𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 7: 𝑀𝑎́𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑎𝑙𝑢𝑚𝑛𝑎
El día de clases había finalizado, JungKook se sentía cansado y un tanto irritado con el problema de su vista, quería pasar por una farmacia para comprar una gota para sus ojos, caminó con su maletín colgando del hombro, algunos alumnos se despedían de él al verlo, fue al estacionamiento de la escuela sacando las llaves de su auto, entró al vehículo dejando el maletín a un lado. Respiró profundo quitándose las gafas sintiendo la comezón en sus ojos, a veces podían doler, tornarse rojos por el ardor o picar como en ese momento, generalmente pasaba alguna de esas si estaba bajo presión o físicamente cansado, su vista se ponía mucho peor.
El doctor le había dicho que su caso era algo hereditario, su atrofia venía por parte de sus padres, la mayoría de familiares de su madre tenían problemas con la vista y la mayoría de los familiares de su padre pasaban por lo mismo, había pocos en ciertas generaciones que perdían la visión completamente por la atrofia.
JungKook era uno de esos casos.
Su doctor había sido claro, con el paso del tiempo su visión irá deteriorándose hasta perderla por completo quedando ciego. Nunca había tenido problemas con la visión hasta que llegó a la etapa universitaria y fue allí que la molestia inició, algunas veces tenía dolores de cabeza por lo mismo.
Unos toques a la puerta del auto lo sacaron de su silencio, JungKook se colocó las gafas bajando el cristal de su ventana, era la profesora Park.
—Lo siento, vi que no se había ido todavía y quería preguntarle si puede llevarme a una tienda no muy lejos.
—Ah—comprendió. La profesora Park siempre había sido amable con él y fue la primera persona en caerle bien, bueno, además de NamJoon—Sí, claro, suba.
Rosé rodeó el auto con un bolso en su hombro, subió a éste colocándose el cinturón de seguridad. JungKook se puso en marcha encendiendo el motor.
— ¿Estaba llorando?
—¿Qué? —preguntó sin comprender.
—Pensé que estaba llorando cuando lo vi.
—Ah, no, sólo estoy cansado—mintió a medias, pues en parte era cierto. Rosé sonrió un poco revisando su teléfono.
—Los chicos agotan más que otros días.
El auto se dirigía a la salida de la escuela, Rosé distinguió una cabellera rubia de pie cerca de la acera. Olivia parecía maldecir al no obtener respuesta en su teléfono, furiosa giró sobre sus talones caminando sola.
—Me he dado cuenta que los chicos son malos con ella.
JungKook volteó a verla.
— ¿Ella te lo dijo?
—No, creo que la señorita Miller intenta acostumbrarse, pero también creo que los demás no cooperan.
JungKook la volvió a ver caminando mientras conducía, quiso invitarla a subir a su auto para llevarla a casa, pero con la profesora Park allí prefería no hacerlo, en el espejo retrovisor vio a Olivia quedar atrás.
Dos semanas después
Dos grupos estaban formados, Olivia estaba en el grupo B, tenían una rutina de ejercicios por hacer que el profesor WonHo había colocado para todas las chicas en la cancha, una de ellas era trepar por una cuerda que colgaba del techo, Liv parecía no tener mucha fuerza en sus brazos, ese obstáculo le complicó las cosas al grupo atrasándolos y perdiendo puntos por su culpa. En los vestidores cuando las demás se cambiaban luego de un baño, Liv sentía miradas fulminándolas.
—Oye—llamó una de las que estuvo en su grupo. Era más alta que ella y delgada, sus piernas eran largas— ¿Nunca has escalado una tonta cuerda?, ¿En tu país no hacen eso? —se mofó.
—Lo siento, sé que perdimos puntos por...
—Mírenla hablando coreano—se burló. Tres chicas más sonrieron con malicia—Todos en el salón se sienten ofendidos cada vez que abres la boca y usas nuestro idioma.
Olivia no quería una pelea, aunque estuviera hartándose prefería alejarse del problema.
—Si te hablara en mi idioma dudo mucho que me entiendas considerando que en inglés son pocos quienes parecen entender a la profesora Park.
Algunas rieron por lo bajo ante eso. La chica se acercó a Olivia intentando intimidarla usando su altura.
—Ten cuidado, rubia—advirtió—Aquí hacemos las cosas diferentes.
—Me parece que exageras por unos puntos.
—Para nosotras no—la empujó. Liv se golpeó con el casillero haciendo una mueca de dolor—Mantente lejos de todos.
Poco a poco fueron retirándose en grupos, Olivia esperó que todas se fueran para luego salir, recogió su cabello en una coleta alta, pero se detuvo al escuchar su nombre.
—¿Señorita Miller?
— ¿Sí, profesor? —se acercó.
—Sé que su grupo perdió puntos por la evaluación de hoy, ¿Las chicas fueron duras contigo?
—No—forzó una sonrisa.
— ¿Segura?
—Sí.
—Cualquier cosa puede decírmelo.
Y ella prefirió no hacerlo. Asintió para luego retirarse, sacó su teléfono caminando por el pasillo, presionó el primero que apareció en los más buscados. Fue hasta el jardín deteniéndose en una esquina para hablar mejor.
— ¿Liv?
—Papá.
—Estoy en una reunión ahora, ¿Qué sucede?
Y eso era todo el tiempo. Los ojos de ella contuvieron las lágrimas, realmente quería que le pusieran atención y la escucharan, pero cada vez pasaba más tiempo sola, de alguna manera le estaba afectando más que cuando estaban en Miami.
— ¿Puedes escucharme, por favor? —suplicó. Su voz fue algo apagada, el señor Miller no pudo notarlo—No quiero venir a esta escuela.
—Olivia...
—No, escucha, por favor, realmente necesito estudiar desde casa. Sé que debo acostumbrarme, pero me siento incómoda en este lugar, ninguno de mis compañeros me quiere aquí y...
—Liv, debo irme, mi jefe me llama.
—Papá...
—Hablamos en casa.
Y la llamada finalizó.
Olivia respiró profundo conteniendo algunas lágrimas de impotencia, ¿Y si tomaba sus cosas y regresaba a Miami?, no, no podía hacerle eso a sus padres, era mejor hablar con ellos sobre esa idea. No, era mejor hablar primero con su hermana, sí, contarle de ello y hacer el resto.
— ¿Olivia? —giró sobre sus talones. El profesor Jeon la veía con preocupación, vestía formal como las veces anteriores, sintió las ganas de abrazarlo, pero se contuvo, sólo aumentó sus ganas de llorar— ¿Estás bien?
"Sí, tranquilo"
—No—negó con suavidad. Parpadeó varias veces apartando las lágrimas—No me siento bien.
▪︎▪︎▪︎
Hablar en un salón sería ser interrumpidos a cada minuto o ser malinterpretados por alguien, por esa razón JungKook y Olivia se verían luego de las clases. Liv tuvo que esperar al chico a unas dos cuadras de la escuela para evitar ser vistos por alguien de la institución, el auto del profesor Jeon era de color gris, los asientos blancos se mantenían limpios.
—Bonito auto.
—Gracias—la evaluó rápidamente— ¿Te sientes mejor que en la mañana?
Ella respiró profundo cruzándose de brazos, su bolso descansaba sobre sus piernas. Se notaba molesta y triste.
—Un poco.
—Ya veo—pensó unos segundos—Hay un lugar que podría calmarte, ¿Quieres acompañarme? —Liv lo miró unos segundos, aquel chico parecía tener las mejores intenciones para animarla, era el único que realmente se estaba preocupando por ella y aunque sabía que estaba mal por ser sólo su profesor de literatura, se olvidó de aquello.
—Gracias.
—¿Por qué?
—Por ser atento conmigo, al parecer eres el único a quien le importo—bajó la mirada a sus zapatos. JungKook con una mano apoyada en el volante ladeó su cabeza entendiendo que pasaba.
— ¿Discutiste con tus padres?
—No—y añadió—Creo incluso que ese es el problema, nunca tienen tiempo para nada referente a mí, sé que en la vida debemos ser comprometidos con nuestro trabajo, pero ellos lo llevan al límite—comenzó a molestarse—Tengo días queriendo hablar con ellos, tengo días queriendo expresar lo que siento con ellos, pero nunca tienen tiempo y por alguna estúpida razón esto me afecta más que cuando estábamos en Miami—tomó aire al hablar tan rápido.
—¿En Miami trabajaban tanto como aquí?
—Siempre lo han hecho.
—Quizás te afecta más por estar alejada de tu zona de confort, ¿No crees? —la miró pasar con frustración sus manos por su melena rubia. Se veía tierna molesta, pero también la tomaba enserio—Olivia.
—No.
—Olivia.
A ella le gustó como sonaba su nombre en sus labios. Una mano se posó en su barbilla obligándole a voltear con suavidad, sus ojos azules se posaron en aquellos ojos oscuros detrás de las gafas.
Olivia se encontraba en el muelle sentada en una pequeña plaza que había allí, revisaba su teléfono con los auriculares puestos. El sol estaba bajando creando una bonita imagen en el horizonte del océano, frente a la chica se apreciaba el atardecer. Algunos turistas tomaban fotos o comían algo, uno de esos turistas notó a la rubia encontrándola familiar.
Era la chica de ayer en la playa. ¿Cómo había dicho que se llamaba?
JungKook no se acercó, fue ella quien al levantar la mirada lo encontró mirándola. Sonrió reconociéndolo e indicándole que se acercara.
—Las cosas tienen solución—susurró al regresar a la realidad.
—Y mis padres no la quieren ver.
—Sabes que no es así.
—Quiero regresar a Miami—él alejó su mano lentamente sintiéndose un poco inquieto con eso—Podría vivir con mi hermana y...yo... —se calló. No debía decir lo siguiente.
—¿Tú qué?
"Yo podría sentirme tranquila con mis emociones"
—Nada.
—¿Sabes qué?, te llevaré a este lugar y no te dejare ir hasta que te sientas tranquila, ¿Está bien?
Inconscientemente sonrió.
—Esto está mal, ¿Sabes?
—Fuera de la escuela no soy tu profesor ni tú mi alumna.
—Eso suena peor—dejó salir una risita nerviosa— Dentro o fuera de la escuela seguimos siendo profesor y alumna.
—No para mí—encendió el motor.
—Pues debería ser.
—Pero no lo es.
Ambos rodaron los ojos sin percatarse del mismo gesto. La terquedad parecía acompañarlos a ambos.
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