Capitulo 40
-¿Podemos hacerlo hoy?
Aquella pregunta descolocó toda la coherencia de Yoongi en ese instante. ¿Como interpretaba eso? Claramente no se notaba ningún tono de doble senido en aquella curiosa pregunta.
-¿A qué te refieres?- preguntó intrigado mientras abría la puerta de su camioneta.
Hace 1 hora que Jimin habia vuelto de su aventura en la pasteleria de Jin, recordando que este último visitaria el laboratorio en el que su padre trabaja.
-¿Podemos pintarme el cabello hoy? Es temprano todavía.
Entonces recordó el afán de Jimin de querer cambiar el color de su cabello, sin embargo no estaba muy seguro de que el menor pudiera aguantar el ardor del decolorante, el tinte y todo ese proceso torturuoso que conllevaba un cambio de color.
Pero no queria decirle que no, su rostro ilusionado y sus ojitos sonrientes le hacian caer como un tonto enamorado, ¿a quién podia culpar? Ya habia caído hace mucho tiempo por los encantos de Park Jimin.
-Está bien, pero prometeme que no vas a cambiar de opinión a último minuto. Me enojaré contigo si me haces perder el tiempo que pude emplear para dormir.- espectó burlón, ganandose con eso un tierno besito en la mejilla por parte de Jimin.
No entendía porqué el menor seguia sintiéndose cohibído o tímido a la hora de querer dar afecto fuera de casa. Yoongi quería pasear con él, tomados de la mano, libremente por las calles de seúl o simplemente tener una cita después del trabajo, pero Jimin era tímido en esos aspectos.
Con una última sonrisa y un peso en los labios, ahora por parte de Yoongi, emprendieron camino a una de las mejores estéticas de Gangnam.
El cabello natural de Jimin decia adiós.
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-Ni lo sueñes Jimin.
¿Cómo es que llegaron a este punto?
Tras estacionar frente al lujoso establecimiento reconocido y bajar del coche, Jimin le pidió que se tiñera el cabello junto con él; claramente optando por un color distinto al rosa. Pero Yoongi se negó rotundamente... por lo cual se estaba arrepintiendo.
Jimin se encerró en el auto y lloró dramáticamente dentro de este, sus sollozos se escuchaban muy fuerte que inclusive algunas de las empleadas de la peluqueria se acercaron para observar con reproche a Yoongi.
No tuvo más opción que volver a entrar al auto y platicar tranquilamente con él, temiendo que este lograra manipularlo.
Acaricio su rostro gentilmente cuando se encontró de nuevo sobre el asiento del piloto, limpió las tristes lágrimas que resvalaban por sus mejillas y le ofreció su pañuelo de diseñador para que sonara su nariz de botón.
-Jimin, soy un adulto dueño de una compañia. ¿Qué clase de imágen pretendes que dé a mis empleados? Debes de entender que no pued...
-P-por favor... tiñase conmigo.- Jimin le interrumpió lastimosamente, aún con lagrimas amenazando de sus pequeños ojos y un puchero en sus labios.
-No puedo pintarme el cabello.
-Entonces olvidese de tener Sexo conmigo.
Esa fue la gota que derramó el vaso.
Jimin salió del auto, con el rostro en alto y las mejillas rojas, entró hasta el establecimiento y se sentó en una de las sillas para comenzar con el tratamiento.
Por otro lado, dentro del auto, Yoongi empezó a arrepentirse por haberle dicho que no a Jimin.
¡Iba a dejarlo sin sexo!
Santo dios. ¿Iba a ser capaz de eso?
No lo creía, era tan adicto y posesivo con Jimin que simplemente no le dejaba pensar con claridad.
Así que terminó aceptando sin más excusas.
Bajó de su camioneta y colocó la alarma de seguridad antes de cruzar ls puerta de la estética, recibiendo miradas molestas de las empleadas por haber echo llorar al sonriente y dulce chico que se encontraba en la esquina del salón de belleza, justo frente a un espejo.
Para su suerte habia un lugar desocupado a su lado, por lo que caminó con pasos apresurados y se sentó en la silla reclinable.
Jimin le miró confundio, listo para burlarse o para preguntar algo.
-No digas nada. Tendré que cubrir mi cabello con un gorro mientras estoy en el trabajo.
Y antes de decir algo más, dos mujeres con uniforme se acercaron a ellos y revolvieron sus cabellos tranquilamente.
-Buenas tardes caballeros, ¿qué podemos hacer por ustedes el dia de hoy?-la mujer que atendia a Jimin preguntó amablemente, apretujando despistadamente las tiernas mejillas del menor y ganandose una sonrisa calida de su parte, en cambio a la reacción de Yoongi que fue; más o menos, mirarla con un semblante celoso y protector por su gesto.
-Quiero teñirme el cabello de rosa y recortar un poco las puntas de mi cabello, porfavor- pidió amablemente a la mujer tras de él, otorgandole una sonrisa por el espejo de enfrente.
-De acuerdo, ¿y usted señor?- preguntó ahora la mujer tras de él, removiendo una vez mas su cabello y midiendo el largo de este con sus propios dedos.
-Lo mismo que él, pero un color distinto- pidió despacio, sientiendo el arrepentimiento de lo que estaba a punto de hacer.
-¿Qué color le gustaría? Puedo traerle el muestrario si quiere- ofreció la mujer amablemente.
Miró a Jimin una última vez, él cual tenía una sonrisa sincera en su rostro y sus ojos brillantes le observaban atentamente.
Si iba a arruinar su cabello, debía hacerlo bien o simplemente irse.
-Que escoja él, quiero que sea sorpresa.
Jimin y ambas mujeres le miraron sorprendidos, pero sus sonrisas no tardaron en aparecer ante el gesto de este.
Asi que Jimin le susurró a su estilista un color inaudiblemente a los oidos de Yoongi, haciendo que se preocupara más por no haber logrado escuchar de que color iban a teñirle la cabeza.
Cerró sus ojos fuertmente al sentir las tijeras sobre su cabello, recortando lo inecesario de este y logrando escuchar a las mujeres charlar entre ellas.
Abrió un solo ojo, mirando a Jimin disimuladamente, y pudo notar que estaba muy feliz con su próximo nuevo cambio.
Intentó relajarse mientras escuchaba la música suave del negocio, además de estar eecibiendo suavez caricias en su cabello, fue realmente agradable.
Terminó quedandose dormido en aquella comoda silla, sin saber que le pasaria a su cabello.
Por otro lado Jimin sufría con el ardor en su nuca, realmente Yoongi no mentía con eso de que teñirse en cabello solía doler si era tu primera vez.
Recuerda haber dudado de las palabras de su hyung y terminar por preguntarle a Jungkook si todo eso era cierto, él cual terminó confirmando las palabras de su hermano y contandole que él mismo habia sufrido de esas dolorosas decoloraciones cuando tiñó su cabello por primera vez.
Jimin estaba asustado, sobre todo porque el ardor cada vez era menos soportable. Y, cómo si su dolor interno fuera ecuchado, la amable estilista fue para lavarle el cabello y así aliviar el irritante dolor de su cuero cabelludo.
Pronto se sintió mejor y agradecido, cuando se levantó para estirarse un poco y poder regresar a la siguiente parte, pudo notar a su hyung dormir placidamente en la silla a su lado, ademas de presenciar las primeras pinceladas del nuevo color de cabello que habia escogido para él. Se sintió malvado ante eso, sentimiento que no duró mucho cuando le informaron que era hora de colocar su nuevo tinte.
Regresó a su puesto alegremente y vió cómo su cabello era manchado de un color rojo intenso, sonrió graciosamente y se dejó hacer por un buen rato.
Con el pasar del tiempo por fin pudo notar su nuevo color de cabello, el cual le tenía relamente feliz y emocionado.
Ahora poseía una linda cabellera rosada y sedosa, resaltando sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes. Por inercia se giró en dirección a Yoongi, él cual aún seguía durmiendo.
Jimin sonrió una vez más, pero esta vez por el nuevo color de Yoongi. Se levantó alegremente y caminó hasta él para despertarlo.
Lo primero que Yoongi vió fue a Jimin frente a él, inclinado sobre su rostro, observó el cabello rosado bauar por su frente en una linda caída y sonrió en grande.
Su chico se veía sexy y feliz, realmente peligroso a sus ojos.
Entonces reaccionó el por qué él también estaba sentado en aquella silla.
Volteó asustado al espejo y sus ojos se abrieron realmente asustado por lo que estaba viendo.
-¡Me teñiste el cabello de azul, Jimin!
-Técnicamente lo hicieron las estilistas, no yo.
-No te hagas el graciosito conmigo. Esto va a ser muy difícil de quitar.- hablo desesperado, acariciando su cabello azulado incredulo frente al enorme espejo.
-¿N-no te gusta?- ahí estaba de nuevo.
Una vez mas las lagrimas amenzaban con salir y romper en llanto en medio de la estetica.
Se sintió mal consigo mismo por hacer llorar a su pequeño, se arrepintió al instante por haberle gritado y ser el causante de unas cuantas lagrimas.
-¿Cómo porqué azul Jimin?- preguntó ya mas calmado.
Se acercó al mostrador y pagó por los servicios entregados. Jimin se mantuvo callado hasta que llegaron a la camioneta del mayor.
-Jimin. Porfavor mirame, no estoy enojado es solo que... me tomó por sorpresa que hayas escogido un color tan llamativo.
Jimin seguía sin mirarlo, absorto en sus pensamientos. Aquellos ojos alegres se habian oscurecido de repente, su mirada era triste y llena de melancolia; pareciera que estaba teniendo un colapso mental en esos momentos.
-Jimin, ¿te pasa algo?- preguntó preocupado, posando su mano en el hombro del pequeño.
Pero este lo quitó de inmediato al sentir la mirada de Jimin sobre su mano, como si fuera venenosa.
-¡No me toques!- gritó asustado sin saber porqué. Se hizo pequeño en el asiento del coopiloto y abrazó sus rodillas tratando de calmarse.
Yoongi también estaba asustado, ¿qué le pasaba? Esto no era solo por el tinte de cabello.
-Te llevaré al hospital, te estas poniendo pálido.
Habló en voz alta, encendiendo la camioneta y colocando el GPS en la pantalla del estereo.
-N-no...
-¿No qué? Estas hiperventilando y tu piel se está volviendo pálida. Tae va a revisarte y te dará calman...
-¡Dije que no! Solo... quiero aire. Abre la ventana, ¡abre la maldita ventana!- el pelirosado golpeó la ventana desesperadamente, como si se estuviera asfixiando. Yoongi no dijo nada y abrió todas las ventanas de la camioneta, importandole poco si su rostro se congelaba al igual que sus manos.
El viaje a casa fue silencioso y pesado, el ambiente en aquel vehiculo se sentia tan deprimente y gris, no tenia ni la menor idea de que le pasaba a Jimin.
Al entrar a la gran mansión Yoongi intentó hablar con él, pero este solo se alejó asustado y se encerró en una de las habitaciones del segundo piso.
Esa noche la enorme casa se escuchaba triste y vacia, casi abandonada. Por más que intentó abrir la puerta no lo logró, Jimin habia atravezado muebles y cosas para evitar que la puerta se abriera.
¿Qué le pasaba a Jimin?
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Laboratorio Institucional de concentración- seul.
-¡¿LO VISTE?! HABLA BAEK- nunca habia escuchado a su tio hablar de ese modo.
¿Deberia revelar la verdad?
No.
No iba a hacerlo.
Aquel muchacho le había caido muy bien y no tenia idea de que hacian en este lugar, y ahora que su tio le dijo que el joven era un experimento todo estaba dandole mala espina.
Aquel muchacho parecia una persona normal en sus 20, ¿qué tiene de especial?
-Cuando fui a la compañia a preguntar por el pedido, me lo topé caminando por la acera de enfrente. Choqué con él por accidente y ambos terminamos en el suelo, nos disculpamos mutuamente y continuó con su camino.
Los doctores frente a él estaba perplejos, ¿cómo es que ese chico tuvo tanta suerte de encontrarselo así como si nada caminando por la calle? Ellos llevaban meses buscandolo por cielo, mar y tierra, pero nada daba indicios de donde estaba.
-¿Estas seguro? Porque si me estas mintiendo te juro que...
-¡No miento! Yo lo vi, hasta rompí su paleta por accidente y me dijo su nombre.
-¿Nombre? ¿Él te dijo SU nombre? No te creo nada, eso es imposible.
¿Por qué seguian sin creerle?
Él realmente se lo topo, pero pensó que era mejor no hablar sobre el tema del noviazgo con el señor Min. El cual, por cierto, tenia una fotografia de él mismo y Jimin sobre su escritorio.
-Es verdad. Me dijo que su nombre era Jimin.- habló por última vez antes de que su reloj empezara a sonar. Tenia que ir a la escuela después de sus pasantias.
Se despidió amablemente ante todos los doctores y salió practicamente corriendo de ahí.
Dejando a un muy enojado y confundido señor Wong frente a su personal.
-quien de ustedes... ¡¿QUIÉN DE USTEDES MALDITOS BASTARDOS LE DIJO SU NOMBRE AL MUCHACHO?!- gritó desesperado.
Sin embargo, no obtuvo respuesta.
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