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*+:。.。Capítulo 26。.。:+*

Jungkook exhaló por la boca, dándose ánimos a sí mismo para iniciar una conversación con Taehyung. Luego de lo vivido en la fiesta de fin de semestre, su mente no dejaba de revivir cada una de las interacciones con el universitario que logró derrumbar cada uno de sus muros.

Sin embargo, sabía de sobra que era una obligación dejar de lado su nerviosismo para dar ese paso tan importante en su relación con el joven de cabellos negros. Kim siempre fue aventado con él en el buen sentido, por lo que lo menos que podía hacer era retribuírselo de esta forma.

Demostrándole que era igual de arriesgado que él cuando alguien le volvía loco de amor.

Hoy a las 4:30 PM

Yo:

TaeTae, ¿estás por ahí?

Tae:

Hola Kookie, aquí estoy.

Justo me iba a dormir un rato más porque la cabeza comenzó a dolerme otra vez.

Nos descontrolamos un poco anoche jajaja 🤣🍸

Este es tu momento de suerte, así que sí querías algo, soy todo oídos (ojos) para ti.

Yo:

Ay, Tae. Eres tan ocurrente 💗

Pero sí, tengo mucha suerte. Porque quería preguntarte si mañana quieres reunirte conmigo.

Quiero conversar un poco contigo.

Tae:

¿Ya me extrañas? 👀

Yo:

Quizá. Un poquito sí 😳

Tae:

Oh😳

Estoy igual que tú.

Yo:

Es que no tiene caso que lo niegue, Tae.

Tae:

Awww, me alegra leer eso.

El sentimiento es mutuo.

Pero no se va a poder 😕

Yo:

¿Por qué? 😢

Tae:

Es que después de llegar en tan malas condiciones, mi mamá me regañó un poco (mucho) y me dijo que la dejaría pasar (me perdonaba) si me quedaba en casa y descansaba por el fin de semana entero, así que le tomaré la palabra.

Lo siento mucho, Jungkookie.

Tal vez para la próxima y yo te invito a comer algo, ¿sí?

Yo:

Oh, ya veo. Estaría perfecto.

Está bien que le hagas caso a tu mamá, al final esto lo hace por cuidarte 😊

Es importante que te recuperes pronto.

Pero, ¿crees que el lunes estés libre en la mañana al menos para charlar?

Tae:

Sí, ahora que estamos en vacaciones tendré más tiempo a mi disposición, por eso acepto con gusto.

Lo estaré esperando con ansias 🥰

Yo:

Yo también 😘

¿En el lugar de siempre?

Tae:

Me parece fantástico.

Yo:

Muchas gracias, Tae.

Ahí nos vemos. Cuídate.

Te dejo descansar, te quiero mucho 😍

Tae:

Yo te quiero más, Jungkookie.

Bye 😘

El docente salió de la aplicación de KakaoTalk, dejando su móvil en la encimera de su cocina con un peso menos de encima.

—Listo, solo me queda esperar.

Murmuró para sí mismo, llevando sus manos hacia su pecho, en el que su corazón latía acelerado, mientras un rubor cubría sus mejillas.

Mientras tanto, Yoongi se encontraba preocupado porque Jimin no había respondido a sus mensajes. Lo que le estaba dando muy mala espina, pero por más preocupado que estuviera, sería imposible aparecer en la casa del más bajito, pues ellos no eran nada más que amigos.

Primero tenía que avisar de su visita, pero eso no se podría, a menos que el susodicho por fin atendiera a sus llamados. Solo debía ser paciente.

Lástima que el joven de mirada felina no tuviera idea de que el chico que le gustaba se encontraba ido en sus pensamientos. Pensando una y otra vez en ese plan que resolvería el problema de Taehyung de raíz.

A estas instancias a Park poco le importaba que su amigo se enojara con él. Según él, lo hacía por su bien y más pronto que tarde se lo agradecería.

Confiaba en obtener los mejores resultados con toda su alma

Al día siguiente, Jungkook se encontraba tan radiante como el sol en verano. Cada vez faltaba menos para verse con Taehyung y expresarle lo que sentía desde que su relación comenzó a desarrollarse como ambos querían.

Jeon ya tomaba a Kim como su persona especial, como el indicado. Y creía que el mencionado, compartía ese sentir por él. Sus gestos, acciones y palabras se lo demostraron durante ese tiempo que habían compartido juntos.

Taehyung no sería capaz de mentirle.

El universitario no era como Yugyeom.

No le haría ningún daño, ni tampoco rompería su corazón. Mucho menos contribuiría a que sus inseguridades volvieran, ¿verdad?

Porque si el pelinegro rompía su confianza, lo más probable es que se alejaría.

No quería sufrir por ese motivo otra vez. Detestaba la idea de pasar por algo así.

No importaba si debía arrancarse del corazón cada uno de los sentimientos que profesaba por él.

Pero no quería ponerse negativo antes de tiempo.

Por lo que se propuso alejar esos pensamientos de su cabeza. Ver películas con finales tristes solo ayudaba a que se contagiara por el miedo de llorar, al igual que los protagonistas que no conseguían que su amor se realizara por una u otra forma.

No pudo continuar regañándose, porque el sonido del timbre lo sacó de su burbuja.

¿Quién podría ser?

📚

—Seokjin hyung, no esperaba tu visita—Jungkook sonrió contento de ver a su querido hyung al abrir la puerta—. Pasa, por favor. Siéntete como en casa.

—Me alegra verte, Jungkookie.

Seokjin lo abrazó con mucha fuerza. Estaba feliz de volver a tener un contacto tan cercano con el chico que alguna vez cuidó como si se tratara de su hermano menor. Cuando se separaron, le hizo caso al castaño y se ubicó en el pequeño sofá del sencillo departamento en el Jeon residía.

Muchas veces le había preguntado la razón por la que no compró algo mucho mejor, pues sabía que tenía el suficiente dinero ahorrado para algo así, pero la única respuesta que consiguió de su parte fue: Compraré una casa cuando siente cabeza con alguien y tenga con quien compartirla por el resto de mi vida.

Ah, su pequeño Jungkookie guardaba el corazón más bonito y puro que cualquier persona que conociera aparte de su pareja, pudiera poseer en su pecho. Y que, por más daño que la gente a su alrededor pudiera ocasionarle, jamás les guardaría rencor.

Por esa razón, la pareja de Namjoon se sentía en la obligación de protegerle después de la mierda que pasó con su ex, Yugyeom. Todavía recordaba el día que juró que, de verlo necesario, intervendría sin importarle otra cosa que no fuera el bienestar de su dongsaeng.

Tal vez su amado se enojaría con él luego de enterarse que visitó a Jungkook con la intención de sacarle información a pesar de que, a sus ojos, se quedó tranquilo con lo que le había dicho cuando se lo preguntó por mensaje.

Pero ahí estaba y no existía vuelta atrás.

—Lamento venir de esta forma tan imprevista, pero hace bastante tiempo que no te veo, Kookie. Últimamente hemos conversado tan poco por mensajes, por lo que cuando vi que estaba por aquí, me dije que aprovechar a visitarte.

—No pasa nada, la verdad es que yo también te extrañaba un montón. El hecho de que ahora seamos adultos con muchas responsabilidades, influye en que sea muy dificultoso poder vernos o quedar para una salida como antes.

—Sí, pero ya estoy aquí y eso es lo que importa, Kook.

Seokjin le regaló una suave sonrisa que su menor devolvió al instante. No demoraron nada en sumergirse en una amena conversación en la que trataron diversos temas antes de ir al más importante. Jeon no pudo evitar contarle acerca del trabajo que le ofrecieron en Busan, explicándole que, aunque todavía no les hubiera contestado, confiaba en que podría seguir ganando más experiencia en la universidad en la que trabajaba en la actualidad.

Al biólogo le pareció un tanto extraña la respuesta de Jungkook, porque sabía de sobra que la universidad de Busan siempre formó parte de uno de los sueños más grandes del joven, pero lo apoyaría en lo que decidiera para su futuro profesional.

Lo importante es que se sintiera cómodo y feliz en su ambiente de trabajo, ¿no?

Y por lo poco que veía, los ánimos del castaño parecían muy elevados.

Media hora más tarde, el mayor supo que debía realizar la pregunta que lo llevó hasta el hogar de Jungkook. No podía fingir más, porque la curiosidad lo mataba con lentitud. Y no estaría contento hasta saciar cada una de sus dudas.

—Cambiando de tema, necesito que seas sincero conmigo, Kook. ¿Hay algo que no hayas querido compartir con nosotros? ¿Conmigo o con Nam? Y ni qué decir de Hobi, quien de seguro es el que menos sabe de tu día a día.

—¿Eh? ¿De qué estás hablando, Jin hyung?

El mundo de Jungkook se detuvo en ese instante, olvidando que por mucho que su otro hyung pudiera tranquilizar a su pareja, Seokjin no dejaba de ser directo, curioso e impetuoso cuando algo no lo convencía por completo.

La palabra impulsivo se le quedaba corta para describirlo.

—Mmm, es que vi unos tweets que me llamaron la atención. No olvides que te conozco como la palma de mi mano, por eso, sé que no escribirías algo así solo porque se te dio la gana. Es casi imposible, no puedes negármelo.

La mirada que el biólogo le dedicó al menor fue severa. Jungkook percibía el regaño implícito en ella y a la misma vez, trataba de ser comprensivo con él. Sin embargo, buscaba una respuesta que pudiera complacerle y resolver las interrogantes formuladas en su cabeza.

—Yo...

Justo cuando Jeon iba a contarle a su hyung hasta el más mínimo detalle sobre Taehyung, los sentimientos preciosos que brotaron en su corazón gracias al precioso e inteligente pelinegro, la forma tan perfecta en la que conectaron y por supuesto, el deseo de pedirle que sea su novio, fue interrumpido por un hecho que lo desconectaría de su mundo de fantasía y romanticismo.

En ese preciso instante, todo se derrumbaría de la peor manera que alguna vez pudo haber imaginado o idealizado.

Su nuevo visitante inesperado tocaba la puerta con tal insistencia que parecía que la quería derribar. Con solo una mirada confundida que le otorgó a Seokjin, Jungkook le hizo entender que le tocaba levantarse para abrir esta y comprobar quien lo necesitaba con tanta urgencia. El biólogo le dio su aprobación con un asentimiento de cabeza, igual de expectante que su dongsaeng por descubrir a la persona que se encontraba afuera de su vivienda.

—¿Park? ¿Tú qué haces aquí?

Después de que ese severo cuestionamiento escapó de su boca, Jimin tomó impulso para darle un fuerte empujón, mientras lo miraba con enojo. Un detalle que no pasó desapercibido para la pareja de Namjoon, que seguía estupefacta por la osadía del desconocido.

—¿Quién es este mocoso y por qué te está faltando el respeto de esa manera? —reclamó con molestia, incorporándose de inmediato para poner en su lugar al chico de rubios cabellos.

Jimin al notar la presencia de alguien más en el hogar del castaño se quedó congelado, pero su misma conciencia lo hizo responsable de continuar con el teatro que había montado.

Sigue, termina lo que comenzaste, ya estás muy lejos como para retroceder.

Recuerda que lo haces por Taehyung y su estabilidad emocional.

—Yo soy el novio de Kim Taehyung y este desgraciado no deja de metérsele por donde más puede. Ni siquiera le importa que sea su alumno, demostrando lo poco profesional y ético que es—respondió con firmeza.

Tan contento de que sus palabras salieran de su boca tal y como fueron ideadas en su mente, sin ningún tartamudeo de por medio.

—¡¿Qué?! —la pregunta brotó de su boca como una exclamación—. Eso es imposible.

—Mira, estoy muy enojado contigo, al igual que con Taehyung. Pero no puedo evitar darme cuenta de que por muy coqueto que, tú no pierdes tu oportunidad para seguirle el juego y eso ya se te está haciendo una jodida costumbre que no permitiré que siga pasando los límites.

—Ustedes son solo amigos— refutó, queriendo convencerse de esa premisa, aunque se le estuviera dificultando por la determinación en el contrario.

Jimin bufó hasta que de su boca salieron las palabras más venenosas que jamás se imaginó decir en voz alta.

—Sí, eso es lo que todos en la universidad piensan porque siempre he querido darle libertad a Taehyung. Él nunca ha sido de relaciones serias y por eso agradezco que me haya aceptado. Por lo que no estoy dispuesto a que te interpongas en mi relación como si no existieran las consecuencias—le dedicó otra mirada cargada de fastidio y agregó con seguridad—. Él no te quiere, eres su diversión pasajera. Por esa razón te coqueteaba sin vergüenza alguna, aunque no me imaginé que serías tan tonto como para ilusionarte. Pareces un adolescente ingenuo que cree que está viviendo su primer amor.

Jungkook se quedó paralizado en su lugar.

¿Nada fue real? ¿Todo era una farsa? Por supuesto. Una vez más se dejó guiar por su estúpido corazón, engañándolo como a un tonto. No podía creérselo.

¿Cómo era posible que el chico de sonrisa simétrica no fuera sincero con lo que le transmitía cada vez que estaban juntos? ¿Tan buen actor era?

Él juraba haber visto en sus ojos un brillo especial cuando disfrutaban en compañía del otro, pero todo indicaba que era un espejismo de lo que en realidad creía que había sucedido.

Una vez más confirmaba que el amor no era para él y que no valía la pena desgastarse tanto como para que siguieran jugando con sus sentimientos, pero lo que más le lastimó es que se sinceró con Taehyung y este lo apuñaló por la espalda.

