
Capítulo 30
POV. Camille
Ya habían pasado los días y yo me sentía ausente. Estábamos a viernes y no sabía como coño había pasado tan rápido el tiempo y sin que me diese cuenta. Mi mente parecía sumida en un extraño estado de letargo, reviviendo una y otra vez los momentos que había pasado junto a los que ahora consideraba mis mejores amigos y César. Realmente no estaba enfadada con él porque había llegado a la conclusión de que bastante había hecho ya salvándome a mi pero es que él ni siquiera se había molestado en volver por el instituto y se había llevado todas sus cosas del apartamento. Le había preguntado a los chicos y a Kathia pero ninguno sabía a ciencia cierta dónde se alojaba y comenzaba a desesperarme. Pero sin manifestarlo. Tu si me vieses por la calle en aquellos momentos, facilmente podría confundirme con un zombie. Había vuelto un par de veces a las carreras ilegales a pesar dr que todo el mundo me lo pretendía impedir. Incluídos Hunter, Oliver y Kathia. Y yo pensaba, es que no se dan cuenta de que lo único que hace que olvide toda la mierda es la adrenalina que me proporciona la velocidad y los derrapes? Traté de explicárselo a todos pero no entraban en razón. Tuve que escabullirme de noche, escapar de Oliver y Kathia, y correr con mi preciada moto particular para que se dieran cuenta de lo mucho que lo necesitaba.
Estaba sentada en mi cama tranquilamente cuando de pronto mi pelirroja favorita entró por la puerta con su sonrisa de loca maníaca.
- Levántate, vienes conmigo, Oliver y Sean.- me dijo prácticamente en una orden. Cierto, olvidaba deciros que Sean empezó a salir con Kathia el domingo, después de robarle un beso. Si, todo muy romántico (sarcasmo please).
La miré con el ceño fruncido y ella, al ver que no me movía, me lanzó un cojín enorme que no logré esquivar y que provocó mi caída al duro y frío suelo.
- Pero a ti que coño te pasa?!?!- le pregunté malhumorada mientras me incorporaba con torpeza hasta sentarme de nuevo en el colchón. Ella me miró como si fuera obvio antes de seguir revolviendo en mi armario.
- Vas a venir con nosotros tres al baile de graduación.- dijo con tranquilidad, como si yo no fuese a reaccionar como una bomba de relojería. Si, eso era lo que más me jodía y me gustaba a la vez de Kath, no me tenía miedo y aún encima tenía los ovarios de picarme y molestarme constantemente. Fulminé su espalda con la mirada y observé confusa cómo reía.
- No me mires así, vas a ir y punto.- me advirtió a la par que me lanzaba una mirada de advertencia. La miré asustada. Acaso tenía ojos en la espalda? Ella volvió a reir.
- No, no tengo ojos en la espalda.- iba a decir algo cuando vi que ella lanzaba un suspiro de derrota.
- Mierda, no tienes ningún vestido lindo.- dijo apenada y yo la miré como si estuviera loca e remate.
- Me ibas a hacer ponerme un estúpido vestido?- le pregunté con incredulidad. Ni muerta me ponía un jodido artefacto mortal de esos. Comencé a reir de incredulidad pero paré de inmediato al ver su sonrisa ilusionada.
- Seguro que yo tengo alguno!- exclamó con alegría, ignorándome por completo y corriendo hacia su armario en la habitación de invitados, antigua habitación de César. Me levanté de un salto y corrí escaleras abajo hasta el salón. Allí estaban Sean, Anthony, Carter, Caleb y Oliver desperdigados por todo el salón jugando al Call of Duty. Me lancé al regazo de Anthony y me acurruqué contra su pecho como una lapa. Él, sorprendido por mi repentino momento de lucidez y porque me hubiese lanzado voluntariamente sobre él, me miró extrañado.
- Que pasa?- inquirió con curiosidad.
- Kathia me quiere obligar a ponerme un vestido.- dije haciendo una mueca de asco. Anth se empezó a reir con ganas y yo lo miré con una sonrisa lobuna que provocó que se callase de inmediato.
- Te estás riendo de mi?- le pregunté con el tono amenazador que ya casi no usaba. Él tragó duro y fue a responder cuando el grito de Kath se escuchó por toda la casa.
- Camille!!! Donde carajos estás?!?! Ya he encontrado un vestido perfecto para tiii!!- canturreó la muy... Me encogí más sobre mi misma aún en el regazo de mi amigo al escuchar cómo la demonia pelirroja bajaba las escaleras. Miré suplicante a Anthony pero perdí parte de mi esperanza al verlo sonreir perversamente.
- No me delates...- lo advertí pero él tenía otros planes. Me empujó de su regazo al suelo, provocando un golpe seco que alertó a Kath e hizo que ésta viniera corriendo hacia mi, que me arrastrase hasta el baño y me encerrase allí con ella y el vestido dentro. Miré con horror la prenda blanca. Era un vestido ajustado por el pecho y suelto a partir de la cintura, muy sencillo y todo blanco incluido el lazo que envolvería toda mi cintura modo de cinturón. Ella sonrió malvadamente y antes de que pudiera reaccionar me había amordazado y atado mis piernas a la altura de las rodillas y de loa tobillos. La miré totalmente escandalizada y ella a mi con una ceja alzada.
- Creías que no iba a estar preparada? He dicho que vas a venir al baile y así será.
- No tengo pareja.- le recordé simplemente para exasperarla pero ella le restó importancia al asunto batiendo su mano de largos dedos en mi dirección.
- Si que la tienes, Oliver irá contigo.
- Y que pasa con Caleb?
- También irá con él.
- Me estás proponiendo un trío con esos idiotas?- le pregunté incrédula y sus mejillas se tornaron del mismo color que su cabello.
- N-no, solo digo que ireis los tres juntos.
La miré con desconfianza fingida pero no dije nada. Escuchaba las risas de los chicos abajo por lo que supuse que estaban recordando la aparición demoledora de Kathia. Puse los ojos en blanco y solté una pequeña risita. La pelirroja soltó una exclamación ahogada de incredulidad.
- Te acabas de reir? Camille se acaba de reir por primera vez en una semana de estado zombie?
Puse los ojos en blanco de nuevo mientras ella me metía el maldito vestido por la cabeza sin ningún tipo de cuidado.
- No es para tanto.- dije despreocupada. Ella se puso seria derrepente y me miró con gravedad.
- Cami, no es una exageración, esta semana has estado completamente ausente, desde que César se fue...- masculló bajando la vista. Decidí ignorar su comentario porque sabía que como pensase en él acabaría de nuevo como una zombie viviente.
- Espero que me dejes ponerme al menos unas medias negras y unas botas...
- Claro.
- No crees que este vestido se ve como... Muy virgen para mi?- le pregunté insegura mientras me observaba en el espejo de cuerpo entero del baño. Ella frunció el ceño para luego sonreir.
- No, es algo así como una contradicción, tus tatuajes contrastan con la "pureza" del vestido blanco.
Miré una vez más mi reflejo antes de desistir por completo.
- Lo que tú digas...
- Por supuesto. Al final han quedado bien las medias negras con las botas del mismo color hasta las rodillas...- murmuró pensativa. Puse los ojos en blanco y salí del baño. Tras la puerta se encontraban todos los chicos agolpados, quienes abrieron unos ojos como platos al observarme de arriba a abajo.
- Que mirais??- les inquirí algo molesta porque me mirasen tanto sin decir absolutamente nada. Ellos parecieron salir del trance y Oliver se apresuró a hablar.
- N-nada, n-nada, es solo que...
- ...Estas...- continuó Anthony con la boca aún abierta.
- ...Hermosa.- finalizó Caleb con una sonrisa. Le agradecí el cumpido con una sonrisa y luego los aparté de nuevo para dirigirme rapidamente a la entrada principal.
- Os aconsejo que salgais pronto antes de que cambie de opinión..- les advertí a la par que abría la puerta de par en par. Eché una pequeña mirada sobre mi hombro y miré al peliverde de Anthony con una sonrisa amistosa.
- Anth, te vienes conmigo al baile a hacer de carabina?
A él se le iluminaron los ojos y asintió efusivamente antes de ir corriendo hasta donde yme encontraba.
- Zeñorita.- dijo con voz de niño pequeño. Hice una reverencia exagerada y le agradecí que me abriese la puerta del ascensor.
- Grashias.- dije imitando su tono. Antes de que las puertas del cubículo se cerrasen por completo pude distinguir la mirada exasperada de Kath y las risas de nuestros amigos. Miré a Anthony con diversión.
- Quieres montar en mi moto?- le pregunté ilusionada como una niña.
- Segura?
- Claro, duh, si no no te lo propondría.
Él se rascó la nuca con indecisión antes de asentir con una sonrisa ladeada.
- Está bien.
---
---
- Me aburro.- dije por enésima vez en lo poco que llevábamos de noche. Kathia me miró reprobatoriamente. Estábamos en el pabellón del instituto, el cual estaba decorado elegantemente. Ya habían entregado los diplomas y títulos y misteriosamente a mi también. Agité sin ganas el vaso de ponche que tenía en la mano y la pelirroja resopló con frustración.
- Baila con Anth.- me sugirió perdiendo la paciencia.
- Está bailand con aquella morena de la esquina.- le contesté encogiéndome de hombros. Kathia parecía a punto de suicidarse cuando la miré compasivamente y luego a Sean. Caleb y Oliver se habían perdido hacía bastante tiempo.
- Id a bailar, yo salgo un rato a tomar el aire fresco de la oscura noche.
- Segura?- me preguntó la pelirroja con una ceja alzada. Yo asentí.
- Sipi. Ale, ale, fús fús tortolitos!!- hice ademán de echarles el ponche por encima y ellos se apresuraron en levantarse y correr a la pista de baile improvisada. Puse los ojos en blanco al ver los torpes movimientos de Sean y me levanté con pesadez de mi asiento antes de abandonar el ruidoso pabellón. Respiré profundamente el aire frío de la noche estrellada antes de escuchar el crujido de unas ramas a mi izquierda. Temblé un poco con una gélida corriente de aire que levantó el vuelo de mi vestido y contuve la respiración cuando vi a César con cara de pánico salir de mi derecha.
- Camille cuidado!!!- gritó alarmado. Yo, extrañada, lo miré sin comprender hasta que escuché el ruido del gatillo de una pistola ser activado y posteriormente el sonido ensordecedor del disparo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro