*+:。.。Capítulo 16。.。:+*
Jimin se apresuró a encerrarse en su habitación después de que Yoongi lo dejara en la puerta de su casa, sano y salvo. Saludó de beso en la mejilla a sus padres, comentándoles que más tarde bajaría a cenar, por lo que no debían preocuparse por él. Los mayores no lo retuvieron al ver lo animado que se veía su hijo a pesar de la condición en la que se encontraba, pues todo indicaba que reunirse con ese nuevo amigo le había sentado de maravilla.
Park necesitaba revisar si ese alguien tan importante para él ya le respondió al mensaje que le dejó sobre la experiencia tan agradable que estaba compartiendo junto al chico de mirada felina durante esa tarde tan amena. El rubio se dejó caer de lleno sobre su cama, sacando su teléfono móvil de su hoodie con la intención de buscar el chat de la persona que era su mayor confidente en esta situación.
La única persona que sabía cómo se sentía por Taehyung y que le aconsejó darse oportunidades con otras personas para cerrar su ciclo con el susodicho.
Hoy a las 4:00 pm
Yo:
Sunnie, salí con Yoongi.
El chico que me ayudó en el accidente y te puedo asegurar que fue muy lindo conmigo.
No busco nada en concreto porque ya sabes cual es mi situación, pero hoy está siendo un gran día.
Muy memorable.
Creo que debí hacerte caso mucho más antes. Merezco distraerme un poco de todo.
Y ni siquiera mi accidente me impedirá que lo disfrute hasta el final.
Sunnie my baby:
Dios Minnie, recién veo tu mensaje.
Me alegra un montón.
Espero todos los detalles 💕
La sonrisa que yacía enmarcada en los labios rellenos de Jimin incrementó un poco más ante los mensajes de su querida amiga. Por lo que no se lo pensó dos veces para enviarle un audio en el que pudiera expresar sin trabas sobre su "cita de amigos" con Yoongi.
Yongsun no pudo evitar contagiarse del buen humor de su mejor amigo, pues ella mejor que nadie sabía que Jimin se merecía eso y más. Por eso espera que se diera cuenta que no era correcto que mendigará amor, porque confiaba en que existía alguien que le diera su cariño de forma recíproca.
Anhelando que muy pronto el tiempo terminará por abrir los ojos del chico para que pueda disfrutar de un romance de ensueño como siempre quiso.
Mientras tanto, Taehyung se debatía que tan buena idea era lo que pensaba hacer.
Porque sentía que le daba muchas largas a lo que su corazón le indicaba como lo correcto en este caso tan particular. Así que no le quedaba de otra que esperar una respuesta positiva por parte de esa persona que se volvió tan fundamental en su día a día.
"Ojalá me digas que sí, no pido nada más".
📚
—Al fin estoy libre. Esta semana fue muy agotadora.
Jungkook se quitó el saco, dejándolo en el perchero más cercano tras cerrar la puerta de su hogar. Era tarde, pero todavía no tenía ganas de dormir. Quizá comería algo ligero como una ensalada de frutas y luego vería alguna película en Netflix para desestresarse de su extenuante jornada de trabajo.
Tomó asiento en el sillón de su sala, soltando una suave exhalación cuando notó como su smartphone vibraba con intensidad en el bolsillo de su pantalón.
Se trataba de un mensaje, era más que obvio por la notificación que resaltaba en el ícono de KakaoTalk.
Pero... ¿quién podía ser a estas horas de la noche?
—Necesito que alguien me diga que no es una broma.
Hoy a las 9:30 pm
Tae:
Profe...
¿Está por ahí? 👉🏻👈🏻
El estudiante moría de nervios por una contestación, aunque supiera de sobra que no podía arrepentirse de sus actos y de las consecuencias que traerían consigo si salía mal.
Porque Jeon estaba conectado, así que era posible que hubiera visto el contenido de su mensaje sin abrirlo. Sin embargo, que no le respondiera al instante le estaba dando miedo y ansiedad.
Yo:
Hola Tae, ¿a qué se debe tu mensaje?
¿Sucedió algo?
La contestación que le dio al pelinegro le pareció muy adecuada al profesor, quien esperaba expectante el motivo que le incentivó a escribirle.
Tae:
Bueno profe, seré directo.
Estaba pensando en si quisiera salir conmigo a algún lugar.
Quiero recompensarle por haberme ayudado con lo de Jimin.
No puso seguir así. Lo digo muy en serio.
Por favor dígame cuándo y dónde.
Lamento molestarle tan tarde.
Solo era eso, estaré al pendiente de lo que me diga.
En ese preciso instante en el que los orbes chocolate del docente acabaron de leer lo que el joven de piel canela le puso, quiso ponerse a saltar y agradecerle a todas las divinidades existentes.
Esto se sentía como un milagro.
Sin duda se volvía un grandísimo tonto por Kim.
Estaba tan contento que no sabía ni que decirle por lo mucho que la propuesta le interesaba, ya que sería como una especie de cita.
Era incorrecto, pero no lo percibía de esa manera y dudaba hacerlo en un futuro.
Con alguien como Taehyung no podían existir los arrepentimientos.
Ni nada parecido.
No obstante, antes de que el menor pudiera dejarse llevar por la inminente decepción al no recibir contestación, los mensajes del castaño se hicieron presentes en la pantalla de su chat.
Yo:
Perdón por no contestar rápido. No es ninguna molestia, porque me alegra que me escribieras. De verdad agradezco que sigas guardando mi número a pesar de no usarlo seguido. Y acepto con gusto, Tae.
Podría ser mañana, aprovechando que no tengo casi nada que hacer.
(Ubicación📍)
Te espero en este lugar a las 4 pm, ¿sí?
Tae:
¡Por supuesto! 😊
Ahí estaré, nos vemos, profe Kookie.
Hasta entonces, lo esperaré con muchas ansias.
Yo:
Cuídate, nos vemos pronto.
Tae:
¡Igualmente!
Después de finalizar esa corta y contundente conversación, ambos jóvenes desbordaban entusiasmo, deseando que el mañana llegara en un abrir y cerrar de ojos. Ya que querían disfrutar con sinceridad el compartir un momento privado en compañía del otro.
Y a pesar de que otros pensamientos se les cruzaban por la mente, sabían que perder el control por la increíble química que tenían no estaba en sus planes.
Porque todo indicaba que el día siguiente sería maravilloso.
La ilusión era tanta en Jungkook, quien yacía confesando sus sentimientos en Twitter, escribiendo y eliminando al instante para no llamar la atención de cierta persona que no estaría de acuerdo con sus acciones.
Sin imaginar que el susodicho recibía una que otra notificación a la que no le encontraba explicación. Por eso era una suerte que su otro hyung, Namjoon, estuviera al pendiente para distraer a su curiosa pareja Seokjin a la que no tardó en proponerle que jugaran videojuegos para que dejara de concentrarse en la app del pajarito azul.
Consiguiendo resultados exitosos, pues el mayor jamás le negaría algo a su chico de hoyuelos.
Hoy a las 10:00 pm
Nam hyung:
Hey Kook. Volví a salvarte con Jin a causa de tus tweets demasiado expresivos.
Supongo que tu felicidad se debe a esa persona, pero por más contento que estés, no seas descuidado, ¿ok? 😅
Yo:
¿Qué haría sin ti hyung?
Muchas gracias 🥺
A veces me olvido de tener cuidado con lo que comparto, pero te prometo que me controlaré más en ese aspecto.
Y tienes mucha razón...
Mañana voy salir con él y estoy tan feliz.
Sé que no debería, pero no podía, ni quería resistirme más.
Nam hyung:
Solo no se dejen llevar tanto.
Vayan paso a paso.
Como tu hyung siempre apoyaré lo que creas conveniente para ti a pesar de todo, mucho más si siento que te está trayendo auténtica alegría a tu vida.
Yo:
No te merezco.
Gracias por confiar en mis decisiones 🙏
Nam hyung:
De nada, Kook. Eres un adulto y sabrás aceptar las consecuencias en base a tus actos.
Cualquier cosa me puedes escribir, porque siempre estaré disponible para ti.
Muchas gracias por confiarme este secreto 😉
Aunque si Jinnie se entera, seguro deja de hablarme por varios días.
Yo:
Por eso te debo una grande.
Buenas noches hyung.
Nam hyung:
Adiós, descansa.
El biólogo soltó aire por la nariz, guardando su móvil en el pantalón de chándal que llevaba puesto, mientras volvía a su habitación con algunos snacks que trajo de la despensa para disfrutar de los videojuegos con su pareja.
Se había escapado con esa excusa para mensajearle a su dongsaeng, por lo que fue una suerte que le contestara rápido y le aclarara su situación.
Ahora no le quedaba más que confiar en que estaría bien.
Un día nuevo daba inicio, pero desde que Taehyung se despertó, la intranquilidad invadió cada parte de su organismo a causa de la "salida" que tendría con su querido profesor. Tratando de convencerse de que no era algo serio, a pesar de que en su interior quisiera denominarla como una cita.
También estaba curioso sobre qué tan ideal sería preparar algo como un pequeño regalo, pues no quería llegar con las manos vacías al lugar en el que quedaron de verse. Luego de meditarlo por unos minutos, Kim se decidió por usar "la vieja confiable".
Una caja de deliciosos chocolates hechos a mano.
Al chico le pareció la opción más acertada porque no consideraba un problema el prepararlos por sí mismo. Usualmente no le gustaba alardear o presumir de sus capacidades, pero cuando se trataba de preparar postres o chocolates, estos siempre salían exquisitos y no demoraba casi nada en hacerlos.
Luego de que Taehyung terminó su cometido, metió los bombones en una cajita que envolvió en un papel muy bonito con diseño de conejitos, pero a la vez la envoltura era lo suficientemente delicada con la intención de que el mayor pudiera romperla sin mucho problema.
Con paciencia espero hasta que fuera la hora para salir de su casa, tras pasar una hora entera eligiendo el conjunto de ropa más bonito para la ocasión. Se regañó para sus adentros cuando notó en su reloj que eso le llevó un tiempo considerable, pero para su suerte todavía llegaba con puntualidad al encuentro pactado. Porque lo menos que quería era quedar mal frente a su adorado maestro.
Eso sí que no se lo permitiría.
Salió de su casa luego de despedirse de su familia, tomando el primer taxi que se le cruzó por el camino. Cuando ya estaba dentro del vehículo, Taehyung le pidió al conductor con amabilidad que lo llevara a la dirección que le Jeon le indicó por mensaje.
No demoro más de quince minutos en estar en el sitio, comprobando que arribó a muy buen tiempo gracias al taxi que con diligencia lo trasladó desde su hogar. Kim le agradeció al chófer y se bajó del automóvil, contemplando una vista que lo dejó gratamente admirado.
Taehyung nunca se dio el tiempo de admirar la belleza de aquel parque que se encontraba muy lejos del bullicio de la ciudad, desbordando un ambiente muy pacífico y digno de disfrutar.
Y es que la luz solar de la tarde hacía lucir el paisaje mucho más precioso de lo que ya era, pues caía directo en algunas de las flores que se encontraban brillantes por el rocío que poseían en aquel momento, en conjunto a los árboles de gran tamaño que se mostraban muy imponentes en esa amplia zona verde.
Pero mientras Taehyung continuaba adentrándose, a lo lejos pudo percibir una bonita fuente ubicada en pleno centro del parque, de la cual brotaba agua realmente cristalina. Kim agudizó su sentido de la vista, fijándose en que alguien estaba sentando en la banca más cercana. Cuando se acercó lo suficiente, confirmó que era su profesor. Tragó duro y suspiró dándose confianza mientras se encaminaba hacia el lindo castaño que esperaba por él.
—Hola profe—saludó el pelinegro, captando la atención del susodicho, quien se sobresaltó al estar muy distraído en sus pensamientos como para notar la presencia del menor.
Lo analizó de pies a cabeza, se veía tan hermoso como de costumbre y nadie podría negar la belleza irreal que poseía, encantándole aún más—Hola TaeTae.
El chico se llenó de nerviosismo por el apodo cariñoso del castaño hacia su persona. No lo podían juzgar porque era la primera vez que lo usaba y lo tomó de sorpresa, aunque sería un gusto escucharlo seguido, pues de la boca del susodicho, todo se escuchaba hermoso.
Su voz melodiosa era una caricia directa al alma.
—Llegué justo a tiempo, pero espero no hayas tenido que esperar tanto por mí...
—Para nada, Tae. Apuesto a que un poco más y nos encontramos en la entrada.
Jungkook le sonrió con cariño, y Taehyung le devolvió el gesto.
—Es un lugar encantador, no lo dudo. Es la primera vez que puedo conocerlo con calma y a detalle—comentó el pelinegro todavía asombrado por lo bonito que era su punto de encuentro.
—Estoy feliz de que esta primera visita a este parque sea conmigo.
Taehyung asintió con un movimiento de cabeza, parpadeando un par de veces al encontrarse confundido por ese comentario. ¿Acaso su profesor vino con toda la disposición de coquetearle? Se suponía que él sería el que tendría el control suficiente como para que esto fuera una salida tranquila, sin otras intenciones, pero se la estaba poniendo muy difícil si pensaba comportarse de esa manera.
Mientras tanto, Jeon quería golpearse la frente, porque su comentario se escuchó muy coqueto de su parte, tanto así que no le fue imposible que pasara desapercibido para su persona el rostro de confusión de su alumno. Desvió la mirada con cierta vergüenza y Taehyung optó por cambiar el tema antes de que el ambiente se tornara incómodo.
—Profe, en serio estoy muy agradecido por lo que hizo por mí y Jiminnie.
—No fue nada, como te lo dije ese día, fue algo de admirar por tu parte. Park tiene un gran amigo a su lado.
El pelinegro se rascó la nuca un tanto cohibido, siendo cada vez más consciente de que Jeon tenía ese intenso poder sobre él.
Jungkook ya no quería quitar su vista del menor, porque tenía unas reacciones muy lindas. Ojalá poder ser testigo de muchas más facetas suyas a futuro.
El pelinegro pensó que era el momento idóneo para entregar su presente.
—Muchas gracias. Le traje esto, espero sea de su agrado.
El castaño fue testigo de cómo su acompañante sacaba algo de una bolsita que tenía colgada en su mano, la cual había pasado totalmente desapercibida. Con cuidado, Taehyung acercó la cajita bien decorada en las manos del mayor.
—Tae, me vas a hacer sentir culpable, yo no te traje nada.
—No tenías por qué, es un regalo de agradecimiento. Si gustas puedes abrirlo aquí, tampoco es la gran cosa.
El docente hizo caso de inmediato, rompiendo el delicado papel que era la envoltura de aquella cajita. Eran chocolates caseros en diversas formas. Aquel detalle le enterneció tanto, pues era la primera vez que alguien se daba el tiempo de obsequiarle algo hecho con sus propias manos, porque ni siquiera su anterior pareja Yugyeom tuvo un detalle tan lindo como el de Taehyung.
Y sabía que estaba muy mal comparar, pero era inevitable.
Ahora era muy consciente de que a pesar de lo mucho que dio en su anterior relación, siempre recogió migajas cuando lo normal sería recibir un trato recíproco de la otra persona.
Por lo que se sentía tan extraño que Taehyung sin tener la obligación de darle algo, le entregaba un regalo tan valioso como ese.
—Muchas gracias, Tae. ¿Tú mismo los preparaste?
—Aunque no lo creas, preparar chocolates y algunos postres se me da de maravilla.
Taehyung le enseñó su sonrisa cuadrada a la par que el profesor continuaba admirando conmovido el regalo que yacía en sus manos. Para el pelinegro el rostro ajeno valía oro.
Tal vez debería de jugar un poco con él como recompensa por darle una reacción tan dulce.
—No les puse nada, puedes estar tranquilo—bromeó, pero el castaño negó rápidamente ante sus palabras. Sin embargo, antes de que Jungkook pudiera hablar, el menor puso un dedo sobre sus labios para silenciarlo—. Shhh, yo no recurriría a técnicas tan bajas como para hacerte caer por mí cuando puedo hacer otras cosas.
Cuando el universitario quería ser un descarado le salía con tanta naturalidad, por lo que se sentía orgulloso de esto. Lo que no sabía el alumno era que Jungkook podía ser peor al ser muy competitivo desde que tiene uso de razón.
—Lo sé... Y puede que eso no sea necesario.
Jungkook tomó el mentón del pelinegro con delicadeza cómo tanto estuvo ansiando desde que fue consciente del gusto mutuo que se profesaban, uniendo sus labios en un dulce beso que dejó embobado los primeros segundos al chico de piel canela, pero eso no le impidió corresponder con la misma intensidad.
Decidido a profundizarlo un poco más, atrayendo al mayor con ayuda de su mano que se encontraba en su nuca, mientras este reforzando el contacto entre sus bocas, atreviéndose a su mano en la cintura de Kim.
Jungkook se forzó a romper el beso para evitar que las cosas se calentaran más, porque sabía que si comenzaban a jugar de esta manera no podrían parar. El menor al fin podía tomar aire después del leve jugueteo entre sus lenguas. Sin duda aquello estuvo a punto de tornarse intenso, pero eso no evitó que se sintiera un poco decepcionado al dejar de sentirle.
—Qué fue...
Jungkook hizo una reverencia rápida al chico que lo miraba con mucha confusión—Lo siento Tae, me dejé llevar por el momento.
—Yo no te iba a pedir que te disculparas, Jungkookie.
Su iniciativa le gustó mucho.
Dada la situación, Kim se armó de valor para hablarle con más confianza, sonriéndole con cariño y acariciando con lentitud su mejilla—Me gustó mucho, pero me tomaste de sorpresa a pesar de que yo fui el que te estaba molestando.
—Pero esa no es excusa, soy el mayor entre los dos y debo comportarme como tal.
Había sido un impulso, pero su corazón no estaba disgustado por su irracional actuar. Al contrario, todo su ser estaba contento con su gesto.
Por fin tuvo el gusto de probar esos labios sabor a fresa.
—Si insistes, pero tampoco me negaré a que vuelvas a hacerlo si te da ganas. Porque con gusto te corresponderé—le guiñó un ojo, causando que el castaño riera bajito.
—De acuerdo, pero mejor vayamos a pasear y de paso conversamos un rato.
El pelinegro asintió despacio, muy en el fondo sabía que por más que Jungkook tuviera los mismos deseos que él, no podía ser. Porque no existiría libertad mientras fueran profesor y alumno, pero quizá podrían arriesgarse en el futuro si el castaño seguía interesado y si su gusto por el mayor no cambiaba cómo esperaba que no hiciera.
Porque si era honesto, Jungkook le llamaba mucho más la atención para una relación seria. Mientras tanto, Taehyung se conformaría con la relación poco común que tenían, pero que seguía siendo muy interesante para ambos por todo lo que les provocaba.
Como si nada hubiera sucedido entre ellos, ambos conversaron sobre varios temas triviales, conociéndose más a fondo. Notando en el proceso que compartían algunos pasatiempos en común como la fotografía, el arte y los videojuegos, sin contar de la clara pasión que tenían por la informática.
La atracción y el gusto seguían creciendo, pero ninguno de ellos era consciente hasta qué punto. Mucho menos las consecuencias que les traerían a sus vidas.
Luego de unos minutos caminando sin rumbo fijo por el bonito lugar, mientras conversaban entretenidos sobre cosas banales, a Taehyung le comenzó a sonar el celular con insistencia.
—Disculpa, tengo que atender.
Jungkook estuvo de acuerdo, a lo que el menor se alejó un poco para aceptar la llamada de la persona que interrumpió el momento con el castaño.
—Taeeee, ¿Dónde estás metido? —preguntó Jimin al otro lado de la línea, con un tono de voz cargado de preocupación—. No estás en tu casa, ¿verdad?
—Minnie hola, estoy en una salida.
—¿Una salida? Dime con quienes, y porque no me invitas, mal amigo—comentó haciéndose el indignado—. Podíamos haber armado un plan genial para divertirnos en esta tarde tan bonita.
—Pues estoy con el profesor Jeon...
Kim susurró lo más bajito que pudo, evitando que el mayor supiera que hablaba con su amigo.
—Con Jeon... ¿Se puede saber por qué?
El semblante en el rostro de Park cambió drásticamente, por lo que era una suerte que Taehyung no pudiera ser testigo de ello.
—Es mi manera de agradecerle por lo del examen, Minnie.
—¿Él te exigió que se lo pagarás de esta forma?
La pregunta sonó muy seria cuando salió de la boca del más bajo, impresionando al joven de cabellera negra que pocas veces le escuchó de ese modo.
—Obvio no. Yo soy el que lo está haciendo por voluntad propia.
—Ya veo, Taehyung. Mejor no te interrumpo más, cuídate y no llegues tarde a tu casa.
Antes de que el pelinegro pudiera contestar, Jimin finalizó la llamada. No le dio más vueltas al asunto y se dirigió al lugar en el que su profesor le esperaba.
—Gracias por la salida, profe Kookie.
La costumbre haciendo acto de presencia, pero el mayor tenía algo que decir al respecto.
—No es nada Tae, pero si deseas puedes llamarme solo por mi nombre cuando estemos solos los dos.
—Está bien, Kookie. Voy a tomar un taxi, ¿me acompañas?
—Tengo mi auto, si gustas te puedo llevar...
—Si no es molestia, aceptaré con gusto.
—Contigo nunca lo sería.
El estudiante se sonrojó y siguió a su profesor hasta el lugar donde estaba estacionado su bonito Mercedes. Jeon se adelantó un poco, demostrando una vez más que era un caballero, pues no vaciló al abrir la puerta al menor, quien ingresó al auto encantado por el gesto de su acompañante.
El transcurso no fue para nada silencioso, porque luego de que el pelinegro le indicará con detalles la dirección de su casa al profesor, no demoraron en encontrar otro tema de conversación, pues este le estaba contando sobre su vida y Taehyung solo escuchaba con atención cada una de sus palabras.
Le contó sobre su familia y amigos, destacando lo importantes que eran para él, porque todo un siempre le motivaron a seguir sus sueños y por eso había sido capaz de crecer como persona, ganando el reconocimiento de mucha gente mayor en su disciplina a pesar de ser joven.
Dentro de Taehyung la admiración por su profesor incrementaba con cada día que pasaba, y nadie podía negar que se habían pasado con los rumores sobre su persona cuando llegó a la universidad, porque se podía notar que poseía todos los conocimientos necesarios como para tener su puesto bien ganado como docente en una universidad tan prestigiosa como la suya.
Jungkook estacionó justo en la casa de Taehyung, y este se removió un poco en su asiento como para quedar frente al mayor que lo observaba atento.
—Una vez más gracias por aceptar esto.
—No es necesario agradecer tanto, TaeTae—el profesor tomó con una de sus manos la cajita de chocolates que había ubicado a un costado donde nada le podía ocurrir y la señaló con su dedo índice—. Disfrutaré mucho de tu regalo, eso no lo dudes.
Su acompañante asintió con efusividad y plantó un casto beso en la mejilla contraria para después salir lo más rápido que pudo del vehículo.
—Adiós profe, nos vemos en la Uni.
Luego de esto, Jungkook hizo un ademán de despedida y vio desaparecer al chico tras esa puerta tras dedicarle una mirada muy profunda con aquellos orbes avellanas tan perfectos.
Jeon suspiró por el recuerdo presente de la bonita tarde compartida y se puso en marcha una vez más hasta llegar a su apartamento. Cuando ya entró en su vivienda, fue directamente a su habitación, dejando en su mesita de noche aquel regalo que minutos después tendría su atención. Estando listo, con una ropa mucho más cómoda, se ubicó en su cómoda cama y abrió la cajita de chocolates, dispuesto a probar unos cuantos.
El sabor era exquisito. Cuando lo degustó pudo distinguir que no eran chocolates simples, cada uno tenía un relleno de distinto sabor que le hizo relamerse los labios por el dulzor que se quedó impregnado en estos. Inevitablemente recordó el beso robado que le dio a Kim, el sabor de aquellos chocolates caseros podría compararse a los suaves y apetecibles labios del mencionado.
De forma inconsciente, Jungkook llevó una de sus manos a su boca preguntándose si habría más oportunidades así, aunque se conformaría si Taehyung solo deseaba brindarle su compañía. Aunque justo ahora pensara que hubiera querido que su parte racional no le interrumpiera en aquel momento, en forma de un recordatorio constante de que ambos eran profesor y alumno y que deberían tratar de trazar sus límites hasta que ese límite desapareciera.
Pero de lo que Jungkook estaba seguro era que podría tomar aquel riesgo muy a pesar de no saber si sería correspondido como deseaba, pero si Taehyung se lo permitía, podría hacer de su juego algo real, pues su relación se volvió muy particular a este punto.
Y no creía que pudiera haber vuelta atrás.
Esa noche tanto el profesor como el alumno se durmieron con un sentimiento cálido en su pecho al que todavía no le ponían nombre, sin imaginar que existía un tercero con el corazón hecho pedazos por su causa.
Continuará...
Gracias por leer, al fin este par se dieron el beso que tanto esperábamos. Pero... ¿será para bien o para mal? Los leo en comentarios, mis amores.
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