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Capitulo 2 "Culpa"

-Por favor, antes de entrar al colegio vete un poco más lejos, digo para no llamar la atención-dijo Yonathan. Yo solo rodee los ojos, nadie me iba a venir a decir que es lo que tengo que hacer.

-¡Yonathan!-exclamo molesto Tobias para luego darle un golpe en la cabeza.

-¡Oye!-exclamo Yonathan.

-Callate, ahora ella es tu hermana y tienes que respetarla. Si antes no lo hacías ahora lo harás, te guste o no-dijo Tobias serio.

-¡No me jodas, Tobias!-exclamo Yonathan. Tobias estaciono el auto enfrente del colegio.

-¿Sabes algo, Yonathan?-dije logrando así su atención-Me vale mierda lo que pienses de mi-dije y salí del auto para luego entrar al colegio. No puedo creer que alla dicho eso adelante de dos personas que ahora son mi familia, "Pero como dicen, no son hermanos si no hay pelea" pensé.

-¡Amelia!-exclamo una voz femenina, me doy vuelta y logro ver a mis tres mejores amigas, mis hermanas del alma, gran parte de mi mundo. Emilie, aquella joven rubia, me abrazo con fuerza demostrando felicidad. Lily, la chica de cabello purpura, me sonrió y me saludo con la mano. Mientras que Olivia se acomodaba los lentes pronunciaba un "Hola" decorado con una sonrisa-Cuéntame todo ya-dijo ansiosa.

-No es la gran cosa-dije caminando, ellas me siguieron.

-Pero ¿Mejor que estar sola?-pregunto Lily. Yo negué.

-De seguro que es mejor estar entre las balas que entre hombres-dijo Olivia con una sonrisa.

-La verdad..... Si-dije con una sonrisa.

-A mi aún me cuesta creer el hecho de que tengas diez hermano-dijo Emilie-Es que es muy poco realista-dijo enconguiendose de hombros.

-Bueno no te culpo, yo pensaba que era mentira cuando me dijeron que eran diez hijos, pero los vi con mis propios ojos-dije agrandando mis ojos cuando mencione lo último.

-Que loco-dijo Olivia, siempre manteniendo su postura de seriedad.

-¡Yo quiero conocerlos!-exclamo Emilie feliz.

-Yo también.... Y de paso.... Me figo si hay alguien interesante-dijo Lily con malicia. Yo solo la golpee.

-Pervertida-dije seria. El timbre sonó y desafortunadamente nos tuvimos que separar las cuatro. Llegue a mi salón y vi a Yonathan hablando con sus malditos amigos. Este me miro pero para ese entonces yo estaba en mi mesa haciendo garabatos con mi lápiz en la mesa.

La clase no tardo en empezar. Historia.... Sinceramente, me gusta esa materia, fue aquella materia la que me hizo salir de la realidad cuando más lo necesitaba. No solo la historia, también la música y el baile, mis dos pasatiempos preferidos. Mientras el profesor explicaba y tomaba apuntes sentí algo, una mirada, como si estuviera clavada en mi. Sabia que era Yonathan, es el único idiota que siempre me mira cuando estoy "despistada". Ya desde hace mucho tiempo que hace lo mismo y ya me esta cansando.

Ya cuando me quise dar cuenta las clases de hoy habían terminado. Se supone que debía esperar a Tobias en la entrada del colegio a que me venga a buscar, junto con el idiota de Yonathan. "¿Cómo fue que terminamos siendo hermanos?" pensé.

-Oye-dijo su maldita voz. Era Yonathan.

-¿Qué quieres?-pregunte sin mirarlo.

-Quería pedirte pe...-

-No, gracias-lo interrumpí.

-Per....-

-Ya te dije que no..... Yonathan desde que pise este maldito colegio siempre haces la misma mierda.... Molestarme. No sé que te hice, tampoco me interesa, pero nunca voy aceptar tu maldito perdón-dije con tono molesto y frió. "¡Por fin se lo dije!" pensé feliz. Este estaba callado, disimuladamente lo miro y note que estaba con la cabeza abaja y con una mirada muy distinta a la de siempre. "¿Decepción o tristeza?" pensé. Volví a mi postura de antes, pero algo hizo sacarme de mis pensamientos, unos brazos rodeando mi cintura y obligándome a darme vuelta. Era Yonathan. Quise golpearlo pero mis manos estaban como presionadas entre el pecho de los dos.

-Cambiare.... Por ti-susurro en mi odio dejándome sentir su aliento, luego de un tiempo beso mi oído. Unos bocinasos me hicieron reaccionar. Mire hacia el enfrente encontrándome con... Creo que Tobias recostado en el auto esperándonos. Me separe de Yonathan y me fui al auto directamente, al abrir la puerta de la parte trasera de la camioneta vi a Loick con unos auriculares mirando la ventanilla de su lado, en el medio estaba Franck.

-Hola, hermana-dijo una pequeña voz, miro atrás y veo a Wes en la parte de atrás de la camioneta con una sonrisa. Entro y luego mire a Wes.

-Hola, Wes-dije con una sonrisa-Hola a todos-dije forzosamente. Yonathan entro a la camioneta y la cerro sin decir ninguna palabra. La camioneta se puso en marcha.

-Y dime, mi hermana mayor....-escuche la voz de Franck, una mano recorrió mi pierna, miro y era su maldita mano, lo miro a él la cual mantenía una sonrisa-¿Cómo te fue hoy?- Lo miro fingiendo sorpresa, este solo iba subiendo su mano. La camioneta se detuvo y le di un fuerte cachetazo a Franck llamando la atención de todos menos de Loick.

-Me fue bastante bien-le digo entre dientes.

-¿Qué sucedió?-pregunto Tobias alarmado. Lo mire y luego sonreí.

-Franck tenia un insecto en la mejilla, no se lo quería sacar y bueno.... Recurrí al otro método-dije manteniendo mi sonrisa.

-Okay-dijo Tobias mirando a su hermano de mala manera. La camioneta volvió andar y el silencio la habito.

Idiota, ¿Quien se cree para tocarme de aquella manera?, creo que si no lo mato va ser porque no quiero más problemas de lo que ya tengo.

El recorrido no fue tan silencioso gracias a Wes, ese pequeño si que sabia sacar una sonrisa.

Al llegar a casa lo primero que hice fue correr a mi habitación, encerrarme en esta y preparar mi ropa para clases de baile. Aún faltaba alrededor de cuatro horas para que la clase de comienzo pero siempre preparaba todo antes. Abrí algunas cajas y saque mi mochila para usar en esas clases. Decidí hacer algo.

El tiempo paso y estaba terminando de ordenar gran partes de mis cosas en la habitación, dejándome notar que mi habitación era más grande de lo que pensaba. Deje las dos últimas cajas en un costado y luego me tire a la cama, estaba algo cansada. No duro mucho mi descanso ya que alguien toco la puerta. Solté un suspiro de frustración, me levante y abrí la puerta.

-¿Franck?-dije confundida. Este me empujo haciendo que chocara con algunas de las cajas vacías. Me queje, me levante, este ya había cerrado la puerta y estaba enfrente mio.

-Eres mala, hermana-dijo Franck tomándome de la cintura y acercándome a él.

-Pero ¿Qué demonios?-dije tratando de que me suelte, él me tomo de la manos y las poso atrás míos con agilidad-Suéltame, no sabes con quien te esta metiendo-dije seria.

-No, tu no sabes con quien te metiste-dijo desafiante. Se me acerco más a mi, casi cerca de mis labios-Olvidemos que somos hermanos ¿Dale?-dijo, lo que hizo que me dejara paralizada. "Pero ¿Qué carajos le pasa?" pensé. Sentí unos besos en mi cuello, eso me hizo reaccionar.

Mire el reloj de la pared y marca las tres y media de la tarde. No tenía tiempo para discusiones. Lo tome de los hombros, lo que causo que este me mirara sorprendido y luego con una sonrisa traviesa, se me acercaba para besarme pero se lo respondí con un golpe en los genitales

-¡Dios!-exclamo cayendo al suelo.

-Definitivamente no sabes con quien te metiste-dije con una sonrisa. Tome mi mochila y salí de mi habitación corriendo. Cuando baje las escaleras me encontré con Henry.

-¿Te vas algún lugar?-pregunto obligándome a detenerme.

-Voy a clases de baile-dije y salí de la casa corriendo hacia la parada del colectivo. No quería molestar a ninguno de mis..... Hermanos. ¿A quien quiero engañar?, no quiero estar con ellos. Solo quiero entrar por esa puerta y sentir que vuelvo a algo bueno de mi antigua vida. Antes de subirme al bus me puse los auriculares para transportarme a mi mundo de paz y tranquilidad, en donde era yo y mi música.

-Hola señorita, Parker. Su clase empezara en cinco minutos-dijo la secretaria del lugar al verme entrar. Adoro a aquella mujer, adoro este lugar.

Full Dance es el nombre de este hermoso lugar en donde puedo descargarme o despegarme, es la academia de baile y canto más conocida en Londres, no solo por su exigencia o por las pocas personas que pueden entrar si no también porque cada mes hay diferentes eventos el cual asistí los familiares de los estudiantes y personal del lugar.

Entre en el ascensor, las puertas se iban a cerrar pero una mano lo detuvo. Las puertas se abrieron dejando ver a mis tres mejores amigas.

-Chicas-dije con una sonrisa.

-Eres mala, no nos esperaste-dijo Olivia acomodándose los anteojos. Las tres entraron al ascensor y empezamos una charla la cual parecía no tener fin.

Al llegar al salón nos dimos cuenta que ya había empezado la clase. Luego de unos reproches del profesor pasamos a unas pequeñas practicas, pronto empezaremos con los preparativos de unos de nuestros eventos.

El reloj marco las siete de la tarde, la campana sonó y todos sonreímos. Mientras todos salían como animales salvajes, con mis tres amigas estábamos charlando y acomodando mejor las cosas en nuestras mochilas con calma y sin prisa. Disfrutamos del momento de estar juntas.

-¿Cuando conoceremos a tus hermanos?-pregunto Emilie.

-Pues... No sé.... Como que recién llegue a la casa y confianza es lo que menos hay-dije para luego hacer una mueca. "Franck y Yonathan no piensan lo mismo" pensé.

-¡Ash!. ¿Y cuando vamos a conocerlos?-pregunto Lily.

-Cuando el tiempo lo dicte-dije con una sonrisa.

-Eres cruel-dijo Emilie haciendo carita de perrito triste.

-No me vas a convencer con eso-dije manteniendo mi sonrisa.

-Antes funcionaba-dijo haciendo una extraña pero graciosa cara.

Salimos de la academia y cada una tomo un camino diferente. Mire a mi alrededor, pues estaba oscureciendo, si llegaba tarde mi papá es capaz de llamar al FBI solo para encontrarme, claro que como están las cosas no podemos llamar al FBI, eso seria.... suicidio.

Luego de un tiempo llegue a casa. Entre y deje mi mochila en el perchero, por suerte estaba vacía. No se escuchaba nada, habitaba el silencio. "¿Sera que algo les paso?" pensé. Me alarme ante aquel pensamiento y empecé a buscar a todos y cada unos de los chicos y a Annie, como también a mi papá.

Bueno en las habitaciones no estaban. Me fije en cada una de ellas, solo habitaban el desorden, el orden, el mal olor, y la inocencia. Baje las escaleras y empecé a buscarlos por todas partes hasta que.... ¡Bingo!. Todos estaban en el patio trasero. Algunos jugando, otros en su mundo, mi papá y Annie..... La verdad no sé si aquello es amor, pero lo que si sé es que por primera vez mi papá sonríe de aquella manera ante una mujer.

Suspire y sonreí. Luego de una larga y relajante ducha, baje y me dirigí a la cocina, ahí estaban todos. ¡Todos!. "Si que son muchos, ahora entiendo el grandor de la cocina" pensé.

-Hija, ¿Cuando llegaste?-pregunto mi papá al verme.

-Hace aproximadamente treinta minutos con....-mire mi reloj-veinte segundos-dije con una sonrisa. Este solo negó.

-No cambias... ¿Por qué no avisaste?-

-Será porque un poco tiro la casa por la ventana a no ver a nadie pero me relaje cuando los vi en el patio. Casi me matan de un infarto cuando no encontré a nadie-dije rápido lo que todos me miraban raro por un motivo, no entendieron nada.

-¿Qué dijo?-pregunto Annie en susurro pero alcance a escucharla.

-Casi me matan de un infarto porque ninguno estaba en la casa. ¿Saben lo que es eso para mi?, el azúcar casi se me baja, la desesperación me mataba, casi enloquezco, pensé lo peor pero gracias a Dios y todos los santos nada de eso paso....-tome un respiro hondo de lo rápido que estaba hablando y sin parar-Necesito algo con dulce-dije mirando la heladera.

-Pues....-Annie para de hablar cuando me vio atragantandome, literalmente, con un paste de selva negra-Eso era para tu padre-dijo mirándome media nerviosa. La mire y miro el pastel. Dejo la cuchara en un costado y bajo la cabeza.

-Lo... Siento-dije apenada.

-¿Sabes que si comes mucha azúcar vas a sufrir diabetes?-pregunto Henry.

-No me digas-susurre sarcástica.

-Pues, Amelia sufre de.....-

-¡De ataques de pánico!-exclame y luego me tape la boca. La miradas de los chicos y de Annie se posaron en mi-Eso.... Sufro de ataques de pánico, y para calmarlo como cosas dulces-dije fingiendo timidez.

-Pues... En ese caso...-dijo Annie, se me acerco y me abrazo-Todos te ayudaremos-dijo abrazándome más fuerte, haciéndome sentir algo raro pero cálido-¿No es cierto, chicos?-pregunto mirando a sus hijos. Los mire y cada uno me regalo una sonrisa menos Loick. Este solo bufo y se fue de la cocina-No te sientas mal... Él tiene aquel carácter-"Un carácter de mierda" pensé.

La cena fue bastante pasable. Mi padre me hacia preguntas de las cuales no podía responder con monosílabos. Técnicamente, me había obligado a contarle a todos sobre mi día.

-¿Eres buena bailando?-pregunto Wes con la boca llena.

-No creo-dije mirándolo.

-Es la mejor-dijo mi padre-Casi siempre, cuando hacen obras musicales, la eligen como personaje principal, es una excelente bailarina y cantante-dijo con tono de orgullo.

-Papá, no exageres, casi nunca me eligen-dije y seguí comiendo.

-No hay necesidad que finjas modestia, si ni siquiera la tienes-por segunda vez escuche su voz. Loick. Lo mire sorprendida, no solo de escuchar su voz, si no también de su comentario.

-¡Loick!-exclamo Annie, retándolo.

-Y si no lo tengo, a ti ¿Que carajos te importa?-respondí su comentario logrando así llamar su atención acompañado de una mirada con odio.

-¡Amelia!-exclamo mi padre.

-No me importa, me molesta el hecho de que andes fingiendo algo que no eres-respondió Loick.

-No estoy fingiendo, que tu no seas capaz de darte cuenta es otra cosa-reproche.

-Eres malisima mintiendo-dijo mirándome con una sonrisa, lo que hizo que se ganara una mirada de odio.

-Púdrete, ¿Por qué te fijas en eso?-dije molesta.

-Por que esta es mi casa, llegaste tu y ya evadiste mi espacio personal, maldita entrometida, mentirosa, estúpida, i.....-

-¡Loick, ten respeto hacia tu hermana!-exclamo Annie molesta.

-¡Ella no es mi hermana, es una maldita desconocida que entro a mi casa sin más y sin mi permi....-no pudo terminar que me levante de la mesa llamando la atención de todos, me acerque a él y le di un golpe fuerte en la cara.

-De ahora en más soy tu maldita hermana-le dije sin vida en mi voz. Me di vuelta y me fui de la sala a otro lugar que no sea mi habitación, un lugar más tranquilo, más relajado, más pacifico. El salón de baile.

"¿Quien se cree que es?, maldito, me las va a pagar por tratarme de aquella manera" pensé. Me senté en el suelo, mire por la inmensa ventana que daba su vista justo al jardín, dejándome ver como el cálido viento jugaba con las flores delicadamente, "¿Cómo se dio cuenta que estoy fingiendo? Nunca nadie se había dado cuenta, él es el primero" pensé. Suspire, coloque mis piernas a la altura de mi pecho y hundí mi rostro en este. "Bueno.... En realidad es el segundo chico que se da cuenta que estoy fingiendo, el primero fue él.... Ignasi" pensé. Y unos recuerdos me invadieron.....

"-¿Por qué fingues ser una persona tímida si no lo eres?-pregunto mirándome, no quería mirarlo me daba vergüenza.

-¿Qué cosas dices?-pregunte aún fingiendo.

-¡Ves!, estas fingiendo ser tímida...-sentí su aliento en mi odio-Cuando en realidad eres una chica ruda, fuerte y valiente.....-me tomo del mentón y me obligo a mirarlo, aquellos ojos grises que lograban llevarme a un mundo donde solo somos él y yo-Quiero conocerte de verdad, Amelia-susurro y luego me beso...."

Una lágrima recorrió mi mejilla al recordar aquello, no me ponía triste el hecho de que él no este más aquí, me molesta el hecho de que se halla llevado tantas cosas de mi con él sin siquiera darme cuenta al principio.

-Te odio, Ignasi-susurre mientras otras lágrimas seguían cayendo. Me incorpore, y a paso lento me dirigí a mi habitación.

Y fue cuando por primera vez sentí algo.

Cuando pase por la sala escuche dos voces enojadas. Eran Annie y Loick.

-No puedes tratarla así, es tu hermana-dijo Annie.

-Ella no es mi hermana, nunca lo será, solo es un maldito estorbo-dijo Loick, a cambio, resibio una cachetada.

-Deja de comportarte como un niño malcriado que odia al mundo. No eras así Loick, ¿Qué fue lo que te sucedió?-pregunto Annie con tono de molestia y preocupación.

-Cambios.... La gente siempre hace cambios en su vida-dijo Loick. Annie soltó un suspiro.

-Ya no sé que hacer contigo-dijo Annie sentando en el sillón. Loick bufo y se fue acercando a la puerta. Cuando lo vi acercándose rápidamente me fui a las escaleras, las subí lo más rápido que pude, pero unos manos me tomaron del brazo. Me doy vuelta y lo vi a Loick con una mirada que expresaba odio. Me llevo arrastras hasta su habitación, cuando estuvimos adentro la cerro de un portazo.

-¡Quiero que te vayas de mi casa!-exclamo molesto.

-Me encantaría, pero mientras mi padre siga enamorado de tu madre no podre hacer nada más que obedecer. Desgraciadamente, aún no soy mayor de edad-dije con una sonrisa.

-¡Púdrete!-exclamo molesto.

-Créeme.... Ya me estoy pudriendo de mucho antes-dije, camine hasta la puerta. Pero antes de irme recordé la discusión que tuvo con su madre, fue ahí cuando sentí aquel sentimiento. Culpa-Lo siento..... No quise discutir contigo ni menos que discutas con Annie-dije, espere un rato para escuchar lo que contestaría, pero nada. Abrí la puerta y me fue de ahí. Cuando llegue a mi habitación note mi respiración agitada, mire mi reloj del pulsera del lado izquierda, el azúcar seguía igual, no había bajado, pero mis pulsaciones eran muy elevados.

Fue ese día cuando conocí lo que era el sentimiento de culpa, que por varios días no pude deshacerme de el.

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