Sin embargo, no tardó en analizar que tal vez no debía de apresurarse con la conclusión que sacó sin antes hablar con él.

Sí, eso sería lo correcto, ¿no?

—No, no puede ser, ustedes solo son amigos—contestó con un hilo de voz, a lo que Jimin rio de una forma muy burlona.

—Claro, puede que yo tenga la culpa de esto por no darme mi lugar, pero date cuenta de que lo tuyo con Tae es imposible. Y si no quieres quedar como un pésimo profesor frente al decano de la universidad, sabrás que es lo que te conviene.

Su última carta fue lanzada, por lo que Jimin rogaba que fuera suficientemente buena como para evitar que lo delatara con Kim. Jeon podría parecer alguien muy confiado para la mayoría de gente, pero Park consiguió analizarlo lo suficiente como para suponer que no se arriesgaría a perderlo todo; al menos no después de superar los rumores que lo envolvieron desde su ingreso en la universidad como el profesor más joven de la institución.

En ese momento, el castaño fue testigo de cómo su hyung se acercaba y le daba bofetada a su estudiante, logrando desestabilizarlo hasta hacerlo trastabillar.

Todo sucedió tan rápido como para actuar.

—¡Lárgate de aquí ya! —escupió las palabras, rojo de la ira que lo invadía—. No permitiré una situación así, mocoso de mierda.

Jimin levantó el rostro, tocándose el labio para comprobar la razón del repentino escozor. Le sacó sangre, pero no planeaba detenerse con sus palabras.

—No eres nada para él, así que olvídalo, porque estoy seguro de que lo negará. Sé consciente del gran favor que te hago al confesarte esta verdad, Jeon.

Sin nada más que agregar, el universitario salió del hogar de su profesor y el biólogo cerró la puerta con fuerza.

Estuvieron un momento en silencio antes de que el mayor lo encarará—. ¿Todo lo que te dijo ese mocoso es cierto?

La mirada que Seokjin le daba estaba pintada de decepción. Su cara era un poema, pues se notaba afligido y muy enojado. Una combinación desastrosa.

Jungkook suspiró con cansancio, dejándose caer sobre el mueble más cercano. Sus piernas no tenían fuerza para mantenerse de pie.

—Es cierto que estoy en una especie de relación con mi alumno, pero es algo que ambos queríamos, no es como él dijo.

—¡Por un demonio, Kook! —le reclamó con sorpresa y el ceño fruncido—. No me digas que es ese chico del que me hablaste hace unos meses.

—Lo es.

—Demonios, parece que no te das cuenta de que puedes perder tu jodido trabajo por el que tanto has luchado y por el cual recibiste tanto daño gracias a esto. ¿Acaso ya no te acuerdas por lo que pasaste? ¿Los rumores y calumnias que tuviste que enfrentar?

—Ya lo sé. No me estás ayudando, me siento de la mierda—confesó, masajeando el puente de su nariz con la mirada perdida en el suelo de madera bajo sus pies.

—Una vez más te confiaste, y resulto igual o peor que el otro estúpido que jugó contigo.

—Jin hyung, detente. Porque eso no lo sé al cien por ciento.

La pareja de Namjoon lo miró con incredulidad, tomando asiento a su costado para qué escuchará a la perfección lo que le quería decir, pues no pensaba repetírselo dos veces.

—Escúchame bien, Jungkook, tú no le vas a decir nada. Lo que tienes que hacer es aceptar el trabajo en Busan y comenzar de nuevo. Esto es una clara señal del universo para que te alejes de algo que se volverá más toxico que Chernóbil.

—¿Qué? No, no puedo hacer eso.

—Sí, justo lo que escuchaste y debes hacerlo, es lo correcto. Ese tal Taehyung tiene un novio que creyó que podría lidiar con una relación abierta, por lo que le pareció fácil jugar contigo. No vale la pena de que le hables, ni tampoco que te humilles ante él por las migajas de cariño que debe estarte dando.

—Pero necesito sabe su versión de la historia antes de tomar una decisión.

—¿Qué versión? ¿En serio quieres que te diga en tu cara que fuiste su estúpido? ¿Para luego sumirte en una jodida tristeza y no saber cómo salir de ahí? No lo permitiré, Jungkook.

Seokjin no quería ser tan brusco con su dongsaeng, pero si no le hablaba con la cruda realidad, era obvio que se repetiría la situación de tiempo atrás.

—Ya estoy sumido en la tristeza, hyung—susurró, observando como el mayor tomaba su móvil que yacía en la mesita central de la sala—. ¿Qué haces?

