3. Intento de Cumpleaños
Cinco lobos corrían por el bosque, sus pelajes grises relucían por la luz del sol. Uno de los lobos era el que más se distinguía, ya que tenía el pecho blanco y los otros cuatro lobos eran de color gris por completo. El lobo de pecho blanco los lideraba, parecía ser el alfa. Los cinco lobos continuaban corriendo, parecían estar disfrutando y sintiendose libres al sentir el aire en si mismos. Eran criaturas maravillosas.
Skyler abrió los ojos, sintió ese sueño muy real, como si lo estuviera presenciando, sintió como si ella fuera el alfa. Skyler se sentó en su cama y observó el reloj mágico que había en su pared, marcaba las nueve de la mañana. Vió que Shadow dormía en el lado libre de la cama. La pelinegra escuchó pasos y ruidos afuera de su habitación. A los segundos tocaron la puerta y la abrieron. Tres personas entraron a su habitación con un pastel y una vela de cumpleaños sobre el.
— Feliz Cumpleaños a ti, Feliz cumpleaños a ti, Feliz cumpleaños querida Skyler, Feliz Cumpleaños a ti —Sus padres y brillito cantaron mientras caminaban hasta ella con el pasatel.
— ¡Feliz Cumpleaños, Cariño! —Su madre la abrazó muy entusiasmada, tanto que casi la asfixiaba.
—Darcy, tranquila la dejas sin aire, amor —rió Andrew.
— Lo siento, es que estoy entusiasmada —dijo dejando de abrazar a la pelinegra.
— Casi no se nota —dijo Skyler sarcasticamente.
— Feliz Cumpleaños, Sky —brillito la abrazó.
—Bueno, te dejamos que te arregles, ¡hoy será un día espectacular! —Su madre irradíaba felicidad.
Sus padres y brillito salieron de la habitación de Skyler, dejandola por fin estar tranquila. Skyler observó el pastel de cumpleaños que su madre había dejado en su mesita de noche. Ahora entendía porque su madre el día anterior se había puesto tan nerviosa cuando ella le pregunto que era lo que había en las bolsas de despensa que ella traía en las manos. Eran los ingredientes para su pastel. Sabía que facilmente con magia podía haber realizado el pastel, pero al parecer su madre queria hacerlo por si misma y ponerle todo su empeño.
Skyler por fin se levanto de la cama, dejando a Shadow en ella. Camino hasta el baño, y tomo una ducha con agua tibia, relajó todos sus musculos y por un momento sentía como la tensión que había sobre ella se iba. Últimamente sentía tensión sobre ella, se sentía bastante inquieta de estar en aquella casa con sus padres y aquella chica. Sentía inquietud de estar rodeada de ellos, de ver como ellos intentaban todo el tiempo ganarse su aceptación y su cariño. Aveces llegaba a sentirse agobiada.
La pelinegra salió de la ducha, y sacó de su armario la ropa adecuada que la mantendría caliente en aquel lugar. Ya que la casa en la que residía, estaba en lo interior de un bosque nevado. Una vez lista, se dió la vuelta para recoger el pastel que su madre le había dado, pero se encontro con una pequeña sorpresa.
—¡Shadow! ¿Qué haces? — Su serpiente se estaba comiendo una parte del pastel.
— Se me antojo — le respondió sin pena alguna.
—¡Serpiente glotona! Me lo regalaron a mi, no a ti — Skyler tomo su pastel alejandolo lo más que podía de su serpiente.
— ¡Lo que es tuyo es mío! —Siseó indignado.
Skyler negó con la cabeza, y salió de su habitación con el pastel en las manos y Shadow arrastrandose tras ella. Bajó las escaleras y camino hacia el comedor, el cual estaba repleto de adornos de cumpleaños, y en la mesa ya la esperaba su familia para desayunar. La pelinegra pusó el pastel sobre la mesa.
— ¿No te haz podido aguantar para comerlo, verdad? —Preguntó su padre burlón al ver el pastel.
—No fui yo, fue Shadow —le respondió la Slytherin tomando asiento.
— Si, claro —rió su padre.
Su madre sirvió el desayuno y todos empezaron a comerlo. Desayunaron en silencio, pero aún así Skyler podía sentir como la miraban cada cinco segundos. Se sentía algo incomoda, sería mejor salir a dar una vuelta por el bosque.
— Ya he terminado —Skyler se levantó y llevó sus platos al fregadero y los lavó para después salir de la casa con su serpiente.
Se ajustó su chaqueta ya que el viento la impactó apenas salió de la casa. Caminó sobre la nieve lentamente, hasta adentrarse en el bosque. Se dirigía al tronco donde siempre iba a sentarse. La pelinegra escuchó crujir una rama, sabía que alguien la estaba siguiendo, pero aún así no se giro a ver. Se sento en el tronco y su serpiente escalo hasta llegar a su regazó, por lo que la acarició.
— Ya se que estás aquí —dijo Skyler al sentirse observada. Escuchó los pasos acercarse a ella, hasta que esa persona se sento a su lado — ¿Por qué me sigues?
— Quería estar un momento contigo, pero...no sabía como decirtelo —le respondió la chica.
— Sí salí de casa, es porque quería estar sola.
—Lo siento... —se disculpó— Escucha Sky... sé que quizás esto debe ser dificíl para ti y lo comprendo. Pero, somos hermanas y me gustaría que nos llevaramos como tal. Sé que no nos tratamos mal, a lo que me refiero es que seamos unidas. Siempre puedes confiar en mí, si necesitas algo puedes recurrir a mi sin ningún problema.
— Soy reservada, me gusta serlo.
—Sí, ya noté que eres muy reservada — resaltó el "muy" — pero quiero que sepas que pase lo que pase yo estaré para ti ¿Okey?
Skyler simplemente asintió con la cabeza, no le interesaba mucho entablar una conversación con su hermana, aunque sabía que no serviría de nada, porque su hermana como quiera trataría de sacarle conversación sea como sea. Aquella chica era muy parlanchina, y ella era todo lo contrario.
— Y que hay de esa escuela de magia a la que asistes, ¿Te gusta?
— Sí — se limitó a responder.
— ¿Tu novio y tus amigos están en la misma casa que tu, verdad?
—Sí, somos de la casa de Slytherin.
—¿Y no hay alguien de ahí que te caiga mal?
Skyler se estaba comenzando a frustrar, quería tomar un puño de nieve y meterselo por la boca a su hermana para que se callara un rato. Pero tenía que aguantarse. Respiro hondo y le respondió:
—Hay muchos que me caen mal —acarició a Shadow— Como por ejemplo, Harry Potter y sus amigos. Y bueno, odio con todo mi ser al director.
—¿A Dumbledore? —Skyler asintió— Pero es una buena persona, ¿Por que te cae mal?
—Está sobre mi todo el tiempo, es un metiche de primera, siempre queriendose meter en lo que no debería de importarle.
— Quizás él solo quiere ayudarte.
—Me ayudaría más dejandome tranquila —le respondió poniendo a su serpiente en el suelo, para después ponerse de pie —Volveré a la casa.
—Esta bien, vamos.
Caminaron en silencio hasta la casa, durante el trayecto su hermana no había hablado, lo cual Skyler agradeció bastante. La chica no le caía mal pero tampoco le caía bien, simplemente se limitaba a soportarla y a resignarse de que estaba ahí. Se adentraron a la casa y se quitaron las chaquetas, las cuales colgaron en el perchero de la entrada. Al instante escucharon las voces de sus padres, al parecer estaban en la cocina.
— Andrew, ¿Crees que ella la está pasando bien aquí? —escuchó a su madre preocupada.
— No lo sé con certeza, Darcy —Suspiró el hombre— Ella es muy reservada, es muy dificil saber lo que siente.
— Yo sólo espero que al menos se sienta comoda. No quiero que este lejos de mí de nuevo —sollozó.
—Tranquila, amor. No estaremos lejos de ella nunca más.
Skyler miró a su hermana, las dos estaban escuchando la conversación. La pelinegra se apartó de ella para ir hacia su habitación junto a su serpiente. Cerró la puerta y se tiró en su cama. Desearía estar con sus amigos ahora mismo. Hubiera querido celebrar su cumpleaños con ellos, pero lamentablemente no pudo ser así. Sus padres y su hermana la tenían muy agobiada. Skyler se sorprendía de si misma, se sorprendía de su autocontrol, normalmente la Slytherin los atacaría sin más, pero se resistía a hacerlo. No quería tener problemas, simplemente quería que lo que quedaban de las vacaciones pasaran rápido para volver a Hogwarts y ver todos los días a su novio y a sus amigos. Sentía que en cualquier momento la tensión que había en ella explotaría.
Vió la hora en el reloj de la pared, se percató que ya eran las 3:00 pm. Decidió salir de su habitación y bajar hacia el living. Sus padres al parecer estaban en la cocina, y no tenía idea de donde estaba su hermana, quizás en su habitación. Al estar sentada, observó la repisa que había frente a ella. Estaba llena de fotografías, la mayoría eran de una bebé de cabellos oscuros y unos resaltantes ojos grises, Skyler se pusó de pie y se acerco a ellas, tomó una donde esa bebé estaba en brazos de Andrew riendo.
— Esa bebé eres tú —Escuchó la voz de su madre tras ella, por lo que rápidamente dejó la fotografía en su lugar — De hecho, en todas esas fotografías eres tú.
— No me había percatado de estas fotografías —dijo Skyler sin alguna expresión.
—Lo hubieras hecho, si salieras más de tu habitación —sonrió su madre. La chica solo le dió una mirada y se alejó de ella— Espera cariño...ya vamos a comer, ven conmigo.
Las dos caminaron hasta la mesa, esta vez era su padre quién estaba sirviendo los platos de comida.
— ¡Brillito, baja a comer! —gritó su madre en dirección a las escaleras.
— ¡No me llames así! —chilló su hermana molesta bajando las escaleras— ¡Mama! Ya te he dicho miles de veces que no me gusta que me llames así.
— Ay, pero te lo digo de cariño —Le dijo Darcy— No veo que tiene de malo.
—Tiene todo de malo, mamá. Es vergonsozo.
— Por supuesto que no —le dijo su madre indignada— Te llamo Brillito, porque eres mi brillo de sol.
Skyler al escuchar eso rodeó los ojos y se limitó a comer. Aunque, le era gracioso que su madre llamará "Brillito" a su hermana. Pensaba que era un apodo muy rídiculo y en realidad así era.
— ¿Y por qué a Skyler no la llamas así también? —Se quejó la adolescente.
— A Ella la llamó Cariño.
— ¡Eso no es justo! Cariño es mil veces mejor que Brillito —exclamó su hermana.
— A nadie le importa, ahora, ¿te importaría ponerte a comer y cerrar la boca? Gracias —dijo Skyler de manera tosca.
Su hermana se quedó con la boca abierta, Skyler nunca le había hablado así. Sus padres estaban algo sorprendidos, pero aún así prefirieron reservarse sus palabras, ya que no querían tener problemas con la mayor de sus hijas. Después de eso, Brillito no volvió a hablar, pero parecía un poco decepcionada.
— ¿Estás ansiosa por volver a Hogwarts, Skyler? —Preguntó Su padre.
— Sí —respondió seca.
—Oh, Skyler, se me olvidaba decirte...No es necesario que te preocupes por conseguir los materiales para el colegio, yo lo haré por tí —le informó Darcy.
—Okey.
— Dumbledore dice que eres una buena alumna, que obtienes buenas calificaciones y que eres muy astuta —Su padre volvió a intentar entablar una conversación con ella.
— Lo soy.
— Por cierto, cariño, Hablando de Dumbledore, ¿te molestaría que viniera un día a la casa? —le preguntó Darcy.
— ¿Cómo para que quieren que ese anciano venga? —preguntó Skyler irritada. Lo último que quería era verle la cara a aquel anciano.
— Más respeto jovencita —reprochó su madre— Pues para platicar con él. Además, dijo que le gustaría verte.
— Pues a mi no me gustaría verlo. Ya tengo suficiente con verle la cara todo el tiempo en hogwarts. No quiero tener que soportarlo fuera del colegio —La voz de Skyler empezaba a sonar molesta.
Toda la tensión que Skyler había estado acumulando todo ese tiempo parecía que se estaba juntando.
— Cariño...pero no tiene nada de malo que venga a la casa, creo que te serviría de mucha ayuda.
— En primer lugar, tiene todo de malo, Dumbledore sólo es un metiche que le encanta estar sobre mi todo el tiempo, y en segunda ¿Ayudarme para que?
— No hables así de él, cariño. Dumbledore es una buena persona, él sólo quiere ayudarte y aconsejarte. Además, nos ayudaría a acercarte a nosotros más como familia, hija —le respondió suavemente.
— ¡Yo estoy bien así! Si ustedes quieren ver y hablar con ese anciano, pues esta bien haganlo, ¡Pero a mi no me metan! ¿Entendido? —La tensión de Skyler se hacía notar cada vez más. Su padre y su hermana se mantenían callados y su madre hacía lo posible por no hacerla enojar, pero ya era tarde para eso.
— Pero hija, ¡somos una familia y debemos comportarnos como tal!
— ¿Familia? —Skyler se rió sin ganas— Esta no es mi familia, Darcy.
— ¿Entonces que somos? Somos tus padres y Brillito es tu hermana.
— Sí, lo son biologicamente. Pero yo no los considero así —Respondió la Slytherin molesta— Yo tengo una madre, ¡No! Más bien dicho tengo dos madres ¿Quieres saber sus nombres? Narcissa Malfoy y Bellatrix Lestrenge, Ellas son a las que yo considero mis madres.
Darcy derramaba lágrimas, le dolía mucho que su hija le dijera eso.
— Skyler, te prohibo que le vuelvas a hablar así a tu madre —le reprochó molesto Andrew.
— Tú no eres nadie para prohibirme algo ¿Entendiste? —habló más fuerte— Todo este maldito tiempo he tenido bastante autocontrol, me he guardado todos mis sentimientos y me he reservado mis palabras. Pero ustedes han hecho que llegué al borde del colapso. ¡No quiero seguir aguantandolos más!
— ¿Por qué ellas? —Sollozó su madre— ¿Por qué de todas las personas en el mundo tuviste que elegir justamente a ellas?
— Por que me han demostrado que me aman, que se preocupan por mi y que no me juzgan ni un poco —respondió fría.
— ¡Pero ellas son malas! —Chilló Su madre— ¡Bellatrix es una bruja muy mala! Nunca piensa en los demas, siempre piensa en ella. Le gusta el dolor ajeno, y le gusta causar daño a las personas ¡Por eso esta en Azkaban! Ahí van las personas que no tienen piedad por los demas, ahi van las personas más malas y terribles que puedan existir.
— Se te ha olvidado que yo también fui a Azkaban —rió— Al parcer también piensas todo eso de mi.
— No cariño, no es así. Además, te dejaron en libertad porque eras inocente.
Si, claro. Pensó Skyler.
— Hija, Narcissa Malfoy y Bellatrix lestrenge son unas terribles personas, son unas arpías —dijo su padre.
Skyler sintió la ira inundando todo su ser. La respiración se le empezaba a entre cortar. Cerró los ojos y respiró profundamente, estaba tratando de calmarse a si misma.
— Mejor cierra la boca, y será mejor que nunca en tu asquerosa vida vuelvas a llamarlas así ¿Entendiste? —Skyler aun mantenía sus ojos cerrados.
— ¡Más respeto, niña! ¡Te prohibo que me hables asi!
La última gota del vaso estaba muy cerca de derramarse, Skyler respiraba cada vez más pesado. De repente todos los objetos a su alrededor, comenzaron a levitar rodeados de un aura oscura.
— ¡Y te prohibo que te vuelvas a acercar a esas arpías!
— ¡BASTA! — Skyler furiosa estampo sus manos en la mesa. Sus padres y su hermaba salieron expulsados hacia la pared, al mismo tiempo que los vidrios de las ventanas estallaban y las cosas que estaban levitando se azotaban en el suelo.
Después de unos minutos Skyler se comenzó a relajar y su respiración estaba volviendo a la normalidad. Observó todo con detenimiento y pudó ver que el comedor y el living estaban hecho un desastre, estaban practicamente destruidos. Sus padres y su hermana estaba tirados en el suelo tratando de recuperarse del impacto que se habían llevado.
— No puedo estar un momento más aquí.
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