*+:。.。Capítulo 5。.。:+*
—Ufff, voy a escribirle a mi profe.
Taehyung mantenía su teléfono móvil entre las manos, luciendo una sonrisa coqueta en su rostro, mientras con paciencia esperaba que la app de mensajería KakaoTalk se cargara. La emoción y los nervios recorrían cada rincón de su cuerpo al tener las expectativas tan altas por esa conversación que todavía no se llevaba a cabo.
—Ya abrí la boca, así que debo cumplir mi promesa como buen hombre de palabra.
Hoy a las 7:00 pm
Yo:
Profe.
Soy Taehyung, ¿está por ahí?
Jungkook se sobresaltó cuando la notificación que más espero por fin hizo acto de presencia en la pantalla de su dispositivo inteligente. Se acomodó en el sofá en el que se encontraba descansando un rato después de una larga jornada en el trabajo que más amaba. Porque educar era una vocación que no cambiaría por nada del mundo.
Profe Kookie:
Hola Tae, ¿sucedió algo?
El joven de cabellos oscuros soltó un suspiro. ¿De verdad iba a portarse así? ¿Fingiendo demencia cuando bien sabía que le iba a escribir? Su parte más dramática estaba hablando por él, mostrando lo berrinchudo que podía ser. Sin embargo, las ganas de continuar al pendiente eran más grandes. A su lindo profe podría perdonarle todo.
Yo:
No, nada en particular...
Solo quería saludarlo.
Profe Kookie:
Ah, ya veo.
Entonces... ¿no era nada sobre la clase?
Yo:
No, ya le dije que entiendo muy bien sus clases y mis compañeros también. Por eso no hubo necesidad de que le escribiera más antes.
Solo quería preguntarle una cosita...
Kim mordió su labio como para contra restar la ansiedad que le invadió de golpe al arriesgarse de esa manera. A partir de ahora no había vuelta atrás en su plan, necesitaba darse ánimos para no arrepentirse a último minuto.
Aunque esto ya se veía imposible porque las ganas de seguir jugando con fuego eran más grandes.
¿Cuál era la razón por la que lo hacía? Porque le apetecía, quería, y podía.
Su personalidad se caracterizaba por ser muy decisiva. No obstante, esta vez no estaba tonteando con un chico a su alcance. Era todo lo contrario, se trataba de su maestro.
Ese castaño dulce y tímido, el único capaz de provocar que vacilara tanto en su forma de actuar.
Profe Kookie:
- Claro, dime.
Yo:
¿Por qué es tan lindo?
El joven de piel nívea contuvo un grito eufórico que pretendía escapar de lo más profundo de su pecho. Su estudiante era demasiado directo, aunque no le molestaba en lo más mínimo. Tenía pase libre para avergonzarle todo lo que quisiera. Pero debía ser fuerte y controlarse para no ser tan evidente con las emociones que le provocaba un simple halago como ese.
Profe Kookie:
Esto... Gracias por el cumplido, Tae.
Tú también eres muy lindo.
Solo que tú me ves con esos ojos.
Tampoco soy la gran cosa.
Yo:
Pero... ¡¿qué dices?!
Si usted de seguro fue hecho con mucho cariño por sus papis 😏
Profe Kookie:
Tae 😳
A ese punto Jeon pensaba que el chico quería mandarlo a mejor vida. Ya se veía despidiéndose de su autocontrol, porque se la estaba poniendo muy difícil.
Mientras que Taehyung sacaba pecho orgulloso de su cometido. En definitiva, era cierto que el que no arriesgaba no ganaba. El Romeo de Shakespeare debería pedirle consejos de conquista, ya que él era una maravilla cuando de sonrojar a la gente se trataba.
Yo:
¿Profe?
Profe Kookie:
No sé qué decir...
Yo:
No diga nada jajaja 😂
Mejor no le hagas caso a este tonto que tienes por alumno.
Profe Kookie:
La verdad me gustó que me lo dijeras...
Esperaré más cumplidos de tu parte.
Y no eres un tonto.
Al menos para mí no es así, eres grandioso Tae.
Eres una persona muy capaz y dedicada en sus estudios.
Agradezco que este trabajo me haya dado la oportunidad de conocer a alguien como tú.
