Capitulo 53
Las mañanas empresariales de Yoongi pasaron de ser aburridas y solitarias, a divertidas y llenas de vida con el reboltoso Jimin corriendo por su oficina o escuchando sus risas desde el pasilll; justo a la hora del almuerzo de su secretaria donde Jimin y ella platicaban y se reunian.
Cuando Jimin no estaba con la secretaria, se pasaba a la oficina de Namjoon y este le entretenia pidiendole que organizara algunos documentos o simplemente le dejaba llenar post-it de colores para colocarlos en la pizarra de juntas.
Otras veces solo estaba metido en la oficina, jugando con las cosas que Yoongi colocaba para él o tomando una siesta en el nuevo sofá-cama que los de mantenimiento instalaron solo para él.
Sin embargo, al llegar la tarde; se desesperaba facilmente y llegaba al punto de aburrimiento en el que solo se quedaba frente al gran ventanal y observaba el mundo a su alrededor.
Por eso lo mejor que pudo obtener fue el poder trabajar en la pasteleria de Jin.
Pastelillos, tazas humeantes de café o chocolate y personas amistosas e interesantes era mucho mejor para él que pasar toda la tarde encerrado en la oficina.
-Estaré bien, Jin está esperandome abajo.- desde hace ya 10 minutos que intentaba despedirse de Yoongi para así poder comenzar su primer dia, pero este seguia abrazandole y acomodando desperfectos inexistentes en su ropa.
-Lo se, solo que te voy a extrañar toda la tarde. Dame un beso.- Yoongi juntó sus labios como patito, esperando un besito de su amado Jiminie.
Este último no tardó en responder y deposito besos por todo el rostro hasta finalizar en los labios de su novio.
Si. Su novio.
Muestras de afecto y uno que otro abrazo fueron suficientes para que Jimin pudiese irse a su nuevo trabajo.
Bajó por el ascensor hasta llegar al primer piso de la resepción, justo donde Jin le estaba esperando junto al guardia de seguridad.
Se despidió el guardia, el cual se habia convertido en su amigo, y cruzó la calle animadamente al lado de Jin hasta llegar al dulce establecimiento pastelero.
Listo para comenzar.
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-Muy bien Jimin, todo lo que tienes que hacer es llevar la comida a las mesas y servir las bebidas. En caso de que te necesite para otra cosa te lo haré saber. ¿Quedó claro?- Jin se habia tomado su tiempo de explicarle todo lo que estaba por realizar, además de mostrarle por completo las instalaciones y enseñarle a hacer las cubiertas de algunos pasteles.
Asintió gustoso, colocandose el delantal negro con bordados blancos en las orillas, además de contener el logotipo de la pasteleria.
-¡Me esforzaré, hyung!- gritó animado, tomando los productos de limpieza y avanzando en dirección a las mesas vacias para poder limpiarlas.
Aseo sus manos una vez mas y caminó hasta una mess con clientes para dejarles la carta y esperar a que estos ordenaran.
-Queremos 1 trozo de tarta de frambuesa y 1 cupcake de chocolate.- ordenó el hombre, sosteniendo la manp de su pareja y sonriendole gentilmente a Jimin.
-¿Algo de beber? El café de hoy es delicioso y el té helado también es muy bueno.- ofreció alegremente, contagiando su sonrisa a los clientes e intentando convencerles de consumir mas.
-Entonces tomaremos 2 cafés.- aceptaron gustosos.
Jimin no era tonto, así que lo mejor era vender mas y así ganar mas.
-Enseguida.- dió una leve reverencia, tomando devuelta cautelosamente las cartas del menú y retirandose tras el mostrador para servir todo en una bandeja.
Acomodó perfectamente los pastelillos en una bandeja y las tazas de café en su otra mano, listos para ser entregados y servidos a la agradable pareja.
Cuando dejó todo en aquella mesa y les deseo una linda tarde, su vista se posó en las ventanas laterales. Un grupo de jovenes se le quedaban viendo extraño, además de verlos correr y entrar como animales hambrientos hasta la pasteleria.
Un grupo mixto de chicos y chicas acapararon 2 mesas completas en total, chiflandole obscenamente para poder verle de cerca.
Era un momento perfecto para aprovechar sus encantos y vaciarles las billeteras.
Sacudió un poco su delantal y caminó coqueto hasta la primer mesa, siendo esta la única repleta de hombres.
-Buenas tardes, bienvenidos a Jin's Bakery. ¿Qué desean ordenar?.- ignoro las miradas lascivas y entregó a los 4 chicos una carta con los pasteles para cada uno, esperando pascientemente a que estos la abrieran y se descidieran.
Caminó hasta la otra mesa donde estaban las únicas 3 chicas del grupo, saludandoles y diciendoles lo mismo seguido de entregarles el menú.
Regresó a la otra mesa cuando uno de los chicos le hizo una seña.
-¿Decidieron ya?- preguntó sonriente, tomando la libreta tras sus ajustados pantalones y la pluma que colgaba en su mandil.
-El postre que quiero no está en el menú.- dijo uno de los chicos, posando su mirada en el rostro de Jimin.
-¿Qué postre? Tal vez el pastelero pueda hacerlo para ti.- preguntó confundido.
-Tú. Eres un bombón que deberia estar en el menú.
Y ahí estaba de nuevo.
Era el segundo comentario "dulce" que recibía en el día y ya comenzaban a molestarle.
-Soy una persona, no un postre.
-Pff, que aburri.-
-Pero... tal vez, si compras algo, puede que mi número venga bajo tu plato.-ofreció coqueto, solo para conseguir mas ventas.
-Entonces queremos un pastel completo en rebanadas, y 4 tazas de café amargo.- ordenó el chico, cerrando dramaticamente la carta y entregandosela a Jimin.
-De acuerdo, ¿de qué sabor?- preguntó, apuntando todo el pedido en su libreta.
-Chocolate con cerezas.
Jimin asintió una vez mas, pasandose a la otra mesa donde las chicas le miraban divertidas. Habian notado los movimientos a favor que Jimin habia echo y estaban mas que impresionadas con eso.
-¿Se decidieron por algún postre?- preguntó sonriente, admirando el lindo color de labial que una de las chicas usaba.
-Vimos tu juego, me agradas chico. ¿Cómo te llamas?-preguntó una de ellas, extendiendo su mano para saludarle y ofrecerle una sonrisa.
-Soy Jimin, un gusto.
-El gusto es nuestro Jiminie, queremos 2 rebanadas de pastel de fresa y una mini tarta de limón porfavor. Y para beber queremos 2 tazas de chocolate y una botella de agua.- ordenó la chica de labial bonito.
-¡Enseguida!.
Corrió tras el mostrador y sirvió todo perfectamente. El pastel completo cortado en rebanadas perfectas y 4 platos medianos para que este fuese servido.
Lo dejó a un lado de las mesitas para servir y tomó las 4 tazas para rellenarlas de café, siendo estas las primeras en ser llevadas por el mismo hasta la mesa de los hombres.
Antes de servir las rebanadas en los platos, y llevar el resto del pastel a la mesa, corrió en busca de Jin hasta la cocina.
-¡Jin hyung!-le llamó dentro de esta, agradeciendo que el mayor se encontrara ahí en el momento justo.
-¿Sucede algo Jiminie?
-¿Tienes una de esas tarjetas de presentación de Yoongi? Quiero su número de teléfono.
-No las tengo, pero si su número. ¿Lo quieres?
-¡Si, porfavor!
Jin le dió un papelito con el número de celular de Yoongi, listo para pegarlo bajo el plato del chico coqueto.
Colocó las rebanadas en la bandeja y el resto del pastel en otra y llevó todo a la mesa.
-Aquí tienen, disfruten.- guiñó coqueto justo antes de voltearse y comenzar a reir con las agradables chicas de la otra mesa.
Sirvió una vez mas lo que aquellas mujeres le habian pedido y llevó cada cosa con una sonrisa.
Antes de dejar la botella de agua se atrevió a preguntar algo más.
-No quiero molestar pero... ¿donde compraste el labial que llevas puesto? Es muy lindo.
La chica sonrió, rebuscando en su bolso el balsamo con olor a cereza que justamente habia comprado hace unos dias.
-Lo compré en una tienda de cosmeticos a 2 calles de aquí, es nueva y tienen muchos labiales a bajo costo.- amablemente le entregó el labial para que pudiese ver el nombre y la etiqueta.
-Gracias, disfruten sus postres.- se despidió con una sonrisa y regresó a lo suyo.
Limpió el mostrador frontal y la puerta de vidrio una vez mas justo antes de ver como todos aquellos jovenes terminaban sus postres y se acercaban a la caja registradora donde Jin se encargaba de cobrar.
Ocultó una sonrisa burlesca cuando el chico arrancó el papelito bajo el plato y lo guardó cuidadosamente en su cartera.
-No se cómo lo haces Jimin, pero mis ventas estan subiendo demaciado desde que llegaste. ¡Mira todo este dinero y todavia es temprano!
-Uso mis encantos Jin hyung.
-Claro. Oye, ¿para qué querias el número de Yoongi?
-¿Recuerdas a los chicos que acaban de salir?.-señaló a la puerta, obteniendo un asentimiento de cabeza por parte de su hyung.- Pues uno de ellos me pidió mi número. Quize aprovecharme para que comprara mucho y a cambio le di el número de Yoongi.
-Eres todo un caso Jiminie. Recuerame avisarle sobre eso a Nam para que se lo advierta a Yoongi, no queremos que se crea malentendidos.
-Tienes razón.
Ambos rieron, continuando con su trabajo y atendiendo a la gran cantidad de clientes que comenzaban a llegar.
Nada mejor que 2 jovenes guapos y un montón de pasteles para atraer clientes.
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