9. Clase con Dumbledore
Estaban en clase de adivinación, todos los estudiantes estaban aburridos, mirando a todos lados o tratando de entretenerse con algo. La Profesora Trelawney hablaba de cosas que ocurrirían en un futuro muy cercano, como que Neville se iba tropezar al acabar la clase y demás cosas sin interés para el resto de la clase.
— Esta clase es tan aburrida —Suspiré mientras apoyaba mi cabeza en mi mano.
— Creo que deberían internar a la Profesora Trelawney en el hospital psíquiatrico que hay en San Mungo —Dijo Blaise— Está completamente Loca.
La hora del reloj colgante había timbrado, eso significaba que la clase había acabado. Algunos estudiantes salieron apresurados de ahí, como si lo unico que quisieran era estar lo mas lejos posible de esa clase. Neville al pasar por la puerta se tropezo, justo como la profesora había predicho, muchos se rieron. Los Cinco Slytherin se pusieron de pie y Blaise tomo a Shadow para ponerselo sobre los hombros. Skyler caminaba con pereza, ya casi iban a pasar la puerta. Cuando la pelinegra sintió que la agarraron del brazo. Giró a ver molesta quién era y se encontró a la Profesora Trelawney.
— Skyler, ven querida, necesito hablar contigo —le dijo la profesora.
— Ustedes avanzen, ahora los alcanzo —Skyler le dijo a sus amigos que asintieron y salieron del aula.
En el aula ya no quedaba nadie más que ellas dos.
— ¿De qué quería hablar conmigo, Profesora? —le preguntó la pelinegra con tono de aburrimiento.
— Yo puedo sentir la energía que emanan todos los estudiantes —comenzó—, y últimamente la tuya la siento muy oscura.
— ¿A que quiere llegar con esto? —Skyler la miró a los ojos.
— Sé lo que pasará en el futuro. No puedo decirtelo porque luego alteraría todo —Dijo con tono de preocupación— Sólo quiero preguntarte una cosa, ¿Dejarás seguir avanzando esa oscuridad?
El semblante de Skyler se torno serio.
— Nada ni nadie la va a detener —respondió. La Profesora Trelawney entre abrió los labios y se quedó callada unos segundos.
— Entonces estamos condenados —dijo Trelawney con tristeza.
— Y no creo que haya alguien para salvarlos —dijo Skyler seriamente y se dirigió a la puerta.
— Si hay alguien —susurró la profesora Trelawney pero Skyler no alcanzó a escucharla.
●●●
En el despacho del director, se encontraba este mismo, con el Profesor Snape.
— Te pido que por favor lo hagas, Severus —pidió Dumbledore.
— Pero el muchacho es un completo incompetente —replicó Snape frustrado.
— Tú bien sabes que si no le enseñas la Oclumancia, Voldemort podrá entrar a su mente.
— Si, pero Potter es muy terco y muy lento para aprender —Bufó Snape.
— Te imploró que lo hagas, Severus —Dijo el anciano— Sabes que si no lo considerará importante no te lo pediría.
— Esta bien, Albus —resopló— Lo haré.
— En verdad te lo agradezco, Severus.
— ¿Y qué hay de la chica? —inquirió Snape.
— Yo personalmente le daré clases —respondió Dumbledore— De hecho, hoy mismo será nuestra primera lección.
— ¿Está seguro de esto?
— Totalmente.
— Albus, Skyler es una buena alumna, es inteligente y astuta —comentó Snape— Pero no podemos negar, que el aura que emana es muy oscura.
— Lo sé. Y por eso mismo debo hacer hasta lo imposible por guíarla por el buen camino —Dijo El director preocupado— Tu y yo sabemos la verdad, si somos descuidados, podríamos causar una gran catastrofe.
— Pero, ¿No cree que ella merece saber la verdad? —Preguntó Snape.
— Lo sabrá...pero no ahora. Debo esperar a que este preparada —murmuró Dumbledore.
— Sólo espero que no terminemos equivocandonos.
●●●
Skyler estaba en su última clase que era transformaciones, sabía que terminando las clases se debería dirigir al Despacho de Dumbledore para sus lecciones, y tan solo pensar en eso la ponía de mal humor. La pelinegra aún no entendía porque Dumbledore estaba tan empeñado en hacerla creer y realizar las cosas para "el bien", seguir el camino de la luz. Skyler pensaba que eran muy obvias sus acciones malas y que el anciano se daría cuenta de que ella era en realidad una bruja oscura a tan temprana edad. O Dumbledore era muy estúpido para darse cuenta, o lo sabía pero prefería creer lo contrario.
Desde que El señor Oscuro la había unido a sus filas, no lo había visto, ni siquiera a traves de su espíritu. Skyler suponía que estaba muy ocupado tratando de reclutar más seguidores o estaría planeando otras cosas. La pelinegra solo deseaba que no se olvidara de las promesas que le había hecho.
La hora había acabado. Los cinco Slytherin salieron del aula y caminaron por los pasillos.
— Alguien tiene que ir a tomar clases con el anciano —Blaise se burló de Skyler haciendole gestos.
Skyler creo una diminuta bola de fuego y se la lanzó a Blaise en el brazo.
— ¡Auch! ¡Eso me quemo! —chilló el moreno, mientras sus amigos se reían.
— Esa era la intención, tonto —se burló esta vez Skyler— Mejor ya me voy, no quiero aguantar un regaño del anciano por llegar tarde.
Skyler comenzó a alejarse de sus amigos, se abría paso entre los estudiantes que estaban atravesados por su camino. La pelinegra se impactó contra alguien, pero ella no se cayó, la otra persona si lo hizo.
— ¡Aisha! ¿Estás bien? —preguntó Potter ayudando a ponerla de pie junto a Weasley y Granger.
— Si, lo estoy —dijo una vez que estuvo de pie, y miró hacia Skyler.
— A la próxima no te atravieses en mi camino —le dijo Skyler secamente para seguir avanzando.
Camino un par de metros más hasta llegar frente a la gárgola y decir la contraseña, subió las escaleras y tocó la puerta.
— Adelante —escuchó decir al director.
— Ya estoy lista —Dijo Skyler al abrir la puerta y entrar al despacho— ¿Ya comenzaremos?
— Aquí no, el espacio es muy reducido —respondió Dumbledore— Vayamos al aula de Defensa contra las artes Oscuras.
— ¿Al aula de Umbridge? ¿En serio?
— Oh lo había olvidado, entonces vayamos al aula de transformaciones —dijo el barbón— Vamos.
Dumbledore y Skyler salieron del despacho del anciano, y se dirigieron hasta el aula de transformaciones. Como ya habían acabado las clases, el aula estaba vacía, al entrar, Dumbledore con un movimiento de varita movió todos los bancos hasta el fondo, provocando que el centro del aula estuviera totalmente despejado.
— Bien Skyler, como es la primera lección —comenzó a hablar el anciano—, vamos a hacer cosas basicas con tus poderes, como por ejemplo levitar las cosas, y demás. Cuando llegué la segunda lección haremos otra cosa de mayor dificultad y más interesante.
— ¿Y que es? —inquirió Skyler.
— Lo sabrás hasta ese día —sonrió— Bien, comenzemos. Invoca tus poderes por favor.
Las manos de Skyler comenzaron a rodearse de una masa negra.
— ¿Por qué esta vez no te rodeo por completo? —le preguntó el director.
— Eso solo pasa cuando estoy furiosa.
— Entiendo —asintió— Por favor, haz levitar uno de los bancos.
Skyler con un simple movimiento de mano, hizo levitar a todos los bancos rodeandolos de un aura oscura.
— ¿Eso le parece bien? —preguntó la pelinegra aburrida.
— Sí —respondió Dumbledore— Bien, ahora yo me pondré por acá —dijo colocandose en la esquina del aula—, y tú, vas a hacer que esos bancos se proyecten hacia mi, como si me quiseran impactar.
— ¿Está seguro de eso? —preguntó Skyler sonriente.
— Sí, yo trataré de detenerlos todos.
— Con gusto lo haré —se rió y con tan solo tronar los dedos, los bancos se proyectaron rápidamente hacia el director, quien con su varita estaba deteniendo a todos, aunque el ultimo banco casi lo impactaba, pero logró detenerlo.
Una lástima, pensó la slytherin.
— Muy bien, Skyler. Muy bien —asintió el anciano— Ahora, me gustaría que me mostraras tu patronus.
— ¿Y eso para qué? — preguntó Skyler extrañada.
— Quiero ver si eres capaz de realizar un patronus corporeo —respondió— Son dificiles de hacer, son avanzados para tu año. Pero sé que tú estás pasos adelante que el resto.
Skyler extendió la palma de su mano y en segundos, de ella emanó una luz plateada que se formó en una orca asesina. La pelinegra volteó a ver al director, quién estaba observando a la orca con mucha atención. De un momento a otro, la orca comenzó a atravesar todo el salón.
— Una orca asesina —murmuró Dumbledore observando al patronus como se movía por toda el aula.
— ¿Sabe que me gustan de esas Orcas, señor? —Skyler caminaba de un lado a otro lentamente viendo a Dumbledore, quien la había volteado a ver.
— ¿Qué es lo que te gusta de ellas, Skyler?
— Que son muy inteligentes y astutas —El patronus de la Orca se pusó en el centro del aula sin moverse—, son calculadoras y analizadoras. Cuando van a cazar, primero acechan a sus presas, y cuando ya las tienen rodeadas, atacan directamente sin piedad para devorarlas.
Dumbledore estaba prestando toda su atención a Skyler.
— Las Orcas pertenecen a los depredadores mas fuertes del mundo marítimo, incluso la Orca asesina es el depredador marino más temido —Sonrió Skyler— La Orca caza al Tiburon blanco, a quien se le considera el rey del mar, pero lo gracioso es, que le teme a la Orca, porque ella es capaz de asesinarlo y devorarlo. En cambio, no hay ningún otro depredador en el mar que pueda acechar a la orca. ¿Entonces, por qué consideran el rey al tiburón? ¿Por qué no a la Orca? —inquirió Skyler—, siendo que el tiburón cae y la orca no... Están tan empeñados en idolotrar al tiburon blanco, cuando existe otro depredador más fuerte que puede asesinarlo fácilmente. Si se dieran cuenta de lo que la Orca es capaz de hacer, no existiría nadie que dudará de ella y de lo fuertes que pueden llegar a ser.
El patronus de la orca desapareció. Dumbledore no había emitido ninguna palabra.
— Ya es tarde, tengo que irme —sonrió Skyler y caminó hacia la puerta para salir y marcharse de ahí.
Dumbledore aún seguía parado en el aula de transformaciones, camino hacia el escritorio y se apoyó ahí.
— La profecía poco a poco se está cumpliendo —susurró.
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