Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

*+:。.。Capítulo 28。.。:+*

Taehyung suspiró con pereza, dejándose caer sobre la cama, porque había sido un día demasiado largo y extenuante en su trabajo. Sin embargo, su reunión con Jungkook estaba a la vuelta de la esquina, lo que era suficiente para que su corazón latiera con mucha más fuerza de la normal conforme los días iban pasando.

Si alguien le hubiera dicho hace tres años que se vería involucrado en dicha situación, de seguro Kim lloraría de la risa.

¿Quién en su sano juicio imaginaría que el alocado de su sobrino sería capaz de buscar el contacto del profesor que le movió el piso en su época dorada de la universidad?

Se permitió sonreír por la gracia que le causaba su caso. Su querido Yeonjun podía ser más terco y el doble de impulsivo que él cuando se lo proponía, por lo que no debería de parecerle extraño o sorprenderse en demasía. Es más, debería estar acostumbrado a las travesuras del menor.

Luego de que Yeonjun estuviera a nada de realizar una fiesta gracias a la confirmación de Taehyung acerca del reencuentro con Jungkook, el chico le avisó que cuando ese día llegará, estaría a su lado hasta el último día para evitar que se escapara o algo por ese estilo.

Él soltó un bufido en respuesta por la nula confianza cuando escuchó esa aseveración.

Ya no era un mocoso como para comportarse de una forma tan infantil y escaparse, en lugar de afrontar sus problemas. Por algo le aceptó la propuesta a la cita, ¿no?

¿Cita? No, eso no era. Esa reunión quedaba en reencuentro entre viejos conocidos y nada más.

Sí, eso le parecía mucho mejor. No podía permitirse fantasear con ideas que no eran, por algo cuando tuvo que registrar su contacto en su móvil, puso el nombre de Jungkook, en lugar de: el amor que nunca pude superar y por el que estoy padeciendo en la actualidad, porque se acabó sin siquiera comenzar.

Una vez más se daba con la palma de la mano en la frente, eso sería excesivamente largo, pero se comprendía a la perfección lo que quería expresar.

Rodó en la cama de un lado al otro, quedando boca abajo con la cabeza clavada en la mullida superficie del colchón.

¿Por qué rayos aceptó? Ahhh, ya se acordó. Fue por un momento de debilidad, porque exceptuando el tórrido romance que compartieron, Taehyung apreciaba a Jungkook y quería saber si la vida lo trató mejor de lo que esperaba, pues por una razón de peso fue que dejó trabajo en la universidad de Seúl, ¿verdad?

Su profesor siempre estuvo destinado a grandes cosas por su increíble capacidad para enseñar, así que saber que le fue de maravilla en su nuevo empleo, sería como aceptar que fue una buena decisión que se hubiera marchado de su lado.

Por lo tanto, su sufrimiento no sería en vano.

Taehyung hizo un puchero de forma inconsciente, mientras agarra el teléfono que reposaba a su costado izquierdo. Se acomodó como pudo sobre sus hombros, revisándolo por un largo rato antes de irse a dormir. Debía tener la mente en paz y tranquilidad para no sucumbir ante el pánico que lo embargaría cuando viera al ahora azabache de cabello largo.

¿Cómo es que le seguía afectando tanto? Cierto, era el efecto Jeon. Tan guapo, tan inteligente, tan encantador. Por ese motivo, por más esfuerzo que Kim pusiera en ocultar frente al resto de personas lo que sentía, no negaría que sería como una tarea imposible, pues ese sentimiento que profesaba por su antiguo profesor seguía tan vivo como la primera vez.

Una duda en particular se le cruzó por su mente al recordar cuando le contó a Jimin por medio de una videollamada su decisión después de que Yeonjun hiciera todo ese espectáculo en Twitter.

Un poco más y se hacía viral, qué jodida vergüenza.

Pero volviendo al tema, la leve conversación sobre su pasado y las palabras que su mejor amigo le dedicó, hicieron eco en su cabeza.

—Tae, si la vida te está dando otra oportunidad de interactuar con Jeon y el susodicho no tiene compromiso alguno con nadie, creo que deberías aprovecharlo.

¿Qué le pasó al Jimin de esa época que no lo podía ver ni en pintura? —bromeó para quitarle la tensión al ambiente.

Tal vez no era tan malo como parecía—confesó con seguridad al otro lado de la pantalla de la laptop—. Luego de que me contarás su historia con lujo de detalles, lo de la carta entregada por el secretario Park y que esa fue la razón principal por la que no pudiste tener otras parejas en estos años, fue cuando saqué esta conclusión.

— ¿Es algún tipo de arrepentimiento, Jiminnie?

—Me siento culpable porque en ese tiempo fui muy grosero con él. Por eso, lo primero que le tienes que decir es que me mudé a Daegu con mi esposo, así que tiene camino libre contigo, porque ya no habrá nadie que le dará dolores de cabeza.

Jimin rio con cierto nerviosismo, pero Kim lo dejó pasa al permitirse contagiarse por las ocurrencias de su amigo.

Taehyung, quien se había cambiado el color de cabello negro por uno castaño cuando quiso cerrar el ciclo de lo que significó la universidad para él, sintió que existía algo más en esa conversación en la que se trataron varios temas de esa época tan inolvidable.

Si bien era cierto que su amigo quedó muy sorprendido por el relato de hace un año, más específicamente cuando en la celebración de su despedida de soltero, a Taehyung se le dio por emborracharse y soltarle todo sobre su relación con Jungkook, Jimin todavía creía que se trataba de un simple momento de nostalgia al ver que no pudo avanzar con nadie en una relación durante ese tiempo a diferencia suya.

Jimin le presentó su novio a Taehyung un año después de la graduación, provocando un shock en el castaño, pues aquel chico de mirada gatuna y piel pálida, fue un buen amigo que hizo una vez en su colegio, cuando lo separaron de Park al ser ubicados en distintos salones de clase por primera ocasión en su joven vida.

Yoongi siempre se mostró ante todos como alguien muy reservado, callado y poseedor de un aura un tanto intimidante, pero ni con esos antecedentes, fue impedimento para que Taehyung con su carisma pudiera romper sus barreras y congeniar a la perfección con el mayor.

Entonces, ¿por qué Taehyung no intervino para que sus dos buenos amigos se conocieran desde antes? Esa interrogante contaba con una respuesta muy sencilla: fue gracias la personalidad introvertida tan característica de Min.

Cada vez que el niño de sonrisa cuadrada le insinuó al mayor el querer presentarle a sus otros amigos, este se negaba con una marcada determinación a su amable propuesta. Yoongi alegaba ante Taehyung que no era de tener muchas amistades, porque le gustaba su tranquilidad y momentos de soledad. Además, de que con él le bastaba para no aburrirse en las clases y entretenerse durante los recesos.

Gracias a esas constantes negativas, Kim abandonó por completo la idea y al año siguiente, perdió contacto con Min, quien fue transferido a otra escuela. No obstante, debido a este reencuentro, Taehyung comprobó que los tiempos que la vida le da a cada individuo eran demasiado perfectos.

Por una razón en particular Jimin tuvo que conocer a Yoongi en el momento más inesperado de su vida, ¿no es así?

Justo en ese accidente que le pudo costar seguir con su día a día.

Al verlos convivir como pareja, el castaño confirmó que sus amigos parecían hechos el uno para el otro. A cada oportunidad se demostraban que ese sentimiento que los hacía sentir tan cálidos desde que se convirtieron en pareja, se fortalecía más conforme los días pasaban, alentándolos a desear estar juntos para siempre.

A estas instancias, Taehyung no negaría que, les tenía un tanto de envidia, porque no podía evitar pensar que Jungkook y él pudieron estar en su misma situación si las cosas no hubieran resultado de esa forma tan desastrosa para los dos.

Era simplemente patético, pues a pesar de todo se sentía mal por sentirse así respecto a su amigo, cuando el susodicho merecía solo su apoyo y buenos deseos para que mantuviera una auténtica felicidad junto a su persona amada. Pero lo mejor sería evitar cualquiera de esos pensamientos antes de volverse loco.

No era culpa de nadie que en tan poco tiempo conociera el amor en todo su esplendor y a al mismo tiempo cayera desde lo más alto a una terrible decepción que lo dejó con el corazón roto por más que no lo demostrara.

—Minnie, eres muy afortunado por haber conocido a Gigi—abrazó a su amigo, mientras este asentía con su cabeza.

Lo que Taehyung decía era cierto, pues Yoongi apareció en su vida para cambiarla en su totalidad. Jimin comprendió muchas cosas en el proceso, creciendo poco a poco como persona y, sobre todo, ganándose a alguien que lo amaría de manera incondicional, como anheló desde que quiso experimentar un romance verdadero.

—Lo sé, me enamoré de él luego de tratarlo con frecuencia, pero no me arrepiento de nada.

—Sí, lo han dejado bastante claro—le regaló una sonrisa después de que ambos se separaran para seguir disfrutando de la pequeña reunión.

Taehyung bebió un sorbo de su mojito, el cual reposaba en la barra, mientras observaba de reojo como el resto de personas a su alrededor bailaban sin parar.

El par de amigos había alquilado un piso entero en uno de los clubes nocturnos más prestigiosos de Itaewon con el objetivo de darle a Jimin la despedida de soltero que se merecía, pero ahí se encontraban, tan alejados del bullicio del resto de invitados, charlaban y bebiendo varios tragos de distintos tipos.

—No me extrañes mucho ahora que me voy a Daegu, ¿sí?

—Tranquilo, Minnie. Te prometo que trataré de concentrarme más en mi trabajo y en Yeonjun, ahora que su familia y él se mudaron más cerca de mi hogar debido a su ingreso a la universidad. No sabes cuánto me alegraron con esa noticia, porque hace mucho que no tenía la oportunidad de pasar tiempo de calidad con mi querido sobrino.

—Me puedo hacer una idea, Tae. Soobin está contento de tener un nuevo amigo y compañero en esta nueva etapa de su vida—le devolvió la sonrisa, hasta que sus ojos se perdieron en dos medias lunas—. Además, no podemos negar que hay cierta tensión entre los dos que espero puedan resolver pronto.

—Ya verás que sí, ese par se ven tan lindos juntos. No se han visto tantas veces, pero hay una intensa atracción que se palpa en el ambiente—soltó una risita, viendo cómo su amigo tomaba lo último que le quedaba de su daiquiri.

—Hablando de eso, ¿cuándo le darás una oportunidad a alguien? No sé, ¿tal vez Bogum?

—Es complicado, muy complicado.

—Pero tienes muy buena química con él, y siempre te ha querido mucho.

—Yo también, aunque eso no es suficiente. Es un gran partido, pero yo ya le dije que funcionábamos mejor como amigos.

—Ya veo, no lo sabía. Yo de verdad creí que gracias a él dejarías tu etapa de conquistador y por fin sentarías cabeza, Taehyungie.

—No me lo recuerdes—rodó los ojos y suspiró cansino.

—¿Cómo no? Eras el platónico de media universidad, tanto chicas como chicos se te lanzaban, pero pocos tenían el gusto de que les correspondieras de una forma más concreta, pero ser coqueto era como el pan de cada día en tu vida.

—Así como lo relatas debería ser capaz de postular como el hombre más deseado de toda Corea, podrías llamarme el idol de idols—expresó con sarcasmo, moviendo el contenido de su vaso como si fuera lo más interesante del mundo—. Pero fuera de broma, siento que el amor no es para mí. No estoy hecho para esto.

—Es para todos, solo que tienes que esperar al indicado.

Taehyung negó repetidas veces con la cabeza ante ese comentario.

—Ya tengo la maldición Jeon, así que eso será imposible para mí.

El alcohol estaba hablado por él, apenas cayendo en cuenta de sus palabras por la cara estupefacta de su amigo.

—¿La maldición de Jeon Jungkook? —indagó con miedo de saber la respuesta.

—Sí, lo que escuchaste, Minnie, pero eso ya es tiempo pasado, pisado y enterrado.

—Eso significa que si tuviste una historia con él a pesar de lo que te dije aquella vez.

Más que una pregunta, sus palabras eran una afirmación, aunque Taehyung ni siquiera lo notó.

—Eso mismo, lamento no habértelo dicho, pero supongo que estamos a mano, ya que tampoco me constaste nada acerca de tu relación con Yoongi.

—Eso es lo de menos, Tae. Tranquilo.

En ese preciso instante, Taehyung se sintió lo suficientemente confiado como para abrirse hacia Jimin, después de que su amigo no lo juzgara como pensó que lo haría por ocultarle esa verdad. Le relató todo de principio a fin, con muchos detalles y con una sonrisa nostálgica en el rostro.

Su pequeña y atesorada historia de amor era lo único que provocaba tantas sensaciones en su ser. Era justo como un romance de verano, demasiado corto, pero inolvidable.

Taehyung no supo leer el rostro de Jimin cuando terminó su relato, así que lo único que atinó a decirle fue lo siguiente: Fue bueno mientras duro, no quedamos mal, por lo que no hay rencor de por medio. El tiempo me dirá lo que pasará conmigo. No me cerraré a nada, pero tampoco lo buscaré.

El joven más bajito asintió, queriendo convencerse a sí mismo de que no la jodió tanto en ese aspecto, pues a pesar de lo sucedido, su amigo no parecía estar mal por eso. Al contrario, le daba la impresión de que lo aceptó sin más y eso fue lo que le dio calma a su confundido corazón.

Esperando con sinceridad no arrepentirse por sus egoístas acciones. Sin embargo, Park no estaba preparado para todo lo que vendría encima.

Eventualmente, cambiaron de conversación y la noche continúo como si ese tema nunca hubiera sido tocado. Taehyung una vez más se tragó sus lágrimas para sí mismo, porque no quería arruinarle el día a su amigo y es que se sentía tonto por no superar lo que sucedió.

Le era imposible soltar, pues Jungkook dejó su huella en su corazón sin hacer el mayor esfuerzo. Por eso, tendría que aprender a vivir con ello para no terminar peor de lo que ya estaba.

La mejor opción era ponerse la máscara de la indiferencia y continuar.

Sí, era el plan perfecto.

Volviendo a la realidad, Taehyung sentía que no tenía que indagar más en lo dicho por su mejor amigo, porque si lo pensaba con calma, Jimin era incapaz de ocultarle algo relacionado con su profesor, ¿cierto? Eso era más que obvio.

Sacudió su cabeza de un lado al otro tratando de eliminar esos pensamientos. Acto seguido, se incorporó del colchón para tomar una ducha rápida y ponerse el pijama más cómodo que encontró antes de acostarse una vez más en su cómoda cama, esperando caer de lleno en los brazos de Morfeo.

Porque mañana sería un día que sin duda superaría cada una de sus expectativas.

Al día siguiente, Jungkook se encontraba saliendo del tren que lo trajo de Busan a Seúl por casi tres horas. El nerviosismo se lo estaba comiendo vivo, arrepintiéndose momentáneamente de su decisión.

El transporte fue tan lento como si el universo quisiera alargar su tortura y ayudar a que pensara las cosas una y otra vez. También le dolía el cuerpo, porque estar sentado en una misma posición por varias horas seguidas siempre le pasaba factura.

Los viajes no eran lo suyo.

Lo bueno es que tenía un lugar donde llegar.

Aunque las personas dueñas de ese hogar se sorprenderían demasiado por su inesperada aparición. Porque hace tan solo unos días, sus queridos hyungs estuvieron visitándolo en su departamento ubicado en su ciudad natal.

Pero eso era lo de menos, ya se inventaría algo interesante para poner de excusa.

De lo que sí estaba seguro, era que por más contrariado que estuviera, se esforzaría para actuar con naturalidad.

No pensaba ceder ante la provocación viviente que era Kim Taehyung.

Por otra parte, Yeonjun no cabía con tanta emoción en el cuerpo. El universitario llegó desde temprano a la vivienda de su tío favorito para ayudarle a arreglarse y a escoger un conjunto de ropa bonito.

El susodicho estaba más que fascinado con su trabajo, porque Taehyung era tan guapo y cualquier cosa que se pusiera le quedaría de maravilla, tanto así que no se contuvo de tomarle varias fotografías que quedaría para la posteridad.

Más tarde las subiría a su Twitter, porque el mundo merecía ser bendecido con su rostro tan etéreo. A Yeonjun le encantaba presumir a su tío desde que tiene uso de razón, así que no sería nada nuevo para sus preciados seguidores.

—Apúrate, Tae. Ya mismo viene el taxi que te pedí para que te lleve a tu destino—avisó el menor, mirando de reojo el aviso de la app de Uber en su móvil.

—Ya voy.

Taehyung tomó sus llaves, guardándolas en el bolsillo de su pantalón antes de acercarse a su sobrino, que se mantenía en la entrada de su hogar.

—No te quiero ver muy pronto por aquí, ¿sí? —dijo de la nada, extrañando al castaño que últimamente sufría por ser tan despistado al no captar rápido cualquier tipo de indirecta.

—Espera, ¿cómo que no quieres que esté pronto en mi propia casa?

—Ya sabes, deberías aprovechar y darle un regalo de bienvenida para que te recuerde por un buen rato—movió sus cejas de forma sugestiva, sacándole una risa al castaño.

—Ay, no digas esas cosas, mocoso hormonal. Se nota que ya no hay respeto a los mayores.

Taehyung le dio un golpecito en el hombro a Yeonjun.

—Tu cara no me dice lo mismo, se nota que te entusiasmaste.

—Calla, Junnie. Es una salida de viejos conocidos, nada más.

—Cuéntame otro chiste, Tae—se burló.

—Solo porque estoy de apuro no te daré la regañada de tu vida por ser tan malpensado.

Yeonjun se hizo el indignado, mientras Taehyung se iba de su lado, despidiéndose con un ademán para subirse al taxi que lo esperaba a unos cuantos metros de distancia.

—Ya me lo agradecerá—susurró antes de gritar—. ¡Fighting!

—¡Nos vemos luego, Junnie!

Después de que su tío desapareciera de su campo visual, el universitario se adentró al hogar para sacar su móvil y contarle los avances del plan pactado con Jimin.

Hoy a las 3:00 PM

Yo:

Hey, hyung.

Jimin hyung:

Hola, Junnie.

¿Cómo está Tae?

¿Ya se fue a su cita?

¿No cambió de idea a último minuto o algo así?

Yo:

No, por suerte no. Aunque a cada momento me recalcaba que esto lo vería como una oportunidad para reunirse con una persona que aprecia mucho, pero hasta ahí.

Que no se hará ideas raras, porque lo más seguro es que el profe ya tenga una vida perfecta y él no quiere entrometerse.

Se fue hace unos minutos.

Jimin hyung:

Ya veo, eso es bueno.

La verdad a mí no me contó muchos detalles, pero cuando le insinué que debería aprovechar la ocasión, solo se rio.

Así que no sé qué pensar.

Yo:

Aunque pensándolo bien, Tae tiene un punto válido. Porque quizá el profe si tiene una vida hecha con otra pareja, por lo que puede que haya aceptado por misma razón que mi tío.

Jimin hyung:

Rayos, ojalá que todo salga bien.

Yo:

Hyung, no quiero parecer muy chismoso, pero he notado que está muy interesado en que ellos dos sí o sí arreglen su situación.

Sé que me dijo que es para verlo feliz. Sin embargo, percibo que hay algo más de lo que no me estoy enterando.

Jimin hyung:

Creo que tengo un sentimiento de culpa.

En ese tiempo fui muy inmaduro y en lugar de apoyar a Tae, me comporté como un grandísimo idiota y mal amigo.

Yo:

Entiendo. Entonces, esperemos que haya solución a esta situación.

Ya le aviso cualquier cosa, hyung.

Jimin hyung:

Perfecto, cruzo los dedos porque así sea, Junnie.

Yo:

🤞🤞🤞🤞

Yeonjun dejó su móvil en la mesita de la sala, un tanto pensativo. Pero no importaban cuantas teorías se le ocurrieran para esa situación, sabía que no se enteraría de nada, al menos no por ahora. Por ese motivo, prefirió distraerse viendo una película en Netflix, mientras aguardaba por Taehyung.