Taehyung notó como sus mejillas quemaban. Lo adoraba, estaba disfrutando mucho de las sensaciones que Jungkook provocaba con sus palabras.
—Por Dios, yo tirándole piropos descarados y él me viene con esas cosas tan lindas. Me siento tan conmovido.
Después de hablar consigo mismo, el pelinegro se concentró en redactar una buena respuesta a ese mensaje tan dulce de su educador.
Yo:
Gracias profe, trataré de no decepcionarlo.
Y también no dejaré de lado mis cumplidos hacia su persona.
Creo que ya es hora de despedirme.
Que tenga buen resto del día.
Nos vemos en clase 😊
Profe Kookie:
Claro, Tae. Por supuesto.
Igualmente esperaré las clases con ansias.
Cuídate, adiós.
Y así fue como la primera conversación por mensajes entre ellos finalizó. Teniendo como resultado que Taehyung quisiera seguir coqueteando con él porque era demasiado lindo, mientras Jungkook se permitía entusiasmarse con el hecho de que esos coqueteos ya eran más frontales que antes. No obstante, lo que le supo expresar no era ninguna mentira, pues el menor era un estudiante excelente.
Ninguno sabía lo que le esperaba a futuro, pero para Kim no pasaba desapercibido lo mucho que el profe le estaba gustando más de lo que pudo imaginar, como hace tiempo no le sucedía.
Esperando de corazón que, si su relación escalaba a más, Jeon no lo mandara a volar.
📚
Los rayos del sol entraban por la ventana de la habitación del pelinegro. Como si de una alarma se tratara, ese hecho influenció para que Taehyung se levantara con una pizca de pereza, pero decidido a comenzar a seguir su rutina de cada mañana.
La conversación con su profesor le dejó un poco intranquilo, a pesar de ser él quien tuvo la magnífica idea de coquetearle por mensaje. Suponiendo que era la decisión más acertada en dado momento.
Sin embargo, Kim ya se estaba arrepintiendo pues no recordó que a primera hora tenía clase con el susodicho. No quedándole de otra más que verlo cara a cara.
Demonios, esta situación sabía cómo volarle la cabeza. Cosa que no debería suceder, porque él era Kim Taehyung, mejor conocido por ser el platónico de casi toda la universidad. Era inadmisible que sintiera remordimiento cuando acostumbraba a coquetear de la misma forma en la que bebía una botella de agua. No obstante, tampoco exageraba al decir que notaba que su querido profesor le movía el piso de una forma que no imaginó que sería posible. A la misma vez que lo sometía a una sensación de adrenalina que colaboraba a que la culpabilidad por jugar con fuego se desvaneciera como polvo en el viento.
En estos precisos instantes Taehyung era una completa contradicción. Pero, a fin de cuentas, más tarde que temprano le tocaría asumir las consecuencias que sus acciones generaron.
Cuando ingresó al salón de clases después de que el autobús lo dejara en la parada respectiva, el joven de piel canela esquivó la mirada de su mayor. Apenas atinando a saludar con un escueto "Buenos días" que no le caracterizaba para nada. Al educador le sorprendió su actitud, pero no era difícil deducir que quizá, solo quizá, la razón se le podía otorgar a los mensajes compartidos en KakaoTalk.
Lo que no le cuadraba a Jungkook fue que se comportara así cuando le había dejado muy en claro que no era tímido en lo más mínimo. Lo que escuchó de personas a su alrededor y los flirteos a su persona se lo comprobaban como una prueba irrefutable.
¿Por qué con él debía ser diferente?
Si tan solo era su profesor.
Sin embargo, cada que se le presentaba la oportunidad al castaño, no vacilaba en observar de reojo a su galante alumno.
"Mierda, mierda, mierda. Siento que podría crearme un hueco en la cabeza de lo mucho que se me queda viendo al disimulo. Por Dios Taehyung, ¿dónde quedó tu confianza y creerte el mismísimo Romeo que haría todo por su Julieta?".
Taehyung escribía con diligencia lo que su profesor dictaba desde su escritorio, sin dedicarle la atención que ameritaba a dicho tema. Luego se lo preguntaría a Jimin, ventajas de contar con una fácil comprensión y excelente retención de información.
Park también le dedicaba varias miradas, porque era obvio que algo había pasado entre ellos. Aunque su amigo también le estaba ocultando detalles, pero no se permitiría que eso le carcomiera la cabeza, por lo que decidió continuar escuchando al profesor Jeon.
