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Capítulo 1

Baekhyun fue a abrir la puerta cuando sonó el timbre molesto, bufando, y con una cara de pocos amigos que no pensaba ocultar. La sonrisa en la cara del chico tras la puerta vaciló al ver el ceño fruncido del chico de pelo rubio que le había abierto. Baekhyun no lo saludó ni lo invitó a pasar, tan sólo dejó dicha puerta abierta y se largó a su cuarto sin dedicarle una segunda mirada.

No estaba contento, para nada. Sabía que era la tercera vez que repetía esa asignatura en la facultad, pero pensaba que ponerle un tutor particular era exagerado. El primer año Baekhyun ni se había presentado al examen a sabiendas de que sin tocar un libro no se podía aprobar, y el segundo año tuvo la mala suerte de que tanto en la convocatoria ordinaria como en la extraordinaria habían caído textos que no recordaba haber estudiado. Pero eso era todo, un poco de mala suerte y de dejadez.

Oyó a su madre hablar en la entrada con el chico, dirigiéndose a su habitación. Contó mentalmente los escalones conforme los subían, pero hizo como si no esperara que nadie fuera a entrar a su cuarto cuando su madre abrió la puerta sin llamar, mirándola con el ceño fruncido.

- Baekhyun, este es Chanyeol, será tu profesor de Literatura este cuatrimestre.

- ¿Sabes que no quería un profesor particular, mamá? -preguntó fríamente, importándole poco o nada que dicho profesor estuviera allí mirándolo.

- ¿Sabes que no quiero tener que volver a pagarte la matrícula de esa asignatura? -replicó su madre con el mismo tono-. Más te vale aprobar.

Baekhyun bufó y rodó los ojos, pero su madre le mostró a su profesor el escritorio y una silla para sentarse, recordándole que la asignatura a impartir era Literatura Inglesa I y que su hijo era un cabezota que no entendía que necesitaba que lo ayudaran, así que le deseaba suerte.

Cuando se hubo ido, Baekhyun hizo ademán de levantarse, pero su profesor le lanzó el pesado libro de Literatura a las manos, haciéndolo caer de nuevo a su asiento mientras le sonreía.

- Podría haberme matado, imbécil.

- No deberías haberte levantado, ¿Baekhyun era tu nombre?

- Son más de tres mil páginas, podría haberme dislocado la muñeca.

- Entonces ponlo encima de la mesa y vamos a estudiar.

Baekhyun bufó, colocando el libro sobre la mesa tal y como le habían indicado. El profesor era tozudo, aunque no había perdido la sonrisa en su amargo intercambio de palabras.

- Muy bien, Baekhyun, ¿tienes apuntes, notas, algún material extra que podamos usar? -Baekhyun simplemente lo miró, sin contestar, pero no pareció alterar al otro-. Muy bien, empezaremos con el libro.

Abrió el pesado tomo por el primero de los temas que, según el temario que le había proporcionado su madre cuando lo contrató, debía tratar y sacó unas gafas de lectura de un estuche de su mochila. Baekhyun arrugó la nariz nada más ver el título, pero sabía que eso era nada en comparación con lo que le tocaría repasar más adelante.

- Caedmon's Hymn and The Dream of the Rood -leyó el profesor en voz alta. Baekhyun odiaba admitir que las palabras inglesas pronunciadas con la voz grave y sexy de su profesor le produjeron escalofríos. El tipo se veía sexy con su pelo negro perfectamente peinado leyendo literatura inglesa con aquellas gafas que le daban un aspecto intelectual, y Baekhyun tuvo que recordar que era su tutor particular y que ni la asignatura ni las clases particulares le hacían gracia-. ¿Qué puedes decirme sobre estas obras, Baekhyun?

Bastante poco, pensó, y aún menos cuando su profesor lo miró directamente a los ojos. Maldita sea, siempre había sentido debilidad por los tipos sexys con gafas, y su profesor, por mucho que le molestara su presencia, encajaba en esa categoría. Obligó a su cerebro a pensar en la respuesta a la pregunta.

- Ehm... primeras obras en inglés de las que se tienen registros y, ehm, de autor desconocido.

- Bueno, es más de lo que esperaba, sabiendo lo que tu madre me había dicho -se encogió de hombros, volviendo al libro, pero el rubio frunció el ceño.

- ¿Qué dijo mi madre? -el otro pareció ignorarlo deliberadamente, así que , gruñendo por lo bajo, se resignó-. Chanyeol -lo llamó por su nombre, haciendo que al fin se girara a mirarlo-. Por favor.

