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Capitulo 35

-Jin, ¿te das cuenta del riesgo que corres en ir a ese laboratorio, verdad? también pones en riesgo a Jimin.

Los 6 hombres discutían frente a la puerta de Namjoon, claramente ninguno iba a dejar que Jin se expusiera de ese modo. Todos sabían que él tenia a alguien que ver ahí, no iba a perder la oportunidad de volver a ver a 17305, la extrañaba como no tienen idea.

Su rostro pálido y su brazo en mal estado eran imágenes que lo atormentaban por las noches, escenas que se repetían en su cabeza como un bucle de tiempo una  y otra vez consecutivamente, y es que nunca pudo perdonarse el haberla abandonado sin poder hacer algo. Ahora tenia la oportunidad de pedir perdón y aclarar su corazón, pero eso también implicaba arriesgar a sus amigos, Jimin seguía siendo un fugitivo y un experimento a los ojos de su padre.

¿Qué se podía esperar de todo esto?

-Padre- habló Jin, aún al teléfono- debes decirme su nombre o no te ayudaré.

Jin se lo había prometido, conseguiría su nombre a como de lugar, era capaz de  humillarse públicamente con tal de cumplir aquella promesa de hace años.

~¿Para qué lo quieres? no es importante. Además ya está en venta, hay varias ofertas en Rusia.

-¿¡Vas a qué?! Me das asco, enserio. ¡Nunca debí seguir tus pasos!

Y así, con un último grito de coraje y desesperación, Jin le colgó a su padre. Se desplomó en el suelo, llorando a mares mientras Namjoon lo abrazaba por los hombros.                                                  Era una imagen cruel, ninguno se hubiera imaginado que él alegre "chico de los pasteles" en realidad sufría en demacia, quiero de decir: todos llevamos una lucha interna, a algunos se les nota pero otros saben disimularla muy bien. Jin era uno de ellos: Nunca mostró miedo, tristeza o culpa, pero solo él sabía sus tormentos y desdichas.

-Jinnie, ven aquí. Te llevaré a la cama y te prepararé un té.

Namjoon también era alguien muy fuerte. Sus miedos eran simples pero igual de tormentosos: Soledad. Tenía miedo de quedarse solo, se aferró a su trabajo y su vida se volvió simple y monótona. Existieron momentos en los que pensaba que su vida se convirtió en una de esas series de comedia absurdas y él solo era un personaje secundario.

Hasta que Jin llegó a su vida, cambiándola para bien completamente. Pasó de encerrarse en su oficina después de horas de trabajo a tener citas y salidas espontaneas con Jin. Aprendió a cocinar, visitó museos de arte y su rostro cambió completamente. Ahora era feliz, Jin lo hace feliz.

Se necesitaban mutuamente.

-Oye Jin, tal vez yo pueda descubrir el nombre de la chica. Descubrí el nombre de Jimin, traeré los papeles mañana.- 

¿Qué puedo decir sobre Jungkook? alguien temerario y valiente, fuerte e independiente. Siempre intentando ayudar a los demás y usando sus habilidades para el bien, pero su miedo era morir. Todos, en algún punto de nuestras vidas, tenemos miedo a morir. Pero es algo inevitable.

A pesar de tenerle miedo siempre mantuvo las siguientes palabras en su mente: "Morir es como dormir. Un maravilloso sueño en donde ahora todo es paz"

-¿T-tú harías eso por mi?- habló Jin entre lagrimas.

-Si, eso hacemos los amigos.

Jin se puso de pié y abrazo a Jungkook fuertemente, estaba más que agradecido con el gesto. Él realmente necesitaba saber su nombre, todo sea por ella.

-Gracias por todo Jin y Nam, pero Jimin y yo debemos irnos. 

-Gracias a ustedes por venir Yoongi, vuelvan cuando quieran y los mantendré informados sobre el laboratorio.

Tras un apretón de manos y comentarios triviales, los 4 hombres caminaron al ascensor  para ir al estacionamiento. Volvieron a despedirse y en parejas se aproximaron a sus autos, listos para volver a casa.

En el trayecto al bosque Jimin estuvo muy serio e inclusive "alerta", miraba a todos lados con miedo. Se estaba pareciendo a aquel Jimin del primer día, aquel que se asustaba con  las ardillas y con el ruido del teléfono. Su actitud no pasó desapercibida para Yoongi, él también estaba preocupado por aquella llamada o que a Jin se le ocurra decir que sabe donde esta Jimin.

-¿Te encuentras bien cariño? estas algo "nervioso", ¿qué te molesta?- preguntó aún con su vista fija en la carretera, era una noche fría y desolada .

Jimin no lo miró a los ojos y eso solo lo preocupó más. Su cabeza estaba en dirección a la ventana, observando la orilla de la carretera. Intentó preguntar de nuevo, tal vez no lo había escuchado, pero ahora fue turno del pequeño para hablar.

-¿En que parte de esta carretera me encontraste?

No tenía ninguna expresión en su rostro, tampoco en su voz. Solo fue una pregunta al aire, esperando una respuesta. 

A día de hoy seguía sin poder creer que estaba a salvo, que estaba vivo. Todo el tormento de estar encerrado y asustado se terminó cuando el maravilloso hombre que tiene al lado lo recogió de la carretera, como si fuera un animal o algo por el estilo. ¿se sentía mal? claro, cualquiera en su situación lo estaría. Nada fue tan fácil como parece y solo esperaba el día en el que por fin lo vendieran, pero siempre pagando el precio de no ser libre.

Ahora que lo era, que tenía una vida y se sentía libre, debía volver a esconderse para que nunca más lo encontraran y lo encerraran. Ese era su miedo: estar encerrado.

Lo odiaba demasiado, llegó al punto de creer que estaba enloqueciendo y obedecer lo que las voces en su cabeza le decían.

"Tienes una aguja en tu brazo Jimin. Quitala y encajala en tu cuello, ¡serás libre!"

Así que el día que su plan se iba a llevar a cabo, el día en el que sería libre, las cosas cambiaron cuando la puerta de metal frente a él se abrió más temprano de lo normal. El doctor Lee entró normalmente, con su característica bandeja plateada y otra cosa diferente sobre esta.

~Te traje un dulce. No le digas a Wong que te lo di o nos castigara a ambos~

Cuando aquel hombre de bata blanca se retiró rápidamente, la puerta quedó entre abierta. Esa fue su señal, se levantó despacio del suelo y caminó por el desolado pasillo de color blanco con olor a químicos, divisó la rendija de ventilación y se arrastró dentro hasta llegar al enorme campo verde. Todo era tan nuevo y desconocido para él, sus manos picaban y temblaban con miedo y emoción. Corrió, corrió con todas fuerzas sintiéndose libre y feliz. Por primera vez en su vida respiró en paz hasta que su cuerpo ya no dio para más, lo último que recuerda fue arrastrarse y luego desmayarse en algún lugar de ese enorme bosque.

Sus pensamientos eran muchos, demasiadas preguntas que le atemorizaban las respuestas.

El auto frenó en seco, pensando que llegaron a su destino. Miró al rededor y seguían en medio de la carretera.

-¿p-por qué p-paraste?- preguntó nervioso.

-Tu querías saber donde te encontré ¿No? Fue justo ahí.- señaló una parte del bosque desde la ventana del auto.

Le colocó un gorro y bufanda a Jimin antes de bajarse, hizo lo mismo para sí mismo y abrieron las puertas de la camioneta.

Jimin caminó despacio, justo detrás de Yoongi. Sus manos estaban dentro de los bolsillos de su chaqueta y sus ojos viendo la ancha espalda de Yoongi, dejaron de caminar y observó temeroso.

-Tú estabas ahí, justo al lado de este árbol. Tu rostro estaba morado y tus manos ni se diga, estabas solo y no llevabas nada que te cubriera correctamente. Me acerqué y te toqué con el pie, una disculpa por eso, pero luego te aferraste a mi pierna y pues... aquí estas. No te iba a dejar aquí solo, tuviste mucha suerte Jiminie, no pasan autos por esta carretera.

-Yoongi...

-Tuve un poco de miedo Jimin, demasiado. No tenia ideas de que o quién eras, encontré todas esas cosas raras en tu cuerpo que solo me hicieron sospechar más y...-

-Yoon...

-Y luego lo que Jungkook encontró sobre ti me pusieron alerta, empezaba a sospechar y crear un sin fin de teorías. Cuándo Kookie me dijo que estabas en venta pensé que te estaban prostituyendo o algo, eso explicaría el rastreador de tu pierna y que estuvieras marcado en tu cuello.

-¿Qué?

Su mano fue a parar a su cuello, él no tenía idea de que estuviera marcado. Quiso gritar y llorar pero no sabia por qué, estaba furioso de tener una marca en su cuello. Se sentía como un objeto al que pones tu nombre para que no se pierda, un producto.

-¿Te sientes mal? Podemos quitarlo o taparlo. No te preocupes por eso cariño, veré cómo puedo deshacer...

-N-no importa, es solo que no sabía lo de mi cuello. Fue una sorpresa.

Reposó su cabeza en el pecho del mayor, respirando irregularmente tratando de no derramar las lágrimas que amenazaban por salir de sus ojos. No quería llorar, no frente al hombre del que se a enamorado demasiado.

-Vamos al auto pequeño. Lleguemos a casa y descansemos.

-Yoongi...

-¿si?

Respiró hondo, armándose de valor y coraje.

-Te amo. Me e enamorado de ti Min Yoongi.








No se desesperen, dentro de unos pocos minutos subo el siguiente capitulo con alto contenido de lemon. Disfruten 7u7

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