Minutos antes a la despedida de tío y sobrino, Jungkook arribó al parque en el que se dio su primer beso con Taehyung. Una mochila con un poco de ropa era lo único que le acompañaba, porque no quiso hacer ninguna parada antes de su cita en el lugar de siempre. Además, estaba con el tiempo justo y no podía arriesgarse a llegar tarde como para su exestudiante desapareciera por su impuntualidad.

Todo seguía igual que siempre, por eso, no fue de extrañar que los recuerdos le invadieran.

Dios, era una tortura.

Pero cuando el azabache giró el rostro por pura inercia, su mundo entero se paralizó en ese preciso instante.

Frente a sus ojos, aquel castaño lucía más etéreo de lo que recordaba. Ese color de cabello le quedaba tan bien.

En cualquier momento le fallarían las piernas, porque su corazón ya latía descontrolado.

Sin embargo, Jungkook sabía que debía enfrentarse a su pasado, tratando de no salir más herido en el proceso. Tan fácil, ¿no?

A fin de cuentas, no se podía perder algo que nunca fue tuyo.

Porque eso fue lo que sucedió con ambos.

Y la única manera de resolverlo para darle su merecido cierre era dando la cara.

📚

El nerviosismo consumí a Taehyung, quien trataba de regular su respiración, mientras el taxi continuaba la ruta establecida por él mismo. La orden de respirar adecuadamente parecía que no llegaba a su cerebro, lo que le estaba desesperando más, porque no quería presentarse en ese estado ante Jungkook. Habían pasado unos cuantos años desde la última vez que lo vio en ese parque, pero ahora por obra del destino volvía a ese sitio en el que compartió tantos bonitos recuerdos con el mayor.

Era increíble, pero le asustaba en demasía. Nunca superó lo sucedido y por ese motivo temía quedar en evidencia. Sin embargo, era un hombre de palabra, por lo que le demostraría a su único sobrino que sí cumplía sus promesas.

El castaño continuó dándose coraje a sí mismo en sus pensamientos luego de bajarse del vehículo para esperar en la entrada a Jeon. Se encontraba tan ensimismado en su propio mundo hasta que notó una mano apretando su hombro, provocando que se sobresaltara.

Kim regresó a ver al imprudente de aquel susto, pero cuando sus ojos se conectaron con los del azabache, su boca comenzó a secarse, mientras sus ojos se abrían más de lo normal, como si quisieran escapar de su bonito rostro.

Frente a él estaba ese monumento de hombre, porque Jungkook siempre pecó de atractivo, demostrándole que los años transcurridos le sentaron de maravilla. Sus cabellos claros fueron reemplazados por una preciosa melena negra, que se notaba suave al tacto. Vestía un pantalón oscuro que se ceñía a sus fuertes muslos, una camisa con dos botones abiertos que dejaba a la vista una parte de su pecho blanquecino. Y por supuesto, esos orbes chocolates seguían portando ese brillo que tanto le gustaba y que le hacía suspirar sin darse cuenta.

—Hola, Tae.

Lo escuchó saludarlo, por lo que salió de su trance de inmediato, sintiéndose tonto por casi dejar caer un poco de saliva por la comisura de su boca.

¡Taehyung, contrólate! Piensa con la cabeza de arriba, no con la de abajo. No te veas como un urgido, por favor.

Se regañó mentalmente, mientras le mostraba una sonrisa que trataba de ocultar su torpeza al actuar de aquella forma, porque sin querer logró sacarle una risita a su antiguo profesor que lo hizo sentir peor.

—Hola, Jungkook.

—Perdón por asustarte.

—No te disculpes, yo tuve la culpa por estar distraído—le restó importancia al asunto con un ademán—. Si quieres vamos a sentarnos por allá.

Con su dedo índice señaló la banca más cercana a ellos, la cual yacía oculta por algunos arbustos. Garantizándoles una mayor privacidad.

Jungkook le dio la razón, observando como el menor aceleraba el paso.

No sabía cómo actuar, por eso, se dejaría llevar como si de una ola de mar se tratara.

Cuando tomaron asiento uno al lado del otro, el primero en romper el silencio fue Taehyung.

—Disculpa por llegar tan pronto.

—¿Eh? No, no es así. Yo debería ser el que se disculpe por llegar con el tiempo justo—le mostró su reloj de muñeca para que comprobara sus palabras—. Mi viaje en tren demoró más de lo previsto, fue desesperante.

—De acuerdo.

Kim no tenía idea de qué más decir. El ambiente se fue tornando incómodo con una rapidez impresionante y eso era lo que menos deseaba. Debía resolverlo pronto.

Bajó su mirada, dándose cuenta de un pequeño detalle que pasó por alto.

El mayor traía consigo una mochila color negro que ahora reposaba a su costado.

¿Acaso era lo que pensaba?

—¿Viniste directo aquí antes de dejar tus cosas en el lugar donde te vas a quedar? —se aventuró a preguntar, notando como el contrario asentía despacio.

¿Tanto deseó reencontrarse con él? Taehyung tragó duro, no pudiendo evitar sentir una increíble calidez en su pecho cálido al imaginar esa era la respuesta correcta. Le era imposible pensar en otra razón que no fuera esa, porque fácilmente pudo dejarlo esperando, pero no lo hizo, Prefería estar ahí junto con él desde el inicio.

—Sí, me voy a quedar donde unos amigos, así que no es como que me tenga que preocupar por esto. Además, solo traigo mi mochila con algunos cambios de ropa, ya que no permaneceré por mucho en Seúl.

Jungkook terminó esa oración y el corazón de Taehyung se estrujó. El castaño tuvo ganas de golpearse en la frente por permitir confundirse ante las palabras de su acompañante. El joven de cabellos negruzcos no tenía ninguna culpa de esto, porque en uno de los mensajes que se enviaron, le dijo que solo venía de pasada a la ciudad para resolver unas cuestiones específicas de su vida personal que no le incumbían.

No era por él, ni nunca lo sería.

Este reencuentro era una pequeña salida de viejos conocidos, justo como él mismo le expresó a su sobrino minutos antes, y no podía cambiarlo, porque se notaba a leguas que ambos ya tenían sus vidas hechas.

Jungkook deseo morderse la lengua al ser tan sincero, pero no demoró en caer en cuenta de que no sabía si algo cambiaría durante esa tarde, por lo que no debía preocuparse por ello. Lo mejor sería esforzarse en verlo como el cierre de un ciclo entre los dos.

Sin embargo, tenerlo tan cerca a su anterior estudiante no le permitía a Jeon pensar con claridad, porque lo que más ansiaba era que sus labios se encontraran en un beso cargado de sentimientos.

Siendo honestos, ninguno de los dos conocía como era su vida en la actualidad.

Tal vez en el caso de Taehyung, este ya había formalizado con Park y solo aceptó ir a buscarle, pues años atrás no tuvieron la oportunidad de despedirse como los dos merecían.

—¿Cuánto tiempo vas a quedarte? —interrogó Taehyung.

—Solo dos días.

—Ya veo—contestó igual de escueto, fingiendo una sonrisa—. Pero cambiando de tema, quiero saber cómo te ha ido. Cuéntame de tu vida, por favor.

—Me ha ido muy bien, Taehyung. La universidad en la que trabajo me ha dejado muchas buenas experiencias, pero sigo guardando con cariño los recuerdos que tengo con mis primeros estudiantes.

—Me alegra escuchar eso. Todos te extrañaron mucho y aunque el nuevo profesor que nos tocó, fue muy bueno con nosotros, no se podía comparar cuando se trataba del método de enseñanza que tú tenías, Jungkook.

El azabache esbozó una sonrisa gracias al rostro rebosante de sinceridad de su acompañante. Por Dios, en serio moría por saltar al regazo de ese precioso castaño, enredar sus piernas en la cintura ajena y no dejarlo escapar jamás. Mandar todo a la mierda, volver a saborear esos dulces belfos que pocas veces tuvo el gusto de probar y tocar esa piel canela hasta el cansancio.

—Me siento satisfecho de haber hecho un buen trabajo con ustedes.

Taehyung asintió, devolviéndole el gesto hasta lograr que Jungkook se sonrojara por esa sonrisa cuadrada que era letal para su corazón.

Jungkook, concéntrate, por favor.

Rogó para sus adentros el docente, sintiendo sus mejillas más calientes que una carne a la parrilla.

—Y en tu vida personal, ¿cómo te va? Supongo que tu pareja debe ser muy feliz a tu lado.

Esa pregunta y afirmación lo desencajó en su totalidad. Él todavía no superaba a Taehyung, pero no negaría que tuvo algunas citas para ver si se daba algo con personas que le llamaron la atención. No obstante, el recuerdo de ese universitario lo perseguía como si fuera un fantasma, lo que le ayudó a verificar que ni con Yugyeom, su expareja de años, fue así.

—No tengo a nadie. Tampoco es como que tuviera tiempo para eso—aseguró sin titubear, un detalle que no pasó desapercibido para el castaño.

—Oh, entiendo.

Taehyung no quería sentirse feliz por eso, pero era inevitable.

—¿Y tú? —preguntó, tratando de disimular el interés por la respuesta que le daría.

—¿Yo? Pues no, estoy tan soltero—expresó, mientras observaba como el rostro ajeno pasaba de estoico a confuso en segundos.

Lo que confesaba era la más pura verdad y por eso su sobrino le molestaba con frecuencia. En el pasado fue conocido por ser capaz de enamorar a muchos, y disfrutaba bastante de esa capacidad de encantar a todos con lo poco, pero nunca fue nada serio, pues solo le daba alas a los pretendientes que le gustaban en verdad.

Nunca jugó con los sentimientos de nadie. Por ese motivo, se sinceraba cuando veía que las personas confundían sus acciones con algo más.

Taehyung tuvo una que otra pareja, pero no duró mucho con ellas hasta la aparición de Jungkook, esperando que él pudiera cambiar aquello. Sin embargo, la vida no quiso lo mismo y por eso estaban solteros en la actualidad.

Y con respecto a Bogum, si bien era cierto que existieron ocasiones en las que se besaron y quizá compartieron una que otra caricia subida de tono por la cercanía y confianza que se tenían después de que Jungkook desapareciera de su vida, Kim terminaba parando todo, porque sentía que se aprovechaba de ese chico que lo quería mucho, pero que no podía corresponder por obvias razones.

—¿En serio? ¿Y Park?

—¿Jiminnie? —inquirió confundido—Él se mudó a Daegu con su marido y casi no lo veo, aunque gracias a la magnífica tecnología es que no he perdido todo el contacto con él.

Que le preguntara sobre su amigo, lo dejó el doble de desconcertado. Además, las palabras que el susodicho le dijo se le vinieron a la mente gracias a la información que al mayor que se le escapó dadas las circunstancias. Existía algo muy raro con ese tema, pero se lo comentaría a su amigo por privado cuando pudiera.

—Entiendo.

A Jungkook le comenzó a hervir la sangre de solo pensar que aquel chico le hubiera mentido al respecto, y él como idiota hubiera caído en su juego. Sin embargo, tampoco podía afirmar aquello porque Taehyung nunca le dijo que solo eran amigos hoy en día.

Tal vez eran de ese tipo de exparejas que quedaban en buenos términos y sin ningún rencor de por medio como para conservar una bonita amistad. Jungkook no quiso indagar más, porque sea lo que fuera que haya sucedido en el pasado con ellos dos era algo que no se podía cambiar, aunque también temía conocer la respuesta.

—Sí, me alegra mucho volver a verte, pues ese día todo fue tan repentino.

—Lo sé y lamento que haya sido de esa forma.

—No te preocupes por eso. Al menos puedo estar tranquilo de que te fue muy bien en ese nuevo trabajo, te lo merecías.

Los jóvenes por fin hicieron contacto visual luego de haber estado varios minutos con la mirada al frente, observando el bonito paisaje frente a ellos.

Estaban perdiéndose en los ojos ajenos y sabían que debían parar, pero no podían, aunque nada los detenía en realidad.

Ninguno reunía el valor suficiente para sugerir algo, pues durante toda la charla estuvieron siendo muy formales con el otro, evitando por completo cualquier mención de su relación a la que nunca le pudieron dar un nombre.

Jungkook decidió cambiar ese silencio en el que acabaron envueltos al desviar la mirada y preguntar acerca de cómo era la vida de Taehyung desde su graduación. Por ejemplo, si ya tenía trabajo, si estudio una maestría o si mantenía contacto con sus excompañeros, entre otras cosas más.

Taehyung le respondió cada interrogante con lujo de detalles. Orgulloso de revelarle que ya era una persona independiente, dueña de un acogedor apartamento que se ganó con el esfuerzo de su trabajo y que, por supuesto, seguía manteniendo el contacto con sus compañeros, porque los años que pasaron juntos en esas aulas era algo que atesoraba con su alma y corazón.

Jeon lo escuchaba con tanta atención, feliz de comprobar que el chico logró tantas cosas buenas para su vida. No cabía duda de lo mucho que extrañó ver a Kim siendo tan parlanchín, ya que podía escucharlo hablar por horas sin aburrirse.

Entre temas banales, risas, y anécdotas, dos horas se les pasaron volando en un abrir y cerrar de ojos, porque gracias a las preguntas que la pareja se hizo, consiguieron ponerse al día acerca de ese largo tiempo en el que estuvieron sin saber nada del otro.

Así fue hasta que Jungkook no pudo evitar preguntar por el hecho que los llevó a esa situación, es decir, el sobrino de Taehyung.

—Ohhh, Yeonjun, ese niño loco—sonrió al recordar al menor—. Creo que una vez te comenté que tengo una hermana que es mayor a mí con varios años, pues mis padres la tuvieron siendo muy jóvenes, pero muy jóvenes. Por lo que ella repitió la historia al tener a mi sobrino con diecinueve años recién cumplidos.

—Lo recuerdo, pero si mi memoria no me falla, tu hermana vivía en otro lugar aparte.

—Sí, más específicamente en Seongnam, ya que su esposo nació ahí. Mi hermana se fue con él poco después de conocer sobre su embarazo, pues sabía que necesitarían de mucha ayuda, porque ella y su pareja estaban en la flor de la juventud. Por esa razón, decidieron recurrir a la familia de mi cuñado, porque por más que mis padres desearon apoyarles con el bebé, eran incapaces de hacerse cargo al tener suficientes responsabilidades conmigo. Además de que no querían descuidarme, porque ellos tenían tantas esperanzas puestas en mí.

—Wow, ¿y cómo es que se vieron para acá?

—Mi hermana volvió a esta zona porque Junnie se ganó una beca en la universidad de Seúl y no lo querían desaprovechar la oportunidad.

Taehyung explicó con un tono de puro orgullo, porque a pesar de que su sobrino fuera muy alocado, también era su adoración. Recuerda que siempre lo motivó a la distancia a que cumpliera cada una de sus metas, le aconsejó incontables veces sobre varios temas y ahora que estaba a su lado, era capaz de afirmar que ese chico era la mejor compañía, porque con sus ocurrencias el castaño sentía que podía olvidarse de las preocupaciones de su cotidianidad.

—Se nota que lo quieres mucho.

—Un montón, estoy seguro de que si se conocieran se caerían de maravilla—no existió otro momento en el que Taehyung deseara tanto haberse mordido la lengua para no soltar tremenda tontería.

Jungkook no se lo pensó mucho y contestó con sinceridad—. Eso me gustaría mucho, espero hacerlo en una próxima vez.

Su acompañante pasó saliva con dificultar al ver tanta decisión en su antiguo profesor, por lo que atinó a esquivar su mirada, con sus mejillas más caliente que al inicio de su reencuentro.

—Claro que sí.

—Bueno, creo que deberíamos irnos—comentó, incorporándose de la banca—. Se está haciendo tarde y no quisiera que te pasara algo, Tae.

—Si ese es el caso, podrías acompañarme.

Mierda, mierda, mierda. ¿Por qué no pienso antes de hablar?

No debes ser tan jodidamente caballeroso, porque luego me comporto como un tonto.

Jungkook se quedó de una pieza ante esa propuesta, pero aceptó de inmediato cuando captó lo que Taehyung le pidió.

La pareja salió del bonito parque, mientras continuaba con su interesante y amena conversación; siendo rodeados por ese ambiente acogedor que se creaba cuando estaban en compañía del contrario, reconociendo que ni siquiera el tiempo logró cambiar ese hecho tan significativo para ambos.

El apartamento de Taehyung no se encontraba tan lejos como Jungkook creyó, porque fueron veinte minutos de caminata hasta llegar al lugar, mientras se sentían desfallecer al saber que se separarían una vez más.

La vivienda desde el exterior lucía muy linda y sin duda gritaba que Taehyung era su dueño, porque era muy su estilo, tan vintage, cosa que hizo reír a Jungkook internamente.

—Gracias por hoy, Kook.

El susodicho sonrió porque al fin el castaño se animó a llamarle por un diminutivo luego de que durante la tarde solo se refiriera a él por su nombre de pila.

—No, gracias a ti, Tae. Aunque pienso que deberíamos de agradecerle a tu sobrino.

—Sí, tienes razón.

Los dos soltaron unas risitas tontas y contagiosas al unísono, la cual inevitablemente los hizo sentir tan bien, pero como todo lo bueno siempre debe llegar a su fin, Taehyung y Jungkook se relajaron lo suficiente como para conectar sus miradas.

—Si gustas podemos vernos mañana también, podríamos salir a comer o algo así—sugirió con nerviosismo el azabache, porque no sabía si estaba haciendo lo correcto o que quería lograr con aquello.

Desde el fondo de su corazón, Jungkook también deseaba que Taehyung se abriera y le contara si lo que tuvieron en ese tiempo no fue serio o qué fue lo que sucedió con ellos. ¿Tal vez inmadurez? Sí, eso podía ser.

A fin de cuentas, en esa época Kim seguía siendo un universitario que disfrutaba de la vida sin otra preocupación que no fueran sus estudios, a diferencia de Jeon que debía cumplir con varias obligaciones por su trabajo.

Además, no estaba en sus planes delatar a Park Jimin, porque lo menos que quería era dañar una relación de amistad, siendo motivado por deseos egoístas. No sería tan desgraciado como pudo llegar a serlo el aludido.

—Claro, aprovechemos—correspondió, contento por esa inesperada petición.

El castaño tampoco sabía a qué iban a llegar con eso, pero si de esa forma podían tener más de esa calidez que sentían al estar juntos, ¿por qué se privaría de eso?

—Entonces me voy, Tae—le mostró su mano para que la tomara como despedida, a lo que este le correspondió con gusto.

Porque con ese mínimo contacto otra vez sintieron esa electricidad tan mágica de hace tiempo atrás entre los dos.

Oh, cómo habían añorado ese toque.

Era tan mágico e inolvidable como recordaba.

—Adiós, Jungkookie.

Apartaron sus manos con rapidez, sonriendo con complicidad en el proceso.

Taehyung entró a su casa con la mirada de Jungkook sobre su espalda, quien después de comprobar que se hallaba en la seguridad de su hogar, decidió tomar su propio camino, mientras su corazón seguía latiendo sin control.

Qué buena tarde fue esa, al menos el incómodo viaje en tren valió la pena.

Continuará...

¿Qué les pareció el capítulo? Los leo en comentarios, así sea para desahogarse al respecto de cierto personaje con el qué están enojados por obvias razones (no lo justificó, pero tampoco es el peor del mundo) o hablar acerca del bonito reencuentro entre los no-novios (por ahora).

Yo sé que la mayoría quiere venganza, pero no olviden que si no hubiera sucedido la ruptura entre Taehyung y Jungkook, su historia en la actualidad no existiría. Ellos aprendieron de está experiencia, porque ambos también debían sanar muchas cosas en el proceso. Además, con este fic quise tocar el tema de que las personas pueden joderla en grande, pero lo importante es que sepan aceptar sus errores, tratar de remediarlo si está en sus posibilidades y demostrar que se puede cambiar para ser mejores personas a pesar de todo. Gracias por leer, mis corazones. Los próximos capítulos son el penúltimo y el último, pero les daré un epílogo y extras. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro