un besito en los labios.

—Ya haz hecho mucho por mí hoy, de seguro estás ocupado. Estaré bien.

—Tomaré tu palabra, disfruta la comida, cariño. Te mando mensaje al rato —te dio un beso en la mejilla. —Nos vemos.

Lo acompañaste hasta la salida, se volvieron a despedir y entonces viste como se fue. Suspiraste, cerraste la puerta; sin embargo no te percataste de que alguien los observaba a lo lejos. Te sentaste detrás del mostrador, guardaste tu libreta y abriste la caja de bento para comer; tus ojos se aguaron cuando la comida tocó tu boca. «Estoy realmente feliz...» Sacaste tu celular para responder al mensaje de Shinobu, ella te terminó llamando y así fue como comieron juntas.

Pasaste la tarde esperando a que llegaran más clientes y sí, vendiste más de lo que esperabas vender con el clima que hay. Tampoco regresaste tan tarde a casa, terminaste de guardar las cosas en menos de media hora; te sentiste aliviada al entrar a tu hogar y que no hubiera nadie. Dejaste tus cosas en tu cuarto y bajaste hacia la cocina para prepararte algo, vas a cenar temprano para no tener que convivir con las otras 3 personas que viven en casa. Al no encontrar muchas cosas para cocinar, decidiste ir a comprar una sopa instantánea; en el camino de regreso, encontraste a tu madre. Y ahora hay un silencio incómodo (para ti) entre las dos.

—¿Por qué no cocinaste nada?

—No había nada...

Después de eso se quedaron calladas un momento más.

—Tu novio, ese con él que sales; ¿trabaja contigo o dónde lo conociste? —preguntó.

No lo hizo de mala manera, el tono en que lo dijo no fue amigable, pero tampoco malo. Frunciste el ceño.

—¿Por qué quieres saber? —cuestionaste.

—Si vas a salir con alguien prefiero que no sea como el estúpido de tu padre —desviaste la mirada. —No quiero que seas tan tonta como yo.

«Está siendo extremadamente considerable...» Negaste con la cabeza, ella te miró durante un segundo para después volver a ver hacia el camino. No te gusta lo mal que habla de tu padre, no suele mencionarlo, pero se comporta muy mal cuando piensa en él. Tragaste saliva, es un tema sensible para ti y lo que menos quieres en este momento es discutir.

—Es un buen hombre —fue tu única respuesta.

—¿Mayor que tú?

La miraste.

—¿Qué te hace pensar eso? —frunciste el ceño.

—Dijiste hombre en lugar de chico —se cruzó de brazos. —No estás metida en cosas ilegales, ¿verdad? Ahora me preocupa ese trabajito que tienes, nunca me haz contado sobre él y ganas muy poco.

—Un placer hablar contigo de buena manera, mamá —respondiste abriendo la puerta de tu casa.

Fuiste directo a la cocina a calentar agua. Tu madre te dijo otra palabra, pero ya no respondiste nada más. En cuanto tu sopa se terminó de hacer, tu progenitora te estaba esperando en el comedor, pasaste de largo y subiste hacia tu cuarto. Abriste tu laptop y buscaste algún vídeo o película que ver mientras comes tu sopa; también aprovechaste para responder los mensajes que tenías.


No han pasado ni dos días XDDD
Ando re picada en la historia, a ver que pasa 👁👄👁

Need una relación tan bonita como la de la rayis y el Kyojuro 😭🙏🏻✨

Espero que les haya gustado!
Nos vemos pronto... Quizás OwO

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