- Dijo que eras un vago que ni se molesta en mirar los apuntes porque sabes que vas a suspender.

Baekhyun tuvo la decencia de ponerse rojo antes de responder.

- Eso sólo fue un año -admitió.

- Entonces espero que este año le pongas más ganas -Baekhyun bufó.

- Sí, claro.

Esa respuesta pareció no contentar al moreno, quien se giró en la silla para encararlo, mirándolo muy serio. Baekhyun tragó saliva, pensando que debería haber cerrado su gran bocaza.

- Baekhyun, te voy a ser muy sincero. A mí me van a pagar apruebes o no, mi sueldo no variará si al final del cuatrimestre tienes un cero o un diez -el tipo ni siquiera pestañeó al decirle aquello, como si realmente le resbalara-. Pero me molesta perder mi tiempo con gente a la que ni le va ni le viene lo que le cuente, así que si no te lo vas a tomar en serio, le diré a tu madre que te busque otro profesor particular.

Baekhyun se mordió el labio. Él quería aprobar y el chico realmente no tenía culpa de que su madre lo hubiera contratado. Además, si igualmente tenía que aguantar a un profesor particular, al menos el tal Chanyeol era guapo y joven, no como el amargado de mediana edad que lo ayudó en su segundo año a sacarse Lengua Inglesa II porque no encontraba 'un trabajo a la altura de su formación', como él decía.

- Está bien, me esforzaré -por la mirada que le dio Chanyeol, alzando las cejas, no parecía que su profesor lo hubiera creído, así que añadió-. Lo haré lo mejor que pueda, en serio.

Chanyeol sonrió.

- Muy bien.

Dos horas, dos malditas horas después la cabeza de Baekhyun iba a explotar, pero había conseguido retener la información acerca de los dos textos y no sólo eso, sino que él mismo había identificado algunas de las características, y Chanyeol estaba bastante contento con el resultado.

- Tu madre te subestima, Baekhyun, creo que no tendrás problemas para aprobar si te aplicas -le dijo entusiasmado ya en la puerta de la casa del chico, dispuesto a irse. Cuando se había levantado para acompañarlo a la puerta, el rubio descubrió que su profesor le sacaba fácilmente una cabeza, no le había prestado atención cuando le abrió la puerta, pero aquel dato no lo molestó, sino que descubrió extrañado que le gustaba- ¿Nos vemos en dos días?

Baekhyun asintió, haciendo que el alto sonriera. Se despidió de él agitando la mano, subiendo a su moto tras haber guardado la mochila en el maletero y se marchó. Cuando cerró la puerta, Baekhyun se encontró sonriendo y pensando que quería que llegara el jueves.

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Baekhyun estaba sorprendido con sus avances en Literatura. De hecho, todos lo estaban, desde su madre, pasando por su mejor amigo Jongdae hasta su profesor de Literatura en la universidad, quien tuvo de poco a ningún tacto abriendo la boca en un O perfecta cuando Baekhyun contestó correctamente a una pregunta que había lanzado a la clase en general.

- Lo has dejado helado en el sitio, Baek -Jongdae aún reía mientras volvían a casa después de clases, un par de horas después-. Esas clases te están viniendo bien, podrías pasarme el teléfono de tu profesor. Si ha conseguido enseñarte algo, es que es bueno.

Baekhyun procedió a decirle dónde pensaba meterle el número de su profesor por gilipollas, pero tuvo que reconocer que Chanyeol había conseguido meter algo en su dura mollera.

Quizá el hecho de que su profesor estuviera de buen ver y que él quisiera impresionarlo tenía algo que ver. Quería demostrarle que realmente se tomaba en serio las clases y que estaba aprendiendo, aunque le costó un jodido infierno meterse en la cabeza qué demonios era un kenning.

La verdad es que Chanyeol era buen profesor, no le importaba repetir las cosas más de una vez y de distintas maneras para que lo entendiera, aunque Baekhyun pensaba para sí mismo que muchas veces no entendía lo que le decía no porque el concepto fuera complicado, si no porque estaba más interesado en mirarle los labios cuando hablaba o en empaparse de su voz grave y sexy mientras leía extractos de The Canterbury Tales.

Baekhyun realmente tenía un problema, uno grande y gordo, con su profesor. No era normal que fantaseara con él, menos que tuviera sueños húmedos con él, pero no podía evitarlo. Ya se había resignado a la atracción que ejercía el alto sobre él y alguna vez, en la ducha, se había dejado llevar por sus deseos y se había masturbado con imágenes de su profesor haciendo cosas con él por las que no se le pagaba.

De hecho, Baekhyun creía que no pasaría de ahí. Su profesor parecía ignorarlo deliberadamente cuando el rubio se inclinaba un poco de más para leer el fragmento que le había señalado o alguna explicación garabateada en su hoja, o cuando sus dedos rozaban a propósito los del moreno cuando le pasaba el boli para firmar el documento de que había recibido la clase.

El colmo fue cuando el día antes de un examen en el que tenía clase con Chanyeol, el tipo llegó tarde, excusándose porque había perdido la noción del tiempo y luego una tal Yoora no dejó de mandarle mensajes mientras le daba clase, tantos que Chanyeol tuvo que apagar el teléfono para que ambos se concentraran. Baekhyun estaba muy cabreado cuando el alto se fue, prometiéndole recuperar el tiempo perdido otro día.

Esa noche, Baekhyun seguía cabreado. No era sólo que el alto no hiciera caso a sus insinuaciones, si no que era hetero y encima, su maldita novia o lo que fuera no dejaba de mandarle mensajes al teléfono cuando estaba dándole clase.

Miró los apuntes, frustrado. No pensaba estudiar, no tenía ganas y la verdad, no creía poder concentrarse porque cada vez que los miraba se acordaba de su maldito profesor y su maldito teléfono sonando cada dos minutos con una notificación de mensaje nuevo. Iba a salir de fiesta, eso iba a hacer, iba a salir y despejarse, y al examen que le dieran por culo. Total, sólo era un parcial que ni siquiera eliminaba materia.

Salir era la mejor idea que se le podía haber ocurrido, pensó un par de horas después ya en la discoteca. Estaba acodado en la barra, observando el ambiente a su alrededor y atrayendo miradas tanto masculinas como femeninas, lo que lo hacía sonreír como un bastardo. Se había vestido expresamente para ello: vaqueros oscuros ceñidos, camisa clara y pelo peinado hacia un lado y hacia atrás, para dejar mejor visión de sus ojos perfectamente delineados de negro.

Estaba ya un poco tocado, las tres copas que se había tomado comenzaban a hacer efecto y pensó que era el momento de buscar a alguien que le hiciera olvidar su frustración con Literatura, con su profesor y con el mundo en general.

Rodeó la pista de baile, no era lo suyo y prefería utilizar sus encantos fuera de ella, lo que hasta el momento no había fallado y siempre había acabado en alguno de los reservados, de cara a la pared y gritando muy alto. No era fan de los besos con desconocidos, sólo quería una cosa y eso era lo que buscaba.

Deambuló por el local, buscando su objetivo, cuando lo localizó. Lo reconoció como un becario del Departamento de Filología Inglesa, y aunque no se acordaba de su nombre, lo había visto varias veces. Era alto, no tanto como su profesor pero alto, guapo a pesar de que su cara normalmente no reflejara expresión alguna y era definitivamente homosexual, si los rumores de que había conseguido entrar en la Universidad gracias a un buen trabajo oral a aquel profesor de chino no mentían. Alguna vez le había dado clase, reemplazando a algún profesor enfermo y no era un secreto que le parecía que estaba bueno.

Sehun, su mente al fin le dio el nombre que estaba buscando. Colocó su mejor sonrisa de bastardo en la cara y se acercó. El chico estaba hablando con otro tipo que estaba de espaldas a él, pero no le importó. Podía deshacerse de él, o incluso invitarlo a unirse si estaba dispuesto, Baekhyun esa noche se sentía hasta con ganas de probar lo que era un trío si con eso conseguía evadirse.

- Hola, Sehun, no esperaba encontrarte aquí -se hizo oír por encima de la música, cosa que no fue difícil ya que el DJ parecía haberle dado un respiro y estaba poniendo música algo más lenta-. ¿Cómo estás?

- ¿Baekhyun?

El susodicho tuvo que parpadear, porque o el alcohol lo afectaba demasiado o no era la voz de Sehun la que había escuchado. Se giró para mirar por primera vez al chico que acompañaba al becario, y su boca se abrió sin que pudiera evitarlo cuando lo vio.

Era Chanyeol. Chanyeol con su pelo negro peinado hacia atrás, con camisa blanca y pantalones negros, todo ciñéndose a su cuerpo perfectamente de una manera que a Baekhyun lo ponía demasiado caliente, y con una expresión de furia mirando a su alumno. El rubio tragó saliva. La había fastidiado.

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