La primera semana de clases había pasado bastante normal, Skyler no había vuelto a tener otro altercado con Jane White. Pensó que Dumbledore la citaría en su oficina para hablar sobre lo ocurrido, pero no fue así. Cosa que Skyler agradeció bastante, porque no le apetecía escuchar los sermones de él anciano.

Sus padres tampoco habían intentado comunicarse con ella, al menos por lo que sabía. No sabía si podría volver a esa casa después de lo que paso, aunque en el fondo sabía que lo más probable era que si regresara.

En Hogwarts cada semana había novedades, y esta vez la novedad de la semana era una de las chicas nuevas, epecíficamente la que fue seleccionada a la cada de Gryffindor. La tenían de novedad porque la catalogaron como la cuarta integrante del antes llamado trío de oro. Ahora es Cuarteto de oro. Todos sabían que cualquiera que se juntará con el trío de oro, siempre terminaba metido en problemas. Y apesar de que Aisha asiste a cuarto año, siempre esta con aquellos leones, solo se separa de ellos cuando asiste a clases.

— Genial, ahora tenemos que soportar a otra más de ellos — Se quejó Astoria observando a la nueva con el trío de oro.

— Ya era suficiente con tres idiotas —dijo Draco— ahora son cuatro, mucho peor.

— No les tomen importancia —Dijo Skyler sin interés— Son personas irrelevantes.

— Sólo espero que este año, no cometan estupideces que nos perjudiquen a todos, como siempre lo hacen — Dijo Theo sirviendose una porción de tarta de fresa.

— Pides mucho, Theo —Suspiró Skyler— Es imposible que esos imbeciles no hagan algo estúpido.

— Lo sé —afirmó el castaño— Pero no es malo soñar.

— Por cierto, me anotaré a las pruebas de Quidditch —mencionó Blaise— Me gustaría estar en el equipo.

— Yo igual me anotaré —Theo chocó los puños con Blaise.

— Oh, que bien. ¿Ya se pueden anotar o hasta en unos días? —les preguntó Astoria.

— Ya nos podemos anotar, de hecho me anotaré esta misma tarde —respondió Theo— Creo que las pruebas son en tres días.

— Ojalá entren, me gustaría que esten conmigo en el equipo —Dijo Draco— Debido a la marcha de Flint, Ahora el cápitan es Warrington, él es más considerado.

— ¿Y de que harán prueba? —Preguntó Skyler.

— Yo de cazador —respondió Theo.

— Y yo de Guardián —dijo el moreno.

— Eso esta muy bien, chicos. Ya verán que entrarán al equipo —les sonrió Skyler.

La platica de los Slytherin se vió interrumpida por la llegada de una persona. La profesora McGonagall estaba de pie frente a Skyler.

— Señorita Beckett —La llamó— El Profesor Dumbledore quiere hablar con usted ahora mismo en su oficina. Por favor, acompañeme.

— Pero ya casi comienza la clase con el sapo rosa, digo con la profesora Umbridge —se corrigió Skyler rápidamente.

— No se preocupe, Señorita Beckett. Yo misma me encargaré de justificar su falta —le dijo McGonagall— Ahora, por favor, acompañeme.

— Esta bien —Suspiró poniendose de pie y cargando a su serpiente— Nos vemos luego, chicos.

— Adiós, Sky —dijeron al unísono.

McGonagall y Skyler salieron del Gran Comedor, y caminaron por los pasillos hasta llegar a la gargola que se encontraba frente al despacho del director. La profesora de transformaciones dijo la contraseña y de inmediato la gargola se movió, permitiendoles el paso.

— Profesor Dumbledore —Saludó McGonagall al abrir la puerta— Aquí esta la Señorita Beckett, compermiso.

— Gracias, Minerva —Agradeció el barbón. McGonagall salió del despacho y cerró la puerta.

Skyler con aburrimiento tomó asiento frente al escritorio.

— ¿Cómo has estado, Skyler? —inquirió el director.

— Bien —se limitó a responder.

— Sé que no te gustan los rodeos, Skyler. Así que iré al grano —dijo Dumbledore— Sé que tienes un poder, lo he visto el día de regreso al colegio, cuando intentaste atacar a la señorita White y...

— Agh, si me va a castigar por intentar defenderme de White, hagalo ya y ahorreme el tiempo —lo interrumpió la Slytherin.

— No, no te castigaré —le dijo suavemente— Pero primero dejame terminar de hablar ¿Esta bien?

— Ya que.

— Bien, como iba diciendo, sé que tienes un poder —Dijo el anciano— Tus padres me informaron que los atacaste con ese extraño poder que tienes.

— Ellos tuvieron la culpa, tuve demasiado autocontrol y ellos hicieron que explotará —dijo Skyler molesta.

— Tranquila, Skyler. Pero quiero pedirte una cosa.

— ¿Qué cosa? —Preguntó Skyler mirandolo a los ojos.

— Que tomes clases conmigo.

— ¿Qué? ¿Cómo que clases con usted? —Preguntó sin entender.

— Quiero que tengas clases conmigo para tratar de controlar tu poder, para que aprendas a manejarlo y a solo usarlo en situaciones de emergencia —Respondió Dumbledore— Tienes un gran poder, Skyler, un poder por el cual muchos magos y brujas se interesarían. Tu, al igual que yo, sabemos que el retorno de Voldemort no es una mentira. Para el lo más importante es el poder, si te conocierá, estoy seguro de que te querrá en sus filas, cosa que tenemos que evitar. Quiero que tomes clases conmigo para que sepas defenderte mejor y a utilizar mejor ese poder. Si se ultiliza de mala forma, podría traer consecuencias terribles.

Más tonto no se puede ser, pensó Skyler.

— Usted dijo que no me castigaría.

— No lo veas como un castigo, tomalo como una ayuda —le dijo el anciano.

— ¿Y cuando serían esas clases?

— Cada jueves, después de tus clases normales —respondió— Si por algún motivo, no podré darte clase, yo te avisaré.

— Okey, ¿Ya me puedo ir? —Preguntó Skyler aburrida.

— Si, puedes irte.

Skyler se levantó del asiento, camino hasta la puerta y salió del despacho.

— Cuando se entere de la realidad, disfrutaré mucho ver la expresión de horror en su cara —Se rió Skyler acomodandose a Shadow en los hombros.

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— ¿Y cómo te has sentido durante tu primera semana, Aisha? —Preguntó Hermione a la Rubia.

El ahora cuarteto de oro estaban sentados en una banca en los jardines del colegio.

— Bastante bien —Respondió Aisha— Creo que me estoy adaptando rápido, además de que tenerlos a ustedes explicandome todo, me facilita mucho las cosas, gracias.

— No tienes nada de que agradecer —le sonrió Harry amigablemente.

— Lo que si he notado, es que en esta escuela algunos son bastante chismosos —Se rió la rubia.

— Sí, así es aquí —Ron también rió— Aquí los rumores y los chismes se expanden muy rápido.

— Oh, ¿Recuerdas cuando todo Hogwarts creía que Harry era el heredero de Slytherin porque hablaba pársel? —Rió Granger.

— Muchos me veían feo y me ignoraban —Potter y Weasley se unieron a la risa de la castaña.

— ¿Heredero de Slytherin? — Preguntó Aisha con interés.

— Sí, Salazar Slytherin uno de los cuatro fundadores del colegio —Comenzó a explicar Hermione— No quería que personas impuras ingresarán al colegio, pero los demás fundadores no compartían la misma opinion que él. Así que Slytherin se marchó del colegio, pero antes, En una parte oculta del colegio, creo la cámara de los secretos —Dijo— en ese lugar, guardo a un mountruo, un basilisco. El basilisco acabaría con todos aquellos impuros que estudiarán en el colegio. Pero al basilisco sólo lo podía liberar el heredero de Slytherin.

— Y cuando nosotros estabamos en segundo año, la cámara volvió a ser abierta después de cincuenta años —explicó esta vez Ron— cómo Harry habla pársel, la lengua de las serpientes, en ese momento todos creyeron que él era el responsable de los ataques de los hijos de muggles. Pero no fue así. Lamentablemente una persona murió en la cámara de los secretos ese año.

— ¿Y quién fue él responsable? —Preguntó Aisha.

— Más bien, los responsables —corrigió Potter— Fueron Tom Riddle, mejor conocido como Voldemort, y Skyler, ellos son los herederos de Slytherin.

— ¿Skyler? ¿Skyler la chica de la que estás enamorado? —Preguntó la rubia sorprendida.

— No hay otra Skyler en el colegio —Se burló Ron por lo que Aisha le dió un golpe en el brazo— ¡Auch!

— Sí, habló de ella —afirmó el chico de gafas— Pero ella estaba siendo controlada por Tom Riddle, y él casuso que ella matará a Alexander, el chico que murió en la cámara.

— Skyler fue arrestada y llevada a la prisión de Azkaban — informó Hermione— Todo tercer año, estuvó encerrada. Pero a finales del ciclo escolar, se llevó a cabo un juicio en la que la declararon inocente y salió en libertad. Volvió aquí cuando comenzó cuarto año.

— Y desde entonces su energía es más oscura —Dijo Ron— la energía que transmite es bastante oscura.

— Mejor ya dejemos de hablar de eso —suspiró Harry poniendose de pie, estirandose. Los demás permanecieron sentados.

— Fuera de mi camino, Potter  — Dijo Draco empujandoló, y siguió caminando junto a sus amigos. Cosa que molestó a la rubia.

— ¿¡Qué te pasa imbecil!? —exclamó Aisha molesta, lo que causó que Draco y sus amigos se volvieran a ella— ¿No pudiste decirle compermiso y ya? ¿Por qué tuviste que empujarlo?

— Por que se me dió la gana, niña, por eso —Draco le respondió burlón.

— No tienes derecho a molestarlo, ni a él ni a los demás —Dijo la Rubia aún molesta.

— Yo hago lo que quiero —la retó Draco— Si quiero molestar a la sangre sucia, a la comadreja y al cara rajada, lo hago y ya.

— Eres una completa basura, no vales nada —acotó Aisha.

— Cuida tus palabras, chica —le dijo Astoria.

— Eso dicelo a tu amigo, no tiene derecho de molestar y humillar a las personas sólo por que él quiere.

— Aisha, mejor ignoralo, vamonos —le dijo Hermione tirando de su mano, pero la rubia se soltó.

—No, es la verdad, no tiene derecho a meterse con los demás solo porque sí.

— ¿Y quién me lo va a impedir? ¿Tú, mocosa? —Se burló Draco junto con Blaise, Tori y Theo.

— Sí, yo lo haré —le dijo la rubia.

— ¿Tú y cuantos más? —se burló Blaise.

— Conmigo es más que suficiente para ponerlo en su  lugar — Aisha camino muy enojada hasta donde estaba Draco, levantó su brazó apunto de impactar su puño en la cara de él rubio, pero alguien le sujeto el puño impidiendoselo.

— No cariño, no te conviene hacer eso —le dijo Skyler sonriendole aún sujetando su puño, la pelinegra con un poco de fuerza la empujó alejandola de él rubio.

Aisha la observó, Potter, Granger y Weasley se pusieron con rápidez al lado de la rubia en forma de apoyo.

— Draco comenzó, Skyler —Dijo Potter— Aisha sólo...

— Deja que ella me lo diga, Potter —Dijo Skyler sonriendo— Dime querida, ¿Por qué estabas apunto de pegarle a mi novio? ¿Este chico lindo, se estaba portando mal?

Skyler acarició el rostro de Draco. Aisha siemplemente los observaba pero no decía alguna palabra.

— ¿Qué? ¿No hablas? —Se rió la pelinegra.

— Lo iba a golpear para ponerlo en su lugar —por fin le respondió Aisha— Él comenzó primero a molestar a Harry.

— ¿Ahora tienes defensora, Potter? —Se burló Skyler— ¿Cuál es tu nombre?

— Me llamó Aisha Kingston — Le respondió observando todos sus movimientos y a su serpiente.

— Mi nombre es Skyler —la pelinegra le tendió la mano, a lo que Aisha dudosa la tomó.

— Si, ya lo sabía —dijo la rubia soltando la mano.

— Escucha, Aisha —le dijo Skyler suavemente acercandose a ella— Tú eres nueva aquí, aún no entiendes muchas cosas. Yo no quiero problemas con nadie, pero si alguien se mete con cualquiera de ellos cuatro —Señaló a su novio y a sus amigos— se está metiendo conmigo y automaticamente se vuelve mi problema ¿Entiendes?

Aisha no respondió, solo la observaba.

— Por primera y única vez, haré como si está situación nunca paso —le sonrió— pero ya estás advertida de que con ellos nadie se mete. Y  si eres lista no lo harás de nuevo, a menos que quieras problemas conmigo —Skyler le acarició el cabello— Tú amiga sabe perfectamente que mis advertencias no son un juego ¿Verdad, Granger?

La castaña sólo bajo la cabeza, a lo que Skyler rió.

— Espero que no se te pegué lo imbécil de esos idiotas y cometas una estúpidez —le siguió acariciando el cabello— Puedo lastimarte con solo chasquear los dedos, si quiero. No habrá otra advertencia ¿Entendido? —Skyler le tomó la mejilla— Nos vemos, linda.

Skyler tomó la mano de su novio y juntó con sus amigos se dirigieron al castillo.

— ¿Estás bien, Aisha? —Le preguntó Hermione.

— Sí, lo estoy —Le respondió después de unos segundos.