—Lo correcto.

El biólogo desbloqueó su móvil, yendo hasta los mensajes para teclear con rapidez la respuesta que cambiaría la vida de Jungkook.

Acto seguido, se acercó lo suficiente para dejárselo en sus manos, a lo que Jeon levantó la mirada que ahora estaba nublada por el llanto que amenazaba con salir. Seokjin poseía unos orbes decididos, mientras que con un único movimiento de cabeza le señalaba que viera la pantalla del dispositivo.

Tomé mi decisión antes de lo previsto. Acepto con gusto trabajar en Dongseo, me trasladaré a Busan lo más pronto posible. Muchas gracias por la oportunidad.

Jungkook se quebró cuando leyó el mensaje escrito por Seokjin.

Sus lágrimas comenzaron a salir, empapando sus mejillas. Cayó sobre sus rodillas, cubriéndose el rostro al sentirse tan vulnerable. A la pareja de Namjoon se le encogió el corazón al verlo de esa forma, porque su hermanito una vez más cayó como un tonto por una persona que no valía la pena. Entregando su corazón por algo que no tenía futuro, en lugar de concentrarse en lo importante, es decir, en su trabajo.

Los recuerdos se agolparon en su mente, Jungkook destrozado por una infidelidad a tal punto de sentirse tan deprimido como para perder los papeles y querer abandonar la carrera que cursaba con el anhelo de ser un buen profesional.

Frente a él se encontraba un chiquillo que solo quería verse correspondido con sinceridad pero que, por alguna razón, terminaba cruzándose con idiotas que no valoraban sus preciosos sentimientos.

Se puso a su altura para abrazarlo con fuerza, mientras acariciaba su cabellera castaña.

¿Por qué personas tan buenas como él, sufrían por este tipo de cosas? No lo entendía.

—Desahógate todo lo que quieras, Kook. No quise sonar grosero, pero esto es lo mejor que harás por ti—su voz fue suave para que el joven no se alterara más.

Seokjin odió con su alma al estudiante idiota que se aprovechó de Jungkook. Lo primero que debía hacer al llegar a su casa era conversar con Namjoon, esperando que le ayudara a mover cielo y tierra para que, a más tardar, el mismo día lunes, su dongsaeng pudiera marcharse de Seúl a Busan.

No se arriesgaría a que su pequeño hermanito fuera directo con Taehyung y cometiera la tontería de rogarle amor como en su momento lo hizo con Yugyeom. En ese tiempo, Jungkook estaba tan cegado por su enamoramiento, pero esta vez lo tenía a él para abrirle los ojos.

Le evitaría esa humillación a toda costa sin importar qué.

Jungkook no tenía razón válida para pasar por esto, no cuando la vida le daba la mejor solución: Irse lejos de lo que le dañaba y comenzar desde cero en otro sitio. Y aunque lo extrañaría en demasía, la familia del castaño estaría feliz de recibirle en su ciudad natal.

También tendría que conversar con su prima Byulyi, quien debía encargarse de los trámites de su salida en la universidad de Seúl, para que las autoridades pertinentes debían ponerse a buscar un reemplazo lo más pronto posible para el próximo semestre.

—H-Hay mucho que hacer, no sé ni por donde iniciar—habló entre hipidos, sorbiendo por la nariz.

Su aspecto tenía que lucir desastroso, no cabía duda.

—Tú no te preocupes por nada, los chicos y yo nos encargaremos de todo, Kookie.

—Está bien, Jin hyung.

Sí, Jungkook en esos momentos sabía que no tenía por qué ir contra corriente. Se quedaría con los buenos momentos que tuvo con el irreal joven de cabellos negros. No llenaría su corazón de resentimiento como muchos otros harían ante tal situación. Tomaría lo que le quedaba de dignidad, juntaría los pedacitos de su corazón y una vez más, se levantaría del hueco en el que estaba, tratando de usar el amor propio en el que seguía trabajando día con día.

Seokjin tenía razón, y por más que se lamentara por no haberle hecho caso cuando se lo advirtió tiempo atrás, lo menos que podía hacer era tomarle la palabra, después de lo que había hecho con el mensaje que se suponía respondería en próximos días.

Al final solo quería lo mejor para él, ¿no?

Ya luego él se encargaría de otros detalles que no podían quedar sin solución, pero no ahora que estaba con sus sentimientos destrozados.

Pronto llegaría ese momento.

Por los buenos tiempos.

Continuará...

Al fin descubrieron una parte de lo sucedido, los leo en comentarios, corazones. Muchas gracias por seguir apoyando el fic por más enojo que les esté causando en estos momentos. 

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