𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 24: 𝐿𝑜𝑠 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒𝑠 𝑠𝑒 𝑒𝑞𝑢𝑖𝑣𝑜𝑐𝑎𝑛
Olivia debía mantener reposo al menos dos días más, si bien no tenía fracturas pero una caída por las escaleras siempre era delicado. Por órdenes del director Kim debía mantener reposo una semana, las tareas y trabajos serían enviados a su correo, al incorporarse podría entregarlos sin problema. Julia había estado con ella toda la mañana compartiendo un rato a su lado, se sentía bien tener a su hermana allí atendiendo sus necesidades o quizás el hecho de no estar sola ya era agradable.
La adolescente de dieciocho años salía de su baño con una toalla en su cabello. Sus padres la esperaban en la habitación queriendo hablar con ella a solas.
— ¿Te sientes mejor con el baño?—preguntó su padre sentado en la silla del escritorio.
—Un poco—las mangas cortas de su camisa dejaban ver sus brazos maltratados por la caída y los shorts negros dejaba a la vista los rasguños en sus piernas junto algunos moretones— ¿Y Julia?
—Está abajo esperando que llegue el delivery de la comida que pidió.
—Hace mucho que no comemos los cuatro como familia.
—Olivia, queremos hablar contigo. Sé que muchas veces nos dijiste lo mismo y no te escuchamos, ¿Podrías escucharnos, hija?—pidió la mujer. Liv respiró profundo asintiendo. Se cruzó de brazos mirándolos.
—La chica que te empujó fue expulsada de la escuela—Olivia formó una O con su boca—El director Kim la expulsó luego de que las cámaras demostraran lo que ocurrió.
—Eso me calma un poco.
—Esa chica no te molestará de nuevo—dijo su padre—Tu madre y yo...queremos ofrecerte una disculpa—eso la sorprendió aún más—Lamentamos no haberte escuchado y tener que haber llegado a este punto, lo siento mucho, hija.
—No me hagan sentir mal...
—No tenemos esa intención—miró a su madre—A veces los padres también deben disculparse con los hijos cuando hacen algo malo o cuando no tenían razón, tu hermana me dijo que estuviste ayudándola antes de su llegada—Liv asintió lentamente sin ubicarse. ¿Julia mintió para encubrirla?—Aún así estuvo mal que pasaras la noche en otro lugar sin avisar, nos preocupamos por ti y eso fue un susto para ambos.
—Lo siento—asintió.
—Reduciré tu castigo—Liv sonrió ante las palabras de su padre—Al finalizar esta semana te devolveré tus cosas, si vuelve a pasar algo similar será un mes, ¿Entiendes?
—Entiendo.
Su madre se levantó abrazándola.
—Te quiero mucho, cariño.
▪︎▪︎▪︎
—Así que la expulsaron—Rosé estaba en la sala de maestros con JungKook y otros profesores. Ellos dos conversaban en una esquina bebiendo algo de café—El director Kim no había expulsado a nadie en mi tiempo aquí.
—Estaba muy serio cuando dio la orden.
—Debes sentirte más tranquilo, Olivia también descansará de esa chica. ¿Has hablado con ella hoy?
—Está castigada por dos semanas, no podemos comunicarnos por ese tiempo. Ahora que NamJoon le dio una semana de reposo menos la veré.
Rosé notó como al decirlo su tristeza era evidente. Sonrió un poco, no mentiría, a ella le hubiera gustado que el profesor Jeon mostrara esa atención por ella, el amor era raro muchas veces. El teléfono de JungKook comenzó a vibrar con una llamada entrante de un número desconocido, frunció el ceño respondiendo.
— ¿Hola?
— ¿Puedes hablar?—reconoció la voz. Dejó la taza en una mesa saliendo de la sala un momento al pasillo.
— ¿Cómo estás llamándome?
—Julia le pidió tu número al director Kim. Mis padres me contaron lo de HiYeong.
—Ya no te molestará.
—Gracias.
—No agradezcas, era lo correcto—sonrió un poco— ¿Cómo te has sentido?, ¿Sigues sintiendo dolor?
—Un poco. Me recuperaré, no te preocupes.
—Intenta descansar lo que puedas, si necesitas ayuda con las tareas puedes decirme.
—Mis padres quitaron una semana de castigo. Julia me ayudó un poco para que bajaran sus sospechas de que estoy saliendo con alguien—explicó—En una semana volveré a molestarte.
JungKook sonrió como idiota apoyando su espalda de la pared.
—No me molestas.
— ¿Entonces me extrañas?
—Más de lo que te imaginas.
La imaginó sonrojándose mientras sus ojos azules brillaban de manera especial.
— ¿Cómo ha estado tu visión hoy?
—Igual. Sigo sin distinguir el rojo, a veces se torna borrosa, principalmente en la mañana.
— ¿Sabes algo de tus padres?
—No. Sé que mi madre llamará de nuevo insistiendo que me vaya pronto a Busan.
—Cuando decidas la fecha...mantenme al tanto, por favor, así aprovecharé el tiempo que me queda.
—Ya, ninguno de los dos morirá.
—Pero no será lo mismo cuando te vayas.
De fondo se escuchó una voz.
— ¿Liv?
—Es Julia, mis padres están llamándome. Debo colgar.
—Cuídate y descansa, ¿Sí?
—Sí, profesor Jeon.
Una vez más sonrió como tonto.
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