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Capitulo 10 "Pequeña falsedad"

"Tiene que ser un maldito chiste"

El timbre de la casa había sonado. Que yo supiera nadie iba a venir, a menos que la luna de mil se haya acordado y Annie y papá hallan venido, pero no era eso. Al abrir la puerta me lleve con la peor sorpresa de la semana.

-Hola, rarita-

-Verónica-me cruce de brazos, y en cuestión de segundos comenzó la guerra de miradas provocando que el ambiente se transformara tenso-El telo no es acá-

-Yonathan no dice lo mismo-

"¡Hija de perra!"

Mordí mi lengua con tanta fuerza que sentía que en cualquier momento saldría sangre.

-Te quedaste muda-dice con una sonrisa enorme, estaba gozando su triunfo, pero no iba a durar mucho, iba a contestarle, de la peor de las maneras, algo que nos asemejaba a ambas eran nuestros secretos, podría correr el riesgo de que hablara de los míos pero era lo suficientemente valiente para enfrente lo que posiblemente llegaría a venir. Abrí mi boca para soltar mi respuesta.

-¿Verónica?-la voz de Yonathan a mis espalda logró que no pudiera decir nada.

-Hola, Yoni-abrí mis ojos más de lo normal ante la sorpresa.

"Que apodo de mierda"

-¿Interrumpo algo?-pregunto Yonathan, de seguro sintió el ambiente tenso que hay en el lugar.

-Por el momento no-clave mi mirada directo en los ojos azules de Verónica-Sigilosa y hábilmente camina, sin trampas, por la cuerda floja-

Está abrió los ojos aún más ante la sorpresa, sabía a la perfección que jamas olvidaría lo que había hecho y a pesar de nuestra gran rivalidad y odio aún estaba en deuda con ella.... Pero que no joda demasiado porque me conocerá de verdad.

Me moví hacía un costado dándole el paso a la casa, está dudo pero entro. Luego de esos dos intercambiaran un par de palabras se fueron, presumo yo, a la habitación de Yonathan.

-¿Trabajo grupal?-susurré. Pues esos dos habían mencionado eso, no me acordara que la profesora de historia diera ese tipo de trabajo.... O será que no le preste atención.

Me dirigí a la cocina en busca de algo fresco para tomar pero al llegar me encontré a Scott tirado en el suelo boca abajo.

"Vaya sorpresa"

Me acerque a esté. Me agache para estar a su altura y luego me aleje un poco, apestaba a alcohol.

-Alguien se quiso pasar de copas-susurre cubriendo un poco de mi rostro con mi mano, pose mi mano en su hombro y lo sacudí con fuerza-Scott-esté no reacciono-¡Scott!-exclamé.

-Shh, no grites-habló aún sin moverse, pero fue suficiente como para saber que estaba ebrio. 

-Levántate-le ordene pero esté no me obedeció. Mire a mi alrededor en busca de ayuda pero ningún de mis hermanos apareció.

"¿Por qué será que desaparecen cuando más los necesito pero aparecen cuando nadie los llama?"

Solté un suspiro hondo mientras pasaba mi mano por mi cabello. Tome los hombros de Scott y con fuerza logré darlo vuelta, fue peor, el olor a alcohol se incremento.

-Mierda. Scott, ¿A donde fuiste?-susurre-Scott-

-Cinco minutos más-hablo con tono infantil.

-¡Scott Willson, arriba!-exclame molesta. Este se quejo como un niño malcriado. 

Luego de pelear pude hacer que se levantara del suelo y lo lleve al baño más cerca. 

-Sostente bien-lo deje a un costado con delicadeza. Me fui a la regadera donde deje que el agua fría saliera. Me gire hacia donde estaba Scott-Esta es la parte donde te quitas la remera-hablé.

-Si quieres verme sin la remera no es necesario que inventes excusas-Rodee los ojos.

-Quítate la maldita remera de una buena vez-hable seria. Esté iba hablar pero lo detuve mandandole una mirada de asesina, ya me estaba cansando, mi paciencia no era de durar mucho y eso lo saben los diez hermanos a la perfección, borracho o no se supone que lo debe saber. Luego de un tiempo se quito la remera y a paso lento y torpe se acerco a mi, lo obligue a agacharse y que baje la cabeza. Lo ayude a acercara a el agua fría.

-Empieza hablar-digo seria.

Un silencio se hizo muy presente. Era incomodo que no diga nada, no por el estar con él, sino por el hecho de que no me tenga tanta confianza. Esté trato de salir de la ducha pero con un poco de fuerza logre que siguiera bajo aquella lluvia artificial.

-Solo estaba festejando-dice, su tono de ebrio desapareció, estaba volviendo de a poco-Pero no grites, por favor-susurro pero logre escucharlo.

-Tranquilo, no gritare... Pero ¿Cómo hiciste para volver a casa en moto?-

-¿Quien dijo que yo vine en mi moto?-

-Okay, presumo que te trajeron con tus amigos. ¿Cómo hicieron para no chocar?-

-¿Quien dijo que no chocamos?-

-Al menos dime que no mataron a nadie-

-Creo que no-

-¡¿Qué?!-exclame, esté con su manos cubrió sus oídos.

-No grites-hablo, trato de salir de aquella lluvia artificial pero lo empuje-¿Qué haces?-

-Tienes que seguir un poco más-

-Pero ya estuve mucho tiempo-trato de salir pero no se lo permite-Oye, suéltame-

-No, vamos, obedece-

-No, suéltame-

Los dos aplicamos fuerza, él para salir y yo para que se mantenga un poco más bajo la lluvia artificial. Tuve que adentrarme a la ducha, tratando de no mojarme, con la fuerza de mi mano izquierda lo tomo del cuello de la camisa y con mi otra mano la uso de soporte para no caerme.

Pero todo el esfuerzo se fue al tacho de basura. Él chico se había resbalo y en consecuencia yo también, todo porque mis reflejos fueron lentos.

Los dos estábamos bajo la lluvia artificial. Lentamente comencé apartarme de él con el miedo de caer y encima de este, pero su mirada fue aquello que me detuvo. 

El alcohol que enmenaba mezclado con su colonia le daba un toque lo suficientemente embriagador e hipnotizante para mi. Quede perdida en su mirada que jamas fui consciente de sus acciones, acciones que jugaban en mi contra, acciones que jamas preste atención hasta poder sentir sus labios sobre los míos, haciéndome sentir una dulce y delicada presión.

Apesar de no querer rechazar aquel beso no tenía otra opción, no quiero un mal entendido, no quiero más peleas entre mis "hermanos". Logró separarme de él con una distancia bastante escasa entre nosotros.

-Sc...-no me dejo terminar, me toma de la nuca y de vuelta me envuelve en sus labios.

Trato de separarme de él con movimiento torpes... Un dulce beso que me embriaga lentamente.

La puerta del lugar se abre de manera brusca. No puedo ver al responsable, pero aún así no detengo mis movimientos para separarme de Scott.

Unos brazos en mi cintura me apartan de él... Rompiendo aquel beso. En los brazos del desconocidos soy depositada y rápidamente salgo de ahí.

Elevo mi rostro y lo observo.

-Ilias-susurró con sorpresa. 

Este no dijo nada, solo me llevo en sus brazos hasta entrar a una habitación, de la cual supongo que es la suya. Me bajo de sus brazos haciendo que sintiera el frió del suelo.

-Ilias...-no me dejo continuar.... Sus labios se colocaron de una forma brusca sobre los míos aunque sus movimientos eran lentos. Rápidamente lo tome de los hombros y lo empuje-¿Qué haces?-esté no respondió, solo me empujo haciendo que mi espalda choque contra la pared de la habitación, tomo mis manos con agilidad y las coloco más arriba de mi cabeza, para posteriormente volver a sentir sus labios sobre los míos de aquella manera brusca.

Sus movimientos podían ser lentos y a cada instante trataba de que siguiera su beso.... Pero no podía, no podía ya seguir con este tonto juego. Llego a morder mi labio inferior logrando que me quejara y este aprovecho para poder hacer entrar su lengua en mi cabida bucal... Obligándome a besarlo. Se separo de mi dejándome sus ojos.... Ojos que buscan con desesperación una respuesta. Se acerco a mi rostro para luego sentir sus labios acariciar mi mejilla haciendo un pequeño camino hasta llegar a mi oído.

-Solo te ayudare a olvidar aquel sabor suyo, hermana-

Sentí nuevamente sus labios sobre los míos pero esta vez.... Esta vez pude reaccionar. 

Con más fuerza de lo normal logre salirme de aquel agarre. Lo empuje con la misma intensidad en la que me solté provocando que caiga al suelo. Me di media vuelta ignorando sus llamados y salí de su habitación para irme corriendo a la mía.

Una vez dentro de esta pude caer de rodillas al suelo mientras apoyaba mis manos en este para no caer por completo.

-Solo juegan conmigo-mire hacia un costado con tristeza-¿Quien ama de verdad y quien juega?-

***

La tarde se fue con tanta facilidad que jamas pude darme cuenta que era de noche, o estaba tan centrada en mis pensamientos que no lo pude notar. 

Lo que si pude notar es a Verónica sentada en la mesa para la hora de la cena.

La cena es acompañada por un enorme e incomodo silencio, a aquel detalle tan mínimo no le tome importancia, pues en mi mente divaga la tonta idea de que esa chica no es Verónica. 

Algo tuvo que pasar, ella no cambio tan rápido de personalidad, algo le tuvo que suceder... Pero ¿Qué?. Algo le falta a mi tablero de rompecabezas... En realidad me faltan varias piezas, en estos últimos años he enterrado aquel lazo que tenía con la mayoría de mis aliados y algunos de mis enemigos, ahora tengo que desenterrarlo, y presumo que este es una de los momentos perfecto para empezar.

-Me parece un poco osado que estés rodeada de puros hombres, más sabiendo la facilidad que tienes al abrir esas piernas-

La mire con sorpresa, está se ubicaba enfrente mio en la mesa, en su rostro había una hermosa sonrisa de maldad. Esa chica no era Verónica, su personalidad no encaja... La situación nunca encajo... La Verónica que se conoce no es la Verónica que yo conozco, esa chica nunca fue Verónica.

Solté un risita.

-Ya se que amas mis movimientos de baile-de su rostro se borro aquella sonrisa. Esa chica no era Verónica, en mi salen solo dos opciones de la identidad de la persona que esta enfrente mio. Sonreí, tenía que ponerla aprueba. Está iba hablar pero me adelante-Al menos no me obligaron abrir la piernas, no como otras-su mirada expresaba sorpresa acompañada de un fuerte sonrojo.

-Como a tu madre, ¿no?-

"¡Hija de puta!"

Apreté con fuerza mis manos formando un puño.

-Chicas, por favor, no peleen-habló Mark.

-Ay pobrecita, no sabía que necesitabas la ayuda de tus hermanitos para defenderte-

-Por lo menos a mi me defienden-la mire con una sonrisa-Te diría que los chicos con los que te acuestas te defienden pero entran tantos ahí que lo dudaría-

-Al menos no tengo un mejor amigo para insinuarle algo que nunca existió-

-Jamas le insinué algo, que no tengas las capacidades necesarias para estar con él es otra cosa muy distintas-

-Cierto, lo estrecha que sos lo comprueba. ¿Tanto asco te da que los hombres te toquen?-

-Prefiero que me de asco antes de abrirme a ellos con facilidad-

-Cierto, como lo hice con tu novio, ¿No?-aquello me dejo petrificada, aún recordaba aquel estúpido día-Ese chico me mostró lo que necesitaba, ¿tanto te costaba darle aquel mínimo placer?-no podía responder, quería matarla, recordaba aquel día a la perfección, y gracias a ese gran comentario pude confirmar que ella no es Verónica-¿Y, estrecha, no vas a responder?-preguntó con tono de arrogancia-Estas muda de vuelta-

Mi celular sonó, esté estaba del otro lado del comedor, en la mesita que se encontraba atrás de ella. Me levante y me dirigí hacía esté. Mire el celular, un mensaje de un desconocido.

-"Tu entorno te puede engañar, no todo lo que ves, escuches y toques puede ser real"-leí en voz alta. Me di media vuelta con cuidado, ella aún seguía comiendo y mis hermanos estaban expectantes ante mis movimientos.

Sonreí con malicia, a tal punto que podía sentir las miradas de miedo de mis hermanos. 

Me acerque a ella con sigilo, y sin esperar, las tomo de los pelos y comencé a dar la cabeza contra la mesa sucesivamente.

-¡Amelia!-exclamaron mis hermanos pero aún así seguía con mi trabajo. Trataron de separarme de ella pero solo consiguieron que los empujara o golpeara.

La que se decía llamar Verónica no se quedo cruzada de brazos, sonrió mientras unas pequeñas lineas de sangre salían de su nariz. Se levanto de su asiento y me dio un puñetazo en la cara, haciendo que girara mi rostro. Pude escuchar que tomo algo, lo que me hizo reaccionar, la mire, tenía un cuchillo.... En realidad eran varios. Retrocedió y comenzó a tirarlos, pero comencé a esquivarlos mientras me acercaba a ella. Una vez cerca lance la mejor patada con mi pierna izquierda provocando que la empujase contra la mesa, me acerque a ella y comenzaron los golpes en el estomago y cara, sin darle la oportunidad de defenderse. Uno, dos, tres, cuatro, cinco y así sucesivamente.

Le di una patada en las piernas obligandola a que se arrodille, me aleje y rápido le di una patada en la cara con mi piernas derecha, noqueandola.

Aún así, inconsciente, la tome de los pelos elevándola un poco su cuerpo, decidida a romperle toda su bella cara.

-¡Basta, Amelia!-el gritó Franck logró detenerme. Gire mi rostro, y el verlos... Me destruyo, sus miradas mostraban asombro pero lo que más se destaco fue el miedo que estos mostraban lo que me destrozo. 

Sentí un fuerte dolor en el estomago obligando a soltar a Verónica y caer de rodillas al suelo. Clave su mirada en ella, está tenía la intención de seguir con esto, pero la mirada que le demostré fue suficiente para que ella solo me diera una patada en el rostro provocando que mi nariz y labio sangraran.

-¡Maldita, loca!-exclamo la que se decía llamar Verónica. Se levanto y después ya no sé lo que hizo ya que mis pensamientos estaban ubicados en otra cosa.

-Amelia-la suave voz de Wes me obligo a verlos. Me sentí apenada y con la peor de las culpas. Sus miradas mostraban decepción, lastima y miedo. Baje la mirada. Me levante con lentitud del suelo ya que la patada que me dio Verónica me dejo un tanto mareada. Les di la espalda y comencé a caminar hacía la cocina, pues quería irme del lugar lo más antes posible.

-¡Amelia!-la voz de Mark me detuvo, su tono cambio, mostraba seriedad. 

-¿Qué?-

-¿Cómo, qué?-habló manteniendo aquella seriedad-¿Acaso eres idiota?-me di media vuelta con lentitud lanzándome una mirada de seriedad.

-¿Qué dijiste?-

-Lo que escuchaste-

-Si tienes los huevos, repitelo-

-¿Acaso eres idiota?-no aguante, me acerque a él y le di un puñetazo. Los hermanos rápidamente fueron a socorrerlo.

"¿Y yo qué?"

-¡No eres nadie para decirme eso!-exclame molesta.

-¡Tu no eres nadie para venir y golpear a cualquiera!-exclamo Henry.

"¡¿Qué?!"

Forme un puño con mis manos, trate de contener la rabia, aquello dolió.

-¡¿Y tu qué sabes lo que paso entre esa y yo?!-ninguno pronuncio nada-Exacto.... No saben nada, y así como no saben nada no soy capaces de juzgarme-

-Si somos capaces de juzgarte-habló Yonathan-No tienes el derecho de golpear a cualquiera que se te acerque-

-Cállate, ni siquiera sabes los motivos-

-No necesito los motivos para saber que eres una maldita loca-

"¿Loca, yo?"

-Tsk... No me hagas reír, ni siquiera sabes lo que es que yo este loca-me cruce de brazos. Me di media vuelta con la intención de irme del lugar.

-Y ahora ¿Qué te vas a ir como la gran cobarde que eres?-la voz seria de Tobias se hizo presente-Por que eso es lo que eres, una cobarde, solo golpeas y luego te vas, ¿Qué clase de personas hace eso? Uno que es cobarde-iba hablar pero se me adelanto-¿Y que vas a hacer? ¿Correr a los brazos del idiota de tu "amigo" y entregarte como la puta que dijiste ser aquel día? creo que Verónica tuvo toda la razón-

Abrí mis ojos ante la sorpresa, quede inmovilizada. Aquellas palabras jamas fueron esperadas, menos de él. Abrí mi boca para poder contestarle, mandarlo a la mierda, decirle lo estúpido e ignorante que es... Pero el escuchar que mis hermanos le daban la razón a Tobias me... Me quede muda. Sentí un fuerte dolor en mi pecho, como punzadas, un nudo se formo en mi garganta, y para colmo, para darle el toque mágico a todo, unas lágrimas se escaparon de mi ojo derecho. Solté un jadeo hondo y solo deje que las lágrimas recorrieran mi rostro sin que ellos puedan verme.

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