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*+:。.。Capítulo 22。.。:+*

La conferencia del segundo día estaba llegando a su fin, por eso, a Minjae se le ocurrió una nueva propuesta para Taehyung y su grupo. Durante la tarde en la que seguirían visitando algunos lugares, incluido un parque de diversiones; el universitario les propondría ir a un local de comida rápida que abrieron hace muy poco en Daegu, el cual ya contaba con mucha clientela y excelentes reseñas que aseguran la excelente calidad del servicio y de la comida, antes de seguir con el cronograma establecido desde un inicio.

—¡Tae!

Minjae gritó el nombre de Kim con mucha urgencia, esperando captar su atención. Cuando eso sucedió, el joven de piel canela se encontraba poniéndose de pie del lugar que estuvo ocupando durante la conferencia de la mañana en compañía de su inseparable amigo Jimin, que se notaba agotado por las ojeras tan notorias que adornaban su rostro.

Jimin escuchó primero el llamado cargado de insistencia de Minjae a diferencia de su propio amigo que se encontraba en su propio mundo. Quizá el otro chico deseaba concretar los detalles acerca de la próxima actividad que llevarían a cabo, por lo que, sin pensárselo dos veces, Park jaló de la chaqueta al pelinegro con la intención de que supiera que lo buscaban.

Aunque sabía que, en otras circunstancias en las que siguiera percibiendo un semblante decaído en Taehyung, el rubio le hubiera dicho que mejor evitará esa salida y se fuera a descansar. Sin embargo, Taehyung parecía renovado y vivaz como siempre por más despistado que estuviera, por lo que concluyó que pasó por algún momento malo que influyó en su cambio de humor.

Por el cual parecía que no debía preocuparse tanto, porque el mismo involucrado parecía haberle restado total importancia. A fin de cuentas, algunas personas eran así y Taehyung encajaba en esa definición al ser un tanto sensible, por más que se esforzara en ocultarlo.

Jimin lo conocía desde hace mucho tiempo cómo para afirmarlo sin dudar.

Taehyung comprendió el mensaje de su amigo, saludando a Minjae desde la lejanía. El otro joven se acercó lo más rápido que pudo para saludarlos, mostrándoles una leve sonrisa.

—Buenos días, chicos. Estaba pensando que sería ideal que comiéramos en este local para ahorra tiempo.

Con rapidez, Taehyung dirigió su vista al móvil frente a su rostro, leyendo la información que le era proporcionado por su otro amigo, asintiendo al instante.

—Es una buena idea, Jae. ¿No lo crees, Jiminnie?

—Mmm... Sí, pero creo que deberías avisarle a la profesora Byul, ya que estaríamos saliendo antes de tiempo, y ya no volveríamos al hostal hasta que sea la hora del próximo taller.

—Tienes razón, no nos mandamos solos—rio y Minjae esbozó una sonrisa al obtener la respuesta que estuvo ansiando desde hace rato, pues casi que ni había estado prestando atención a lo que estaban exponiendo en ese pequeño debate.

Taehyung hizo una seña de retirarse para ir hasta donde estaba sentada la mujer en cuestión, y estos comprendieron. Caminó un poco hasta que obtuvo la atención ajena de inmediato, en conjunto a una mirada inquisitiva por parte de su querido profesor y del amigable secretario de su carrera.

Saludó haciendo una reverencia que los mayores correspondieron.

—¿Pasa algo malo, Taehyung? —inquirió la mayor con curiosidad—. ¿Para qué soy buena?

—Profe Byul, le quería pedir un pequeño favor...

—Si puedo hacerlo, con gusto te ayudaré—respondió con amabilidad—. Dime qué sucede con confianza.

—Minjae me acaba de sugerir que saliéramos con nuestros grupos desde ahora, para ir a almorzar todos juntos y luego dirigirnos a nuestros destinos turísticos—contó con cierta emoción, cosa que hizo rodar los ojos al profesor presente, actitud que no pasó desapercibida para el secretario.

Por lo que Seojoon no quiso perder la oportunidad para molestar a su compañero.

—Byul-ssi podrías considerarlo. Además, me parece maravilloso que ambos grupos se estén llevando tan bien.

El secretario Park no desaprovechó a dedicarle una mirada de complicidad a Taehyung, por lo que estaba a punto de decir, confundiendo en demasía a Jungkook.

—Y qué decir de los representantes que cada vez están más juntitos...

El susodicho se avergonzó con intensidad, pero no porque sintiera algo por el estudiante de Hanyang, sino por el hecho de que Seojoon lo puso en completa evidencia frente a la mujer, con quien no tenía mucha confianza.

No obstante, Kim se llevó una sorpresa inmensa al verla sonreír con ternura, musitando un suave "ya veo". Byul aceptó por la maravillosa oportunidad que la vida le dio para molestar a su hermanito de corazón, aunque lo más probable es que luego se arrepentiría de lanzar más leña al fuego.

—Entonces aprovechen todo el tiempo que sea posible antes de volver a su triste realidad como universitarios.

Antes de que Taehyung pudiera responder algo (negar la declaración, pues no existía ninguna intención del tipo romántico con Minjae), porque lo único que los unía era una bonita amistad en desarrollo, el castaño se le adelantó sin analizar lo que saldría de su boca.

—Qué buen anfitrión, disfrútalo mucho.

El tono que Jungkook usó en aquellas palabras, tomó de improvisto a Taehyung, porque era demasiado obvia la ironía de parte de su profesor.

—¿Perdón?

Taehyung lo observaba con la duda carcomiéndolo de una forma tortuosa, no cabía duda de que no lo estaba imaginando o suponiendo cosas que no eran. En serio Jeon parecía estarle reclamando por algo que ni siquiera tenía claro.

Y una vez más, antes de que Jungkook pensara bien lo que diría, abrió la boca para soltar el dardo final.

—Sí, que lo disfrutes mucho. Porque parece que estás más dedicado a esto del turismo en Daegu que al mismo evento de la universidad.

Luego de esas duras palabras, el ambiente se puso muy tenso que la maestra y secretario creían que sería imposible romper el hielo.

—Es triste que crea eso, profesor Jeon. Cuando siento que soy uno de los que más está aprovechando la oportunidad que la universidad de Hanyang nos ofreció—comentó, tratando de contener su enojo.

La actitud del castaño de anteojos era estúpida y tampoco se la dejaría pasar, porque él no tenía pelos en la lengua cuando dudaban de sus convicciones—. Y para que sepa, sí que pienso disfrutarlo porque me lo merezco. Pero eso solo será si la profesora Moon me reafirma que nos está dando su visto bueno.

Tras ser mencionada en la discusión, Byul rio con nerviosismo, mientras asentía repetidas veces. Esperando que de esa forma pudiera apaciguar a las bestias descontroladas.

—Sí, pueden ir.

—Gracias— respondió de forma escueta, realizando una rápida reverencia como despedida, con la única intención de salir de ahí y no saber nada más—. Adiós.

Byul y Seojoon también se despidieron, para que luego de que el chico desapareciera de su campo visual, dirigieran sus miradas a Jungkook, quien se había palmeado la frente al caer del gran error cometido, todo por ser un impulsivo y celoso.

El menor le dio una cachetada con guante blanco. Una lección que nunca olvidaría.

—Ahí está, ya la jodiste—afirmó la mujer con decepción—. Eres un tonto, yo admito que me pasé con seguirle la corriente a Seojoon y olvidarme de lo impulsivo que puedes llegar a ser.

Seojoon, quien se quedó pasmado por lo sucedido, por fin se decidió a hablar.

—Es verdad que te pasaste un poquito... Y más porque parece que no te diste cuenta con quién hablabas. Taehyung puede ser un amor de persona, pero cuando lo buscan, simplemente lo encuentran y las respuestas que te da, te dejan de una sola pieza. En lo personal, me da miedo verlo enojado.

—Maldición, ya lo sé. Me pasé con él y, de seguro, no me querrá ni ver en pintura por un largo rato—se tomó de la cabeza, masajeando sus sienes, mientras trataba de buscar una solución certera.

—Cuando puedas, habla con él y discúlpate con sinceridad—retó la mujer, ganándose un asentimiento del menor.

—Igual nosotros no debimos hacerlo, la relación entre ustedes es bastante peculiar—acotó Seojoon, pues sabía del rollo que ambos se traían, pero se hacía el desentendido. Porque algo que le inculcaron desde niño era no meterse en problemas ajenos, por más que apreciara a los involucrados—. No pensé que fueras del tipo celoso que tira mierdas sin pensar.

—No quiero justificarle, pero son los traumas, Seojoon-ssi. Culpa a los traumas que le dejó su último ex que era más tóxico que una planta nuclear.

Jungkook dejó salir un suspiro, porque su noona tenía mucha razón. Su expareja lo convirtió en un absoluto desconfiado, y sabía que ese era un detalle que debía trabajar con un profesional si quería que su particular relación consiguiera un próspero futuro.

El secretario ladeo el cabeza confundido por eso, pero no tardó en brindar su opinión.

—No creo que Taehyung vea de esa forma a Minjae. Son solo amigos que se están volviendo cercano, así que te estás preocupando por cosas que dudo que lleguen a más.

—Gracias por el consuelo supongo.

—Sí, discúlpate y sé honesto con tu situación.

Jungkook estuvo de acuerdo con lo dicho por la mujer que le sonrió con comprensión después de hacerle notar su error. Luego de esa conversación, el castaño se perdió en sus propios pensamientos, mientras salían de la sala de conferencias tras comprobar que los grupos ya se habían retirado.

Tenía que remediar su tonto error, no podía permitirse aquello.

No perdería a Taehyung por su culpa.

Eso sí que no.

📚

Taehyung disimuló con mucho esfuerzo la bruma de sentimientos que lo invadió cuando cruzó esas frías palabras con Jungkook. Era un grandísimo tonto. Él mejor que nadie sabía lo serio que era cuando de sus estudios se trataba porque era muy perfeccionista y no quería decepcionar a nadie.

Por lo que escucharlo poniendo en duda sus esfuerzos, le jodió bastante.

Pero lo que sí tenía claro era que no se amargaría la tarde llena de recreación junto a sus compañeros.

Jimin observaba de reojo a su mejor amigo, quien parecía lanzar humo por las orejas después de conversar con la profesora Byul. Era la única persona a la que no podía engañar del todo. Sin embargo, la respuesta a su interrogante parecía muy sencilla dada la situación.

Pues quizá a su amigo le costó demasiado convencerla, aunque al final terminará diciéndoles que contaban con el respectivo permiso.

No obstante, el hambre que lo atormentaba era más poderoso cómo para seguir dándole vueltas al asunto. Por eso, no demoró en incitar al resto de sus compañeros a ir hacia su preciado destino.

Mientras tanto, Minjae quería llorar de la emoción para tener mucho más tiempo con Taehyung. No cabía duda de que la vida le sonreía otra vez desde que sus caminos se juntaron en esta travesía organizada con fines académicos.

Era una pena que estuviera por finalizar, pero el estudiante de Hanyang no dudaría en poner sus cartas sobre la mesa antes de que eso sucediera. Le diría lo que pensaba. Se confesaría, anhelando ser correspondido.

Sería una falacia negar lo nervioso que se encontraba. Pero por alguien tan increíble como Taehyung estaba más que dispuesto a enfrentar sus temores, porque era demasiado tímido y sus experiencias en el amor eran casi nulas, por no decir inexistentes.

Ser muy serio e introvertido no ayudaba.

Pero su suerte podría cambiar a partir de ahora, ¿no?

Una hora más tarde, los estudiantes yacían devorando con mucho gusto la deliciosa comida chatarra que pidieron con antelación en el restaurante recomendado por Minjae. Sus pedidos demoraron bastante al ser tanta clientela para pocos empleados, pero supieron ser pacientes.

Porque por más que no fueran alimentos saludables, eso no evitaba que a la mayoría les pareciera exquisito para sus paladares.

Eventualmente, el enojo de Taehyung fue reduciendo gracias a la hamburguesa con patatas fritas que degustaba con placer, mientras charlaba con el estudiante de Hanyang, quien se convirtió en una encantadora compañía junto a Park.

Minjae era un muy dulce amigo. Y se alegraba de que su amistad fluyera con tanta naturalidad desde su reencuentro.

El susodicho poseía un fuerte sonrojo en sus mejillas por las atenciones del joven de cabellos negros con su persona. Pero el autor de ese bochorno ni siquiera era consciente de ello, porque prefería creer que era por causas externas como un posible resfriado.

Porque su concentración estaba enfocada en disfrutar y no sobre pensar las cosas que sucedieran a su alrededor.

Y por ese motivo, las fotos que capturó con su móvil no se hicieron esperar cuando arribaron a su próximo destino turístico; un precioso teleférico les daba la bienvenida para gozar del paisaje desde la montaña de Palgongsan.

Jimin estaba temeroso porque las alturas no eran su fuerte, pero al recordar que Yoongi le dijo que se relajara con sus compañeros y grabara en su mente esos lindos recuerdos, se permitió a sí mismo cumplir ese objetivo.

Para Minjae tampoco pasó desapercibido el cambio de semblante en Taehyung, pero al igual que Park, se abstuvo de interrogarle. Justo ahora no se arrepentía de su decisión al verlo expresarse con tanta libertad en una amena conversación con varios de sus compañeros.

Que fuera tan extrovertido lo hacía lucir tan atractivo a sus ojos, admiraba mucho ese rasgo de su cautivadora personalidad.

Porque con eso confirmaba que lo juzgó mal cuando le conoció. Taehyung no era una simple cara bonita, era más que eso. Detrás de él guardaba un mundo entero que ansiaba descubrir a su tiempo.

—La vista es hermosa, ¿no crees, Jae? —le preguntó sin mirarle, tomando una fotografía al horizonte frente a sus ojos avellana.

—Maravillosa...

"Como tú". Con esas dos palabras quiso completar su oración, pero no lo mencionó en voz alta porque hubiera preferido hacerlo estando a solas y no con tanta gente alrededor.

Además, no pasó mucho tiempo para que Jimin se pegara a Kim como un koala, por lo que esa idea estaba más que descartada. Pues lo que ocultaba en su corazón debía escuchado por nadie más que el chico de sonrisa cuadrada.

Por eso, no le quedaba de otra que esperar con paciencia el instante indicado para su declaración.

Pero las actividades recreativas no terminarían ahí, porque lo que más estuvieron ansiando era su visita al parque de diversiones más llamativo en Daegu. Los corazones de todos latían con anticipación las atracciones a las que se subirían, ya que había mucho de donde elegir.

Sin embargo, en determinado momento, Taehyung se puso a divagar en sus pensamientos. Por lo que pensar en lo genial que hubiera sido visitar estos lugares con Jungkook, removió las emociones que creyó olvidadas.

No podía permitirse ser tan idiota cuando se suponía seguía enojado con el mayor.

Porque al menos se encontraba rodeado de personas a las que les importaba, ¿cierto?

Y eso incluía a su querido Jimin, quien vivía su vida al límite cómo para tomar fotos y subirlas a Twitter antes de que la montaña rusa en la que se encontraban ubicados esperando que iniciara su recorrido.

Rogando internamente que ninguno de sus compañeros devolviera la comida gracias a las locas curvas que la estructura poseía.

Minutos después, los presentes confirmaban con gusto que fue lo suficientemente épico cómo para resistir las ganas de vomitar. Pero bien sabían que este apenas era el principio de su aventura en dicho lugar.

El grupo de estudiantes perdió la noción del tiempo después de cinco atracciones más, pero Minjae supo que por fin irían a esa zona que tanto quiso conocer desde que se enteró de su existencia.

Era una suerte que tuvieran unas horas más a su favor antes de la siguiente conferencia en el hostal y, sobre todo, que les quedara demasiado cerca. No tardarían más de quince minutos en llegar.

La E-World Tower 83 tenía impactado con su majestuosidad a Taehyung. Era mil veces mejor de lo que esperó. Contaba con varios locales comerciales y restaurantes en su interior. Lo que les ahorraba ir a otro sitio a comer la cena, pero por los siguientes minutos se concentrarían en caminar por el edificio.

Dos horas transcurrieron sin que nada relevante sucediera hasta que el viaje grupal finalizó. Lo que era una lástima absoluta, pero lo importante era que cada uno de ellos lo disfrutó con intensidad.

Aunque Minjae lo gozó más por Taehyung, quien le alegraba con su simple existencia.

No obstante, Kim estaba contento por seguir aprendiendo cosas nuevas a pesar de que la fantástica tarde tuviera su respectivo desenlace.

Jungkook se encontraba revisando su reloj a cada hora desde que se marchó a su habitación. En esos instantes los estudiantes deberían estar regresando al hostal en autobús. Pero por más que quisiera arreglar las cosas con Taehyung, este lo ignoraría y con razón.

Por esa razón lo dejaría en paz por hoy.

A fin de cuentas, mañana sería un nuevo día, ¿cierto?

—No pienso rendirme, te lo prometo. Lo remediaré sin importar qué, Tae.

Continuará...

Lamento la demora, espero recuperar el ritmo de las actualizaciones para que no esperen más tiempo de lo necesario. Gracias por darle amor a este fic.

¿Qué les pareció el capítulo de hoy? Los leo en comentarios. 

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