Ya que lastimosamente él no era tan genio como su amigo como para darse el lujo de no atender a las clases.
El tiempo se pasó volando mientras Taehyung se dio el lujo de ignorar a su maestro. Así sería por el día de hoy, esperando que fuera suficiente para no perder los nervios.
Porque si era honesto no sabría cómo reaccionar si Jungkook perdía la vergüenza de golpe y le decía algo al respecto.
Anhelando recuperarse para seguir molestándolo como acostumbró hacer, obviamente sin consecuencias de su lado que lo hicieran sobre pensar lo que día a día sentía por el mayor.
Todos los estudiantes salieron del salón para retirarse a la siguiente clase. Aunque vale recalcar que Taehyung un poco más y sale volando del lugar por lo rápido que tomó sus cosas, corriendo hacia la salida como alma que lleva el diablo.
Jimin ni siquiera se lo pensó dos veces para seguirlo a toda prisa.
—Tae, espérame.
Lo agarró del brazo, tratando de regular su respiración. Su pecho subía y bajaba en busca de oxígeno, hace mucho que no corría tanto. Ni en educación física se daba esos maratones dignos de Usain Bolt.
—¿Se puede saber qué te sucede?
—Nada Minnie, solo vámonos.
Se soltó de su agarre para esta vez ser él quien lo tomara del brazo. Incitándole a que siguieran caminando en el trayecto que les quedaba, mientras el más bajito rodaba los ojos con poco convencimiento.
—No te creo, pero si no quieres decirme no puedo obligarte.
—En serio no es nada, Jiminnie.
Kim rio nervioso, cambiando de tema en el siguiente segundo, preguntando algo tan trivial a su amigo como si hizo la tarea que la profesora Kang les dejó el día anterior.
Consiguiendo despistar a su amigo, porque lo menos que quería es que siguiera interrogándolo.
—Que cansancio, al menos ya terminé por hoy...
Jungkook se incorporó de su asiento, estirando los músculos de sus brazos que yacían apretados en esa camisa blanca de botones. Pasaron muchas horas sentado por lo que su cuerpo lo merecía.
—Voy a ir a comer algo.
Después de hablar para sí mismo, Jeon guardó su laptop en su mochila junto al montón de trabajos que sus alumnos le entregaron hacen un rato y debía calificar en su descanso para estar tranquilo en la noche.
Salió del lugar con dirección a la cafetería, que a esas horas yacía desolada. Se fue caminando perdido en su propio mundo hasta que algo o, mejor dicho, alguien que venía a gran velocidad chocó con él.
—¿Estás bien?
El castaño cuestionó con preocupación al joven que se cayó a causa del golpe, provocando que todos los libros que cargaba se desparramaran en el suelo. Cuando el susodicho levantó el rostro, todo a su alrededor se congeló.
—Profesor...
Taehyung quería que se lo tragara la tierra y lo escupiera en otro continente. ¿Justo ahora? ¿En serio? Estuvo tratando de evitarlo hasta el final del día y ahora estaba a su merced, en el duro piso, acompañado de un montón de libros que se demoraría en recoger y que obviamente le dificultarían escapar de ahí lo más rápido posible.
—Tae...
Jungkook un poco embelesado por el rostro que tenía a unos cuantos centímetros de distancia, extendió con amabilidad su mano hacia el estudiante que indeciso la tomó para ponerse de pie otra vez. Muy nervioso por la cercanía que parecía haberlos encerrado en una burbuja en la que solo se encontraban ellos dos.
—Perdón, estaba muy apurado y no me fijé.
—No te preocupes, pero... ¿Por qué llevas tantos libros?
En lo que Kim respondía a su pregunta, el mayor lo ayuda a recoger los diversos textos.
—La profesora Kang me pidió que se los llevara...Ya sabe cómo es ella, prefiere los libros de la biblioteca antes de que busquemos la información en internet.
—Lo supuse, tal vez es por la edad. Solo compréndela, ¿sí?
Taehyung no pudo contener una risita gracias a ese comentario, tomando los libros faltantes que Jungkook recogió por él.
—Gracias, profe Kookie.
Después de ese gesto, decidió que le valdría poco su nerviosismo, debía mantener el control y actuar normal.
Jeon le analizó fijamente, decidiendo en el proceso que era hora de que su parte juguetona, la cual dejó enterrada gracias a su dedicación a los estudios y a su vida profesional en la actualidad, debía hacer acto de presencia ya.
Justo cuando el pelinegro estuvo a punto de realizar una respetuosa reverencia con la intención de después seguir con su camino, su maestro lo acorraló contra la pared con su cuerpo.
Dejando al contrario paralizado en su lugar, notando que, si su profesor quería, también podía jugar en el mismo juego peligroso que él desató entre ambos.
Su cabeza estaba en blanco, pues al tenerlo tan cerca sentía como sus sentidos se ponían alerta cual animalito que estaba siendo cazado.
Su profesor era como un jodido príncipe sacado de un cuento de hadas escrito por una mujer, de eso no había duda. Sin embargo, existía algo en el mayor que le provocaba que una corriente eléctrica recorriera su columna vertebral cuando compartían un momento especial. Solo que en esta ocasión lo sintió multiplicado por mil.
¿Lo besaría? No, joder. Eso era imposible, esto era un juego. Nunca iría a más.
—¿Por qué me estás evitando Kim Taehyung?
El mencionado pasó saliva con dificultad ante esa voz más ronca de lo normal, afianzando sus dedos en los libros que de no ser de tapa dura hace rato hubieran sufrido las consecuencias de su ansiedad.
—¿Yo? Para nada, profe...
Estaban a escasos centímetros, sintiendo la respiración ajena chocar contra sus rostros.
Jungkook mantenía a Taehyung aprisionado con su brazo que estaba al lado de su cabeza, encontrando apoyo en la pared pintada de color beige. Cabe resaltar que dicha extremidad estaba lo suficientemente trabajada como para que la imaginación de Taehyung volara alto.
Maldito fetiche con los músculos.
Por amor al universo, él sí que podía apreciar con gusto lo bien trabajado que se encontraba el cuerpo contrario. El ejercicio constante lo dotó de buenos atributos. No es como si él no tuviera bonito cuerpo, pero en definitiva en lugar de un abdomen de tabla de lavar, poseía una pancita muy tierna.
Aunque no se quejaba, con ella o sin ella, igual podía mantener su título de conquistador sin problema.
—Sí tú lo dices... Pensé que fue por el mensaje.
El castaño se separó de golpe, aliviando al menor que suspiró sonoramente.
—No, obvio no fue por eso. Hasta le comenté que seguiría dándole cumplidos.
"Te salvaste Taehyung, buena excusa y actuación".
El pelinegro le dedicó su sonrisa cuadrada de siempre, lo que sorprendió al profesor que por un instante creyó que avergonzó al menor. Pero tal parecía que fue su imaginación.
"Eres tonto Jungkook, ya deja de tener esperanzas. Al fin y al cabo, esto es un juego".
El castaño terminó por alejarse, dedicándole una sonrisa que, a pesar de mostrarse feliz, en realidad ocultaba tristeza. Más apagada de lo que hubiera deseado. Sin embargo, Taehyung no podía hacer algo para remediarlo.
O quizá si existía algo, pero jamás lo haría.
—Bueno Tae, cuídate mucho, ¿sí? Ya no robo más tu tiempo, de seguro la profesora Kang puede pensar que te escapaste de la clase y no quisiera que eso afectara tu registro de asistencia perfecta.
Con cariño acarició la cabellera negra, mientras su estudiante asentía con suavidad, hipnotizado por el rostro impropio y por el dulce gesto.
—Igualmente, profe Kookie, nos vemos.
Se despidió sin mirar atrás con dirección a su salón. Este maestro podría ser su perdición si así lo deseara.
Con este instante compartido ya no había necesidad de más pruebas al respecto.
Pero solo el tiempo les diría si tendrían futuro o no.
Continuará...
Gracias por leer cielos. Estoy muy feliz de ver lo mucho que este fic les está gustando, no olviden seguirme en Instagram si todavía no lo han hecho, me encuentran como kamieshiro ^^
Y antes de olvidarme, el contexto de lo que sucedió entre Tae y Koo lo sabrán casi hasta el final del ff. Así que les tocar esperar un poco, pero valdrá la pena.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro