Capitulo 29
Laboratorio institucional de concentración- seúl
Producto 17305- 9 años.
-Ya lo sabes Kim. Entras, administras y te vas.
Hoy era mi primer dia en el laboratorio donde trabaja mi padre, sinceramente no queria estar ahí.
Sentia que habia desperdiciado mi tiempo estudiando ciencias quimicas en vez de estar en la escuela culinaria.
Aún recuerdo las palabras de mi abuelo y las de mi padre.
¿Te volviste loco? Estudia ciencias o microbiologia.
No llegaras a ningún lado de pastelero.
No queria mi nombre en titulares cientificos ni mucho menos premios de ciencias.
Queria mi pasteleria o mi propio restaurante, queria ser feliz haciendo algo que amo.
Ahora me sentia asqueroso, bata de hospital, lentes de seguridad y mi cabello peinado de la misma forma todos los dias.
Dejé de ir a restaurantes porque me deprimian tanto, era tener que ver y comer el sueño que nunca pude cumplir.
Ahora caminaba con lo que parecia ser un medicamento en una charola, era un frasquito de color marrón y no tenia niguna etiqueta, tenia una jeringa a un lado y una marca de los mililitros que debia administrar.
Pero ninguno de los doctores me decia a que le iba a poner esa cosa, solo decian:
Lo veras por tu mismo, ten cuidado.
¿Cuidarme?
¿De qué?
Me indicaron ir a la habitación 218 y abrir la puerta despacio.
Así la hice y mi charola calló al suelo, pero el frasco no se rompió.
-¿Usted también me hará daño?
¿Pero qué mier...?
-¿Podria quitar la cosa de mi brazo? Es que duele mucho.
-¿Q-qué estas haciendo aquí pequeña?, ¿y tus padres?
Estaba mas que asustado, si se enteraban que una niña entró aquí iban a despedirme en mi primer dia.
-¿Padres? Yo no tengo padres señor bonito.
¿Qué está diciendo?
-No se como llegue aquí doctor bonito, desperté aquí y no me dejan salir.
Se supone que usted debe poner esa cosa en mi brazo.
Me señaló el frasco del suelo con su brazito.
Su brazo estaba horrible, dios ¿por qué?
-¿Doctor bonito?- me miró confundida.
No podia hablar, seguia sin entender que estaba pasando.
¿Por qué le voy a administrar a una niña de 9 años una solución enfrascada sin etiqueta?
-¿Cómo te llamas?
Pregunté inclinandome frente a ella y retirando la aguja de su brazo.
-No se, siempre me dicen 17305. Ese debe ser mi nombre.
17305 no era un cultivo o una planta.
Era una persona.
Peor aún, era una niña.
-¿Puedo ponerme su ropa doctor bonito?
Estiró mi bata de laboratorio un poco.
-C-claro.
Su rostro brilló por un momento cuando retiré mi bata y se la coloqué encima.
Le quedaba enorme pero eso no pareció importarle, brincaba de felicidad y jugeteaba con las mangas.
-¡Mire! Ahora soy uno de esos hombres malos.
¿Hombres malos?
-¿Quiénes son los hombres malos?
Pregunté sentandome en el piso como indio.
-Los que traen esto puesto- alzó sus brazos mostrando la bata- ellos no me dejan usar su ropa como usted, tampoco me hacen caso cuando les digo que mi brazo duele.
Mierda.
¿Qué puedo hacer?
Se supone que debo ponerle esa cosa en el brazo y registrar todo pero no quiero hacerlo.
-Princesa, debo ponerte la cosa del brazo.
Dejo de brincar alegremente y se acercó hasta mi.
Recostó su cabeza en mis piernas y lloró silenciosamente.
-N-no llores princesa, si lloras yo también me pondré triste.
Acariciaba su cabello lentamente mientras limpiaba su rostro.
-E-es que l-la c-cosa del frasco arde mucho.
No habia ninguna camara en la habitación, tampoco ventanas.
Habia un baño pequeño en la esquina.
¿deberia...?
-¿Alguien más entra aquí pequeña?
Negó con su cabeza lentamente.
-Entonces no te pondré nada, lo tiraremos por el retrete. Pero tu aguja debes dejarla, te la quitaré por las noches y la pondré en la mañana otra vez. ¿Okay?
-¡Gracias doctor bonito!
Me abrazó por el estomago haciendome reir ligeramente.
Esta niña no deberia estar aquí.
-Llamame Jin, Principe Jin.
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Producto 17305- 12 años
Hace aproximadamente 3 años que trabajaba aquí, atendiendo a 17305.
En estos 3 años insistí al jefe Wong que me dijera el nombre de la niña, pero solo se negaba y decia que no era relevante.
Queria ahorcar a ese hombre, en especial el dia hoy que fue a ver el "progreso" de la niña y la abofeteo en el rostro por ensuciar su bata.
Cuando el jefe Wong salió del cuarto corrí hasta mi princesa y la abrazé, ocultando su rostro en mi pecho para que su llanto no sonara demaciado fuerte.
-Principe Jin, lleveme con usted...
Si queria sacarla, me dolia tanto verla aquí encerrada y no poder hacer mucho.
-Es lo que mas quiero en este mundo princesa, pero si lo hago perderé mi trabajo y no volveré a verte nunca más.
Asintió despacio y empezó a estirar mi bata.
Le gustaba mucho usarla, decia que se sentia segura con ella.
-Ten, usala por mi.
-Gracias Principe Jin.
Mi teléfono empezó a sonar.
Era mi padre.
-Jin, ¿puedes venir a mi oficina?
-Claro, voy para allá.
Colgué el teléfono y tomé mi bata nuevamente.
-¿Ya se va principe Jin?
-Por desgracia si, me necesitan en otro lugar.
-No se vaya principe Jin.
Se aferró a mi pierna fuertemente.
-Voy a volver. Prometo averiguar tu nombre y te premiaré con chocolate ¿si?
La vi asentir euforicamente y recostarse en el suelo.
Esa fue la última vez que vi a 17305.
Uno de los doctores se dió cuenta de mi fraude y me despidieron sin más.
Recuerdo la mirada de asco por parte de mi padre hacia mi, ojalá él supiera que me daba asco todas las cosas que hacen en este lugar incluyendolo a él.
Abandoné a 17305 en ese horrible lugar y no volví a saber de ella...
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Producto 17305 - 17 años
Hace mucho tiempo que el Principe Jin no venia a verme, supuse que habian descubierto todo lo que hizo por mi y ya no lo dejaron verme otra vez.
Le pregunté a uno de los hombres malos donde estaba el principe, pero todos me dijeron que ya no trabajaba aquí.
Lo extraño mucho, esos doctores son malos y no son como el principe Jin.
-¿Tú has probado el chocolate?- le pregunté al hombre de bata blanca que colocaba la cosita del frasco.
-Emm. Si
-Suertudo. Él principe Jin iba a traerme chocolate...
¿Por qué me mira de ese modo?
No estoy loca, el principe Jin existe y es mucho mejor doctor que tú, baboso.
-¿Por qué me miras así?
-El encierro te está afectando niña loca.
Susurró eso último y me molesté mucho.
-¡TE ESCUCHÉ, NO ESTOY LOCA!
Tomé su cabeza entre mis manos, la giré fuertemente y escuche un crack provenir de su cuello.
Vi como cayó al suelo y sus ojos se quedaron en blanco.
No me arrepentia de nada, se lo merecia por llamarme loca.
-Porfavor vuelve principe Jin.
Caída la noche otro hombre de bata blanca entró a mi cuarto, miró al hombre del piso y luego a mi.
¿deberia asustarlo?
-Traeme al Principe Jin o te pasara eso a ti.
Señalé al hombre del piso.
Me sentia malvada, pero queria ver al principe.
El hombre salió corriendo cuando vió a su compañero en ese estado y después de un rato, cuando ya estaba dormida, sacaron el cuerpo de ese doctor malo.
Mas doctores terminaron en ese mismo estado.
Con su cuello roto y con las mismas advertencias y condiciones.
Habia escuchado por un doctor estúpido que uno de los demás productos habia escapado, que suerte por él.
Ojalá nunca lo encuentren, merece libertad.
Mucho tiempo después el doctor Wong vino a verme, se le notaba tan desesperado y frustrado.
Estaba enojado porque estaba hiriendo a sus doctores, me da igual. Ellos me hicieron mucho daño a mi, se lo merecen.
-¡Te daré lo que quieras! Solo deja de romperles el cuello. A este paso me quedaré sin empleados.
-Dame chocolate y dime mi nombre.
Lo meditó un poco y volvió a hablarme.
-Puedo darte chocolate, tu nombre no.
-Chocolate y mi nombre.
-Te doy otra cosa.
-Quiero al principe Jin.
Volvió a mirarme como a los otros doctores, como si estuviera loca.
Me levanté y caminé lentamente hacia él.
¿Qué? ¿ Ahora me tienes miedo?
Estiré mis brazos en dirección a su cabeza hasta que gritó asustado.
-¡Está bien, te daré chocolate y traere al principe Jin!
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