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𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 9: 𝑀𝑎𝑚𝑎́ 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑒

La casa tenía las luces encendidas lo que confirmaba el pensamiento de la rubia, sus padres estaban en casa. Respiró profundo recogiendo su bolso y su chaleco del uniforme, JungKook la detuvo tomando su muñeca ganando su atención.

—Respira, ¿De acuerdo?

—Entiendo, quieres que me ahogue intentándolo.

—Olivia, es enserio—reprochó con suavidad.

—No me provoca hablarles ahora mismo—regresó la vista a la casa. Era de dos plantas, las paredes por fuera eran de ladrillos pequeños, la puerta y las ventanas eran oscuras, la casa tenía algunos arbustos decorándola—Estaba cómoda hace segundos atrás.

JungKook que seguía tomando su muñeca deslizó sus dedos a su mano, Liv miró ese gesto permitiendo que entrelazaran sus manos, la suya era delgada y pequeña junto a la del profesor. Estaba mal lo que hacían, pero por esa noche querían seguir encerrados en su burbuja, ya mañana se arrepentirían.

—Habla con ellos, no te dejes llevar por el enojo, diles lo que sientes—depositó un beso en su mano.

Olivia sonrió ante eso asintiendo.

—Te veo el lunes en la escuela.

— ¿Puedes darme tu número?

—Que atrevido, profesor Jeon.

—Muy graciosa—sacó su teléfono. Ambos intercambiaron números y acto seguido fue Liv quien depositó un corto beso a sus labios antes de bajar del auto con una tonta sonrisita.

▪︎▪︎▪︎

—La respuesta es no, obviamente—dijo el señor Miller.

—Tu hermana siempre ha dado problemas, es un tanto rebelde y nunca hemos podido controlarla, no quiero que eso te afecte, cariño.

—Mamá, Julia es una buena hermana, no es rebelde, sólo ha sabido lo que quiere desde un principio.

—Sea como sea, mi respuesta es no, no volverás a Miami ni vivirás con ella.

—Tengo dieciocho, ya soy mayor de edad en Estados Unidos.

—Pero aquí no lo eres, sigues siendo una niña.

—Papá, no puedo acostumbrarme, ¿No entiendes?, lo intento, pero no puedo, las chicas del salón me odian, todos me ven como alguien rara y no encajo en ningún grupo—pasó sus manos por su cabello despeinándolo un poco por la frustración—Escuchen, respeto el trabajo que hacen en la empresa y sé que me advertiste de estas cosas papá pero...—hizo una pausa. Incluso hablar en inglés era agotador—Ya comprobé que no puedo con esto.

Ambos adultos se miraron.

— ¿Y qué sugieres?—su madre la miró—No estaremos tranquilos si te dejamos volver con Julia.

—Quiero recibir clases en casa.

—Olivia no será lo mismo.

—Será mucho mejor porque no tendré que socializar con nadie—y se corrigió—No, eso se escuchó mal pero entiendes mi punto, ¿Verdad?

— ¿Y qué harás cuando te gradúes?, ¿Asistir a la universidad desde casa?

—No es mala idea.

— ¡Olivia!

—Era broma—se apresuró a decir—Quiero estudiar desde casa, por favor—suplicó—Tendré excelentes calificaciones, mejores que las de la escuela.

—No exageres—su padre respiró profundo viendo a su esposa— ¿Qué opinas de esto?

—Si esto hará que ella se sienta mejor y más tranquila lo aceptaré.

—Gracias, mamá—la abrazó con fuerza.

—No cantes victoria aún, jovencita. Iré el lunes a tu escuela, hablaré con el director del asunto, hasta no tener nada claro deberás seguir asistiendo a clases, ¿Está bien?

—Está bien.

—Liv, si tienes problemas no dudes en contarle a un profesor.

Olivia inconscientemente pensó en Jeon JungKook defendiéndola como un héroe.

▪︎▪︎▪︎

El timbre despertó a JungKook haciendo que restregara sus ojos en sus manos. Somnoliento se levantó colocándose una camisa, caminó como zombie hacia la puerta, al abrirla reconoció a la mujer de cabello corto y liso. Sonrió divertida al ver a su hijo tan somnoliento.

—Aigoo, mira la hora que es y tú sigues durmiendo,  JungKookie—reprochó cariñosamente. Tenía un bolso en su hombro, colgando de éste y algunas bolsas en sus manos con productos del mercado.

— ¿Mamá?—bostezó cubriendo su boca.

—Claro que soy yo, tonto, ¿Ya no reconoces a tu madre?—entró a la casa dirigiéndose a la cocina—Todo está muy ordenado—felicitó—Temía encontrar un desastre, sé que estás muy ocupado con la escuela, ¿Todo bien con el trabajo?

La señora Jeon tenía ligeras arrugas de expresión, usaba unas gafas de cristal similares a las que JungKook había estado usando. El chico cayó en cuenta que no las tenía puestas, su visión había amanecido de buen humor aparentemente. El cabello corto de la señora Jeon era oscuro con algunas canas en él, tanto su madre como su padre siempre trabajaron duro para permitirle una buena vida, no con lujos pero una vida aceptable, a la fecha era JungKook quien les devolvía todo eso ayudándolos económicamente de vez en cuando.

—Todo bien—pasó su mano por su cabello algo despeinado. Tenía un suéter negro que le quedaba algo suelto pues al cruzarse de brazos su espalda se notaba más ancha y sus brazos más fuertes—No sabía que vendrían a visitarme.

—Vine sola, tu padre se ocuparía del negocio estos días.

— ¿Todo está bien en Busan?—apoyó sus manos del mesón de la cocina— ¿Cuántas cosas compraste, mamá?—cuestionó al ver que sacaba diversas cosas de las bolsas.

—Debes comer bien en el tiempo que estaré aquí.

— ¿Cuánto piensas quedarte?

—Días, nada más. ¿Por qué?, ¿A tu novia le molesta?

—Sabes que no tengo novia—la ayudó con las cosas que iban en el estante. Su madre no alcanzaba del todo allí, le recordó a Liv, ella hubiera saltado para alcanzarlo.

—Espera un segundo, ¿Por qué sonríes?

— ¿Qué?, no, no sonreí.

—Estoy viéndote, jovencito. ¿Ya tienes novia?—señaló.

Era complicado ocultarle algo a sus padres.

—No tengo novia—insistió.

—El hijo de una amiga conoció una chica extranjera y están próximos a casarse—comentó. No se percató del cambio en los hombros del chico—Esas relaciones no están destinadas a durar, hay muchas chicas que se aprovechan de los chicos como tú, ni se te ocurra presentarnos a una extranjera, Jeon JungKook.

—Mamá, incluso hay mujeres coreanas que pueden lastimar o jugar con cualquier hombre.

—Pero es más arriesgado con los extranjeros.

—No siempre, a veces la vida puede sorprenderte—guardó una bolsa desocupada. Su madre entrecerró sus ojos sospechando.

—JungKook.

— ¿Sí?

—Ten cuidado.

—Claro—se limitó a decir—Voy a tomar un baño, así me despierto más.

—Prepararé la comida.

JungKook caminó a su habitación buscando una toalla en el armario, su teléfono estaba en la mesa de noche, tomó asiento a orillas de la cama recogiéndolo y leyendo los mensajes que tenía.

Olivia:
Buenos días, profesor Jeon. ¿Listo para iniciar el día?

Olivia:
¿Sigue dormido?, vaya, vaya, al parecer alguien es muy dormilón.

Olivia:
Estoy preocupándome. ¿Habré anotado el número mal?

JungKook sonrió divertido. Olivia le había escrito por la mañana y ya eran las dos de la tarde, sin dudarlo escribió una respuesta.

JungKook:
No anotaste nada mal. Estaba durmiendo, buenos días o buenas tardes mejor dicho. ¿Cómo te fue anoche?

Olivia:
Pude hablar como dijiste, mis padres aceptarán que tome clases desde casa.

JungKook:
¿Te sientes bien con eso?

Olivia:
Mucho mejor. Estoy más tranquila.

JungKook:
Entonces...¿Ya no te veré en la escuela?

Aquel mensaje sonó un poco triste. No sólo él lo creyó, Olivia que recién lo leía hizo una pequeña mueca, si JungKook ya no sería su profesor...¿No debería alegrarse?

Olivia:
Podremos vernos, sólo que no en la escuela.

Olivia:
¿Debemos despedirnos ahora?

JungKook:
¿Por qué?, ¿Volverás a irte?

Olivia:
¿Quieres que me vaya?

La respuesta le dio algo de miedo, pero al recibirla sintió una ligera calma.

JungKook:
No vuelvas a irte jamás.

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