Los ojos de aquella mujer comenzaban a pesarle, realmenta abrumada y con un leve dolor de cabeza optó por enderesarse de donde sea que estaba.
Ojos curiosos y miradas de preocupación se reflejaban ante su vista, confundiendola aún mas ante la cantidad de rostros desconocidos que osaban de rodearla, casi sofocandola y dejandola sin aliento.

-¿Te sientes mejor cielo?- la voz de su esposo se hizo presente, haciendo una mueca parecida a una sonrisa apareciera en sus labios.

-¿Que pasó?- preguntó confundida, llevando una de sus manos a su cabeza con el intento de que esta dejara de doler.

Una vez que quiso levantarse, un chico joven y delgado la detuvo por los hombros; haciendo que regresara a recostarse.

-Lo siento Señora Park, pero le recomiendo permanecer recostada por otro rato. Se desmayó hace un momento y si se levanta ahora solo ocacionará que se maree, espero comprenda- la relajada y profunda voz del muchacho logró calmarla un poco, además de que contestó las dudas que aún no preguntaba.

¿Qué habia pasado?
Fácil, se desmayó.

¿Por qué?
Esa era otra incógnita.

-Yoongi, ¿ya puedo regresar a la habitación? No quiero esar aquí- puchereo Jimin.

-¡Jimin, comportate porfavor!

¿Jimin?

Eso llamó su atención, haciendo que ignorara las recomendaciones de lo que parecia ser un doctor, y se levantara con rápidez para observar al muchacho.

Nariz pequeña, ojos grandes y expresivos, mejillas regordetas, cabello rosado y, sobre todas las cosas, la pequeña marca de nacimiento detrás de su oreja.
La marca de nacimiento de los Park.

-¿J-jimin? ¿Panquesito?- preguntó atónita, observando al muchacho como si este fuera una visión.

Se parecía mucho a su...

-Gunho...¿estoy soñando?- asustada volteó en dirección a su marido, esperando respuestas  ante lo que sus ojos presenciaban.

-Señora Park, Él es Jimin. Park Jimin, su hijo- dijo Yoongi a ambos adultos, atrayendo al pequeño en sus brazos y poder colocarlo a la vista de sus padres.

Eso molestó a Jimin. Le molestó que lo colocara y exhibiera frente a esas personas como si él fuera un producto.
Odiaba que lo trataran de ese modo, por eso se retorció desesperado de los brazos de su amado, logrando que lo soltaran y pudera regresar a su escondite. Está vez optó por quedarse detrás de Jungkook, confiando en que él si lo escondiera como se debe.

-Creo que alguien está molesto- habló Taehyung burlón, desordenando el cabello de Jimin sin ningún cuidado.

-¡Lo estoy!- gritó, intentando dar algo de miedo, pero terminó dando ternura y eso le molestó aún más.

-¿Por qué estas enojado pastelito?- preguntó la mujer mayor.

-¡No me diga pastelito, no la conozco!

-¿Jimin, qué te pasa?- Esa mirada de nuevo.

Yoongi lo miraba así siempre que no actuaba como un bebé tierno, no le gustaba ser observado de ese modo.

-¡No quiero estar aquí, quiero que se vayan!- le gritó a ambos adultos, dejandolos perplejos justo antes de abandonar la sala.

Corrió por las escaleras hasta llegar a una habitación y encerrarse hasta que las visitas se fueran.
Esa pareja decian ser sus padres, podian o no serlo, pero deseguro su plan era llevarselo a su "casa" y separarlo de Yoongi.

Esta era su casa y Yoongi su familia, era más que suficiente.

Por otro lado, aún en la primera planta, todos los presentes se mostraron impactados ante la actitud agresiva y negativa de Jimin.

-Porfavor sientense señores Park, permitanme expli-

-¡¿Usted tuvo a mi hijo todo este tiempo?! ¡¿Usted lo secuestró?! ¡Sabe cuanto tiempo lloré por haber perdido a mi único hijo!

La mujer gritaba histerica.
Su pequeño pastelito se le fue arrebtado de sus brazos justo a la semana de haber nacido, no supo nada de él durante años y cada dia esperaba la noticia de que lo encontraran, algo que nunca pasó.
Cuando los detectives le dijeron que probablemente estuviese muerto su mundo se vino abajo, entró en depresión y su salud empeoró con el tiempo. Se mentalizó en vivir una vida vacia y solitaria, queriendo llorar cada que su casa era tan silenciosa; esperando la risa de su pequeño resonar por algún pasillo.

-Eh-eh ¡No! Yo no secuestré a su hijo, lo rescaté.

-¿Re-rescatar?

-Cariño, deja al señor Min explicarse- suplicó Gunho.

Todos tomaron asiento, a exepción de Jungkook y Jin que optaron por ir a buscar a Jimin.

-Señor y Señora Park, tal vez esto les paresca muy extraño pero todo lo que voy a contarles es la verdad y tengo papeles que lo comprueban.- musitó sereno, tomando de una de las cajas las carpetas con la información plenamente organizada sobre Jimin.

-¿Qué quiere decir?- preguntó la señora Park.

-Y-yo, no se como empezar. Hace mucho, mientras volvia del trabajo, algo a la orilla de la carretera me hizo detenerme. Su hijo estaba ahí, muriendo congelado. Lo recogí y lo traje a mi casa, mi amigo Taehyung lo revisó e incluso le hizo estudios médicos que fueron revelando cosas algo... ¿anormales?.

Los señores Park miraron los documentos frente a ellos, mostrando en estos una foto del localizador retirado de la pierna y los número en su cuello.

-Jimin tenia un localizador en su tobillo y también encontré estos números en su cuello, mi hermano Jungkook tuvo que investigarlos y apartir de ahí descubrimos la verdad de Jimin. Su hijo fue torturado con la justificación de "experimentación", al parecer su plan era hacerlo violento y venderlo como un arma al extranjero.

Las lagrimas inundaron el rostro de la pareja, incredulos ante todo lo que les estaban confesando.
Ninguno imaginaba el porqué su hijo tuvo que pasar por todo eso, su pequeño.

-¿P-por qué él no q-quiere vernos?- preguntó Gunho con voz entrecortada.

Yoongi no tenia idea, pero creía tener un indicio de la actitud de Jimin.

-Él sufrió mucho señores Park. Traumas y mucho dolor, incluso tardé dias para que se ganara mi confianza; era como tratar con un niño pequeño y realmente fue muy doloroso. Su brazo y su cuerpo se encontraban así cuando lo rescaté- resvaló una fotografia sobre la mesa.
El brazo lastimado y rojizo junto con una foto de cuerpo completo aparecieron en estas.

Jimin se miraba muy mal, delgado hasta los huesos y pálido.
Su brazo estaba rojizo y con ematomas horribles, como si le hubieran golpeado el brazo unas mil veces. Eran imágenes desgarradoras, casi sacadas de película de terror que daban escalofrios.

-¡Yo quiero abrazar a mi hijo!- gritó la mujer desesperada. Necesitaba sentir a su hijo en brazos.

-Yo no soy nadie para negarselo Señora Park, pero Jimin les tiene miedo y yo no se si-

-¿Miedo? ¿Por qué nuestro hijo nos tendría miedo?- preguntó mas calmado el señor Park.

-Jimin les tiene miedo porque piensa que van a llevarselo. Él y yo e-eh... no se si sea buen momento para contarselos- musitó nervioso, rascando sus orejas e ignorando los latidos nervioso de su corazón.

-¿Confesarnos  qué? ¿Señor Min?

-Y-yo eh, estoy saliendo con su hijo. Soy su n-novio.

Ambos adultos lo miraron de pies a cabeza, examinandolo como un trozo de carne listo paea ser deborado.

Probablemente aquellos dos adultos piensen que es un pedófilo o algo así, era 6 años mayor que Jimin.

-Señor Min, nos llevaremos a nuestro hijo. Los sentimos pero no aprobamos su relac-

-¡No!

El grito de Jimin desde las escaleras interrumpió las palabras del señor Park.
Yoongi estaba que se moría, sabia que algo así iba a pasar desde el momento en el que les abrió la puerta, pero no se creía aún que realmente estaba pasando y que le habian negado el salir con Jimin.

-Jiminie, panquesito...- la mujer extendió sus brazos hasta el muchacho, caminando y esperando que este le correspondiera.

-¡No me toque! ¡No voy a ir con ustedes y no pueden separarme de Yoongi!- gritó desesperado.

-Jimin, porfavor. Debes de entender que son tus padres y aún eres menor de edad- dijo Yoongi, acariciando los cabellos de Jimin e intentando calmarlo.

-No quiero irme... haz algo- dijo desesperado.

-Vamos a casa pastelito, tu habitación sigue igual desde que te perdimos y además el pers-

-¡No! ¡No me iré a ningún lado!

-Hijo...

-¡Largo. Vayansé, quiero que se vayan! Si realmente fuera su hijo y me amaran... me dejarian estar con Yoongi. Él me cuida bien, me protege y me hace feliz. Él es mi cielo, y es la única familia que tengo.- se aferró al cuerpo de Yoongi, ignorando la mirada de sus progenitores y alejandose de apoco de la loca mujer frente a él.

-Porfavor Jimin... ven con nosotros y te compramos lo que quieras- sobornó la mujer.

-¿Ahora está intentando sobornarme? ¿Acaso cree que soy un perro?- contestó con odio Jimin.

-No, no quise decirlo así.- se excusó.

Se separó de los brazos de Yoongi.
Molesto, tomó el abrigo y el bolso de la mujer y los lanzó fuera de la casa.

-¡Largate! ¡Vete y ni se te ocurra regresar o juro que te arrancaré el brazo!- apuntó en dirección a la puerta.

Yoongi estaba impresionado, nunca pensó que Jimin reaccionaria así ante todo lo que estaba sucediendo.
Su rostro rojo y furioso hablaban por si solo.

Estaba algo orgulloso de que Jimin no se dejara mandar por sus padres, luchaba por lo que queria.
Queria quedarse al lado de Yoongi.

-¡Gunho, dile algo!- habló desesperada a su esposo, el cual tenia una mueca de burla en su rostro.

-Déjalo, él vendrá con nosotros cuando él quiera. Este es su hogar ahora.

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