Laboratorio institucional de concentración- seúl.

-¿Quién demonios es él "Principe Jin"?

Gritó Wong frente a sus doctores, ninguno sabia que responder.
Anteriormente habian escuchado a 17305 mencionar el nombre del "Principe Jin" pero no tenian la menor idea de que esa persona en realidad existiera.

-Alguno de ustedes debe saber o serán los proximos en atenderla...

El doctor Lee entró a la reunion improvisada 10 minutos tarde.

-¿Qué esta pasando Wong? Solo perdemos el tiempo aquí.

-¡Ninguno de estos bastardos tiene la menor idea de quién es ese tal "Principe Jin"! Alguien tiene que decirme o voy a encerrarlos con esa niña.

-¿Jin? ¿Hablas de mi hijo?

Wong guardo silencio, volteando su cabeza de manera macabra mirando al doctor Lee estupefacto.

-¿"Principe Jin" existe?

-Si, es mi hijo. Ya no trabaja en laboratorios, abrió su propia pasteleria en el centro de la ciudad, ¿Qué hay con él?

-Llámalo.

Ordenó Wong seriamente.

-¿Por qué?, ¿Qué tiene que ver mi hijo con...?

-Llámalo, 17305 quiere verlo. Si no cumplo con mi promesa va a matar a cada doctor de este recinto.
Ya tuve suficiente con 311002.

-Hablando de 311002, seguimos sin noticias. Es como si ubiera desaparecido en el aire.

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Cuando desperté a la mañana siguiente pensé que todo habia sido producto de mi imaginación.

¿Realmente me acosté con Jimin?

Mis dudas fueron respondidas con solo mirar el suelo, mi ropa estaba regada al rededor de la cama y la ropa interior de Jimin se encontraba detrozada en un rincón de la habitación.
Por inercia voltee a mi lado y ahí estaba...
Tan lindo y sexy como siempre, descansando bajo las sabanas grises sin nada de ropa que cubriera su cuerpo.
Levanté un poco la sabana y noté las marcas de mis manos en su cadera y trasero, dios...

¡Me acosté con Jimin!

Acabo de...

Entré en pánico, habia sido su primera vez y no fui lo suficiente mente cuidadoso con él. Cuando despierte todo su cuerpo le va a doler hasta el alma.

Me levanté despacio de la cama y salí de la habitacion para ir a la cocina.

Preparé un té de manzanilla, calmantes y parches de calor. Todo fue colocado en una bandeja y listo para ser llevado a mi pequeño.

-¡YOONGI! AAAAAAHHHHHHGGG!

Demonios.
Gritó desde la habitación y corrí lo mas rápido que la bandeja en mis manos me permitió.
Entré apresuradamente y lo vi, echo bolita en el centro de la cama con lagrimas en los ojos.

-¡Me duele todo Yoongi!

No sabia si reirme o llorar con él.
Le dediqué una tierna sonrisa y me senté a su lado.

-Bueno, fue tu primera vez. Todo es genial en el inicio pero duele después.

-No es justo...

Lloriqueo un poco en mi hombro.

-Tranquilo, bebe esto mientras te doy un masaje y coloco los parches- le tendí la taza y la tomó en sus manos.
Intentó sentarse pero lo detuve antes de tiempo.
-Será mejor que no te sientes por un rato, tal vez dias...

Volvió a recostarse lentamente.
Abrí el cajón del buró y saqué el gel anestesico, puse un poco en su espalda baja y masajee en circulos lentamente.
Su piel se tensó un poco por el frio de mis dedos pero luego se relajó y sus bellos se erizaron.

-Y-yoongi...¿ Donde está mi ropa?

Observó por debajo de las sabanas su cuerpo desnudo y su erección matutina.

-Anoche la terminé rompiendo, lo siento. ¿Quieres una de mis camisas?

Asintió tiernamente disfrutando el masaje.
Di las últimas vueltas en su espalda y coloqué los parches alrededor de su cintura.

-Eso debe aliviar el dolor pequeño, si te sigue doliendo puedes tomar uno de esos analgésicos.- señalé la caja de pastillas en la bandeja.

-O-okay~

-¿Estas bien?- pregunté al ver su rostro rojizo.

-Es que... las- las saban- Ah~

Las sabanas estaba rozando delicadamente su pequeño problema mañanero.

-¿Quieres que te ayude?

Dios, realmente queria probar a Jimin  y hacerlo sentir mejor después de haberlo destrozado anoche.
Posé pícaramente mi mano en su entrepierna, dando caricias suaves y desesperandolo de a poco.

-Hyung~

La súplica en su voz removió mis sentimientos.
Quiero despertar cada mañana y ver su precioso rostro a mi lado.

Tomé su miembro entre mi mano, bombeando abajo y arriba en un movimiento consiso. Sus ojos se cerraron y sus  esponjosos labios se abrieron en busca de oxigeno, un gemido agudo salió de estos y ocacionó que lo masturbara mas rápido.
Mis manos  ya no parecian  satisfacerlo  lo suficiente, con lentitud bajé mi rostro hasta su entrepierna y lamí de a poco la punta.

-Ahh~ H-hyung...

Continué lamiendo y lamiendo hasta introducirlo por completo en mi boca, succionaba despacio con la adrenalina corriendo a mil por hora, los gemidos de Jimin y sus manos apretando las sabanas fuertemente era un placer visual a los ojos de cualquiera.

-Y-yoongi... v-voy a ensu...

No lo deje hablar, yo realmente queria que se corriera en mi boca.
Succioné con fuerza y mis movimientos se hicieron mas rápidos.

-¡P-Para... N-no pued...!  AHG!

Su miembro se tensó y sentí la explosión en mi boca, no fue una experiencia desagradable en lo absoluto, lo volveria hacer si tengo oportunidad.

-Ahhh Yoongi- su voz sonaba entrecortada y respiraba con dificultad, trataba de recuperarse de su orgasmo.

-Vamos a la tina pequeño, un baño caliente te caerá bien.

Lo cargué en mis brazos  y entramos al baño de la habitación, listos para tomar un baño juntos.

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-Estoy cansado Yoonie, debiste dejarme en casa.

-No iba a dejarte solo en ese estado, ahora ven a mis brazos. Voy a cargarte hasta la oficina.

Jimin estiró sus brazos y lo cargué como a un bebé mimado.
Los dolores de su cintura habian disminuido, pero no lo suficiente.

Entramos al enorme edificio y subimos al asensor, esperando a que este se abriera en el último piso. Antes de llegar ya habia ordenado a mi asistente que pusiera mantas y compresas calientes en mi sillón, recostaria a Jimin y lo dejaria descansar toda la mañana y tarde.

-¡Yoongi! Jin me pidió que les informara algo.

Gritó Nam fuera de mi oficina, me ayudó a abrir la puerta y recosté a Jimin en el sillón. Una ligera mueca de dolor se instaló en su rostro y coloqué la compresa en su espalda.

-Dispara Namjoon.

-Jinnie quiere hacer una cena para todos, tu hermano y Tae estan invitados. Ya les envié un mensaje.

-¿Cuando es la cena?

-Hoy, saliendo del trabajo. ¡deben de ir, su comida es deliciosa!

No sabia si Jimin se sentiria mejor por la noche, pero sus ojitos me dijeron que enserio queria ir.

-De acuerdo, estaremos ahí.

-¡Genial! Llamaré a Jin.

Antes de que saliera por la puerta un leve quejido de Jimin lo hizo detenerse y volver.

-¿Qué le pasa a Jimin? Se ve cansado y  adolorido.

Mierda.

-Ah es que... ayer empezó a hacer ejercicio.

-¿Ejercicio? Pero si su cuerpo esta bien.

-Te esta mintiendo Namjonie. Hyung y yo tuvimos sexo y me rompió hasta cansarse.

No me creo que lo haya dicho en voz alta.
Tal vez solo lo imaginé.

-¡¿TUVIERON SEXO?! Dios Yoongi, ni siquiera te apiadaste del pequeño al ser su primera vez. Mira como lo dejaste.

-¡Él se lo buscó, provocandome con mi ropa puesta cuando llegué del trabajo!

-¿Sabes qué? No voy a discutir contigo tus relaciones sexuales. Me voy.

Miré enojado a Jimin, ¿cómo pudo haber dicho eso en voz alta?
Deseguro Jungkook le habia enseñado sus puercadas.

-Jimin, ¿cómo pudiste decirlo en voz alta?

Me miró con ojos de cachorro.

No voy a caer, no voy a caer, no voy a caer...

-¿Ya no me quiere hyung?~

Ahg, este niño sabe bien como manipularme.
Él y si tierno puchero que besé por deseo no me dejaron regañarlo, si quiera molestarme.

Eh caido muy bajo por sus encantos.

-Claro que te quiero corazoncito~ ¿quieres helado?

-¡Shi!

Gritó como un niño pequeño y sonreí en grande, lo consiento mucho pero no me arrepiento.

-Le pediré a la secretaria que traiga el mas grande de la tienda, ¿también quieres pastel?- pregunté con el teléfono en mi oido.

-Si, pastel del señor de los pasteles. Porfavor Daddy.

Si me lo pides de ese modo te regalo hasta un parque de diversiones para ti solo.

Cuando los caprichos de mi pequeño fueron ordenados y traido a mi oficina, lo vi llenarse de chocolate el rostro y sonreir a mas no poder.
Mi corazón latía demaciado rápido cuando él estaba feliz, entonces entendí que no lo estaba mimando, le estaba dando todas aquellas cosas que nunca pudo tener, probar, jugar.

Le estaba dando la vida que debió vivir.