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4. Regreso al Colegio

Dos Adolescentes caminaban por la estación de trenes King's cross. Iban tomados de la mano, y en el cuello de la chica estaba su fiel serpiente. Atravesaron el anden 9 ¾ y pudieron apreciar el gran tren escarlata frente a ellos. Se abrieron paso entre la multitud de magos y brujas y subieron al tren. Después de unos minutos, encontraron el compartimiento en el que estaban sus amigos.

— Wow, Skyler te has puesto más bella —la abrazó Blaise apenas entro al compartimiento.

— Quita tus manos de mi novia, Zabini —gruño el rubio.

— Se me olvidaba que ya tenías tóxico —se burló el moreno, a lo que Draco le dió un golpe en la cabeza— ¡Auch!

Skyler y Draco tomaron asiento al lado de Blaise, y Tori y Theo estaban sentados frente a ellos.

— ¿Cómo han estado sus vacaciones? —Preguntó Theo abrazando a su novia por los hombros.

— Pues nada fuera de lo común —respondió Blaise.

— Con mucha tensión —Resopló la pelinegra.

— ¿Por?

— Por mis estúpidos padres y mi hermana —dijo— He tenido que aguantarlos todas las vacaciones, todo el tiempo intentaban acercarse a mi y ganarse mi cariño. Al último he explotado y me fui de casa. Me fui a la Malfoy Manos lo que restaba de las vacaciones.

— Espera —Dijo Tori— Con explotado ¿Te refieres a que simplemente los pusiste en su lugar con palabras o que los atacaste?

— Las dos cosas —Respondió.

— Entonces les fue mal —rió Blaise.

— Me han colmado la paciencia y no pude contenerme.

— Es comprensible —le dijo su novio.

Los Cinco Slytherins platicaron un rato más para después quedarse dormidos durante el trayecto. Todos habían crecido durante el verano. A Skyler y Astoria les había crecido un poco más el busto y se les ensancharon las caderas, Se habían puesto más bellas. Draco, Theo y Blaise estaban más alto, las facciones de la cara se les hicieron más notorias, el cuerpo se les había ensanchado un poco. A decir verdad, los cinco eran bastante atractivos.

Después de varias horas el tren se detuvo, la única despierta en el compartimiento era Skyler, por lo que tuvo que despertar a los demás.

— Chicos —los movió uno por uno— Chicos, hemos llegado.

— ¿Ya? —preguntó Theo estirandose.

— Si —dijo Skyler.

— Chicos, no nos hemos puesto el uniforme —dijo Tori.

— No se preocupen por eso — Skyler tronó los dedos y en segundos estuvieron cambiados con el uniforme de Slytherin.

— Siempre eres nuestra salvación, Skyler —la abrazó la castaña.

Los cinco tomaron su equipaje y las jaulas con sus lechuzas. El rubio tomó a La serpiente y se la pusó en los hombros. Salieron del compartimiento para bajar del tren y dejaron sus equipajes en la zona que debían, y rápidamente se aproximaron a tomar un carruaje vacío.

— Skyler —la llamó el moreno frente al carruaje.

— ¿Si?

— ¿Nos subes? —le sonrió juntando sus dos manos.

— Que flojo eres, Blaise —Negó Skyler con la cabeza. Con un movimiento de manos, una bruma oscura los hizo levitar a los cinco.

— Te lo agradezco tanto, Sky —Dijo Blaise una vez que estuvo sentando.

El carruaje comenzó a andar, Skyler observó a la criatura que tiraba de ellos, un Thestral. Sabía que sólo los podían ver los que habían presenciado la muerte frente a ellos. Y estaba de más decir que Skyler había visto a personas morir frente a ella.

El trayecto en carruaje fue rápido. Los cinco bajaron y junto con los demás estudiantes, caminaron hacia la entrada del castillo. Todos se dirigían en filas hacia el Gran Comedor. Las inmensas puertas se abrieron dejando ver las cuatro mesas ya listas para la cena. Al final del gran comedor, ya se encontraban los profesores y Dumbledore esperando por sus alumnos. Todos se acomodaron en sus respectivas mesas.

— Bienvenidos a todos a un nuevo año escolar —Saludó Dumbledore— En unos instantes comenzará la ceremonia de seleccion. Por mientras, pueden ir degustando su cena.

Dumbledore aplaudió una vez y la cena fue servida.

McGonagall ya estaba preparada con un pergamino para iniciar la ceremonia de selección, y frente a ella estaba un banquillo y encima estaba el sombrero seleccionador.

— Antes de comezar con la Selección de los alumnos de primer año, Serán seleccionados tres alumnos que antes estaban en la Academia de Beauxbatons, ellos entrarán a cuarto año —Informó McGonagall. Caminó hacia la puerta y los hizo pasar a todos los alumnos que serían seleccionados— Ahora, Comenzemos:

— ¡Leah Murphy!

Una chica de Cabellos castaños, robusta y alta se dirigió hasta el banquillo. McGonagall le colocó el sombrero en la cabeza.

— ¡RAVENCLAW!

La mesa de Ravenclaw estalló en aplausos.

— ¡Edward Miller!

Un chico pelinegro y delgado subió al banquillo. El sombrero le fue colocado en la cabeza.

— ¡HUFFLEPUFF!

McGonagall leyó el pergamino y rápidamente mencionó:

— ¡Aisha Kingston!

Una chica delgada y de tamaño promedio camino hasta el banquillo. Tenía el cabello rubio hasta los hombros y ojos color café

— ¡GRYFFINDOR!

La mesa de los leones estalló en aplausos y la chica rubia se dirigió a ellos.

—Que raro que entraran nuevos a cuarto año —dijo Draco.

— Quizás se cansaron de Beauxbatons y todos sus aburridos alumnos —Rió Skyler, bebiendo un poco de zumo de uva.

— Ahora, comenzemos con la selección de los de primer año —Dijo McGonagall.

— Ya no me acordaba de ella —Dijo Blaise.

— ¿De quién? —preguntaron sus amigos.

— De la Obsesionada —Señaló la mesa de Gryffindor— de Jane White.

— Oh, yo tampoco me acordaba de su existencia —Skyler miró fijamente a Jane tal como ella lo hacía, y le mostró una sonrisa burlona.

Después de un tiempo la ceremonia de selección de casas por fin termino, Dumbledore se pusó de pie, causando que todos pusieran la atención sobre él.

—Bueno, ahora que estamos dirigiendo otro magnífico banquete, les daré los habituales avisos —anunció Dumbledore— Los de primer año y los que acaban de entrar a cuarto, deben saber que los alumnos tienen prohibido entrar en los bosques de los terrenos del castillo, y algunos de nuestros antiguos alumnos también deberían recordarlo —Dijo— El Señor Filch me ha pedio que se les recuerde que no esta permitido hacer magia en los pasillos. Por otro lado, este año hay dos cambios en el profesorado. Estamos muy contentos de dar la bienvenida a la profesora Grubbly-Plank, que se encargará de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas. También nos complace enormemente presentarles a la profesora Umbridge, la nueva responsable de Defensa Contra las Artes Oscuras.

El director hizo una pausa y después siguió diciendo:

— Las pruebas para los equipos de quidditch de cada casa tendrán lugar en...

— Ejem, ejem —Dumbledore fue interrumpido por la Profesora Umbridge.

Umbridge se pusó de pie y camino hasta donde estaba Dumbledore. El director vaciló unos segundos y luego se sentó con elegancia y miró con interés a la profesora.

— Gracias, señor director —empezó Umbridge con un tono "dulce" y una sonrisa tonta— Por esas amables palabras de bienvenida.

— Con tan solo escuchar su voz ya me cae mal —dijo Skyler.

La nueva profesora tenía una voz muy chillona. Y toda su vestimenta era de color rosa.

—¡Bueno, en primer lugar quiero decir que me alegro de haber vuelto a Hogwarts! —sonrió— ¡Y de ver tantas caritas felices que me miran!

— Quiero vomitar —dijo Skyler con expresión de asco.

— Estoy impaciente por conocerlos a todos y estoy segura de que seremos muy buenos amigos.

Muchos alumnos se miraron entre ellos sonriendo burlones por lo que acababan de escuchar.

— El Ministerio de Magia siempre ha considerado de vital importancia la educación de los jóvenes magos y de las jóvenes brujas. Los excepcionales dones con los que nacieron podrían quedar reducidos a nada si no se cultivaran y desarrollaran mediante una cuidadosa instrucción —Comentó— Las ancentrales habilidades de la comunidad mágica deben ser transmitidas de generación en generación para que no se pierdan para siempre. El tesoro escondido del saber mágico acumulado por nuestros antepasados debe ser conservado, rebastecido y pulido por aquellos que han sido llamados a la noble profesión de la docencia.

— Blaise, despierta —lo sacudió Astoria.

— No lo culpo —se rió Skyler— Este discurso da sueño.

— Cada nuevo director o directora de Hogwarts ha aportado algo a la gran tarea de gobernar este histórico colegio, y así es como debe de ser —Continuó la profesora— Pues si eso no hubiera progresado se llegaría al estancamiento y a la desintegración. Sin embargo, hay que poner freno al progreso, pues muchas veces nuestras probadas tradiciones no aceptan retoques. Pero, algunos cambios serán para mejor y otros, con el tiempo, se demostrara que fueron errores de juicio.

Finalizó su discurso y tomó asiento. Dumbledore aplaudió y solo algunos profesores lo imitaron.

— Muchas gracias, Profesora Umbridge, ha sido un discurso sumamente esclarecedor —dijo Dumbledore— Y ahora, como iba diciendo, las pruebas de quidditch se celebrarán...

— Muy esclarecedor —dijo Skyler apoyando su barbilla en su mano. Ignorando lo que Dumbledore decía.

— ¿A qué te refieres? —preguntó Theo.

— Es obvio, el ministerio quiere infiltrarse en Hogwarts —respondió— Y por eso envían a esta profesora, para que nos tenga supervisados a todos.

— Ya comprendo —Dijo el Castaño.

— Bien, eso es todo lo que tenía que informarles —habló Dumbledore— ahora, vayan a sus dormitorios a descansar, mañana inician el curso.

Los prefectos de cada casa, lideraron a los estudiantes para salir del gran comedor. Cuando iba a pasar por la puerta, Skyler sintió que la empujaron con fuerza hacia la pared.

— ¡Skyler! —Exclamaron sus amigos yendo a ayudarla.

Skyler giró a ver quién era el o la causante de lo que había pasado.

— Veo que aún estás obsesionada conmigo — Le dijo Skyler burlona, pero estaba molesta.

Debido a lo sucedido, ya habían muchos estudiantes observandolas.

— Te haré la vida imposible hasta acabar contigo —Bramó Jane.

— Eso ya lo veremos —gruño Skyler acercandose hacia ella, la bruma negra comenzaba a emanar de su cuerpo— Desearas no haber nacido.

Skyler levantó su mano apuntando hacia la gryffindor, estaba apunto de herirla.

— ¡Señorita Beckett!

Dumbledore se hizo presente.

— Ay no de nuevo —bufeó Skyler, el aura oscura desapareció por completo— Te las tengo contadas, White. Cuidate las espaldas.

Skyler ignoró los llamados de Dumbledore y siguió caminando molesta hacia la Sala Común de Slytherin. Sus amigos corrieron tras ella.








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