Los mejores amigos ya se encontraban ubicados en sus respectivos asientos del autobús encargado de transportarlos a su destino, mientras conversaban animadamente sobre cualquier tema que se les ocurría en ese preciso momento.

Jimin estaba disfrutándolo mucho y cualquiera lo podría notar por la linda sonrisa que llevaba en su rostro, a veces provocando que sus ojitos desaparecieran para tomar forma de medias lunas. Había desaparecido el rechazo que había tenido en primeras instancias por el viaje.

Esta experiencia tenía toda la pinta de ser muy interesante, porque se convirtieron en los invitados de una de las universidades más prestigiosas de todo el país, es decir, Hanyang. Una de las cosas que más le caracterizaba era la realización de varios eventos de este tipo, los cuales contaban con un presupuesto considerable y que la mayoría de veces se implementaban en la preparación proyectos que serían de mucha ayuda para los próximos profesionales.

La invitación que la institución les daba contaba con el hospedaje, un detalle que dejó sorprendido al grupo de estudiantes, pues eso demostraba que lo único que necesitaban de ellos era su presencia.

El hostal en el que se quedarían era muy completo, uno de los más famosos de Daegu por su excelente servicio. También disponía de su propio salón para la organización de eventos de diversas índoles, o eso fue lo que la profesora Byulyi les comentó como una banal curiosidad, pero lo más seguro era que lo descubrirían al llegar.

El viaje no tomaría más de dos horas gracias a que el transporte, que vale aclarar le pertenecía a la universidad, iba muy deprisa; provocando que más de uno de los universitarios experimentara maros, sin contar los nervios que atormentaban a los docentes responsables y al secretario de la carrera que fue obligado a ir en reemplazo de otra autoridad a último minuto.

Cuando arribaron en Hanyang, se reunieron en la recepción del inmenso hostal, en el que muchas personas iban de un lado al otro para arreglar los últimos detalles para el evento. Byulyi no tardó en explicar unos detalles extras a sus estudiantes, los cuales tendrían que tomar muy en cuenta para garantizar una magnífica experiencia; por ejemplo, los horarios de asistencias a las conferencias con el objetivo de darles la autonomía necesaria para que en sus tiempos libres hicieran cualquier actividad recreativa.

El secretario Seojoon procedió a entregar a los presentes unos folletos con la información completa por si algún despistado no puso atención a las explicaciones de la fémina para luego retirarse a firmar unos documentos que certificarían la presencia del grupo.

Mientras tanto, Jungkook no demoró en ofrecerle su ayuda en cualquier cosa que necesitaran a sus alumnos. Él estaría gustoso de serles de utilidad, porque lo que más le importaba era su bienestar.

Taehyung quería ocultar la brillante sonrisa que traía pintada en su cara. Muchas cosas interesantes se le vinieron a la mente cuando el mayor mencionó esa oferta tan tentadora. Imaginando que tal vez su docente podría tener tratos especiales con él.

"Por Dios Taehyung, las cosas piensas son tremendas".

El pelinegro se regañó para sus adentros, sintiendo como un fuerte sonrojo se apoderaba de sus mejillas de pan.

Sin embargo, el menor se obligó a dejar de lado sus pecaminosos pensamientos cuando reconoció a alguien en medio de una multitud de estudiantes que supuso eran pertenecientes a Hanyang, quienes permanecían ubicados a una distancia considerable de su propio grupo, esperando que les asignaran sus respectivas habitaciones.

—Minjae...

Taehyung susurró en voz bajita, pero como si lo hubiese gritado a los cuatro vientos, el susodicho dirigió su mirada hasta el chico de cabellera negruzca, quedando estupefacto con su presencia, pero sin la mínima intención de evitar que sus piernas se movieran solas para llegar lo más rápido posible a su lado.

—Taehyung, eres tú.

Minjae no perdió el tiempo para abrazar con fuerza al chico mientras inconscientemente se ganaba miradas asesinas por parte del profesor que quitó su vista del menor desde que salieron del autobús y del amigo del involucrado que yacía a su costado.

Sería mentir decir que el pelinegro no fue tomado por sorpresa ante ese gesto tan efusivo de Minjae hacia su persona. Cuando conoció a aquel chico que poseía una personalidad tan seria, jamás se imaginó que lo recibiría con añoranza. Muy a pesar de haber tenido la oportunidad de hablar unas pocas veces por mensajes de texto KakaoTalk, que luego quedaron en el olvido por cuestiones diversas. Pero eso no significaba que Taehyung pensara en alejarlo o rechazarlo, porque si era honesto, apreciaba el cálido abrazo que se dedicó a corresponder con gusto.

—¿Él quién es? - cuestionó Jimin de una manera muy ruda, a pesar de que esa no fue su verdadera intención, pero sintió que era demasiado tarde como para arreglarlo. No obstante, le pareció muy extraño ver a su amigo abrazar de esa manera tan confianzuda a un completo desconocido, según él. Casi de inmediato quiso golpearse a la cara, porque lo más seguro es que se tratara de uno de los tantos otros amigos de Kim, quien era una mariposa social en toda la definición de la palabra. No cabía duda de que quedaría como la burla por estar actuando como si fuera un novio más tóxico que la mismísima planta de Chernóbil.

Pero quizá otro sería él que se dejaría llevar por los celos.

—Oh, perdón Minnie.

Tras separarse del chico, Taehyung presentó con amabilidad a Minjae a la persona que consideraba su alma gemela, bajo la mirada atenta del profesor, que se encontraba acompañado por su compañera y el resto de sus compañeros.

—Él es Kim Minjae, un amigo que conocí en el evento que realizó nuestra universidad hace unos meses, y él es Park Jimin, mi mejor amigo de la infancia.

Ambos chicos dijeron al unísono un "mucho gusto" e hicieron una pequeña reverencia como gesto de cortesía. Pero antes de que pudieran agregar algo más, Byulyi se les acercó con una brillante sonrisa, haciendo una pregunta al tercero en discordia, según Park—Hola, soy la docente Moon Byulyi, ¿tú eres Kim Minjae?

Al mismo tiempo, Jungkook seguía observando todo en silencio, sin descuidar a los demás estudiantes que yacían tan concentrados en sus teléfonos inteligentes o conversando entre ellos con entusiasmo, mientras aguardaban por las nuevas instrucciones de sus maestros.

El chico un poco confundido le respondió—Sí Byulyi-ssi, lo soy... ¿Sucede algo?

—Me alegra que estuvieras tan cerca. El profesor Yang me comentó que serías uno de los intermediarios para este evento, pues eres representante de tu clase.

Taehyung y Jimin miraron atentos al susodicho, quien segundos después de procesar la información que la fémina supo expresarle—Ya veo, si me lo comentó, pero estaba un poco despistado que ni siquiera lo había recordado. Discúlpeme.

—No te preocupes, estamos de suerte porque veo que también conoces al representante de nuestra clase y universidad, Kim Taehyung-ssi.

—Ahh sí, claro—afirmó un tanto nervioso, jugando con sus dedos por inercia—Nos conocimos en el evento de hace meses atrás.

—Eso es genial.

La mujer no dejó de sonreír durante toda la charla, ni tampoco se perdió de darle una mirada rápida a su compañero de trabajo que dejó atrás a una distancia considerable, porque le pareció inevitable no fijarse en la intensidad de su mirada sobre su espalda desde que se acercó a los tres universitarios.

—Cualquier cosa podrán consultarse mutuamente.

Taehyung asintió con la cabeza, comprendiendo a lo que su profesora hacía referencia. No cabía duda de que sería mucho más fácil comunicar cualquier situación sobre lo que se desarrollaría en el transcurso de los tres días al ser conocidos de tiempo atrás.

—Por supuesto profesora, así será. Confié en nosotros.

El pelinegro levantó su pulgar en señal de aprobación, a lo que la mayor se sintió complacida por su buena disposición para luego despedirse porque el secretario, que ya estaba de vuelta en el lugar, la llamaba con insistencia.

Jimin se quedó analizando la situación al igual que su profesor de cabellos castaños, pero decidió ser quien rompiera el hielo con el objetivo de no tener que ver más de lo necesario al chico perteneciente a la universidad de Hanyang. Se aclaró la voz para captar la atención, estableciendo un profundo contacto visual con el susodicho.

—Bueno Minjae, ha sido un gusto conocerte, pero ya deberíamos irnos porque debemos instalarnos en las habitaciones que nos asignaron.

Minjae estuvo de acuerdo con esa premisa. Sin embargo, no pasó desapercibida la actitud del más bajito frente a su persona, pues tuvo el atrevimiento de rodear con su brazo a Taehyung, como si quisiera demostrar posesividad con el joven de piel canela.

Celos de amigos, ¿tal vez?

Eso le parecía lo más obvio.

Pero lo que no podía explicar era la actitud del castaño que se encontraba con varios universitarios rodeándole. Parecía ser un profesor a pesar de verse muy joven, porque no le ponía más de treinta años.

"Si las miradas mataran, yo estaría 3 metros bajo tierra".

Eso fue lo que pensó cuando sus ojos se conectaron con los ajenos de manera fugaz, aunque lo cierto era que prefirió no darle importancia, porque lo más quería era seguir concentrándose en el bonito chico de sonrisa cuadrada.

—Lo entiendo a la perfección. Seguramente deben estar muy cansados por el viaje. Ya te estaré escribiendo para ponernos de acuerdo con lo que nos toca hacer, Taehyungie.

Minjae se alejó un poco de ambos chicos sin perder la expresión afable en su rostro, antes de flirtear con el pelinegro—Espero sigas guardando mi número, guapo.

—Obvio, Jae—soltó una risita por el apodo cariñoso, despidiéndose con la mano—Nos vemos en unas horas.

—Está bien, igual la información completa estará en los folletos que de seguro ya les entregaron con anticipación.

—Lo hicieron—confirmó y no desaprovechó la oportunidad para devolverle el coqueteo—. Pero de todas formas no te salvarás de que espere por tus mensajes, porque si no lo haces tú, los enviaré yo.

—Por supuesto—el universitario aseveró gustoso, pues sería mentir decir que no le hacía ilusión tener la excusa perfecta para charla una vez más con Taehyung—. Hasta luego, chicos.

El chico desapareció del campo visual de los amigos en cuestión de segundos, despidiéndose con un ademán que no tardó en ser correspondido por el par de universitarios que lo vieron alejarse hasta donde yacían reunidos sus compañeros.

—Nunca me contaste sobre él, TaeTae.

—No lo vi necesario, Jiminnie, aunque ahora que lo pienso, Whee si tuvo el gusto de conocerle hace un tiempo—contó Taehyung como si no fuera nada relevante, provocando que Park abriera los ojos en grande.

—¿Como así? ¿Por qué?

—Es un secreto—expresó, colocando su dedo índice sobre su boca para hacerse el interesante. Al instante consiguió que en la boca de Jimin apareciera un puchero que enterneció a su mejor amigo— Ah, sí me pones esa expresión linda, no puedo resistir a guardar silencio, Jiminnie. Pero como soy hombre de palabra, lo único que diré es que fue gracias a las locuras de nuestra querida amiga. Además, nunca es malo tener nuevos amigos si se presenta la ocasión perfecta para ello.

—De acuerdo, solo porque conozco a Whee ya puedo hacerme una idea de lo que sucedió. Y con respecto al tema de los nuevos amigos, creo que tienes toda la razón del mundo, Tae.

Jimin recordó momentáneamente a Yoongi, sintiéndose mucho mejor.

—Exacto—el pelinegro le guiñó un ojo a su amigo con complicidad y en ese preciso momento, la maestra Moon les pidió a todos que se reunieran en un solo lugar conversar acerca de los últimos detalles que le dieron minutos antes.

Jimin no siguió insistiendo con el tema a Taehyung, porque al final de cuentas, tampoco le estaba informando al susodicho varios detalles sobre Min Yoongi. Y como era un asunto que involucraba a Wheein, Park sabía que no tenía que preocuparse en exceso. Muy a pesar de que al inicio se dejó llevar por sus celos, ahora sabía que el pobre chico no tenía la culpa y todo indicaba que Taehyung lo veía únicamente como su amigo.

Lo que era bueno, porque suficiente tenía con Jeon.

📚

Durante su amena charla con Minjae, Kim tuvo la sensación de que alguien estuvo mirándole por largo rato. Preguntándose quien sería el responsable. Lo que más deseaba es que no tuviera tan mala suerte como para haberse convertido en el objetivo de algún fantasma en pena.

Movió su cabeza de un lado al otro, queriendo que esos pensamientos tontos y sin fundamento se desvanecieran. No era momento para ello, porque justo ahora debía dedicarse a instalarse en su acogedora habitación y descansar lo suficiente antes de que las actividades pactadas por las universidades involucradas dieran inicio.

Por otra parte, Jungkook se encontraba abriendo su maleta con la intención de ordenar su ropa en los muebles que tenía a su disposición cuando el sonido de una notificación le obligó a sacar su móvil del bolsillo de su pantalón de tela oscuro.

—Es mi noona...

Hoy a las 12:50 pm

Byul noona:

¡Por Dios, Jungkook!

Casi matas al pobre chico con la mirada.

Yo:

¿De verdad fui tan obvio?

Byul noona:

Obvio se le queda muy corto.

¿Tan celoso estabas?

Yo:

En mi defensa, suficiente tengo con Park.

Byul noona:

Ay, Jungkookie. Eres un caso perdido.

No entiendo porque te comportas de esa manera si ni siquiera son algo.

¿O me equivocó porque no me he enterado?

Yo:

Tienes razón.

Me estoy comportando como un mocoso malcriado.

Soy un completo estúpido.

Trataré de no dejarme llevar más de lo que ya lo he hecho.

Ojalá ese tal Minjae no me la ponga difícil, porque me puso nervioso.

Pero no me juzgues, noona.

Porque desde que conozco a Tae siento como si estuviera experimentando un primer amor.

Todo me parece tan nuevo y yo tan inexperto.

Lo único que sé es que deseo no joder las cosas con él.

Quiero ir muy en serio. Intentar ser partícipes de una relación estable, duradera y recíproca.

Aunque no me olvido que debo esperar para que ese sueño se cumpla, al menos hasta que termine su carrera y nuestra relación profesor-alumno no sea un impedimento o una razón para que ambos seamos juzgados.

Byul noona:

Es mejor así.

Ya verás que en menos de lo que cante un gallo podrán estar juntos.

Porque supongo que Taehyung corresponde a tus sentimientos.

¿O no?

Yo:

Mmm...

Byul noona:

😑

Yo:

Perdón noona.

Si te soy honesto, no lo hemos conversado tan explícitamente.

Pero ya nos hemos besado.

👉👈

Byul noona:

¿Y me lo cuentas como si nada?

Son par de tontos y tienen una relación tan extraña.

Yo:

No te enojes, pero todo se dio de una manera demasiado espontánea.

Todo comenzó con pequeños coqueteos que ahora rara vez podemos controlar.

Byul noona:

Sí, pero para que me digas que quieres ir en serio supuse que ya lo habían conversado con anterioridad.

Yo:

Ya habrá tiempo para eso, no te preocupes.

Byul noona:

Ojalá no cometan un grave error en el proceso.

Yo:

No creo, ya nos disté tus buenos deseos. Además, seremos cuidadosos.

¿Qué podría salir mal?

Byul noona:

¿En serio quieres que te lo diga?

Yo:

No...

De verdad agradezco tu preocupación, noona.

Es bueno tener Namjoon hyung y a ti que sé que nunca me juzgarán con mis decisiones.

Los adoro mucho.

Confía en mí, ¿sí?

Byul noona:

Está bien, Jungkookie.

Yo también te adoro mucho.

Ahora descansa un rato. Te espero en unas horas en la recepción para ir a la primera conferencia, así que no llegues tarde.

Yo:

No lo haré.

Ni que fuera un estudiante.

Soy un docente muy puntual ✌

Byul noona:

Si claro, me lo dice la persona que siempre llegaba tarde a sus clases cuando era pequeño 😂

Yo:

Hey, ya cambié ese hábito.

Y mis estudiantes lo pueden afirmar 😔

Byul noona:

Ya, es que siempre seguirás siendo un nene frente a mis ojos 😘

Yo:

Disculpada solo por ser mi noona favorita 🥺

Byul noona:

Que honor jajaja

Yo:

Pues sí, ahora tú también ve a relajarte.

Byeeee, noona.

Byul noona:

Adiós Jungkookie.

Con la conversación finalizada, Jeon dejó su móvil en la mesita de noche, mientras se sentaba al borde de la cama.

- Ella se preocupa mucho, pero confió en que esto que siento es sincero. Ya llegará nuestro tiempo...

"Y podré llamarte y abrazaste como anhelo desde hace tiempo. Solo espéralo, tú sabrás cuando sea el momento idóneo para ello".

Un suspiro enamorado escapó de sus labios, dejándose caer sobre el mullido colchón con la mirada perdida en el techo, con su corazón latiendo con fuerza.

Rogando al cielo que sus pensamientos pronto dejaran de ser una efímera ilusión para convertirse en la más preciosa realidad.

Porque Jungkook quería todo con Taehyung.

Y se aferraba a que el chico pensara igual que él, porque las señales que le dio no podían ser mentira, ¿cierto?

Continuará...

Muchas gracias por leer, ¿se esperaban el regreso de Minjae? Disfruten lo que se viene. Nuestro Koo se puso celoso, pero gracias a su noona logró ver lo verdaderamente importante. Nos leemos pronto, mis amores.