𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 36: 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠
La solicitud de videollamada apareció en la pantalla de la laptop, Julia aceptó permitiendo que la cámara se encendiera. Del otro lado estaba Kim NamJoon con un cabello tan oscuro como la misma noche, Julia sonrió un poco sin evitar sentir cosquillas en el estómago por ese hombre. Kim NamJoon le gustaba y mucho, lo suyo si seguía avanzando, sólo que tenían un plan en mente desde hace un año.
— ¿Estás sola?
De fondo se podía ver que estaba en una habitación.
—Liv se fue a dormir hace una hora, podemos hablar—se acomodó en su cama con su laptop en sus piernas—Hablé con ella sobre el viaje.
— ¿Y...?
—Olivia no quiere saber nada sobre Corea del Sur—suspiró—Es entendible considerando lo que pasó, intenté animarla pero se negó. Debemos armar un plan B—y entonces preguntó— ¿Hablaste con JungKook?
—Lo hice—asintió cruzándose de brazos.
— ¿Y qué te dijo?
—Tocamos el tema de Olivia después de dos años, pensé que diría que no quería hablar de ello, dijo que siempre piensa en ella pero que no le gustaría verla de nuevo.
Tanto NamJoon como Julia habían armado un plan para que ambos se encontraran de nuevo pues pensaban que realmente merecían estar juntos sin importar las dificultades. Lamentablemente, el año pasado JungKook había perdido la vista por completo quedando ciego.
— ¿Deberíamos olvidarnos del plan?
—Conozco a este chico, aunque sus padres lo tratan muy bien sé cuanto extraña a tu hermana, se nota en toda su expresión, sé que piensa en ella como dijo y te aseguro que quiere volver a escucharla.
Julia suspiró pasando sus manos por su cabello largo.
—Olivia no saldrá del país, ya lo dejó en claro.
— ¿Qué tal si los juntamos en otro país?, ya lo sé—sonrió—Puedo llevarme a JungKook a Miami.
— ¿Crees que puedes engañarlo?
—No podrá ver lo que dicen los boletos del avión.
—Tengo entendido que ellos dos se conocieron en la playa, ¿Podríamos hacer el encuentro allí?
—No es mala idea. Le haré creer que iremos a París.
—Lo dejo en tus manos, Joonie.
—No te preocupes, haremos que esos dos vuelvan a encontrarse.
▪︎▪︎▪︎
Podía captar diferentes sonidos, podía identificarlos, sin necesidad de ver lo que pasaba a su alrededor su mente imaginaba la escena, su padre tomaba una de las bolsas guardando las frutas que algún cliente había escogido, imaginó el dinero entrando a la caja y las personas dejar el local. Los padres de JungKook mantenían una frutería a plena calle atrayendo clientes por el tiempo que tenían allí, era una tienda mediana con frutas de todo tipo.
El señor Jeon revisó su teléfono al sacarlo del bolsillo de su delantal. Se acercó a su hijo quien estaba sentado sobre una caja de madera donde trajeron algunos aguacates, desde hace un año JungKook sostenía aquel bastón delgado que le permitía ubicarse un poco más en la calle. Aquellos ojos grandes permanecían perdidos en algún punto, lo único que él podía ver era una pantalla negra. ¿Se sentía inútil?, mucho.
—Tu madre debe venir con el almuerzo—tomó asiento a su lado. JungKook había dejado el color morado de su cabello, había vuelto a ser totalmente negro, algunos mechones sobresalían de sus orejas. El ex profesor de literatura tenía en sus manos aquel bastón que se encogía cuando quería— ¿En qué piensas?
—Nada.
—Sé que piensas en algo, desde que volviste de Seúl piensas mucho sin importar la hora—el señor Jeon era tan fuerte como su hijo a pesar de ser un hombre mayor, en el rostro eran muy parecidos—Tu madre no está, puedes hablarme tranquilo.
El chico respiró profundo recostando su cabeza de la pared.
—Hay una persona que no deja de aparecer en mi mente.
— ¿Es una chica?
—Sí.
— ¿La conozco?
—No. Ella no es de este país—el hombre se sorprendió—Su nombre es Olivia, es una chica muy hermosa—sonrió tristemente recordando el color de sus ojos y cómo se sonrojaba cuando le decía algo dulce.
—Eres muy hermosa.
—No empieces—Liv se echó reír con un ligero nerviosismo. Las sábanas estaban enredadas en ambos cuerpos y él estaba sobre ella apoyando sus manos a ambos lados de su cabeza.
—Es divertido hacerte sonrojar.
—Así que disfrutas con mi sufrimiento.
—Más o menos.
Ella volvió a reírse recibiendo gustosa sus besos.
— ¿La conociste en Seúl?—JungKook no respondió. A su mente vino la última vez que habló con ella.
—Nadie está rindiéndose, estamos haciendo lo que íbamos a hacer luego de tu graduación y eso es despedirse—indicó—Regresa a Miami, estudia para ser enfermera, ama tu carrera, comienza tu trabajo y conviértete en la increíble mujer que sé que serás.
— ¿Y si no lo soy?, ¿Y si después de esto todo se vuelve peor?, ¿Y si no vuelvo a enamorarme?, no quiero enamorarme, quiero estar contigo.
—Eso lo dices porque estás molesta ahora mismo, pero la vida es así y las personas siguen adelante—ella negó con la cabeza negándose a aceptarlo—Eres joven.
—Tú también eres joven, esto es injusto.
—Olivia. No quiero ser duro contigo, cuando la llamada acabe borraré tu número—todo estaba siendo doloroso—Quiero que hagas lo mismo con el mío.
— ¿Y qué si no lo hago?
—Será peor para ti. Vive una buena vida.
—Papá.
— ¿Sí?
— ¿Piensas como mamá sobre las relaciones con personas extranjeras?
Pocas veces ambos hombres se quedaban a solas, cuando pasaba hablaban de trivialidades, por eso el señor Jeon estaba un tanto sorprendido por la pregunta.
— ¿Sigues en contacto con esa Olivia?
—No—suspiró—Desde hace dos años no sabemos nada del otro, ella regresó a su país y yo me vine aquí.
— ¿Sabía sobre tu atrofia?
—Sí. Insistió mucho en ayudarme—recordó cuando vendaba sus ojos para que usara sus otros sentidos—Fue un gran apoyo para mí—su voz bajó de tono. Recordar era más doloroso que vivirlo—No quería que me viera así.
— ¿Así cómo?
—Un chico ciego que debe vivir a cuestas de sus padres.
—Nos ayudas con el negocio, hijo—colocó su mano en su hombro—Tú también trabajas aquí—JungKook bajó la mirada respirando profundo. Como si luchara por mantener la calma—Extrañas a esa chica, ¿No?, por eso estás tan diferente.
—A veces me pregunto si hice lo correcto.
—Las relaciones con personas extranjeras no siempre funciona pero hay relaciones especiales que con un duro trabajo logran hacerlo—dio palmaditas a su hombro—No eres inválido, JungKook, que no puedas ver no significa que serás menos amado o querido.
—No le digas a mamá que hablé de esto contigo, ella dejó en claro que no quiere una relación de ese tipo.
— ¿Quieres un consejo?, ve a buscarla.
—No. Ya debe tener su vida hecha, no la arruinaré de nuevo.
— ¿Quieres sufrir toda tu vida entonces?, hazme caso, ve a buscarla. Quizás te sorprendas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro